domingo, 4 de mayo de 2025

Saga de los huesos verdes, Libro II: Guerra de jade, de Fonda Lee

ISBN: 9788412104387 
Idioma: Castellano
Número de páginas: 672
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 26/09/2022
Editorial: Insólita

Sinopsis:
En la isla de Kekon, la familia Kaul está atrapada en una violenta disputa por el control de la capital y el suministro de jade mágico que desde hace cientos de años otorga poderes sobrenaturales a los guerreros huesos verdes.
Más allá de las fronteras de Kekon, la guerra está a punto de estallar. Las potencias extranjeras y los capos criminales han fijado su atención en la nación insular. El jade, el recurso más preciado de Kekon, podría hacerlos ricos o convertirse en el arma necesaria para derrotar a sus rivales.
Rodeada de amenazas por todos lados, la familia Kaul se ve obligada a formar nuevas y peligrosas alianzas, enfrentarse a sus enemigos en las oscuras calles y las altas torres de oficinas de la capital y dejar el honor a un lado para hacer lo que sea necesario para asegurar su propia supervivencia… y la de todos los huesos verdes de Kekon.

Opinión:
Impresión: Política

Una segunda parte a la altura de la primera, con sus propios defectos y virtudes. Mientras que la anterior novela abogaba por un equilibrio perfecto entre acción y política, aquí la balanza se inclina más hacia lo segundo. En consecuencia, tenemos una obra con un ritmo mucho más pausado que se ve acusado por el incremento de páginas. En contrapartida, nos encontramos ante un brillante tratado político, la oportunidad de ver los entresijos del poder de un mundo ficticio con muchas similitudes con el nuestro. En otras novelas puedes empatizar con dragones avariciosos, con brutales veteranos de guerra, con torturadores o con aliens invasores; aquí empatizaremos con los políticos, esos seres que controlan nuestras vidas detrás de las sombras.

Puede que me digáis que no, que lo he leído mal, que la novela va de dos clanes mafiosos que compiten por el control de un país. El caso es que hay una monarquía parlamentaria donde los miembros de la familia real son figurantes, mientras que los dos partidos principales hacen malabares para controlar el mayor número de diputados del parlamento posible. Me quiere sonar. Solo en Juego de tronos he visto tratar tan bien una situación política tan tensa, aunque, por fortuna, esta trilogía tiene menos páginas. Eso sí, por mucho que se cuente de forma interesante, si este tema no te interesa, el libro no es para ti.

El mundo se siente más vivo que en la anterior novela, porque no nos centramos solo en Yanlún, capital de Kekon. Aquí veremos cuál es la situación política general de un par de países más: las islas Uwiwa tratan de hacerse con el control del contrabando de jade y estalla la guerra entre Espenia y Ygutan cuando esta última reclama un pequeño territorio de Shotar (como hizo Rusia con Ucrania). Kekon es un pequeño país, con alto interés militar, que está en el fuego cruzado de dos grandes potencias. No nos internamos demasiado en ninguna de esas culturas, pero sí en la tensa relación política que hay entre ellas. Es un mundo muy pequeño en comparación con Canción de fuego y hielo, por ejemplo, y quizás eso sea lo menos realista, pero es lo que permite que la obra se focalice mejor y no te pierdas en los detalles. Me ha encantado todo el tema de las negociaciones, de gestionar la opinión pública, de convencer a las masas mediante el espectáculo, de buscar en la letra pequeña algo que te favorezca, de tender la mano derecha sin soltar el puñal de la izquierda...

El tono es muy distinto al de la anterior novela. Aquí, todos los personajes han pasado de ser matones a políticos con todas las de la leyEl paréntesis de un año ha permitido a los personajes asentarse en sus posiciones, madurar y aprender a dominar su puesto. Quizás la temporalidad es en lo que me he sentido más perdida: a lo largo de la novela transcurren unos seis años. Es cierto que el paso del tiempo se muestra de forma muy natural (los personajes mencionan las estaciones, cuánto hace que sucedieron algunos eventos, las festividades, etc.); pese a ello me hubiera gustado alguna marca temporal clara a la que aferrarme, ya que podían pasar meses de una escena a otra. Los personajes evolucionan de forma lógica con el tiempo transcurrido más allá de las escenas que nos muestra la novela (Hilo cada vez domina mejor las reuniones y las negociaciones, por ejemplo).

Sin perder la esencia de la anterior, siento que la novela se dirige a un público más adulto; si vienes buscando peleas de artes marciales con superpoderes, te vas a llevar una decepción. Ya no tenemos a un adolescente en una academia ilusionado con ayudar a su clan, sino a un joven que se ha dado de bruces con la realidad y que se siente abandonado por los suyos tras rechazar la violencia. Ya no tenemos a una recién graduada dando palos a ciegas para conseguir fondos, sino a una reputada Hombre del Tiempo que se ha hecho un sitio en un mar infestado de pirañas. Ya no tenemos a un matón de tres al cuarto que ocupa temporalmente el puesto de mando, sino a un pedestal duro como una roca capaz de proteger a los suyos con el jade y las palabras. Estamos ante verdaderos señores del hampa, que controlan el país tanto desde las sombras (asesinatos, torturas, chantajes, sobornos, compraventa de información, infiltrados...) como dando la cara ante la sociedad (reuniones, entrevistas, participación política...).

Quizás el jade es lo que, pese a su brillo, queda más deslucido. Sigue siendo aquello que mueve la acción y los personajes, el centro de todo, pero la mayor parte del tiempo, podría ser una droga cualquiera. El jade se usa muy poco como magia y en toda la novela solo se me ocurre ahora mismo una batalla. Toda una exhibición de fuerza, destreza y habilidad, sí, pero solo eso: una batalla.

Como ya sucedía en la novela anterior, aquí la importancia de la acción no está tanto en el momento como en las consecuencias. Aquello que nos mantiene en vilo no es quién va a vencer en un combate o quién conseguirá el favor del público, sino cómo el resultado, sea el que sea, afectará a todo el elenco de personajes.

Hay momentos de acción que van marcando los puntos de inflexión, pero esa acción no se asemeja en nada a las batallas campales que teníamos en Ciudad de jade y el ritmo de la novela es mucho más lento. Teniendo en cuenta el título de esta segunda parte, esperaba que una novela mucho más movida; al parecer, el título se refiere a la guerra fría entre el clan Montaña y Sin cumbre. Es curioso verles unidos, o todo lo unidos que pueden estar dos enemigos jurados por un mismo objetivo: terminar con el contrabando de jade y shine. Está bien ver algo más de la sociedad kekonense que no sea la gente de la mafia (siempre leales al clan, honorables y firmes con el código) y adentrarnos en el submundo de los criminales que solo son leales a ellos mismos: los traficantes de jade. Bero, un ladrón de poca monta que sale de tanto en tanto desde la primera novela, será nuestros ojos en los bajos fondos. Es un personaje cuyo papel no termino de ver y que me genera poco interés. ¿Su función es mostrarnos cómo el jade corrompe a la gente de a pie y los convierte en escoria?

