martes, 29 de marzo de 2022

Saga Mundodisco, Libro III: Ritos iguales, de Terry Pratchett

Nº de páginas: 272
Editorial: DEBOLSILLO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788497930208
Traductor: Cristina Macía
Año publicación: 1987
Año edición: 2001

 Sinopsis:
Un mago moribundo cede su bastón -y por tanto su poder- a Eskarina, un recién nacido que, según los rituales admitidos, no puede ser mago sino bruja. Con el tiempo, el rito de iniciación se completa con un aprendizaje más formal en la Universidad Invisible, inefable centro de estudios esotéricos, donde el mago Simón hace gala de sus increíbles poderes. Juntos, Eskarina y Simón tendrán que hacer frente a una invasión de extrañas criaturas que amenazan con destruir el Mundodisco...

Opinión:
Impresión: Pratchett ha vuelto

No sabéis lo satisfecha que he terminado con esta lectura. Los dos anteriores de Pratchett me habían parecido lecturas bastante descafeinadas, pues aunque tenía la esencia del autor, se notaba mucho que eran sus primeras obras. Por fortuna, a cada libro suyo que leo más se parece al Pratchett de la saga de La guardia. Me veo incapaz de ser objetiva, pues puede que se deba a la comparación con las dos anteriores, pero es que este libro me ha parecido a la altura de ¡Guardias!¿Guardias?

Para empezar, este libro, a diferencia de los otros dos anteriores, sigue un hilo narrativo claro. La joven Esk, junto a la bruja Yaya (en la sinopsis se menciona a Simón, pero este no le importa a nadie) inician un viaje hasta la Universidad de Ankh-Morpork con el objetivo de que Esk se convierta en maga de verdadero derecho. La trama no resulta especialmente misteriosa e intrigante, pero está bien hilada, de manera que la mayoría de las escenas resultan mínimamente importantes para la historia en conjunto.

«Contempló con escaso interés a un equipo de hormigas urbanas, que habían vivido tanto tiempo bajo las losas de la Universidad que la magia residual había alterado sus genes de manera permanente. En aquel momento, transportaban un terrón de azúcar en un diminuto carrito. Otro grupo estaba erigiendo una grúa con cerillas al borde de la mesa.»

Sí que hay que admitir que la primera mitad me ha resultado más interesante que la segunda, pero eso puede que se deba al hecho de que en la segunda se adentra en cuestiones más filosóficas que no son tanto de mi agrado. 

En segundo lugar, este libro me ha parecido mucho más divertido que los anteriores. En general me he reído mucho con el humor inteligente tan propio de Pratchett, junto a sus desfamiliarizaciones y la forma que tiene de jugar con el lenguaje. Cada nueva obra suya me reafirma en su maestría para romper con lo establecido mediante la riqueza de recursos literarios y la originalidad de sus metáforas y comparaciones, así como en su habilidad por mostrar más que contar. Aquí os dejo una muestra de los que más me han llamado la atención:

«Las Montañas del Carnero eran una buena zona tormentosa, una tierra de cumbres escabrosas, densos bosques y pequeños valles surcados por ríos, valles tan profundos que, para cuando la luz del día llegaba a ellos, ya era hora de marcharse.»

«La tormenta se alejó entre las colinas caminando sobre sus patas de relámpago, gritando y rugiendo»

«Había un pueblecito incrustado en un estrecho valle, entre grandes bosques. No era un pueblo muy grande, no aparecía en los mapas de las montañas. Casi ni siquiera aparecía en los mapas del pueblo»

«NO HAY MANERA DE VOLVER ATRÁS. NO HAY MANERA DE VOLVER ATRÁS -dijo la voz profunda y pesada, como las puertas de una cripta al cerrarse»

«Hasta el cielo se volvió pesado como una manta vieja»

«Por el contrario, el ser humano corriente piensa en toda clase de cosas, todo el día, a toda clase de niveles, con la interrupción de docenas de imposiciones biológicas y momentos críticos. Hay pensamientos a punto de ser formulados, pensamientos privados, pensamientos de verdad, pensamientos sobre pensamientos y toda una gama de pensamientos inconscientes. Para un telépata, la mente humana es el caos. Es una terminal de ferrocarril con todos los altavoces funcionando a la vez. Es toda una banda de FM... y algunas de las emisoras no son legales, sino piratas procedentes de mares prohibidos que emiten melodías nocturnas con letras marginales.»

