domingo, 6 de octubre de 2024

Monster (Kanzenban, Tomos VII-IX), de Naoki Urasawa


Título original: Monster (モンスター)
Edición original: Kanzenban (完全版)
Guion: Naoki Urasawa
Dibujo: Naoki Urasawa
Editorial japonesa: Shogakukan 
Editorial española: Planeta Cómic / Planeta DeAgostini Cómics     
Formato: Tomo A5 (148x210) rústica (tapa blanda) con sobrecubierta
Números en castellano: 9 (serie completa)

Sinopsis:
"Es Tenma quien ha destruido mi vida. . . " Eva tiene un odio inconmensurable hacia Tenma. Pero es la única persona que podría testificar para demostrar su inocencia. Se niega a hacerlo, pero luego decide ayudarle tras aceptar recordar lo que vio. ¡EVA VIO A JOHAN! Mientras, la "mano malvada" de Robert, que quiere matar a Eva, se va acercando lentamente a ella. . . La clave para resolver el misterio está en la mansión de las rosas rojas.
Tenma, Nina y Johan se dirigen por separado hacia ese lugar. ¿Qué está pasando ahí? ¿Y por qué motivo? ¿Quién es en realidad Franz Bonaparta? ¿Se revelará alguna vez el secreto del nacimiento del monstruo?

Opinión:

No sé cómo enfrentarme al final de una historia que me ha acompañado durante tantos meses. Tuve mis más y mis menos con los tres primeros tomos: me gustaba el dibujo, el tono serio y el debate que asomaba entre las páginas, pero las casualidades y el buenismo de Tenma me molestaban. En los tres siguientes decidí abrazar los defectos y virtudes de la obra y eso me permitió sintonizar con la historia. La recta final ha sido una montaña rusa de emociones: en el tomo VII descubrimos el potencial que ocultaba la historia, el tomo VIII sienta las bases de lo que está por venir y el tomo IX lo da todo. En concreto, me ha encandilado cada página de este último tomo: las leía varias veces para saborearlas, y cuando llevaba la mitad, me planteé volver a empezar para prolongar la experiencia. No tenía ninguna prisa por llegar al final: cuando algo te gusta, prefieres que no termine nunca.

El dibujo es bueno desde el primer tomo: trazo firme, fondos detallados, variedad de diseños y gran expresividad. No hay una mejora significativa, sin embargo, aumentan considerablemente los primeros planos, las viñetas son cada vez más grandes y el ritmo se detiene más para enmarcar el momento. Todo eso realza las virtudes del dibujo. Algunas páginas me han dejado sin aliento por la emoción que transmite la expresión de los personajes. No he podido resistirme a dejaros un par de ejemplos a lo largo de la reseña.

La trama coge ritmo tanto en el tomo VII como en el XI. En ambos se suceden las escenas de acción, muy bien equilibradas con el drama, que obligan a los personajes a mirar en su interior, evolucionar y profundizar en lo que saben de ellos mismos. El tomo VIII no está mal, sin estar al nivel de los otros dos, pero es más de corte policíaco y se centra menos en los personajes.

Por supuesto, sigue habiendo casualidades y Tenma no deja de ser la influencia positiva de cualquier conflicto. De todas formas, ambas cosas me han molestado menos, tanto porque el número de casualidades se reduce considerablemente, como porque Tenma deja de monopolizar la narración (la obra se vuelve cada vez más multiperspectivista).


Puede que la historia tenga sus fallos y podría mejorar en varias cosas, sin embargo, el final es un rotundo diez. El autor pone toda la carne el asador y deja al lector con el corazón en un puño a cada página. En el tomo final, el autor hace gala de un dominio absoluto de la tensión narrativa, que te deja con los nervios a flor de piel. Hay varias escenas muy épicas (no sabía que al autor se le daba tan bien la acción) y todos los personajes, tanto protagonistas como antagonistas, tienen su momento para brillar. No hay giros inesperados (o no muchos) y aun así una no puede evitar sorprenderse al darse cuenta de lo mucho que han evolucionado los personajes y hasta dónde han llegado.  