Más allá de los protagonistas, de los que hablaré a continuación, me gustaría destacar que empiezan a tener voz personajes que hasta ahora había pasado muy desapercibidos, como los hermanos Maik o Wen. De esta última, me gusta cómo participa en el clan pese a los intentos de Hilo por alejarla del peligro. Que una mujer sea madre y esposa no significa que no pueda tener importancia en la toma de decisiones o en el rumbo que toma el clan. Forma una buena pareja con Hilo, y aquí los secretos entre ellos son lógicos: él nunca le dejaría tener un papel activo, por muchos argumentos que esgrimiera, así que no le queda otra que trabajar de incógnito.

La trama de Shae también es una maravilla, pues ella es la cara visible del clan y debe gestionar la opinión pública y luchar por conseguir el respeto de los demás. Me ha gustado que se muestre de forma sutil los problemas de ser una mujer en un mundo de hombres, pese a que esa no es toda su caracterización, ni mucho menos. La rivalidad con Ayt Mada está muy bien construida y los juegos políticos que hay entre ambas están muy bien llevados. Eso sí, me hubiera gustado ver mucho más de nuestra antagonista, porque su capacidad para capear cualquier temporal sin un apoyo firme de los suyos es admirable. 

La otra trama que me ha gustado mucho es la de Anden. Tras su decisión al final de la anterior novela, su familia le envía a estudiar a Espenia, algo que él ve como un destierro. Veremos el choque cultural entre una cultura violenta como la de Kekon y otra más civilizada, como la de Espenia; eso no significa que en una haya más criminalidad que en la otra, sino que una lo oculta mejor. Anden vivirá en un barrio de inmigrantes, algo que tampoco se suele ver, así que experimentará de primera mano la discriminación que viven las comunidades de inmigrantes, tanto por parte de la sociedad como del gobierno. Al igual que hizo Shae en su momento, Anden intentará escapar de la violencia del clan y del peso que supone portar el jade. Como detalle, me gustaría añadir que me encanta cuando las novelas normalizan tan bien a los personajes LGTBI; sin dejar de ver cómo le afectan los prejuicios sociales, la identidad sexual de Anden no es, ni de lejos, lo único que le define.

Quizás el personaje que me ha quedado más deslucido es Hilo, el pedestal. A diferencia de los demás, que muestran cierta evolución, en su caso solo veremos cómo mejora su capacidad de liderazgo, cómo aprende a delegar y equilibrar mejor las decisiones violentas e impulsivas con las estrategias a largo plazo. A ojos de todo el mundo, está al mando de todo; sin embargo, la mayoría de las decisiones que toma son consensuadas con el resto de la familia. Quizás es el mejor recordatorio para el lector de que el clan Sin cumbre es una mafia.

Al tener solo el punto de vista del clan Sin Cumbre, nos posicionamos a favor de ellos sin dudarlo, pese a que sus acciones y decisiones son tan violentas y egoístas como las del clan Montaña. Algunos de los momentos estelares de la novela son aquellos en los que chocas con la realidad y recuerdas que nuestros protagonistas no son buena gente. Puede que uno lo olvide en algunas ocasiones, pero la novela se esfuerza en no idealizar a la mafia y en recordarnos constantemente que ese tipo tan majo que consiguió que un hombre sin brazos ni piernas rehiciera su vida es el mismo que entierra vivo a otro sin miramientos; que ese chico tan simpático que práctica deportes con sus amigos puede dar una paliza brutal a otro al sentirse insultado; que la amable mujer que habla de la importancia de la educación en una cafetería es capaz de matar a alguien querido que ha traicionado al clan. No os dejéis engañar: la ausencia de acción no implica una ausencia de violencia. La novela tiene momentos muy chungos, más que la anterior, no tanto porque sean escenas gráficas, sino porque nos muestran cómo la violencia es algo cotidiano en la vida de nuestros protagonistas.

El mensaje de la novela es el mismo que en la anterior y eso hace que se sienta como una novela puente. Ahonda en los intríngulis de la política y se recalca el mensaje, con nuevas situaciones y contextos; sin embargo, no he notado una progresión temática. De nuevo, estamos ante un mensaje desesperanzador, pero realista: una vez entres en la espiral de violencia, no podrás salir. Todos los personajes sufren las consecuencias de su ambición de poder y de su promesa de lealtad a la familia. Y eso sucede no solo con nuestros protagonistas, sino con todo aquel que hace tratos con la mafia. Las manos manchadas de sangre no se pueden limpiar. Hilo nunca tuvo oportunidad de salvarse. Shae y Wen lo intentaron, pero al seguir siendo parte del clan, no lo han conseguido. Quien tenía más papeletas para conseguirlo era Anden, que precisamente había huido de la violencia; sin embargo, en su corazón, sigue siendo un Kaul. No comparto este mensaje; creo que, por muy difícil que sea, siempre es posible arrepentirte de tus errores y rehacer tu vida. Me gusta que las novelas reflejen la realidad (muy poca gente cambia), aunque me parece necesario que siempre haya una brizna de esperanza. Uno no debe resignarse a su destino, sino enfrentarse a él, por mucho que todo este perdido.

Tengo fe en la tercera novela, Legado de jade: confío en que la autora tendrá algo más que decir y no nos dejará con un mensaje tan desolador. Estoy convencida de que la siguiente novela pondrá el foco en los más jóvenes, los hijos y sobrinos de nuestros protagonistas. ¿Tendrán ellos alguna oportunidad de escapar de la violencia?

En conclusión, Guerra de jade es una novela que te mete de lleno en el mundo de la política. Veremos los entresijos del funcionamiento de una nación y las complicadas relaciones con el exterior. Esta novela, de ritmo lento, muestra cómo son las negociaciones y acuerdos entre bandos opuestos, así como la forma que tienen los políticos de manejar la opinión pública. Nuestros protagonistas son personas muy carismáticas que pertenecen a una mafia, cosa que la novela no deja de recordarnos. Puede que no haya mucha acción, sin duda menos que en la novela anterior, pero la violencia campa a sus anchas. Estamos de parte del clan Sin Cumbre porque ellos llevan la narración; eso no significa que sus actos no sean condenables o que su ideología sea más válida que la otra. Los personajes brillan por su evolución, en especial Shae, Wen y Anden, personas que intentarán escapar de la espiral de la violencia que supone formar parte del clan, en vano: el mensaje de la novela es que una vez te manchas las manos de sangre, no tienes salvación. Es un mensaje bastante pesimista, así que espero que en la siguiente novela se desarrolle.

Cosas que he aprendido:

  • La política es tan complicada que ningún político puede permitirse el lujo de ser buena gente.
  • Cuando te manchas las manos de sangre, no hay vuelta atrás.
  • Tu entorno te condiciona mucho más de lo que parece.
  • Cómo tener en cuenta la política de un país.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

 PUNTUACIÓN...4/5!

Primeras Líneas...

lunes, 21 de abril de 2025

Frases memorables: La ciudad de los libros soñadores

 

"Los Libros Soñadores se habían despertado. Las oscuras columnas de humo se  elevaban a una altura de kilómetros, papel ingrávido, pensamientos quemados. Miríadas de chispas saltaban, cada una de ellas una palabra incandescente, subiendo cada vez más alto para bailar con las estrellas. Y allí arriba lo vi, el Alfabeto de las Estrellas, claro y nítido centelleaba en el cielo, una telaraña de plata entre los soles."

"La Hora de la Madera era la hora en que el cuerpo se entregaba al reposo y el espíritu se despertaba realmente, en que los fantasmas de la literatura sobre papel surgían y las cabezas de oyentes y lectores danzaban"

«Luego vino otro párrafo que marcó un tono totalmente nuevo, luminoso y claro como una campana de cristal. Las palabras se convirtieron de pronto en diamantes, las frases en diademas. Eran pensamientos concentrados bajo una gran presión intelectual, palabras calculadas, partidas, refinadas y pulidas con precisión científica, unidas para hacer alhajas de perfección cristalina que recordaban las estructuras exactas y excepcionales de los copos de nieve. De aquellas frases se desprendía un frío que me hizo estremecer, pero no era el frío terrenal del hielo, sino el frío sublime, grande y eterno del espacio ultraterrestre. Era pensar, escribir y componer en su forma más pura… nunca había leído antes nada ni siquiera aproximadamente tan perfecto.»

Las citas que suelo compartir por aquí son aquellas que, de una forma u otra, me han hecho reflexionar. No es el caso de las que os traigo hoy, que me cautivaron por su lirismo.

La primera hace referencia a algo tan dramático como el incendio de una biblioteca. La belleza del lenguaje contrasta con el horror de la tragedia y lo tiñe todo de una capa de profunda tristeza. Con esta descripción, primero nos ahogamos con el humo que enturbia la visión y nos avisa de un suceso terrible que aún no conocemos. Entonces sentimos loa libros a nuestro alrededor, las páginas quemadas danzando en el aire como mariposas moribundas. Entonces, nos asalta la pérdida, no por los libros como objetos, sino por cómo se consume el alma de quienes los escribieron. Todas esas palabras, ideas, pensamientos y recuerdos que se perderán para siempre. Vemos un fondo gris iluminado por una lluvia de palabras que chispean un momento antes de apagarse para siempre. Y por encima del humo, el cielo abierto, límpido, con la telaraña de estrellas que atrapa las mariposas de palabras.

La segunda cita hace referencia a una de las costumbres de La ciudad de los libros soñadores: la Hora de la Madera. Después de la comida, la hora que muchos de nosotros dedicamos a la siesta, en este mundo la dedican a contar historias. Las familias y amigos se reúnen junto al fuego para descansar y disfrutar de la lectura en voz alta de un libro. Es por eso que en la cita se indica que, mientras el cuerpo descansa,  el alma despierta con la voz de los personajes de los libros y se exalta la imaginación tanto de aquellos que escuchan como de aquellos que leen. Me parecería precioso que en nuestro mundo existiera una tradición tan bonita como esta.

La última cita hace referencia a cuando el protagonista encuentra El libro, ese que todos soñamos con encontrar en algún momento de nuestra vida como lectores: una obra perfecta, que parece escrita exclusivamente para nosotros. En su caso, aquello que le conmueve es la prosa: todas las palabras están engarzadas con gran precisión para conseguir formar, todas juntas, un texto sublime. Me gusta mucho en este caso la metáfora de las palabras como diamantes y cómo esta sigue a lo largo de todo el párrafo mediante el uso de comparaciones ("frases como diademas", "[palabras] unidas para hacer alhajas") o como del mismo campo semántico (cristal, refinadas, pulidas, cristalina, frío, copos de nieve).

La novela de la que proceden las citas es La ciudad de los libros soñadores, de Walter Moers. Es bastante desconocida, sin embargo, merece mucho la pena. Se dirige a los amantes de la lectura, sin importar la edad. La ciudad de Bibliópolis, en la que se vive por y para los libros, me dejó embelesada, así como la desbordante imaginación del autor. Es una obra más de carácter descriptivo que narrativo, por lo que el mundo es muy rico y está muy trabajado. Si como mínimo os pica la curiosidad, os animo a darle un vistazo a la reseña

sábado, 12 de abril de 2025

En la piel de Erica, de Michelle Painchaud

Autor: Michelle Painchaud
Colección: Kraken
Número en la colección: 6
ISBN: 978-84-16387-93-9
Páginas: 352
Fecha publicación español: 20-02-2017
Título: En la piel de Erica
Título original: Pretending to be Erica.
Saga: Libro único.
Editorial: Hidra
Fecha de publicación original: 2015
Traductor: Carlos Loscertales

Sinopsis:
A sus diecisiete años y desde que puede recordar, la vida de Violet ha consistido en una única cosa: convertirse en Erica Silverman, una rica heredera que fue secuestrada a los cinco años y a la que nunca se ha vuelto a ver. El padre de Violet, el mejor estafador de Las Vegas, tiene un plan escalofriantemente preciso. Gracias a la cirugía Violet se convierte en Erica y entra en casa de los Silverman con una misión: robar un cuadro valorado en 60 millones de dólares. Pero pronto descubrirá que, cuando asumes la identidad de otra persona el tiempo suficiente, puedes llegar a olvidarte de quién eres.

Opinión:

La gente puede llegar a ser muy desalmada; hay que serlo para aprovecharse de unos padres rotos de dolor por la pérdida de un hijo. La novela que os traigo hoy no va sobre falsos médiums (como si los hubiera verdaderos), sino de timadores profesionales que "vuelven a casa" después de varios años "secuestrados". No es la primera vez que leo sobre este tipo de timos: es el tema central de A salvo, una novela de misterio sobre una adolescente que vuelve con su familia tras más de una década secuestrada. Estuvo bien, pero yo quería algo más emocional que no girara en torno al misterio de si era o no un engaño. Por eso me interesó En la piel de Erica: sabemos desde el principio que la protagonista y narradora es una impostora.

Me he encontrado con una novela con poca trama, centrada en los personajes, que es justo lo que pedía. Sin embargo, el público objetivo es juvenil y eso se nota en la escasa complejidad y profundidad de personajes. Se tratan bien todos los temas emocionales relacionados con un caso así (la desconfianza, la presión mediática, la sobreprotección, los problemas de identidad, etc.), aunque por desgracia, no con la profundidad que estaba buscando.

Los personajes son bastante realistas y, en especial, me ha gustado el conflicto de identidad de la protagonista: ¿hasta qué punto Violet existe, si la sombra de Erica siempre la ha opacado? Su padre adoptivo lleva preparándola toda su vida, una década para ser Erica: ha estudiado la vida de esta familia de pe a pa, se ha familiarizado con todo el entorno y el pasado de la verdadera chica desaparecida e incluso la han operado para que tenga el mismo aspecto (incluso deformidades) que la verdadera. ¿Cómo vas a saber quién eres si nunca te han dejado ser tú misma, si siempre has sabido que tu único objetivo en la vida es hacerte pasar por otra persona?

Todo hay que decirlo: el timo está muy bien montado. Teniendo en cuenta los avances científicos actuales en criminalística, este tipo de estafas me resultan difíciles de creer: una muestra de ADN es suficiente para descubrir la verdad. La ventaja de Violet es que su padre adoptivo conoció al asesino de Erica, desenterró el cuerpo y consiguió muestras de ADN. Además, mientras que hay timos que se planean para sostenerse durante mucho tiempo, el objetivo de Violet es engañar a la familia durante unos meses, conseguir la combinación de la caja fuerte y robar un cuadro. Sí, hay golpes que se preparan durante mucho tiempo, pero una década me parece demasiado. ¿Tanto valor tiene ese cuadro?

Una de las cosas que más me ha decepcionado es la profesionalidad de Violet. Como iremos viendo en fragmentos en tercera persona que nos muestran escenas de su pasado, no solo se ha dedicado a aprender a ser Erica, sino que desde muy jovencita la han entrenado para convertirse en una estafadora profesional. Me han gustado estos capítulos, porque nos muestran la dura vida de Violet; sin embargo, esta construcción de personaje no llega a verse en el presente: Violet no me parece tan profesional. Es una chica muy observadora que sabe leer muy bien a la gente, pero más allá de eso, no hace gala de ninguna de sus habilidades como estafadora ni mentalmente nota que haya asimilado al completo la identidad de Erica; esperaba que se metiera más en el papel y que estuviera psicológicamente preparada para el daño que iba a infligir en los demás. Creo que en casos así, lo difícil es estar mentalmente dispuesto a llevar a cabo la estafa, pues una vez ha superado las pruebas de ADN, el resto debe ser coser y cantar. Los vacíos en la memoria son lógicos y no creo que mi forma de ser actual se parezca mucho a cómo actuaba con seis años, por lo que no debe ser muy difícil hacerse pasar por una niña que desapareció a esa edad.

Quizás lo más complicado de una estafa así está en resultar convincente desde el principio; por desgracia, nos saltamos esta parte, ya que la historia empieza un mes después del reencuentro entre Erica y "su madre", cuando ambas ya se han familiarizado la una con la otra y permiten a Erica salir, tener una vida normal y empezar el instituto. Otras novelas, en las que la protagonista no es una impostora y ha sido secuestrada de verdad, exploran mucho mejor lo que supone reintegrarse en la sociedad, ser objeto de todas las miradas y que siempre te sobrevuele la desconfianza de los demás. Todo esto no afecta a Violet como pasaría a una víctima de verdad, porque ella realmente es una estafadora. Pese a ello, si tan profesional es, debería demostrar cómo le afecta todo esto. Para mí se adapta muy rápido al colegio, las dinámicas sociales de un instituto (al que se supone que no ha ido nunca), los amigos y en especial, al vínculo madre e hija. Esto último es lo que más me ha cojeado: por mucho que la familia con la que se supone que te has criado no te tratara muy bien, la actitud de Violet hacia "su madre biológica" es demasiado cariñosa como para resultar creíble en el par de meses que pasan juntas.

Más allá de ver las dudas de Violet, su interpretación y sus esfuerzos por encontrar la combinación de la caja fuerte (que tampoco son tantos), no pasa mucho más en la trama. Hay un detective privado por ahí y mucha dinámica de adolescentes (que si las amigas pijas, que si la amiga alcohólica, que si el chico raro con el que se siente comprendida...). Las relaciones que establece Violet con el resto de personajes son realistas, aunque esperaba mucha más distancia emocional debido a su entrenamiento; incluso hay un romance, bonito, pero que sobra si tenemos en cuenta el contexto.

El final era lo que me tenía más en ascuas, pues no sabía muy bien qué tipo de final podría resultar satisfactorio: ¿Confiesa la verdad y destroza a todas las personas con las que había establecido un vínculo? ¿Logra su objetivo y decide ser buena después de eso y dejar el mundo criminal? ¿Decide mantener la fachada para siempre? La solución al conflicto es sencilla y adecuada, pero previsible. Además, como siempre, falta hablar de lo que sucede después de tomar una decisión así.

En conclusión, estamos ante un libro entretenido que explora, con un tono juvenil, tanto el dolor y la incertidumbre de una familia cuya hija ha desaparecido como el conflicto moral y de identidad de una estafadora que decide aprovecharse de esas circunstancias para hacerse pasar por la desaparecida. Los personajes son realistas, pero esperaba más profesionalidad por parte de la protagonista, que lleva preparándose toda su vida para esta estafa. El final es satisfactorio, pero muy rápido y previsible. La historia está bien e introduce adecuadamente estos casos; sin embargo, no ha terminado de tener la profundidad y la emoción que buscaba.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

PUNTUACIÓN...3/5!

Primeras Líneas...

sábado, 5 de abril de 2025

Viñeta del lector 126#

 

La segunda cosa que me llamó la atención de G fue su riqueza de vocabulario (la primera, que estuviera leyendo un libro). Era pedante en algunas ocasiones (supongo que sigue siéndolo, pero ya me he acostumbrado) y le faltaba concisión (esto le sigue pasando), pero era capaz de construir buenos argumentos, relacionar conceptos y siempre buscaba (y busca) la palabra exacta. Para mí, el amor es mucho más que el físico. Soy una enamorada de las palabras, así que cualquiera que las domine, sea escritor o no, tiene mi más completa atención.

¿Os ha pasado alguna vez enamoraros de un libro solo por su prosa? A mí sí: El nombre del viento, El arcano y el jilguero o La canción secreta del mundo. No es nada fácil encontrar el equilibrio entre el lirismo y la naturalidad, pero los tres autores lo logran. Otras novelas, en cambio, tienen una prosa tan poética y vacía que solo me generan rechazo, como La sombra del viento o La mecánica del corazón. No puedes forzar las palabras para que suenen bien ni escribir una novela vacía de significado o con fragmentos poéticos y redundantes.

Relacionado con todo esto, mis personajes favoritos son aquellos que tienen mucha labia. Ya me puedes describir al personaje como un adonis, que si no es ingenioso y domina el lenguaje (y la lengua) no me llamará la atención lo más mínimo. Precisamente, lo que más me gustaba de Travis, Patch o Jace era el ingenio de sus réplicas.

No puedo terminar de hablar de cómo las palabras son capaces de seducir al lector sin mencionar este fragmento de Rayuela. Os animo a leerlo en voz alta, con el tono adecuado:
«Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad, elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde el aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces, mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llenas de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua».

Ya he hablado suficiente de mí, así que ahora contadme. ¿Qué novela os ha seducido por su prosa? ¿Cuál es el fragmento más sensual que habéis leído? 

viernes, 28 de marzo de 2025

El estrecho camino entre deseos, de Patrick Rothfuss

Al principio, Patrick Rothfuss se dio a conocer por su trilogía Crónica del asesino de reyes. El nombre del viento y El temor de un hombre sabio me enamoraron, al igual que a millones de lectores. Ahora es conocido por postergar la publicación de la última parte de su trilogía durante más de diez años. Al principio fue duro, porque estaba ansiosa por saber cómo seguía la historia, pero con el paso de los años lo he aceptado. Me entristece que una obra tan buena esté incompleta, así que me alegraré mucho cuando salga esa novela (si es que llega a salir nunca), pero comprendo que somos nosotros y nuestras circunstancias.

No creo que se le deba exigir nada a un autor que padece problemas de salud mental y menos si la presión de los lectores solo la agrava. Tampoco me parece que Rothfuss lo haya gestionado bien, tanto por su silencio sobre la publicación de esta última parte como por crear falsas esperanzas en los lectores que, una vez tras otra, se han visto frustradas: en 2013 enseñó el borrador del manuscrito, pero en 2020 la editora hizo un comunicado indicando que aún no había leído ni una palabra de la obra; en 2021 Rothfuss leyó el prólogo y empezó una recaudación solidaria a cambio de publicar el primer capítulo, cosa que no cumplióTodos tenemos derecho a nuestra privacidad y no pido que comparta públicamente sus problemas; me conformo con que nos diga sin ambages si está escribiendo o no. George R. R. Martin lleva prácticamente el mismo tiempo que Rothfuss prometiendo la publicación de Vientos de invierno, pero en su caso ha avanzado varios capítulos, ha escrito otras cosas, informa de sus progresos y mantiene un gran contacto con sus lectores.

A lo largo de estos años, Rothfuss ha hecho dos publicaciones más: La música del silencio (2014) y el relato "El árbol del relámpago", incluido en la antología Canallas, coordinada por George R. R. Martin (2018). El libro que hoy os traigo es una reescritura de ese relato. Ya. Es raro. Todo hay que decirlo: a mí me parecía una estrategia de márqueting. Creía que el autor habría hecho una revisión superficial y que lo habrían publicado para contentar a los fans y mantenerlos entretenidos. Tengo la versión original, así que he ido comparando ambas historias. No podrían ser más distintas.

Formato: Tapa dura
Dimensiones: 23,0 x 15,0 cm
Páginas: 240
ISBN: 9788401032974
Autor: Patrick Rothfuss
Editoral: Plaza&Janés
Año: 2024
Traductor: Gemma Rovira Ortega
Ilustrador: Nate Taylor
Título original: 
The Narrow Road Between Desires

Sinopsis:
Si hay algo que Bast sabe hacer es negociar. Verlo hacer un trato es ver trabajar a un artista..., pero incluso el pincel de un maestro puede errar. Sin embargo, cuando recibe un regalo y lo acepta sin ofrecer nada a cambio, su mundo se tambalea. Pues, aunque sabe regatear, no sabe deberle nada a nadie.
Desde el amanecer a la medianoche, durante el transcurso de un día, seguiremos al fata más encantador de la Crónica del Asesino de Reyes mientras baila con el peligro una y otra vez con asombrosa gracilidad.

Por qué este título...
Bast notó que la rigidez de sus hombros se aliviaba un poco. Su sonrisa se ablandó y se suavizó. Claro. Era un chico curioso. Claro. Ese era el estrecho sendero entre deseos.

Opinión:
Impresión: Un cuento

Lo primero de todo: el relato original y esta novela son la misma historia. Cero dudas con esto. El protagonista es el mismo, suceden las mismas escenas y hay el mismo desenlace.

Se nota que hay muchos párrafos cuya esencia no ha cambiado, sin embargo, en algunos cambia la redacción y otros han sido reescritos por completo. Hay que tener en cuenta que la traducción es más profesional y eso marca la diferencia. Aun así, se percibe a simple vista que el trabajo que ha hecho el autor va mucho más allá de una revisión: ha leído el texto desde los ojos de la madurez y lo ha reescrito teniendo en cuenta sus valores, mentalidad y estilo actuales, hasta conseguir que la historia suene distinta. Es la diferencia entre interpretar a Mozart o escuchar al propio Mozart.

"Entonces Bast soltó una carcajada salvaje y gozosa. Volvió a reír, y el estallido de su risa sonó a niños que juegan en el agua, a campanas y a pájaros, a alguien rompiendo cadenas."

El lenguaje es más lírico, las metáforas están mejor construidas y las oraciones tienen un ritmo propio. El tono también ha cambiado: deja de ser un relato cualquiera a un divertido cuento que narraría un bardo a la luz de una hoguera. Esto se refuerza gracias a las escenas nuevas y las extendidas que amplían las aventuras de Bast y recubren la historia de esa magia tan propia de los cuentos.

"Es difícil bostezar y desperezarse cuando uno siente que se ha tragado un trozo de hierro al rojo. Pero Bast tenía motivos para considerarse un artista. Recogió su desperezo con un movimiento fluido, como un gato que dormita sobre la piedra caliente frente al fuego de la chimenea."

Entre los cambios que más me han sorprendido tenemos que hay más paridad, ya que añade personajes femeninos; no es un cambio que afecte en nada y permite que la obra tenga más representación. Sí que hay un cambio de género relevante (una pastora en el original pasa a ser un pastor), porque despeja todas las dudas sobre la identidad sexual de Bast: se confirma que es bisexual. Relacionado con el género, se han modificado algunos comentarios que podrían ser considerados machistas o que no tenían en cuenta el consentimiento. Eran cosas muy sutiles, que solo podía percibir un lector muy atento. En parte, eso hace que el personaje sea ligeramente distinto, pero si el autor lo ha cambiado debe ser porque no quería que el personaje fuese así de buen principio y que esos comentarios eran resultado de su torpeza.

Hay autores que, años después, hacen revisionismo histórico y juran y perjuran que X personaje siempre había sido gay o que la novela es inclusiva porque un personaje que aparece mencionado una vez es judío. No es el caso de Rothfuss. Sí, la novela es más feminista y diversa, pero no porque el autor pretenda contentar a las masas ni unirse a la ola, sino porque durante todos estos años, como se ha demostrado en los directos y presentaciones, ha ido cambiando su sensibilidad hacia estos temas. Ya se sospechaba de la bisexualidad de Bast, no es algo que salga de la nada, y todo lo demás son cambios imperceptibles; hacen que la obra sea más feminista sin jactarse de ello. Para muestra, un botón: un niño le revela a Bast donde se baña una joven y le pide que después le describa sus pechos. En el relato original, Bast acepta, mientras que en la versión actual acepta si el niño consigue el permiso de la chica.

Preciosos los encabezamientos de capítulo, que marcan las partes del día.
He empezado a saco con el tema de los cambios entre una versión y otra porque es lo que más me ha interesado, teniendo en cuenta que ya había leído la historia. Tampoco se puede hablar muy bien del argumento, no porque sea spoiler, sino porque es bastante inexistente. Tal y como explica el propio autor en su nota del final, su objetivo era escribir una historia sin conflicto. Efectivamente, eso es lo que tenemos aquí, un día más en la vida de Bast. Entonces, ¿qué interés puede tener uno en seguir leyendo? El carisma del protagonista.

"No. Bast sabía mucho más. Sabía moverse por una habitación sin apenas desplazar el aire. Sabía qué escalera suspiraba si había llovido la noche anterior, qué ventanas se abrían con facilidad y qué postigos atrapaban el viento"

Bast, el asistente de Kvothe en el presente de Crónica del asesino de reyes, era un personaje que salía poco, pese a ser muy carismático y estar envuelto en un halo de misterio; un poco como Auri. Es un joven mujeriego y astuto, un pícaro con todas las de la ley, con un lado juguetón y extravagante. Aquí descubrimos más de él y de los fata; sin embargo, la historia no pretende aprovechar para ampliar el lore del mundo, ni tampoco para profundizar en el pasado o las inquietudes del personaje, sino la caracterización del personaje. Una de las principales aficiones de Bast es ayudar a los niños del pueblo a cambio de algo equivalente, que suele ser un secreto jugoso o un favor, así que el grueso de la historia son los intercambios de Bast con estos niños. Si te gustan los tratos y negociaciones, te lo pasarás en grande. Los diálogos son muy divertidos, llenos de astucia, con unos trueques inusuales, donde no sabes muy bien qué provecho saca Bast de todo ello. También hay un par de momentos muy sensuales donde prima la sutileza, así que la historia no deja de ser para todos los públicos.

"Su sonrisa era como el último creciente de la luna: blanca, afilada, peligrosa."

No hay mucho más que decir ni del protagonista ni de la trama, más allá de que el final me ha parecido muy bien construido: todas las acciones extravagantes de Bast que habían quedado colgadas cobran sentido, pues su objetivo era urdir un gran engaño y darle su merecido a un maleante que no es un villano, porque no le ha hecho nada personalmente a Bast; él solo lo hace como un favor hacia otra persona.

"Esta vez el sonido fue brillante como la luz de la luna. Vivaz como un pez saltarín. Dulce como un fruto robado."

Solo hay dos cosas que no me han terminado de encajar del todo. Por una parte, creo que Bast vive muchas pequeñas aventuras; no entiendo cómo le cunde tanto el día. Por otra parte, muchas veces los niños me han parecido demasiado adultos más por la sagacidad que por la forma de expresarse.

Había olvidado mencionar que la edición es preciosa. Es cierto que se esfuerza mucho en que parezca más un libro que un relato (tiene más páginas que el original, en parte, porque hay mucho margen y la letra es grande); sin embargo, al mismo tiempo nos ofrece un producto fantástico, con papel de muy buena calidad, una edición cuidada y muchas ilustraciones.

Hay un pequeño prólogo, en el que el autor es sincero y admite que lo que tenemos entre las manos es una reescritura, y una nota final, muy personal, sobre sus problemas con la escritura y la estima que siente hacia sus hijos, de quienes nos cuenta algunas anécdotas relacionadas con el germen o el desarrollo de esta historia. Puede que Rothfuss haya abandonado a sus lectores, pero es un trozo de pan, e incluso ha pedido el consentimiento a sus hijos para hablar sobre ellos.

"Porque, normalmente, escribir no tiene nada de divertido. Es como conducir por una carretera con grandes baches. O tratar de comprar comida durante un tornado. O como uno de esos sueños donde intentas ir a un sitio importante pero, por mucho que corras, no logras moverte del sitio."

Me he sentido a gusto leyendo El estrecho camino entre deseos. Es un cuento, una historia sencilla, pero muy entretenido para leer, sobre todo, en voz alta, y que pueden disfrutar tanto adultos (por las sutilezas y la prosa) como niños (por el carisma del protagonista y el tono de la obra). Como dice el autor en su prólogo, esta no es una buena forma de empezar a leer algo suyo, porque es una historia atípica, sin un conflicto central. Como ya sucedía en La música del silencio, aquí prima el costumbrismo y la fuerza del relato recae en el peculiar protagonista. Una historia muy bien escrita, llena de diálogos ingeniosos y astutos, que te permitirá conocer un poco más a Bast y los fata. Personalmente, lo que más me ha fascinado es hacer la comparativa con el relato original; pocos autores se atreven a reescribir su obra y mostrar a los lectores cómo han cambiado.

Cosas que he aprendido:

  • Una historia puede funcionar sin un conflicto.
  • Cómo construir un buen personaje pícaro y misterioso.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

PUNTUACIÓN...3'5/5!

Primeras Líneas...

sábado, 22 de marzo de 2025

Viñeta del lector 124#


La cama es uno de los sitios de la casa en los que suelo leer más a menudo porque es cómodo en general y calentito en invierno. No suelo tener mucho problema con el posicionamiento, aunque es habitual verme en todas las posturas que adopta la protagonista de la viñeta (a excepción de la séptima, ¿de verdad alguien lee así?) porque es fácil pasar horas leyendo, pero no tanto quedarse quieto en la misma posición.  

Mi problema suele ser el invierno. No sé vosotros, pero mi posición favorita para leer en invierno es totalmente cubierta de los pies a la cabeza con la manta y con una linterna en la mano. Es la única forma en la que no tengo frío. La solución a la que llega la protagonista la he adoptado alguna vez (cuando leía más en digital y no tenía un lector electrónico), pero tampoco era la opción perfecta, porque tienes que sacar las manos cada cierto tiempo para cambiar de página (como veis, problemas del primer mundo).

No ha sido hasta hace poco cuando he descubierto la solución perfecta, gracias a Mientrasleo: un mando a distancia bluetooth para el lector electrónico. Con este accesorio, puedes girar la página sin abandonar el calor de las mantas. El que os pongo en el enlace es para Kindle; no sé si también se venden para otro tipo de lectores electrónicos.

