miércoles, 29 de enero de 2025

Libros abandonados 2024 (septiembre-diciembre)

¡Hola a todos!
Tras un par de meses y algo de retraso, vuelvo con una entrada de libros que he abandonado. Como ya sabéis, este año pasado estuve desempolvando libros que llevaban años en mis estanterías y se nota, porque muchos ya no son para mí. Desde hace un tiempo os comparto entradas cuatrimestrales en las que dedico un par de líneas a justificar por qué decido abandonar cada lectura. Me gusta y me parece necesario hablar de ello, porque así puedo poner de sobre aviso a otros, aunque no haga una verdadera reseña, claro, porque solo he leído una parte. 

En este caso, os traigo la lista de los libros abandonados entre septiembre y diciembre de 2024. 

El fin de Mr. Y, de Scarlett Thomas 

Sinopsis:
¿Leerías un libro maldito? Cuando Ariel Manto descubre un ejemplar de El fin de Mr. Y en una librería de viejo no da crédito a lo que ven sus ojos. Casualmente, su tesis trata acerca de la ciencia abordada desde una perspectiva literaria y el autor del libro, Thomas Lumas es un perfecto ejemplo. Ariel sabe que los ejemplares de la obra de Lumas, un escritor científico victoriano, son extremadamente raros, y según dicen algunos, están malditos. Saul Burlem, el director de su tesis, ha desaparecido y nadie sabe dónde está. La misteriosa novela de Lumas da la receta para entrar en la tropoesfera, un lugar donde las conciencias están conectadas y es posible entrar en otras mentes y viajar en el tiempo. Ariel se adentrará en un peligroso y salvaje mundo. Será perseguida por unos agentes norteamericanos en la vida real y también en la troposfera. Para salvarse deberá encontrar al director de su tesis, Burlem. Con El fin de Mr. Y bajo el brazo, Ariel se verá inmersa en una emocionante aventura de amor, sexo, muerte y viajes en el tiempo.

Impresiones:
Las portadas son importantes. En este caso, yo estaba algo recelosa porque parece propia de una novela infantil de aventuras, pero nada más lejos de la realidad: se dirige a un público adulto. Por otra parte, por la sinopsis, pensaba que sería una obra metaliteraria con una protagonista a la que le gustan los libros, y así es, sin embargo, también tiene una vena científica y eso se nota a cada página. Hay muchas peroratas científicas, filosóficas y esotéricas difíciles de comprender. Pese a mi interés por el tema del libro maldito, abandoné la novela porque me aburría y sentía que no entendía la mitad.

Tengo tu número, de Sophie Kinsella 

Sinopsis:

Poppy Wyatt casi no se lo cree. ¡Nunca en la vida ha tenido tanta suerte! Pero, justo cuando está a punto de casarse con el maravilloso Magnus Tavish, su final feliz empieza a desmoronarse. No solamente ha perdido el valioso anillo de compromiso durante un simulacro de incendio en un hotel, sino que también le han robado el móvil. Aturdida, desesperada, mira a su alrededor y ve un teléfono tirado en una papelera. «¡Perfecto, para mí!», piensa. «Ahora podré dejarles un número de móvil a los del hotel para que me llamen cuando encuentren mi anillo.»
Bueno, casi perfecto, porque el propietario del teléfono no está muy de acuerdo. Quiere que se lo devuelva y tampoco le hace ninguna gracia que Poppy se lance a leer sus mensajes y a meterse en su vida personal.
Lo que sigue es una historia de enredos tan ingeniosos como inesperados mientras Poppy y Sam se entrometen el uno en la vida del otro a través de sus mensajes y correos. Poppy no confiesa que ha perdido el anillo, los preparativos de la boda siguen adelante, pero todavía le espera la sorpresa más grande de su vida.

Impresiones:
Creo que a todo hay que darle oportunidades, incluso al chick lit. No es un género que me guste, pero esta novela en concreto tenía muy buenas reseñas. Debería haberme fiado de mi instinto. Intenté, al menos, terminar de leerla para poder hacer una reseña justa, pero me fue imposible. Es un desastre que sigue a rajatabla los estereotipos del género. No voy a decir mucho más, porque es tal mi enfado, que he escrito una "no-reseña" para hablaros de ello en profundidad.

Las siete pruebas, de Stel Pavlou 

Sinopsis:
Cuando el detective James North es requerido con urgencia en una situación con rehenes en el museo de Arte Metropolitano de Nueva York, se ve sorprendido por dos hechos inusuales. En primer lugar, el secuestrador, un hombre joven llamado Gene, esgrime una espada de la edad de bronce como un experto guerrero, manteniendo en jaque a la policía. En segundo lugar, aunque nunca se han visto, Gene pregunta por él. Lo único que saben ambos hombres es que cada uno siente una necesidad instintiva de matar al otro. Así empieza la búsqueda de North, desde la Nueva York del siglo XX a la guerra de Troya, para descubrir un secreto que puede destruir a ambos hombres.

Impresiones:
No soy dada a la novela histórica, pero sí a los viajes en el tiempo y de la guerra de Troya no he leído prácticamente nada. El argumento era prometedor y la obra no está mal escrita... pero se le va la pinza. Los momentos drogas, esotéricos y místicos, así como la tesis de la transmigración de almas, hicieron que se me esfumaran las ganas de leerlo. No entiendo cómo algo tan relevante no es mencionado ni por asomo en la sinopsis.

El informe Müller, de Antonio Manzanera

Sinopsis:

En plena guerra fría, el MI6 convoca de urgencia al historiador Hugh Trevor-Roper para que, junto a Oughton, un enigmático agente de la CIA, investigue la muerte de Heinrich Müller, un agente doble y ex general de la SS. La tensión entre ambas agencias es máxima, y, más que revelar la identidad del asesino, tanto a la CIA como al MI6 les interesa más saber cuál de las dos organizaciones está más contaminada por agentes dobles y topos.

Pero las investigaciones revelan algo más: Müller era la única persona capaz de revelar la verdad sobre la muerte del jerarca nazi. Y, al parecer, no se llevó su secreto a la tumba. En algún lugar ha dejado un informe que arroja luz sobre uno de los misterios más acuciantes del siglo, además de dejar al descubierto las enmarañadas tramas de contraespionaje entre los servicios secretos.

Impresiones:
Me gustan los espías, la Segunda Guerra Mundial y las novelas basadas en hechos reales. La obra lo tenía todo para gustarme, si no fuera porque es una novela de historia. Me aburre soberanamente que me cuenten unos acontecimientos históricos con todo lujo de detalles sin un hilo narrativo de por medio. Tampoco me gusta conocer de sopetón la vida entera de los personajes o el funcionamiento de una organización. A eso hay que sumarle que la tesis era que Hitler no murió en el búnker, sino fuera, unos metros más allá. Lo siento, pero no me parece una revelación (que es una especulación de la novela) por la que merezca la pena leer este tocho aburrido.

Y bueno, hasta aquí el resumen de las novelas que he abandonado y las razones que me han llevado a ello. En este caso, no solo no son para mí por el tono, sino que todas me ha parecido que tenían problemas narrativos, pero no voy a hacer un análisis en más profundidad porque no me merece la pena (excepto con Tengo tu número). ¿Habéis leído alguno de ellos? ¿Qué tenéis que decir a mis quejas? ¿Cuál fue el último libro que abandonasteis? 

jueves, 23 de enero de 2025

Saga El archivo de las tormentas, Libro IV: El ritmo de la guerra, de Brandon Sanderson

Traductor: Manuel Viciano Delibano
Editorial: Nova
ISBN: 9788417347932
Idioma: Castellano
Número de páginas: 1408
Encuadernación: Tapa dura
Fecha de lanzamiento: 19/11/2020
Serie/Saga: El Archivo de las Tormentas
Dimensiones: 16,2 x 23,8 cm 
Número: 4
Autor: Brandon Sanderson

Sinopsis:
Hay secretos que hemos guardado mucho tiempo. Vigilantes. Insomnes. Eternos. Y pronto dejarán de ser nuestros.
La Una que es Tres busca, sin saberlo, el alma capturada. El spren aprisionado, olvidado hace mucho tiempo. ¿Puede liberar su propia alma a tiempo de hallar el conocimiento que condena a todos los pueblos de Roshar?
El Soldado Caído acaricia y ama la lanza, incluso mientras el arma hiende su propia carne. Camina siempre hacia delante, siempre hacia la oscuridad, sin luz. No puede llevar consigo a nadie, salvo aquello que él mismo puede avivar.
La Hermana Derrumbada comprende sus errores y piensa que ella misma es un error. Parece muy alejada de sus antepasados, pero no comprende que son quienes la llevan a hombros. Hacia la victoria, y hacia ese silencio, el más importante de todos.
Y la Madre de Máquinas, la más crucial de todos ellos, danza con mentirosos en un gran baile. Debe desenmascararlos, alcanzar sus verdades ocultas y entregarlas al mundo. Tiene que reconocer que las peores mentiras son las que se cuenta a sí misma.

Por qué este título...
"Rabeniel separó sus manos de las de Navani y le tendió el cuaderno que compartían, en el que llevaban un registro de sus experimentos. Lo habían llamado El Ritmo de la Guerra. Odium y Honor trabajando juntos, aunque fuese solo durante un breve tiempo".

Opinión:
Impresión: Demasiada ambición

Este libro tiene 1400 páginas y le sobran, aproximadamente, un tercio; intentaré que no pase lo mismo con mi reseña.

Ahora (diciembre) Sanderson está en boca de todos (y más aún porque acaba de salir Viento y verdad), sin embargo, hubo una época en la que nadie le conocía. Fue entonces cuando me enamoré de sus mundos creativos y del ingenio de sus tramas. He seguido durante muchos años sus publicaciones (nunca al día; no puedo dejar de ser yo), hasta ser capaz de detectar sus personajes tipo y los patrones narrativos que sigue, así como su marca personal. Es por eso que ya sabía que este libro iba a tener los mismos fallos y aciertos que los tres anteriores. Eso no impidió que me animara a leerlo; llevo demasiado camino recorrido como para dejarlo ahora. Además, no iba a embarcarme sola en este viaje: G se apuntó para darle una última oportunidad al autor (a la página 100 le dio la patada para siempre y rezo para que no quite todos los libros de Sanderson de la estantería de compartidos); Edu no podía faltar, ya que es el mayor fan de Sanderson del grupo, y eso que cuando le conocí hace un par de años apenas leía; y Joan tampoco dudó, pese a que ya lo había leído hacía un tiempo (por qué alguien decidiría voluntariamente releer un tocho de este calibre es algo que todavía no comprendo).

Qué largo se me ha hecho este libro. Me ha secuestrado durante dos meses y medio, en los que apenas he podido leer otra cosa. Y eso yo, que soy una lectora empedernida; los lectores esporádicos, teniendo en cuenta la frecuencia de publicación del autor, no deben leer nada más en todo el año. No creo que acaparar la atención de los lectores de esta manera esté bien.

No me quejaría tanto si no fuesen páginas y páginas de potencial desperdiciado: el mundo es muy rico, pero solo vemos una décima parte; los personajes son muy interesantes, pero hay tantos que no se pueden desarrollar con profundidad; la obra trata temas serios y poco frecuentes en fantasía, pero con superficialidad. La saga es demasiado ambiciosa: quiere hacer tantas cosas, que en todo se queda a medias. Además, como el autor tiene tal reconocimiento, dudo que permita al editor hacer gran cosa, y eso que a esta novela, al igual que a las anteriores, le vendría muy bien un tijeretazo: sobra un tercio, como mínimo.

No hace un mes que la he terminado y ya la voy olvidando debido al relleno. Algunos defenderán que es caracterización de personajes y construcción de mundo. NO. Un buen autor es capaz de caracterizar un personaje en un solo párrafo y construirte el mundo a medida que te cuenta la historia. En muchas partes me he aburrido de sobremanera, ya que sentía que la novela era un cuello de botella que no llevaba a ninguna parte; efectivamente, al final restauramos la situación inicial con algún añadido. 

Aunque me queje, la obra también tiene sus virtudes (de no ser así, os aseguro que no hubiera seguido leyendo). Por ejemplo, el mundo y los poderes son muy imaginativos y complejos, y trata las enfermedades mentales, algo que no suele hacerse en novelas de fantasía. Además, el autor crea una obra que gusta a todo el mundo a ratos. Por eso, me han encantado los conflictos internos de Taravangian y el politiqueo de Adolin, el desarrollo de Kaladin y Shallan ha estado bien, pero me ha aburrido profundamente la ciencia de Navani. Ese es mi caso; otros lectores habrán disfrutado y sufrido aspectos muy distintos de la novela.

En cuanto a la trama, el hecho de que la obra empiece un año después de la anterior creo que no le ha hecho ningún bien: se salta eventos importantes en la vida de los personajes, como la novia fugaz de Kaladin o cómo la gente acepta la personalidad múltiple de Shallan. Tampoco ayuda al ritmo que los protagonistas se encuentren dispersos y en tramas marcadamente distintas (Navani, Venli y Kaladin se quedan en Urithiru, Jasnah y Dalinar se van a la guerra y Adolin y Shallan exploran Shadesmare) que tienen un peso muy distinto en la historia (Jasnah y Dalinar tienen muy pocos capítulos) y una distribución muy homogénea, por lo que parecen varias novelas en una.

No hay reflexión sobre esto
No hay reflexión sobre esto

Es cierto que el libro tiene muchas páginas y que eso debería permitir desarrollar correctamente todos estos personajes y sus respectivas tramas, y quizás sería así si no hubiera muchos más puntos de vista superficiales y esporádicos, con afán de ofrecer una perspectiva más general (sin tener en cuenta que para eso existe la tercera persona). A eso hay que sumarle las páginas y páginas de relleno donde ofrecen información sobre el mundo de forma artificial, te recuerdan sucesos de novelas anteriores y los personajes protagonistas, en lugar de avanzar, siguen estancados, repitiendo los mismos pensamientos y acciones que en novelas anteriores. 

En defensa del autor, hay que tener en cuenta que trata un tema complicado, las enfermedades mentales, y que, en parte, quiere reflejar cómo es el día a día de la gente que las padece: la depresión, por poner un ejemplo, no desaparece al cabo de un tiempo, sino que es algo con lo que hay que aprender a convivir; te asaltarán pensamientos negativos a lo largo de toda tu vida. Es lógico que los personajes no avancen, sin embargo, para representar eso, no necesitas cuatro novelas de mil páginas.

En lo relativo a la salud mental, por norma general, cuando aparece representada en literatura, suele ser en novelas realistas temáticas, cuyo verdadero objetivo es dar a conocer ese trastorno en concreto. Pocas veces he visto que el género fantástico aborde este tema (más allá del síndrome de estrés postraumático en Abercrombie y Perea) y menos que sean los héroes quienes las padezcan. Me gusta la idea de que puedes ser un héroe y estar roto por dentro; el éxito no te hace inmune ni tampoco cura una enfermedad mental.

Me parece muy loable que el autor visibilice las enfermedades mentales haciendo que sus protagonistas las padezcan y que eso sea relevante para su evolución: Kaladin tiene depresión; Shallan, trastorno de identidad disociativo; Dalinar, síndrome de estrés postraumático; Navani, síndrome del impostor; Venli, narcisismo. Y eso por mencionar a los personajes más importantes; los personajes terciarios también sufren lo suyo, desde adicciones y autismo hasta discapacidad intelectual.

El problema principal es que el autor intenta abarcar demasiado y, aunque da a conocer estas patologías, son tantas y están tan opacadas por el mundo, la trama y los misterios que, inevitablemente, se tratan superficialmente y de forma obvia y directa. Las más desarrolladas son las de los protagonistas, pero es que llevamos cuatro novelas de mil páginas con ello. El resultado es que los conflictos de estos personajes avanzan en bucle: pasan por los mismos problemas y dudas en cada novela y solo al final avanzan un poco. Por ejemplo, en todas las novelas tenemos que Shallan no confía en sí misma ni en su entorno, guarda un secreto y tiene que descubrir al traidor, y que Kaladin siente que es un farsante incapaz de proteger a todo el mundo y se plantea el suicidio. Dalinar es el único que muestra un cambio respecto a la novela anterior, pero como tiene poco que ofrecer, tiene pocos capítulos que se centran en investigar sus poderes, sin hablar de él mismo.

Para que no se note tanto que los arcos de personaje se repiten, esta novela ofrece más relevancia a secundarios: Adolin, Navani y Venli. Adolin es de mis personajes favoritos, quizás porque no tiene poderes y me identifico más con sus conflictos internos (más mundanos, como cumplir las expectativas de su padre). Además, en esta novela, su trama tiende más al politiqueo. A eso hay que sumarle que es un personaje bastante atípico: un buenazo al que le encanta la moda y que apoya a su pareja sin imponerse. Por desgracia, ha faltado mucho desarrollo a su conflicto interno y la trama política ha sido muy superficial. 

El de Venli es un punto de vista que me ha sobrado. Sí, nos permite conocer mejor a los parshendis y ver cómo han llegado a la situación actual (los flashbacks están centrados en cómo les encontraron los alezi y empezó la guerra), cosas que ya conocíamos, así que lo único que hace su historia es rellenar huecos. A eso hay que sumarle que es la cuarta novela; ya es un poco tarde para presentarnos una raza tan importante para el desarrollo de la trama. Además, más allá de la propia Venli y Rlain, no hay más parshendis; no hay ningún parshmenio relevante; y de los fusionados solo se profundiza en Rabeniel (a quien conocemos más por Navani que por Venli), el Perseguidor y mínimamente en Leshwi. Para una obra que quiere hablar de colonización, creo que se olvida mucho de los colonizados.

Navani me hubiera gustado si hubiera sido un personaje en algún momento: su trama gira en torno a sus descubrimientos científicos y experimentos relacionados con los distintos tipos de luz y los fabriales. No es solo que nos explican muy tarde (ahora, en el cuarto libro) cómo funcionan elementos tan básicos y cotidianos como los fabriales, sino que se profundiza muy poco en Navani como persona. Su único deseo es ser una erudita y constantemente se infravalora. No sabemos nada de su relación con Dalinar ni con el resto de personajes, ni tampoco sobre cómo era su relación con Gavilar, más allá del prólogo inicial. Incluso obvia el duelo por la muerte de su hijo, que se menciona de tantas a cuantas.

Eso sí, la ciencia está muy bien hecha y es coherente con el mundo que nos han presentado. Seguramente, si tienes vena científica, esta será la parte que más disfrutes: ir desentrañando los misterios del mundo e ir convirtiéndolo en algo racional y manejable, dentro de las posibilidades humanas. A mí, en cambio, me ha aburrido de sobremanera. Páginas y páginas de ciencia y experimentos que no me decían nada sobre la trama principal ni sobre el personaje.

Lo único que salvo de la trama de Navani es su relación con Rabeniel, una fusionada de alto rango. Ha sido bonito ver cómo han pasado del enemies to lovers (no hay romance entre ellas, ojalá): ambas son enemigas unidas por su amor por la ciencia; saben que aquello que descubran puede perjudicar a los de su bando, pero al mismo tiempo, son incapaces de parar. Las últimas escenas de la novela en las que se ve su relación de amistad me han parecido preciosas.

Ya que estoy, termino de hablar de las tramas del resto de personajes, de los que no tengo mucho más que decir. En el caso de Kaladin, me ha gustado ver cómo la depresión se materializa y le impide hacer cosas, aunque al mismo tiempo el autor se resarce demasiado en el sufrimiento del personaje y no deja de ponerle obstáculos uno detrás de otro. Lo terrible de esta enfermedad no es que te sientas hundido porque la vida te machaque (eso es lógico), sino que te hundes pese a estar en tu mejor momento, sin necesidad de que te pasen grandes tragedias. No es el caso de Kaladin, a quien el autor arrastra por el fango una y otra y otra vez. Entiendo que el mensaje es que, pese a ello, sigue adelante, pero no es lógico ni una buena representación de la enfermedad. Lo peor ha sido, con diferencia, la resolución final: la magia no debería intervenir de ninguna manera en la sanación mental de alguien (no es que ser Radiante le cure, aún gracias). Lo mejor es el papel de la familia de Kaladin y el choque ideológico de este con su padre, así como la manera en que Kaladin adopta un nuevo enfoque en cuanto al tema de proteger a los demás, relacionado con la medicina. Por desgracia, ambas cosas se quedan en nada y no se profundiza suficiente en ello.

La última trama que queda es la de Adolin y Shallan, que nos permite conocer un poco más de Shadesmare, aunque no tanto como para quedar satisfechos. Por ejemplo, me ha maravillado Integridad duradera, una de las pocas ciudades que exploramos de verdad. La parte de Adolin ha sido la más interesante, mientras que Shallan sigue con las mismas, guardando secretos y trabajando para los Sangre Espectral, pese a que no le gustan. Como con Kaladin, el autor se resarce mucho en la desgracia de Shallan y es excesiva la cantidad de secretos que guarda. Sentía algo de interés por descubrir este nuevo secreto, sin embargo, me lo visto venir de lejos. La trama de buscar al traidor me ha parecido reiterativa y los Sangre Espectral no me gustan: ya es todo suficientemente caótico como para añadir otro grupo más. Además, conocemos al jefe de otras sagas y no me parece que sea congruente con lo que nos habían mostrado de él. La mejor parte es el enfrentamiento contra Sinforma, algo que podría haber sucedido mucho antes y que era predecible.

Estos son los personajes principales, pero hay decenas más con mucho potencial que están completamente subdesarrollados. Ni Jasnah ni Moash, ni Szeth ni Lift ni Renarin ni la mayor parte del Puente Cuatro tienen un papel relevante y sus acciones parecen arbitrarias debido a que no les conocemos suficiente (como Jasnah y el romance que tiene, que no pinta nada). El único que se salva es Taravangian, uno de mis personajes favoritos, que en cada novela tiene más capítulos.

Crítica a los estereotipos de la guerra
Teniendo en cuenta que hay centenares de personajes y que estamos en una guerra a escala planetaria, lo mínimo que uno esperaría es que muriese gente. Sin embargo, las bajas son contadas en ambos bandos del conflicto: los fusionados se reencarnan y solo muere gente cercana a los protagonistas esporádicamente, para hacer daño al lector. Eso hace que la batalla no resulte creíble y que en ningún momento temas por la seguridad de los personajes: todos sabemos que nadie importante morirá a mitad de novela, como mucho al final.
Me encanta la mentalidad de Taravangian

No voy a alargarme a hablar de la magia y del mundo ya que es un poco lo mismo que en los otros libros. Tanto lo uno como lo otro son muy complejos, están muy trabajados y muestran un gran potencial; el problema es que no se desarrolla en absoluto: para eso sería necesario un libro de datos. Esa falta de desarrollo del mundo no sería un problema (mirad Canción de hielo y fuego o El señor de los anillos) si la trama no girase exclusivamente en descubrir esos misterios. Sí, el objetivo es derrocar a Odium, cosa que no conseguirán hasta descubrir primero cómo funcionan todos los poderes y qué sucedió con los Heraldos, entre muchas otras cosas.

Como os decía antes, al autor le ha podido la ambición. Hay demasiados sistemas de magia, grupos y facciones en conflicto: diez órdenes de Caballeros Radiantes, de las que conocemos a medias tres; nueve marcas de Fusionados, de las que conocemos a medias cuatro; los parshendi; los parshmenios; los Sangre Espectral; cuatro tipos distintos de luz; decenas de fabriales, los spren emocionales; los spren elementales; cuatro Deshechos; ocho tipos de spren Radiantes; las Esquirlas... Y eso por no mencionar todas las naciones humanas, cada una con su propia cultura y otros grupúsculos menores. Este intento de ofrecer un mundo complejo solo consigue que obtengamos un mundo superficial, donde nada se desarrolla lo suficiente.

Os diría cuánto ocupa el glosario de personajes, pero es que para más inri no hay. Tampoco hay un ars arcanum que te resuma lo que ya sabes sobre la magia y los grupúsculos y te guíe un poco (hay un par de páginas que no sirven para nada), con la intención de crear comunidad y que la gente comparta la información entre ellos. Mira, paso. No me gusta socializar y me niego a investigar y comerme algún spoiler sin querer.

Todo este misterio con la magia hace que los personajes puedan descubrir poderes o nuevos enemigos según le convenga a la trama. A eso hay que sumarle que algunos personajes son demasiado poderosos, por lo que la única forma de hacer que se vean en problemas es caparles sus habilidades, es decir, quitarles poder artificialmente para ver cómo se las apañan con menos recursos... sin darse cuenta de que eso ya lo hemos visto en las primeras novelas, cuando no habían desarrollado tanto sus poderes. Me parece que esto es hacer trampa, como las secuelas de videojuegos que buscan una excusa para que, en la segunda parte, los personajes empiecen de cero. Si quieres que tus personajes tengan problemas, ponles un reto mayor, en lugar de castigarles quitándoles lo que han conseguido.

En cuanto a la estructura, es similar a las novelas anteriores, con epígrafes a principio de capítulo que te introducen información de tal relevancia que deberías conocer desde hace un par de novelas y misterios aleatorios relacionados con las Esquirlas. De nuevo, al igual que el mundo y la magia, todo esto podría ser realmente intrigante si no tuviéramos dividida nuestra atención en mil sitios a la vez porque hay muchísimos misterios por todas partes. También sigue habiendo capítulos flashbacks, donde te cuentan el pasado de un personaje, en este caso Venli. Suele ser la mejor parte de la novela; por desgracia, aquí se sienten vacíos. Por una parte, no ayudan a comprender al personaje: quieren dar a conocer a los parshendi, no a Venli. Por otra parte, hay algunos desde el punto de vista de Eshonai (cosa que no comprendo, porque murió). Además, aunque la mayor parte de los flashbacks se remontan a antes del inicio de la saga, algunos se refieren a cómo se sentía Venli en sucesos que tuvieron lugar durante los libros anteriores, así que no cuentan nada nuevo a nivel narrativo y se siente más como un añadido. También hay interludios, como en anteriores novelas, al final de cada parte, y, por suerte, esta vez están protagonizados por personajes que ya conocemos. Aun así, algunos son extraños y no encajan temporalmente: no tienen lugar en un momento indeterminado de lo que se ha contado en la última parte, sino que algunos suceden mucho antes y otros se ambientan después.

A nivel narrativo no hay nada que me parezca destacable (como G abandonó la LC, no me fijé en las comparaciones absurdas y redundantes, el exceso de dijo u otros problemas lingüísticos), más allá de que, por desgracia, todos los personajes hablan igual. Una novela con tantos personajes necesita que estos estén bien caracterizados lingüísticamente; sin embargo, aquí no se diferencian: todos tienen la misma actitud y usan el mismo registro para hablar.

En conclusión: ha sido exactamente lo que esperaba. Tenemos una novela de muchas páginas que no es más que un cuello de botella, donde la obra termina prácticamente en el mismo sitio en el que empezó. Hay una ligera evolución en los personajes en las últimas doscientas páginas; el resto es relleno y reiterativo. El mundo y la magia son muy interesantes y tienen un gran potencial, pero el autor ha intentado abarcar demasiado y todo queda superficial. Lo mismo sucede con el tema de la representación de las enfermedades mentales: está muy bien que los personajes las tengan, sin embargo, no evolucionan y, al final, sus pensamientos y acciones son reiterativas, mientras que el tratamiento es superficial. En resumen, es un libro que está bien, pero que no merece la pena el esfuerzo. Pese a ello, ya he empezado a leer el siguiente (este lo terminé en octubre), también en LC, por inercia y para terminar esta primera pentalogía (tengo entendido que los siguientes se van a desarrollar muchos años después, con personajes completamente distintos).

Cosas que he aprendido:

  • No puedes hacer una novela que le guste a todo el mundo.
  • No puedes quitarle los poderes que ha conseguido de forma justa un personaje, sino debes hacer que se enfrente a algo mayor.
  • Los héroes pueden sufrir depresión.
  • Se pueden representar enfermedades mentales en fantasía.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

PUNTUACIÓN... 3/5!

Primeras Líneas...

domingo, 19 de enero de 2025

Mejores y peores lecturas 2024

¡Hola a todos! Llevo un poco de retraso con estas entradas especiales, porque suelen publicarse a principios de enero (o a finales de diciembre, cosa que no entiendo, porque hasta el último día tienes la oportunidad de toparte con la mejor lectura del año), pero más vale tarde que nunca. 

Hoy os traigo un TOP 3 de mis mejores y peores lecturas del 2024. La mayoría están reseñadas en el blog (alguna, leída a final de año, todavía está en el tintero), y ya en su momento me explayé largo y tendido. Por eso, aquí haré solo un comentario breve (siempre digo lo mismo y no sé cómo, pero termino escribiendo un testamento), por si no visteis la reseña en su momento. Así tendréis una excusa para lanzaros este año a por la lectura de mis favoritos y descartar los otros nada más verlos. En caso de que os interesara leerla reseña completa, os informo de que si hacéis click en el título del libro, el enlace os llevará a la reseña correspondiente (si es que la hay).

Este año la decisión no ha sido difícil. En cuanto a las tres mejores, en el pódium deberían estar La canción secreta del mundo, de José Antonio Cotrina y Te daría el mundo, de Jandy Nelson, sin ningún ápice de duda dos de mis mejores lecturas del año, pero como son relecturas, he decidido no incluirlasEn el caso de las peores lecturas, he escogido los tres que más me enfadaron. Hay muchos libros que he dejado a medias que deberían estar en este TOP (Tengo tu número, de Sophie Kinsella, seguro que lo encabezaría), pero solo incluiré aquellas lecturas que haya terminado. Como últimamente estoy abandonando todo aquello que no me convence, no hay tantas malas lecturas como en otros años ni son tan terribles.


TOP 3 MEJORES LECTURAS 2024

Monster, de Naoki Urasawa

Cuando G me recomendó este manga porque le parecía de mi estilo, no esperaba que se convirtiera en una de mis mejores lecturas del año. Tuve mis más y mis menos con los tres primeros tomos: me gustaba el dibujo, el tono serio y el debate que asomaba entre las páginas, pero las casualidades y el buenismo de Tenma me molestaban. En los tres siguientes decidí abrazar los defectos y virtudes de la obra y eso me permitió sintonizar con la historia. La recta final fue una montaña rusa de emociones. En concreto, me ha encandilado cada página del último tomo: las leía varias veces para saborearlas, y cuando llevaba la mitad, me planteé volver a empezar para prolongar la experiencia.

Puede que la historia tenga sus fallos y podría mejorar en varias cosas (hay casualidades y Tenma no deja de ser la influencia positiva de cualquier conflicto), sin embargo, el final es un rotundo diez: el autor pone toda la carne en el asador y deja al lector con el corazón en un puño a cada página, el dominio absoluto que tiene de la tensión narrativa te deja con los nervios a flor de piel y una no puede evitar sorprenderse al darse cuenta de lo mucho que han evolucionado los personajes y hasta dónde han llegado.

Este manga en general me parece muy accesible para aquellos que no están habituados al formato y les gustan los thrillers, porque tiene muchas características de los cómics occidentales. El dibujo no solo es claro, limpio y fácil de seguir, sino que aporta mucho gracias a los fondos detallados y la expresividad de los rostros. La historia merece mucho la pena tanto por la emoción que hay en los arcos de personaje como por la reflexión necesaria sobre el monstruo que acecha dentro de cada uno de nosotros. No es una historia, perfecta, pocas lo son, pero se quedará conmigo mucho tiempo y sé que la releeré en un futuro. 

S. El barco de Teseo, de J. J. Adams y Doug Dorst

Su peculiar formato y la cantidad de materiales complementarios que incluye consiguieron que este libro se vendiera como churros, pero no llegó a su público objetivo. No estamos antes un libro bonito y accesible, al contrario, es un libro que desafía las convenciones tradicionales de lectura y exige un esfuerzo activo por parte del lector para interpretarlo, en parte porque experimenta con la forma: la narrativa es multidireccional (puede que tengas que ir saltando de una página a otra), hay acertijos y es necesario interactuar con diferentes elementos paratextuales para descubrir la historia completa. Que los personajes cuenten una historia en los márgenes de la página y se intercambien documentos que nosotros también podemos tocar, me voló la cabeza.

Que el libro me haya encantado no quita que haya sido un suplicio leerloEs como un puzzle que juega con varias capas de realidad para dar lugar a múltiples interpretaciones.  Más allá del peculiar formato, la dificultad de la lectura reside en leer constantemente entre líneas y comprender las distintas capas de significado que esconde cada párrafo; solo así podrás desentrañar todos los misterios y captar la profunda reflexión que esconde la historia sobre la fluidez de la identidad, la crítica al capitalismo y a la explotación laboral. Si uno lee esta obra desde la perspectiva del entretenimiento, encontrará una narrativa confusa y vacía, porque solo verá la superficie.

Este libro no es para todo el mundo, porque demanda un lector con mucho tiempo, mucha capacidad de atención, interés por los códigos ocultos y la capacidad (y las ganas) de analizar la obra palabra a palabra. Va más allá de la simple experimentación con el formato, porque la usa para explorar la reflexión sobre la identidad desde perspectivas nuevas. Las tres tramas que presenta son básicas en su superficie, porque el interés reside en cómo se interrelacionan y en captar los mensajes subliminales. En su conjunto, es un puzzle en el que todas las piezas encajan a la perfección, pero cuya imagen final será distinta para cada lector.

No puedo terminar esta recomendación sin alabar el estupendo trabajo realizado por el traductor, Marcelo E. ManzzantiEn una obra en la que cada palabra importa, llena de mensajes ocultos y juegos de palabras, traducir y adaptar el texto sin que se pierda la esencia de la obra original es toda una proeza. También cabe mencionar el increíble trabajo de maquetación, que ya les gustaría tener a los libros que se venden como "ediciones especiales".

Ciudad de jade, de Fonda Lee

Me ha sido difícil decidirme entre añadir esta novela o su continuación, Guerra de jade (reseña pendiente), porque ambas son muy buenas. Finalmente, me he decantado por recomendar esta, no solo por ser la primera de la trilogía, sino porque aunque la política no sea tan buena (y eso que aquí es brutal), maneja mejor a los personajes. Ciudad de jade es una novela perfecta para aquellos que quieran leer sobre mafias y gángsters, ya que muestra su funcionamiento y las relaciones entre sus miembros de forma muy realista. No había leído nada hasta ahora del tema y he quedado enamorada. El mundo está muy bien presentado y hace un retrato muy completo de las mafias: veremos las cruentas luchas territoriales entre clanes; la relación de vasallaje con los comerciantes, obligados a posicionarse y pagar tributo; los lazos de lealtad entre los miembros del clan, mucho más estrechos que si fueran de sangre; los tejemanejes políticos, la corrupción y la ambición de poder; el sangriento precio de la traición. 

Los personajes tienen mucha profundidad y cada uno ofrece una perspectiva muy distinta sobre el clan. Puede que sean personajes carismáticos, puede que entiendas de dónde vienen, cuáles son sus pasiones y miedos, pero eso no significa que la novela los presente como los buenos de la historia: ambicionan el poder, quieren el control completo de la ciudad, no tienen unos objetivos nobles y son tan violentos como cualquier otra mafia. Aun así, la autora los humaniza y explora tan bien todos sus recovecos, desde sus inseguridades hasta sus fortalezas, que es inevitable conectar con ellos.

Que conste que no estamos ante una novela juvenil, sino una obra adulta que  equilibra con gran maestría escenas de acción (muy bien descritas), donde lo importante son las consecuencias emocionales en los personajes, e intrigas políticas, donde es más importante lo que se calla que lo que se dice. Si te gustan los politiqueos narrados de forma interesante, este es tu libro.
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TOP 3 PEORES LECTURAS 2024

El secreto de las hermanas Blackwood, de Ellen Marie Wiseman 

Este es uno de esos libros que solo terminé de leer para poder escribir una reseña negativa y hablar con conocimiento de causa. El principal problema es que me aburrió soberanamente: la trama del presente sobra por completo y la del pasado es insulsa. Pretende hablar sobre los circos de monstruos, la vida que llevaban los artistas y el maltrato animal, pero no trata ninguno de esos temas con profundidad. En el caso de la trama del presente, la lectura tampoco tiene interés porque la protagonista es un personaje atado a su antepasada, sin personalidad propia, que no lleva a cabo una verdadera investigación de sus raíces. El personaje de Lilly está más trabajado, pero aun así, presenta algunas lagunas y no la vemos pasar por tantos apuros como para que su historia nos conmueva, a excepción del dramatismo del final. Me sentí estafada porque  no ofrece la profundidad ni los temas que vende la premisa. A todo eso hay que sumarle que la edición es catastrófica: hay muchos errores ortográficos frutos de la falta de revisión, así como guiones de diálogo que no están donde toca. 

Harrow la Novena, de Tamsyn Muir

He dudado entre incluir en esta lista Gideon la Novena o Harrow la Novena, porque ambas han sido la gran decepción del año. Al final me he decidido a hablaros de la segunda parte, porque me enfureció ligeramente más que no intentara solucionar ninguno de los problemas de la novela anterior. Con Harrow la Novena, no solo sentí que perdía mi tiempo, sino que entre tanta nada, había una buena historia cuyo potencial estaba completamente desperdiciado.

Hay que admitir que algunas cosas no me han gustado porque no encajan conmigo, como el humor de la generación Z. Entiendo que es un humor que se basa en lo inesperado, pero es que no puedes pretender tratar un tema como el duelo haciendo bromas fuera de tono, sacando hierro al asunto y sin llegar a hablar seriamente sobre ello. 

Lo más interesante es el worldbuilding, pero no está nada trabajado y sabemos muy poco del mundo a todos los niveles: social, religioso, tecnológico, político, cultural, mágico... La nigromancia, la magia de este mundo, también es fascinante, pero no se establecen los límites de la magia ni las reglas básicas.

Lo peor ha sido la confusión reinante. La autora prioriza la creación de misterios por encima de los personajes, la narrativa y los temas, así que al final se siente como si hubieras mezclado las piezas de varios puzles y no supieras qué imagen tienen que formar al finalTodo este misterio no tiene ninguna razón de ser y todo es tan ambiguo que cualquier final es posible. He terminado la novela sin saber nada de los personajes, porque no tienen profundidad, ni desarrollo, no conocemos sus sentimientos y no sabemos hasta qué punto lo que nos cuentan ellos y la narración es real. El objetivo de esta novela es confundir y engañar al lector: aunque nos cuentan cosas del pasado de Harrow, entra tanto en contradicción con la novela anterior que enseguida te das cuenta de que es inventado. En Gideon la Novena, Harrow me gustaba, porque era un personaje proactivo; aquí, por el bien de la confusión, se convierte en un personaje pasivo, al igual que el resto, que no reaccionan de forma lógica. Estos no solo son distintos de la novela anterior, sino que se hacen eco de la voz de la autora y suelen actuar o hablar de forma discordante con su personalidad.

A todo esto hay que sumarle los problemas narrativos: descripciones confusas, abuso de comparaciones que rompen con el tono y interrumpen la narración, un exceso de referentes y muchos errores de traducción. Una castaña, vamos. Y si os llamaba la atención porque son nigromantes lesbianas en el espacio, quitáoslo de la cabeza: la ciencia ficción es prácticamente inexistentees cierto que la mayoría de mujeres son lesbianas, pero nadie sale con nadie, ni sus sentimientos son correspondidos, ni el amor es algo en lo que se paran a pensar los personajes. 

Cómo volé sobre el nido del cuco, de Sydney Bristow

Todavía no he colgado (ni escrito) la reseña de este libro porque fue una de mis últimas lecturas del año. Llevo un tiempo muy interesada en leer sobre enfermedades mentales y recordaba que este libro había causado revuelo en su momento. Además, no era una ficcionalización, sino el testimonio de alguien que había sido ingresado en un centro psiquiátrico. No ha sido para nada lo que esperaba. Para empezar, no se profundiza en el estado mental de la protagonista, que durante años ha sufrido trastornos alimenticios y su intento de suicidio la dejó en silla de ruedas temporalmente. La narración es aséptica y la protagonista no habla ni reflexiona sobre cómo ha llegado hasta esa situación ni en cómo se siente. No conocemos su pasado, más allá de alguna mención esporádica, ni la relación con su entorno: su familia sale, pero son un florero y más allá de lo superficial, la protagonista no reflexiona sobre su relación con ellos. Tiene 30 años, pero la madurez de una adolescente.

Seguiremos día a día su ingreso (no sé cómo lo recuerda tan bien si no lo apuntó y las pastillas te suelen confundir), cotilleando en la vida de los demás pacientes, pero sin llegar a saber realmente qué tienen ni cómo son sus enfermedades. No se ve demasiado del centro psiquiátrico, más allá de la ineptitud e incompetencia de la mayor parte del personal. Y no solo eso, por lo que nos cuenta, no hay verdaderos tratamientos, ni ayuda psicológica (la psicóloga le hace más mal que bien): parece un centro ocupacional en el que pasar el rato y hacer amigos. Puedo aceptar que la trama sea aburrida para reflejar lo repetitiva que era la rutina, pero no que sea aburrido porque la protagonista no reflexione acerca de nada.

A todo eso hay que sumarle que tiene la calidad literaria de una patata. No hay errores ortográficos, se nota que al menos la editorial ha cuidado eso, pero no conoce las técnicas narrativas básicas y hace cosas como mezclar tiempos verbales. Puedo entender que, el año en que salió, 2018, hubiera pocos testimonios reales sobre salud mental, pero hoy en día hay cosas mucho mejores que esto.

Y hasta aquí mis mejores y peores lecturas del año. ¿Teníais pendiente alguno de los libros que menciono? ¿O habéis leído alguno? ¿Estáis de acuerdo conmigo? ¿Cuáles han sido vuestras mejores y peores lecturas del año?

miércoles, 15 de enero de 2025

Lo siento, Leonard Peacock, de Matthew Quick

Traductora: Maia Figueroa Evans
Editorial: Booket
302 páginas
Título: Lo siento Leonard Peacock
Autor: Matthew Quick
Fecha de publicación: 06/05/2014
304 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-670-4133-0

Sinopsis:
El día en que cumple dieciocho años, Leonard Peacock decide acabar con su vida. El mundo adulto le parece triste; cuando las personas crecen caen en una rutina de desilusión que él quiere evitar. Ha conseguido una pistola P-38, herencia de la lucha de su abuelo contra los nazis en Europa, con la que se pegará un tiro. Pero antes tiene que entregar cuatro regalos, uno para cada persona importante de su vida: su anciano vecino, amante de las películas de Bogart; un compañero de instituto con gran talento para el violín; una preciosa muchacha que reparte folletos de su iglesia a la salida del tren; y Herr Silverman, profesor de Historia y adulto de referencia. En cada despedida, Leonard tratará de encontrar un sentido al camino que pretende dejar atrás.

Opinión:

Puede que esta obra me hubiera gustado más en mi etapa adolescente, porque siento que ya se me ha pasado el arroz. Me la habían vendido como una novela dramática y desgarradora y, a ver, no ha habido para tanto, es más, me parece bastante olvidable, al menos para mí (¿no es esa una forma de justificar tu escueta reseña?).

Ojo, que me parece muy necesaria como lectura escolar o para los más jóvenes, ya que trata temas con los que sentirán cercanos: Leonard es muy solitario, se siente incomprendido por su entorno, su madre le ignora y ve el futuro tan negro, que solo quiere escapar de él suicidándose. La obra habla del último día de vida de Leonard, quien nos desgrana qué le ha llevado al suicidio. Veremos el apoyo que suponen para él algunas personas de su entorno y si estas serán capaces de detenerle. 

En este tipo de historias, suele ser habitual que el protagonista sea víctima de acoso escolar, pero no es el caso de Leonard. Su depresión es consecuencia de su soledad: casi nadie le ve ni le escucha, no sabe qué quiere hacer con su vida y cree que todos los adultos llevan una vida amargada y triste. Sí que hay un trauma en su pasado y es la razón por la que quiere matar a su antiguo mejor amigo Asher. Me ha parecido loable que se mencione este tema (por desgracia no se trata) porque está muy invisibilizado.

SPOILER (subrayar para leer)

Leonard es víctima de violación por parte de su amigo, que a su vez sufrió abuso sexual por parte de su tío. Se habla muy poco de la violación masculina y creo que es necesario que se visibilice más para que pierda su carácter tabú.

FIN SPOILERS

Otra peculiaridad más que tiene la obra es que Leonard no es buena gente. Por ejemplo, acosa a una chica que conoce en el metro, se burla de sus creencias y la besa en contra de su voluntad (esto no es en una única escena, sino que es una relación de varios meses). A eso hay que sumarle que se salta las clases para seguir a la gente deprimida que va al trabajo por las mañanas y que tiene pensamientos violentos sobre los demás. Leonard no es en ningún momento solo la víctima y no se nos muestra que sus actos sean positivos, al contrario, se le critica por ello, porque las personas somos complejas y estamos compuestas por una gama de grises. Quizás Leonard era así desde el principio o quizás las circunstancias le convirtieron en lo que es (creo que la novela se inclina más por esto último), pero eso no importa. La vida siempre nos pondrá obstáculos y no hay que dejarse llevar por la oscuridad, sino seguir adelante pese a todo.

Hablaré brevemente del resto de personajes, porque tampoco la obra profundiza mucho en ellos. No tengo nada que decir de la chica católica porque ni la llegamos a conocer bien ni su relación con el protagonista me ha parecido mínimamente interesante. Del anciano vecino Walt, el único amigo del protagonista, tampoco tengo que decir mucho. Ambos pasan las tardes viendo películas del Oeste con afán de evadirse, así que no hay ningún mensaje, ya que podrían estar mirando el futbol. No he entendido la dinámica de responderse con diálogos de películas, porque a veces no tenía sentido.

Asher, para mi sorpresa, ni siquiera llega a ser un personaje y la madre de Leonard sale muy poco, lo justo y necesario para demostrar que algunas personas no deberían tener hijos: gran parte de los problemas de Leonard surgen a raíz de la ausencia de una figura materna. Es curiosa la relación de dependencia de Leonard con su madre: pese a que ella nunca está ahí ni se preocupa, cualquier mínimo atisbo de atención, para él ya es suficiente, y pese a que reniega de ella, nunca pierde la esperanza de que se percate de cuanto la necesita.

Me ha parecido indicado dedicar un párrafo independiente para hablar de herr Silverman, profesor de Leonard en la asignatura Holocausto (qué raros son en EEUU, cómo pueden tener una asignatura completa sobre el tema en el instituto). Herr Silverman es la única figura adulta positiva que hay en el entorno de Leonard (Walt no es negativo, pero es un anciano amargado), el único que realmente se preocupa por el protagonista. Es el profesor perfecto: intenta hacer clases dinámicas que hagan pensar a sus alumnos, plantea debates morales, muestra preocupación por todos y se ofrece a ayudar a Leonard en lo que sea. El trasfondo del mensaje es positivo (ante cualquier problema, siempre puedes confiar en algún profesor), pero en realidad refuerza un modelo de profesor que no existe y al que muchos docentes aspiran, en vano. No puedes preocuparte cada año por 120 alumnos y convertirte en su apoyo y confidente. Como profesor, no debes cargar con el peso de la salud mental de tus alumnos. No hay ni recursos ni tiempo suficiente, y ni siquiera es tu responsabilidad. Me parece muy bien que Herr Silverman sea el apoyo del protagonista y claro que los adolescentes deben hablar con un profesor si padecen algún problema, pero el docente debe derivarles a un profesional adecuado, no hacerse responsable de todo, porque llegará un punto en que se sentirán frustrados por no poder hacer más.

Por otra parte, me ha parecido exagerado que, más allá de Herr Silverman, no hubiera nadie más satisfecho con su vida y que todas las personas a las que sigue Leonard refuercen su creencia de que los adultos tienen una vida de constantes pesares, sin embargo, hay que tener en cuenta que la obra está narrada por Leonard, así que es su visión del mundo.

Varias cosas más por comentar. La novela cuenta con representación LGTBI naturalizada, ya que su orientación no es la única característica de esos personajes. Además, hay personajes del colectivo tanto positivos como negativos, cosa que es un acierto para no dar un mal mensaje.

En cuanto a la narración, hay un par de cosas curiosas. Para empezar, la novela está plagada de notas al pie de Leonard, a quien le ha gustado este recurso y ha decidido explotarlo al máximo... sin ser muy consciente de su uso real. Son muchas notas al pie muy largas que solo están ahí para ofrecer algo distinto; más allá de eso no tienen mucha razón de ser y, en la mayoría de casos, podrían integrarse perfectamente en la narración.

La segunda cosa curiosa es que de vez en cuando, se cuela algún capítulo epistolar, donde los familiares de Leonard, desde un futuro distópico, le escriben para hablarle de la felicidad que le espera. No sabía yo si es que iba a haber algo de ciencia ficción rara por aquí metida; por suerte no es así y estos capítulos tienen una explicación racional. La idea me ha parecido bonita, pero sentí que algunos capítulos se alargaban mucho y, sobre todo, que interrumpían la historia. En el fondo esto último tampoco importa mucho, porque como os imaginaréis, la trama no es trepidante (hay mucho flashback y monólogo interno de Leonard) y solo hay un momento tenso.

El final también es bastante atípico, porque queda, en cierta manera, abierto, sin dar pie a una continuación. Es un final ambiguo, porque realmente no sabes qué decisión toma al final Leonard, pero creo que, si has entendido el mensaje de la obra, la respuesta es clara. Me gusta esta ambigüedad porque da lugar a debate, pero mientras que para mí el mensaje es bastante claro ("el mundo nunca dejará de tratarte como si fueses basura; lo importante es que no te dejes convencer de que lo eres"), no estoy segura de si el público al que va dirigida esta novela será capaz de comprenderlo y reflexionar sobre ello. Prueba de ello es que la mayoría de quejas que he leído sobre esta novela son, precisamente, sobre el final.

En conclusión, Lo siento, Leonard Peacock es una novela que me ha causado bastante indiferencia y que olvidaré con facilidad. Estoy segura de que muchos jóvenes empatizarán con la soledad del protagonista y tanto la reflexión sobre el suicidio como el mensaje sobre el coraje de seguir adelante me parecen muy importantes. Tiene algunos elementos curiosos y distintivos: las notas al pie, un protagonista algo sinvergüenza y un final ambiguo que da pie a la reflexión. Algunos momentos me han parecido más lentos y descriptivos (en el fondo es una novela que aboga mucho por el monólogo interior y que cuenta con una trama poco emocionante y previsible), pero ofrece buenos mensajes, se lee con facilidad y resulta entretenida.

Cosas que he aprendido:

  • Las notas al pie son un recurso molón, pero tienen que tener un sentido.
  • Esta cita que se atribuye a Gandhi: "Primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan y entonces ganas". Y ganas porque sigues luchando.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:



PUNTUACIÓN...3/5!

Primeras Líneas...