Sigue habiendo personajes nuevos bien desarrollados (el abogado, el escapista, el discípulo o el marionetista, entre otros), pero lo importante es que al final aparecen todos los que habían sido relevantes y que habían quedado con algún cabo suelto. Cada uno de ellos tiene el final que se merece, tanto para bien como para mal, y tiene en cuenta los demonios internos con los que lucha cada personaje: Lunge y su fe en el raciocinio, Roberto y su lealtad ciega, Eva y su autoodio, Tenma y su arrepentimiento por haber salvado a un monstruo, Nina y su pasado olvidado, Grimmer y sus sentimientos reprimidos, Johan y el rechazo a su identidad,...

Si tuviera que poner una queja a una historia llena de personajes profundos y bien trabajados, es que Nina me ha quedado algo deslucida. En general, la búsqueda de sus recuerdos importa más para la trama (es una excusa para ir desgranando poco a poco el pasado de ambos hermanos) que para el personaje. Además, se siente como un personaje estancado, que solo da vueltas sobre sí mismo y que no experimenta una verdadera evolución hasta el último momento. Su decisión final es muy acertada y tiene momentos en los que demuestra que es una mujer de armas tomar (literalmente), aunque a diferencia de otros personajes, tiene un papel muy pasivo en el último tomo.

Puede que lo más interesante de este manga sea el mensaje y los temas sobre los que reflexiona. En el primer capítulo, Tenma salva la vida de alguien que se convertirá en un monstruo, un asesino despiadado. La búsqueda de Johan hará que todos los personajes implicados se vean obligados a enfrentarse a sus propios principios morales, que poco a poco se irán pervirtiendo. Siempre habrá algo que será capaz de rompernos como personas, algo que nos lleve al punto de no retorno, a partir del cual nos consideraremos un monstruo. Para Tenma o Nina, por ejemplo, ese algo sería matar a Johan. ¿Hay alguna forma de evitar que eso pase y que el final sea satisfactorio? ¿Realmente todo el mundo merece que se le salve la vida? ¿Hay alguna forma de evitar al monstruo que llevamos dentro? No se habla de todo esto directamente en ningún momento, sino que lo veremos a partir de las decisiones que toman los personajes. 


El final es inesperado y, sin embargo, no deja de ser lógico. Es verdad que da lugar a múltiples interpretaciones, según tu visión de la obra. Eso hace que se preste mucho al debate y que la historia pueda enriquecerse mucho con futuras relecturas.

Al igual que en otros tomos, aquí también encontramos un breve análisis de los temas, muy bien escritos, en las últimas páginas. Siguen estando bien, pese a que no son tan interesantes como los primeros, que ya trataron con bastante profundidad los temas principales de la obra. El último es el más extraño de todos: en lugar de reflexionar sobre el final, casi parece un panfleto publicitario bastante agresivo.

Poca más tengo que decir en este comentario general; si no os he convencido con todo lo que he dicho hasta ahora, nada lo hará. Eso sí, como en las otras ocasiones, me gustaría dedicar un pequeño espacio a hablar en concreto de cada tomo. No os recomiendo leerlo si, por algún casual, habéis empezado a leer el manga; en caso contrario, soy lo bastante imprecisa como para que nada de lo que diga se pueda considerar spoiler.

Tomo VII: un tomo con bastante acción y con varias tramas paralelas bien cohesionadas y entrelazadas, que aportan mucho dinamismo. Por parte de Lunge, veremos como poco a poco va cambiando de chip sin que su mente deje de ser brillante. Tenma está cada vez más obcecado, desesperanzado y hundido. Esperaba que la gente a la que ayudó Tenma tuviera un papel más relevante: no es así. El escapista y su pasado son muy interesantes: su perspectiva de la vida ofrece un buen contraste con Tenma y sirve para aligerar la tensión. El abogado es una buena incorporación por su diatriba interna; lástima que tenga un papel tan secundario y que su relación con la trama sea algo forzada. Profundizamos en Eva y conoceremos mejor su relación con Tenma. El personaje y sus conflictos internos están muy bien construidos. Además, habrá momentos de tensión que harán que el personaje reaccione. La parte de Nina recuperando sus recuerdos es algo aburrida: en realidad solo sirve para darnos pizcas de su pasado con Johan. De todas formas me ha gustado su historia con el marionetista y me ha sorprendido lo turbios que son los cuentos infantiles que aparecen