«El zumbido resonaba más alto ahora, de manera que el aire rugía como un cadáver de tres semanas en un día de verano»

«Hay tormentas que son francamente teatrales, con relámpagos y truenos imponentes. Hay tormentas que son tropicales y opresivas, con preferencia por los vientos cálidos y los chispazos eléctricos. Pero ésta era una tormenta de las llanuras del Mar Circular, y su principal ambición era golpear el suelo con la mayor cantidad posible de agua. Era la clase de tormenta que sugiere que todo el cielo ha estado tomando diuréticos. El trueno y el rayo se quedan de secundarios, una especie de coro, y la lluvia es la estrella del espectáculo. Bailaba claque sobre la tierra.»

«También captaba el peculiar olor del río Ankh, que sugería que todo un ejército lo había utilizado primero como orinal y luego como sepulcro.»

«un tono imperativo capaz de poner en pie a un cadáver y hacerlo cruzar medio cementerio antes de que se acordara de que estaba muerto.»

Ya...es una lista demasiado larga, pero es que aprovecho para que le deis un bocado al estilo del autor y decidáis por vuestra cuenta si es para vosotros o no.

En tercer lugar, me gustaría hablar de los personajes. Mientras que en los dos anteriores la estrella era el Equipaje Rincewind, aquí la protagonista es la vara Eskarina, y de los personajes de la otra novela no se vuelve a hablar. Temporalmente, creo que esto sucede bastante después del segundo libro, pues no se menciona el fin del mundo que hubo en el anterior. Esk es una niña avispada, curiosa y decidida, a quien se le ha metido en la cabeza que quiere ser mago, pese a que las mujeres no pueden serlo. Su actitud despreocupada frente a los peligros del mundo, sus preguntas ingenuas y la cabezonería son muy propias de su edad, aunque hacen que el personaje resulte memorable. Lo mismo sucede con Yaya, una bruja a la antigua usanza que poco a poco va evolucionando y modernizando su forma de pensar. Simón es el único personaje que no me ha convencido, en parte porque tiene muy poca presencia y solo importa al final. 

Como en las ocasiones anteriores, se nos muestra un mundo muy interesante por las distintas sociedades que lo habitan, así como por la forma que tiene el autor de cuestionar y burlarse de los tropos del género. Aquí os dejo un par de ejemplos:

«Una de las razones del jaleo era que, en extensas zonas del continente, otras personas preferían ganar dinero sin trabajar y, dado que en el Disco todavía no había surgido ninguna compañía discográfica, se veían obligados a recurrir a otras formas de robo más tradicionales.
Por extraño que parezca, solían requerir considerables esfuerzos. Hacer rodar ocas pesadas desde la cima de un acantilado para preparar una emboscada decente, cortar árboles para bloquear un camino, cavar un agujero con el fondo lleno de estacas y entrenar diariamente para manejar bien el puñal, eran actividades que exigían tanto esfuerzo físico y mental como otras profesiones aceptadas socialmente. De todos modos, seguía habiendo personas tan equivocadas como para soportar todo esto, por no hablar de las largas noches en sitios incómodos, sólo para conseguir cajas de gemas de lo más corriente.»

«En algún momento del pasado más reciente, alguien había decidido animar los antiguos pasillos de la Universidad con una mano de pintura, con la vaga noción de que Aprender Debe Ser Divertido. No había salido bien. En todos los universos, es un hecho que no importa el cuidado con que se elijan los colores, toda decoración institucional acaba siendo verde vómito, marrón inmencionable, amarillo nicotina o rosa vendaje usado. Por alguna ley de resonancia simpática apenas conocida, los pasillos pintados de estos colores siempre olían ligeramente a repollo hervido, aunque jamás se hubiera hervido un repollo en los alrededores.»

Esta crítica a los tropos es algo propio de toda su obra. Por suerte, aquí el autor se da cuenta de que puede hablar de más cosas, por lo que trata el tema de la desigualdad de género. Me ha parecido muy interesante la crítica al hecho de que, por tradición, las mujeres no puedan ser magos y los hombres no puedan ser brujas, así como ligar las mujeres a la naturaleza y los hombres a las palabras, entre muchas otras diferencias de género que se hacen. Tanto Yaya, que representa a las brujas, como Cortángulo, que representa a los magos, exponen sus argumentos a Esk, pero en realidad lo único que hacen es mostrar lo ridículos que resultan. Una forma inteligente de criticar unos estereotipos que aún siguen vigentes hoy en día en el ámbito laboral

En conclusión, ha sido todo un placer leer Ritos iguales y reencontrarme con Pratchett. Una novela cargada de humor y crítica, tanto hacia la literatura fantástica como a la desigualdad de género que hay en nuestro mundo. Cuenta con una historia bien hilada y unos personajes memorables, además de una prosa magnífica, muy rica en expresividad y recursos literarios. Este sí es el Pratchett que yo recordaba.

Cosas que he aprendido:

  • Capacidad para dar humanidad a objetos inanimados
  • Desfamiliarizaciones guays

Y ya para terminar, mi avance en Goodreads:


PUNTUACIÓN...3'5/5!

Primeras Líneas...

viernes, 25 de marzo de 2022

Viñeta del lector 91#

¡Buenos días a todos! Hoy, más que una viñeta en concreto, me gustaría compartiros unas cuantas que me han parecido bastante inspiradoras, así como divertidas. ¿Cuál es vuestra favorita?






martes, 22 de marzo de 2022

La catadora, de Rosella Postorino

Que me gustan las historias en torno a la Segunda Guerra Mundial creo que es algo que saben todos los que siguen este blog. Dejaría por aquí un listado de todo lo que he leído sobre el tema, pero daría para una entrada entera que eclipsaría esta, cosa que tampoco es mi intención. Pese a ello, por inesperado que sea, no cogí este libro por su ambientación, sino por centrarse en una catadora que se enfrenta diariamente a la muerte. En esta ocasión me resultaba indiferente que fuera la catadora de Hitler o de Napoleón, lo que yo quería era saber más del oficio y de los conflictos internos que puede generarle a alguien encontrarse en una situación de tal envergadura. Por desgracia, no ha terminado de ser todo lo que esperaba. 

Título: La catadora
Autores: Rosella Postorino
Nº de páginas: 346
ISBN: 9788426406552
Año: 2018
Traducción: Ana Cuirans Ferrándiz
Encuadernación: Tapa dura

 Sinopsis:
Imaginen por un momento una mesa bien dispuesta, con platos de loza blanca llenos de comida exquisita. Imaginen unas judías verdes condimentadas con mantequilla fundida, el olor embriagador de unos pimientos asados y la textura de un Strudel de manzana y de un pan recién horneados. Al levantar la vista encontrarán a diez mujeres jóvenes y famélicas a punto de empezar a comer. Estamos en el cuartel general de Hitler y corre el año 1943; la guerra causa estragos, pero ellas están aquí y tienen hambre. Lo que pueda pasar después poco importa...
«¡Comed!», ordenan los soldados de la SS: ellas son las catadoras de la comida del Führer y tendrán que aguardar una hora hasta que los guardias descarten que las viandas puedan estar envenenadas. En el ambiente turbio de este banquete perverso, que siempre puede ser el último, las jóvenes y los militares que gobiernan el cuartel trenzan alianzas insólitas, pero ¿acaso hay algo insólito cuando vivimos al límite?

Opinión:
Hay dos motivos por los cuales puede no gustarme un libro: porque está objetivamente mal o porque no es un libro para mí. En este caso, me inclino por esto último. La novela no es mala. Si bajáis a la puntuación, veréis que tampoco no le he puesto mala nota, pero es que tampoco ha sido lo que esperaba.

Ya sabéis que yo soy una persona de tramas y, en esta ocasión, no la hay. Puede que me digáis "Laura, qué te esperabas de un libro que va sobre el día a día de una mujer que come hasta el día en que se envenena y muere", tenéis razón, no es una trama muy prometedora, pero menos da una piedra. Algo se podría haber hecho. Estaba preparada para una novela de personajes (en parte es lo que buscaba), pero no para una novela carente de trama y drama.

La obra gira en torno a Rosa, una joven que junto a sus suegros espera el regreso de su marido, que está en el ejército alemán. De la noche a la mañana, es escogida, junto a otras diez muchachas, para convertirse en catadora de la comida de Hitler. El libro nos muestra su día a día, su miedo a la muerte, el duelo por su marido, de quien no tiene noticias, su incipiente amistad con las demás muchachas y la relación carnal que establece con uno de los soldados, así como la culpa por ello. Puede que no haya excesivo drama, pues los personajes no padecen muchas penalidades (no las agreden física ni verbalmente y tienen recursos para alimentarse y sobrevivir), pero tampoco es la novela de "El pianista", donde la ausencia de drama choca, puesto que al ser el pueblo que estaba junto a la base de operaciones de Hitler, me parece lógico que no tuvieran escasez.

Para mí que la trama tiene potencial, no tanto para dar lugar a una novela de acción trepidante como para convertirse en una novela introspectiva que hable de la naturaleza humana. Y en parte lo hace. La novela tiene varias reflexiones interesantes, pero no se desarrollan. Por otra parte, el tono intimista permite que conozcamos con mucha profundidad a Rosa, sus preocupaciones y sus miedos, así como la forma en que sobrelleva la desaparición de su marido. La parte del duelo es la que más me ha gustado, pues Gregor es un personaje más de la novela, pese a no aparecer en ninguna escena, pues lo recuerdan constantemente y eso le da vida. Es muy interesante ver la actitud tanto de Rosa como la de sus suegros respecto a la desaparición de su hijo. 

El segundo tema que me ha parecido bien tratado es la relación amorosa que se establece entre Rosa y un sargento. No hay amor entre ellos, solo la necesidad de no sentirse solo, de ser deseado. Es una relación turbulenta, tóxica, que roza el síndrome de Estocolmo, en la que únicamente hay atracción física. Es una relación conflictiva, pues saben que no quieren estar juntos (Rosa no olvida a Gregor), pero al mismo tiempo se buscan noche tras noche.

El problema es todo lo demás, que no se trata. Para empezar, aunque pensaba que la obra concedería gran importancia a la cocina, casi no se habla de ello. Eso de "tienen hambre" de la sinopsis es un cuento chino, pues en ningún momento las he visto pasar hambre de verdad. En segundo lugar el debate moral de ayudar a los nazis es secundario. En tercer lugar, y es lo que más me molesta, las otras diez catadoras están muy desdibujadas. Puedo recordar el nombre de cuatro, y solo se ahonda en dos de ellas. Teniendo en cuenta la relación tan estrecha que las une, esperaba conocerlas mucho más. Ojo, no quiero decir que deberían trabar amistad las unas con las otras, pero sí más interacciones, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de tiempo que están juntas.

Así, la novela, aunque desarrolla bien el personaje de Rosa, se alarga innecesariamente y da vueltas constantemente sobre lo mismo. Y entonces, llegando al final, hay una elipsis temporal de cuarenta años que no me ha gustado nada, pues se salta una parte esencial: ¿y después de la guerra, qué? Las consecuencias de una guerra son tan importantes como la guerra en sí. Hubiera sido muy relevante explorar la psicología de Rosa tras ciertos acontecimientos, pero por desgracia, en lugar de hablar de ello, te lo cuentan de forma resumida. 

«Me fui pronto a la cama. Es la primavera, Joseph, me cansa. Flotaba en el duermevela; en cuanto cerraba los ojos, las voces enroscadas en el tímpano se desenrollaban, mi madre daba un puñetazo sobre el mantel, ¿quieres que te echen?, mi padre apartaba el plato y se levantaba de la mesa sin acabar de comer, no me afiliaré al Partido, hazte a la idea. Fuera, el campo enmudecido, y dentro de mi cabeza el sonido de una radio a altísimo volumen, la recepción era pésima, con muchas interferencias, o eran las ranas otra vez. Yo estaba despierta y suspiraba, las voces retumbaban en mi cabeza.»

Por último, me gustaría hablar de la narración, pues es bastante característica. La historia está bien escrita, con un lenguaje cuidado y narrada en primera persona en pasado. Para reforzar la introspección, abunda el uso del monólogo interior y el discurso indirecto libre. Especialmente cuando revive diálogos de un pasado anterior al de la historia, los integra en la narración sin verbos de dicción ni guiones, un estilo que me ha recordado mucho al de Mercè Rodoreda.

«Estaba tan aturdida por la noticia que mi organismo la había rechazado en vez de metabolizarla. Solo Elfriede me había dicho: Berlinesa, ¿qué te pasa? Nada, le respondí. Ella se puso seria, me tocó el hombro: Rosa, ¿pasa algo? Me alejé. El contacto de su mano había abatido el muro»

En conclusión, La catadora es una novela introspectiva de personajes que profundiza en Rosa, una mujer que vivía cada día al límite de la vida y la muerte. Tanto las relaciones tormentosas como el duelo están bien reflejados, pero la sororidad y el oficio de catadora solo se perfilan. La novela, aunque plantea interesantes reflexiones, se resarce una y otra vez en las mismas, sin avanzar. Los secundarios están muy poco desarrollados y el final resulta algo apresurado. Es una obra prometedora, distinta a otras sobre la Segunda Guerra Mundial, especialmente por el tono pausado e intimista, carente de drama.

Cosas que he aprendido:

  • Conocer más a fondo el entorno directo de Hitler

Para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads

:

PUNTUACIÓN...2'5/5!

 

Primeras Líneas...