Y hasta aquí la viñeta del lector de hoy. ¿Soléis leer en la cama? ¿En qué postura os parece más cómo leer? ¿Cómo solucionáis el problema del frío? ¿Conocíais el accesorio que os he enseñado?

martes, 18 de marzo de 2025

Cómo volé sobre el nido del cuco, de Sydney Bristow

Título original: Cómo volé sobre el nido del cuco
Autora: Sydney Bristow
Editorial: Plaza & Janés
Encuadernación: Tapa dura
Número de páginas: 320
ISBN: 978-84-01-02172-5

Sinopsis:
Mi verdadero nombre es Ana. Sydney es solo mi seudónimo. Antes de esto lo tenía todo: una familia maravillosa, una prometedora carrera de abogada, un novio perfecto...
Pero todo se truncó. Un día me encontré subida a un puente con la intención de tirarme. No lo pensé. Desde el otro lado de la barandilla le envié un mensaje a mi padre: «Ya he saltado». Y me dejé caer.
Sobreviví al golpe contra el asfalto. Me ingresaron 37 días en psiquiatría. Pensaréis que viví los peores días de mi vida, pero no fue así. Hubo risas, amistad, enfados, locuras (literalmente), ternura e incluso amor.
Durante esos 37 días escribí un diario, que ahora es este libro.

Por qué este título...

"No sé si habéis visto la película Alguien voló sobre el nido del cuco. Si no lo habéis hecho, deberíais. Retrata bastante bien el día a día de un hospital de estas características -salvando las distancias-, en especial una escena que relataré hoy. Tengo que añadir que esta película la vi hará unos 15 días, ya fuera de la unidad. Me la trajo a casa Antonio, uno de mis compis del que ya hablaré en su momento"

Opinión:
Impresión: Inverosímil

Desde que me enamoré de Por si las voces vuelven, de Ángel Martín, he querido leer más testimonios y experiencias personales relacionadas con las enfermedades mentales. He leído varias novelas de ficción relacionadas con el tema (depresión, anorexia, bulímia, autolesiones) de corte juvenil, aunque por norma general me parecieron superficiales. Quería escuchar una voz madura tratando el tema desde el corazón y por eso me animé con este libro.

No diré que ha sido una de las decepciones del año, porque en su momento Patt ya me avisó que la narrativa dejaba mucho que desear, pero no esperaba un fiasco como este. Me embarqué en una LC con Omaira y lo hemos sufrido juntas. Aquí podéis leer su opinión, bastante similar a la mía.

Lo mejor será que empiece hablando sobre el origen del libro. La autora, tras un intento de suicidio, fue ingresada en un centro psiquiátrico durante 37 días. Como terapia, un tiempo después de recibir el alta, decidió compartir en Forocoches la experiencia de su ingreso. Tuvo tal popularidad, que una editorial se fijó en ella y publicó su relato en papel (sin hacer muchas modificaciones, porque el hilo de Forocoches es calcado a la novela). Por tanto, lo que tenemos entre las manos es un diario de lo que vivió allí escrito a posteriori (pese a que en la sinopsis se dice que lo escribió durante su ingreso).

Ya lo he comentado otras veces, pero vivir algo no significa que sepas hablar de ello, y mucho menos escribir sobre ello. No solo tienes que tener algo que contar, sino que tienes que saber cómo contarlo. Y ese no es el caso de Sydney.

La literatura es mucho más que juntar letras. Necesitas conocer las estructuras y técnicas narrativas, dominar la construcción de frases, organizar la información para ofrecer un relato coherente, así como usar un lenguaje rico y realista. Aquí no encontraréis nada de eso. Se nota que la autora está muy verde y que es la primera vez que escribe algo. El texto es correcto, seguramente porque ha pasado por las manos de un buen corrector (no hay errores ortográficos y la prosa, aunque pobre, no presenta problemas sintácticos ni gramaticales); donde falla es en la narración. A nivel lingüístico, nos marea con un baile de tiempos verbales (ahora narra en pasado, ahora en presente) y se sumerge en anglicismos que dan vergüenza ajena. En cuanto a la narración, es plana y aséptica: no denota ningún tipo de emoción. El ritmo es lento como la melaza y los personajes aparecen y reaparecen de la historia sin orden ni concierto (no nos enteramos de la existencia de la hermana hasta bien avanzada la obra, por ejemplo, porque se le había olvidado mencionarla). 

Se oye el prrr y empiezan a entrar los familiares a porrón. Siempre entraban así, cosa que no entendía. Joder, que hay dos horas de visita, macho. Que tu hijo loco va a seguir aquí aunque llegues 5 minutos tarde, man. No hurry. Pero ahí estaban, en estampida.

Estamos ante un diario personal que la autora escribió para no olvidar lo que había vivido. No esperéis nada más. No hay más aspiraciones. Y eso se nota en el contenido. Esperaba una crítica a los centros psiquiátricos, una reflexión sobre cómo salir adelante una vez te has roto o un estudio psicológico sobre cómo alguien puede llegar al extremo de ser ingresado. No encontraréis nada de eso.

La protagonista critica duramente el centro psiquiátrico en el que estuvo, pero no es una crítica al sistema, sino a ese centro y, en concreto, a determinados trabajadores. Hace especial énfasis en todos los fallos que se cometieron durante su estancia, bastante graves, sin explicar aquello que hacían bien (más allá de alabar la labor de algunos profesionales concretos). La gente se equivoca, es inevitable; lo importante es cómo lo gestionas. En este caso, nadie se disculpa por lo sucedido, minimizan la gravedad de los hechos o culpabilizan a la protagonista. Puedo entender que no hagan caso de los desvaríos de algunos, pero teniendo en cuenta que lo que padece la protagonista es depresión y anorexia, no hay motivo para no creerla cuando dice que, según su informe, no puede caminar o que esa no es su medicación, sino la de otra persona con el mismo nombre. De verdad que no les costaba nada comprobarlo. La protagonista es anoréxica, pero no hay ninguna atención especial a su alimentación, es más, se pasa tres días en huelga de hambre y nadie hace nada al respecto. También hay una interna que es bulímica y el personal es tan irresponsable que le permiten ir al baño después de comer. Absurdo. Es tal la ineptitud, que creía que eran imaginaciones de la protagonista y que en determinado momento se daría cuenta de que no era que todos le tuvieran manía, sino problema de su percepción. No es así. Esta gente no debería trabajar en un hospital, y menos de salud mental.

A esta incompetencia hay que sumarle que no se aplica tratamiento psiquiátrico a los pacientes, más allá de tomar una determinada medicación (que se menciona de pasada). Hacen actividades grupales poco útiles y, en caso de que lo sean, no hay una reflexión por parte de la protagonista sobre los efectos mentales positivos que tienen. Es más, pese a que no se percibe ninguna mejora, a algunos les dan el alta. Tampoco reciben un tratamiento psicológico continuado con un terapeuta, porque este les visita una vez cada dos semanas. Además, la terapeuta de la protagonista no es inútil, sino terrible y le hace más mal que bien. Cómo le han dado el título a alguien tan poco empático y con esa nula capacidad para tratar con las personas es algo que no me cabe en la cabeza.

He terminado la novela sin saber nada de terapias, ni de cómo tratan a gente con problemas mentales en una institución especializada. El mensaje de la novela es idealista y nocivo: los psicólogos no sirven de nada y lo único que puede salvarte es el apoyo de tu entorno, en este caso, el resto de los internos. Pese a la ineptitud del personal, la visión del centro psiquiátrico está bastante edulcorada: allí encontrarás gente que te va a comprender, que trabará amistad contigo y que te ayudará a salir adelante, cuando en realidad cada uno tiene sus propios problemas, cosa que aquí no se trata.

La protagonista nos describe aquello que observa sin aportar ninguna reflexión ni sus sentimientos al respecto. A lo largo de los días, nos presentará a todos los internos con los que establece algún tipo de relación, pero no hace más que describir su comportamiento excéntrico. Vemos a gente con trastornos muy diversos, pero no conoceremos ninguno en profundidad ni siquiera los de la gente más cercana a ella. No se habla de qué enfermedades tienen realmente, más allá de lo que algunos admiten, cómo se siente al padecer algo así, cómo es su visión de la realidad o qué tratamiento reciben.

Esto no sería TAN grave, si no se aplicara también a la protagonista, y es que he terminado la novela y siento que no la conozco en absoluto. Al parecer, según menciona de fondo, durante toda su vida ha tenido anorexia y la depresión la llevó a tirarse de un puente. No nos cuenta más de su experiencia ni ahonda en sus sentimientos al respecto. No reflexiona a qué la ha llevado a estar como está ni cómo puede mejorar. He aprendido más sobre su pasado en esta entrevista que en toda la novela.

A eso hay que sumarle que te cae mal desde la primera página, porque pese a tener 30 años se comporta como una adolescente malcriada que se cree el centro del mundo y que todos están en su contra. Pensaba que eso sería consecuencia de su estado mental, pero si es así, actualmente no se ha dado cuenta de lo inadecuada que es su actitud, no ha mejorado y no ha reflexionado sobre ello. En teoría ha estudiado derecho, cosa que no se refleja en su personalidad ni se aplica en ningún momento, pero sus pensamientos son infantiles, no los de una persona madura. Entiendo que no se encontraba bien en ese momento, pero ella lo niega y, aun así, pese a la terrible terapeuta que tiene, en ningún momento se plantea pedir una segunda opinión médica, un derecho que conozco incluso yo.

La madre de la protagonista es claramente una influencia tóxica que la ha llevado a donde está, pero la protagonista no nos habla de ello, solo nos muestra dos o tres escenas en las que la madre demuestra ser una basura de persona. El padre parece majo, pero no vemos realmente conversaciones con él. La hermana aparece en mitad de la historia y aunque tiene UN momento de decirle las cosas a la cara, la protagonista no reacciona a ello ni reflexiona sobre el tema. Pese a la relevancia para la vida de la protagonista y las numerosas visitas que recibe, su familia no deja de ser un florero: no les vemos interactuar y no les conocemos.

Seguramente lo que os he contado os baste para deducir que el libro me ha aburrido como una ostra: no hay sentimiento, no hay emoción, no hay reflexión, no hay información y no hay trama. Es una narración que trata el tema de las enfermedades a la ligera, sin ningún momento de seriedad y con un tono desenfadado que pretende ser gracioso sin conseguirlo. Solo había dos caminos para narrar esta historia: o escribirla en presente, esforzándote en transmitir lo que siente alguien que está pasando por algo así, o escribirla en pasado, exponiendo cómo te sentías y reflexionando sobre el porqué de esa actitud y esos sentimientos. La autora, en su lugar, va campo a través sin llegar a pisar ninguno de los dos caminos.

El final es apresurado y súbido. El personaje da un paso adelante hacia su recuperación, pero nada más. Entonces, en un epílogo, te resume lo que pasó tras salir del centro psiquiátrico: cómo recayó de nuevo, qué pasó con algunos de los internos, cómo la intensa relación de amistad que había forjado, se convirtió en ceniza y cómo el pequeño romance que había surgido (un instalove de cuidado) se queda en nada. Todo en un par de páginas, pese a que es material más que suficiente para otra novela.

El último punto que me gustaría tratar es el de la intimidad y el anonimato. ¿Hasta qué punto un autor en una obra biográfica puede contar cosas privadas de otros sin su consentimiento y utilizar nombres reales? Sydney Bristow es en realidad el pseudónimo de una joven madrileña llamada Ana. En su caso, supongo que usó este alias porque era con el que se dio a conocer por en Forocoches, pero no se indica que use nombres falsos para referirse a los otros internos (de quién cuenta cosas personales) ni al personal sanitario. Si tenemos en cuenta la poca documentación de la novela y el escaso contacto que ha tenido posteriormente con los internos, dudo mucho que tenga su consentimiento, pero quien sabe. 

En conclusión, se nota que es la primera obra de la autora, porque tiene muchos problemas narrativos y la narración es un lío de tiempos verbales. Narra un testimonio real, pero muchas escenas y comportamientos me han resultado inverosímiles. Más allá de eso, no conocemos realmente el funcionamiento de un centro psiquiátrico ni las terapias ni las sesiones entre paciente y psiquiatra. Muestra algunas patologías, pero no se habla con profundidad de ninguna ni hay una investigación detrás. Por si fuera poco, la protagonista no nos cuenta nada sobre su pasado, sus sentimientos o cómo ha llegado a esta situación y su familia es un florero. Se nos muestra como una adolescente mimada, pese a ser una treintañera, que se cree el ombligo del mundo y que todo el mundo está en su contra. Esta visión del mundo podría ser consecuencia de su estado mental, pero no se habla de ello. Entiendo que este libro abrió la puerta a la publicación de autobiografías sobre salud mental y que contribuyó a erradicar el estigma de las enfermedades mentales al mostrarlo como algo normal. Pese a ello, hoy en día hay muchísimos relatos mejores sobre el tema que os recomendaría leer antes que este, como el manga Mi experiencia lesbiana con la soledad, de Kabi Nagata o El abismo, de Neal Shusterman.

Cosas que he aprendido:

  • Los funcionarios tienen inmunidad absoluta.
  • Tener un título no te capacita para ejercer la profesión correspondiente a ese título.
  • Vivir algo no te capacita para escribir sobre ello.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

PUNTUACIÓN...1'5/5!

Primeras Líneas...