Tomo VIII: este tomo es el más flojo de los tres, ya que se centra mucho en reiterar ideas: el buenismo de Tenma, con la historia de Milan (el paralelismo está bien, así como la reflexión sobre la venganza) y la omnipresencia de Johan. Hay partes de esto último que están muy bien, debido al hecho de que realmente vemos a Johan como alguien amenazador (toda la tensión con el Bebé y Petr, así como las habilidades del discípulo) cuyas motivaciones son un misterio, por desgracia, otras aportaban muy poco (toda la investigación sobre los asesinos en serie). Descubriremos más sobre lo sucedido en el Kinderheim 511 y el pasado de Johan y Nina, aunque no tanto como me hubiera gustado. En especial, el personaje de Bonaparta está muy desdibujado y no se entiende cómo pasa de un punto a otro. La mejor parte es Martin y su relación con Eva, que ya empezaba en el tomo anterior. Es una historia con un tono muy noir, que nos permite conocer a fondo el autoodio de Eva a través de los ojos de Martin, su actual guardaespaldas. Pese a que la relación entre ambos es breve, resulta creíble y bien desarrollada. Además, aunque a él nos lo acaban de presentar, ha terminado por ganarse mi corazón, en especial por su historia del pasado. 

Tomo IX: el mejor tomo con diferencia. Hay mucha acción, la tensión es brutal, muere mucha gente y hay varias tramas al mismo tiempo que se van compaginando con gran naturalidad. El pueblo en el que sucede todo está muy bien presentado, con algunos personajes terciarios recurrentes que representan al pueblo entero, como el niño o la pareja que gana la lotería. El encuentro entre Lunge y Tenma es genial, así como las escenas de acción tanto de Lunge como de Grimmer, no tanto por la acción como tal, sino por lo que significa para ellos tener que actuar. Hay un par de cosas un poco casuales que dejaré pasar porque es lo que permite a la trama llegar donde tenía que llegar. Como ya he comentado antes, lo más flojo es Nina, ya que es un poco dramas y su papel no es muy relevante. Me hubiera gustado que se justificara mejor la decisión que toma al final. El epílogo es bastante típico, pese a que las últimas páginas dejan al lector bastante descolocado. Quizás lo que más me ha fallado es que al final aparece un personaje de ninguna parte que no aporta mucho y que debería haber sido más difícil de localizar. 

En conclusión, he disfrutado mucho más de lo que esperaba de la lectura de este manga, una obra adulta y madura. Me parece muy accesible para aquellos que no están habituados al formato, que leen thrillers y que como mínimo se han acercado a los cómics. El dibujo no solo es claro, limpio y fácil de seguir, sino que aporta mucho gracias a los fondos detallados y la expresividad de los rostros. Los personajes tienen mucha profundidad y un desarrollo interesante; sin duda son el corazón de esta historia. La obra tiene sus fallos: el buenismo de Tenma se hace un poco pesado, Johan es demasiado omnipresente y hay muchas casualidades. Pese a ello, la historia merece mucho la pena tanto por la emoción que hay en los arcos de personaje como por la reflexión necesaria sobre el monstruo que acecha dentro de cada uno de nosotros. No sabía qué esperar del final, así que me ha sorprendido por ser dinámico, ágil y coherente con todo lo que te habían presentado. Sin duda es una historia que no es perfecta, pero que se quedará conmigo mucho tiempo y sé que la releeré en un futuro. 

Cosas que he aprendido:

  • Siempre habrá un catalizador que haga salir el monstruo que todos llevamos dentro.
  • Hay que ser siempre fiel a uno mismo.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:


PUNTUACIÓN...4/5! (Tomo VIII)

PUNTUACIÓN...4'5/5! (Tomo VII)

PUNTUACIÓN...5/5! (Tomo IX)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney