viernes, 28 de abril de 2023

Frases memorables: A de amor

"La clave del éxito de una relación no depende solo de las palabras, sino de la puntuación de las frases. Cuando estás enamorado de alguien, un signo de interrogación bien colocado puede significar la diferencia entre el éxtasis y la catástrofe, y un punto y aparte respetuoso o una elipsis en el momento justo pueden prevenir toda clase de exclamaciones".

"Obstinado. A veces se convierte en una competición, ¿quién es más tozudo, el amor o las dos personas que discuten atrapadas en sus redes?"

Las citas que os traigo hoy son de A de amor, de David Levithan, un libro que era muy prometedor, pero que resultó ser una gran decepción, en gran medida a causa de la traducción, que entiendo que era complicada, pues hacía que la estructura no fuera estable, que hubiera incoherencias, que la narración fuera confusa y que no hubiera tantas ambigüedades como debería. La novela tenía una historia de amor original, contada a partir de palabras clave (una por cada letra del abecedario), que nos iba mostrando pequeños retazos de una relación de la que no conocemos el género de ninguno de los protagonistas. Quizás le podría dar otra oportunidad, pero en versión original. En todo caso, para entender mejor a qué me refiero, os dejo con la reseña completa.

Las dos citas, como os podéis imaginar con la temática del libro, hablan sobre las relaciones. De la primera, me gusta la importancia del tono. Muchos de los problemas en las relaciones humanas se deben a malentendidos y a la falta de comunicación. La gente habla por los codos, sin preocuparse por lo que dice, pese a que no solo cada palabra es importante, sino también las inflexiones de voz y las pausas. Yo soy una persona muy sutil a la hora de expresar cómo me siento, por lo que juego muchísimo con todos esos elementos paralingüísticos. No digo nunca las cosas, las insinúo.

Ojo, no quiero decir que eso esté bien, estoy trabajando para ser más abierta, pues la mayoría de la gente no capta esos matices y no entiende mi verdadero mensaje, pero lo que quiero decir es que os fijéis bien en vuestro interlocutor al hablar. Fijaos en lo que está entre líneas, en lo que dice sin darse cuenta; eso os hará entender mejor a la otra persona.

Esto es algo que admiro mucho de un autor, que sea capaz de capturar en sus diálogos ese lenguaje oculto de los matices y tonos. Abercrombie, por ejemplo, lo hace bastante bien. ¿Qué autor se os ocurre que lo haga?

La segunda cita habla acerca del orgullo, una de las causas por las que rompen muchas parejas, algo que se ve mucho en literatura, pues los principales conflictos en las novelas románticas son esos, la falta de comunicación y el orgullo. ¿Qué es más fuerte, el amor que sientes por el otro o tu necesidad de tener razón? Yo soy partidaria de no tomarse nunca las cosas a la tremenda. No tienes la razón absoluta y, aunque la tuvieras, ¿por qué no intentar entender por qué el otro piensa de forma distinta? Quizás sepa detalles que tú desconoces sobre los hechos. Lo importante en una discusión no es conseguir que el otro te dé la razón, sino comprender por qué el otro piensa distinto y llegar a un acuerdo que os deje satisfechos a ambos.

Uf, Laura Antiromance dando consejos amorosos, solo faltaba eso. Va a ser mejor que lo deje por hoy y que os ceda el turno a vosotros. ¿Qué opináis sobre las citas y sus mensajes?

martes, 25 de abril de 2023

Saga Historiadores de Oxford, Libro III: El apagón, de Connie Willis

Fecha de lanzamiento: 2010
Idioma original: inglés
Título original: Blackout
Número de páginas: 624 
ISBN: 9788490700433
Editorial: B DE BOLSILLO
Encuadernación: Tapa blanda
Idioma: Castellano
Traductor: Paula Vicens Martorell

Sinopsis:
Universidad de Oxford, 2060. Los viajes en el tiempo son habituales entre los historiadores para investigar el pasado. Tres jóvenes historiadores son enviados a la Inglaterra de la década de 1940 para conocer la época de primera mano. Polly Churchill se desplaza hasta Londres en pleno bombardeo nazi para observar las vidas de las empleadas de unos grandes almacenes. Mike Davies se hará pasar por periodista norteamericano para cubrir la evacuación de Dunquerque. Y Eileen O’Reilly entrará a formar parte del servicio de una finca de Warwickshire a fin de observar los numerosos grupos de niños que llegan evacuados de Londres. En principio, nada se sale de lo meramente rutinario. Pero al llegar a sus destinos, los historiadores advierten que han errado el momento de arribo no por unas pocas horas (como es habitual), sino por varios días. Pronto resulta evidente que está a punto de suceder un tremendo desastre que podría perturbar tanto el pasado como el futuro

Opinión:

Mi amiga Y decidió que era una buena idea hacer un intercambio de recomendaciones, por lo que ella se leería un libro que yo le recomendara y viceversa. Todo era una excusa para que leyera un libro de su autora favorita, Irène Némirovsky, pero no era mi estilo. Lo intenté con Jezabel, pero lo abandoné. Entonces me prestó un libro que no le había gustado demasiado, pero que era más de mi estilo, El apagón, de Connie Willis.

De esta autora ya había leído un libro hace bastantes años, que me gustó bastante: El libro del día del juicio final. Es más, lo conseguí el año pasado de segunda mano y me apetecía hacer relectura este año, pero como mi amiga me había propuesto este, decidí leerlo primero. Craso error.

Aviso a navegantes. Estamos ante una saga de libros autoconclusivos aunque este es el único que tiene continuación. ¿A qué me refiero? La saga, formada por cuatro libros, trata sobre historiadores que viajan al pasado con una máquina del tiempo para estudiarlo. Esta máquina parece ser que es de conocimiento público y regulada por el gobierno. En cada libro los protagonistas son distintos... excepto en este. Es el único libro de los cuatro cuyo final es abierto y continúa en el siguiente, con los mismos personajes. Esto es algo que no sabía cuando lo empecé, y no me di cuenta hasta que vi que faltaban pocas páginas y que esto no estaba terminando. El libro que ya había leído de esta saga al parecer es el primero. 

Que se trate de una tercera parte no es un problema. Realmente, a excepción del siguiente que será continuación directa de este, todos se pueden leer de forma independiente. Lo único que he notado es una gran falta de información acerca del funcionamiento y legalidad tanto de la máquina del tiempo como de la organización que la controla, pero más allá de eso, no hay problema para leerlos en el orden que sea.

La parte que más me ha decepcionado ha sido precisamente la de ciencia ficción. Esperaba que se dieran muchas más explicaciones sobre las consecuencias de la existencia de esta máquina en el mundo (la novela está ambientada en un futuro cercano, el 2060). ¿Es legal? ¿Lo conoce todo el mundo? ¿Solo hay una? ¿Puede usarla cualquiera? ¿Qué opinan de ello los otros países? ¿Qué otros usos puede tener? También faltan muchas explicaciones sobre su funcionamiento, pues solo nos dicen los cuatro puntos más básicos. La ausencia de toda esta información no es un problema intrínseco de la novela, pues está la posibilidad de que todo ello se explique en libros anteriores, pero yo no recuerdo que se tratara demasiado en El libro del día del juicio final (confirmo, he releído mi reseña y me pareció muy confuso). Yo espero que tenga alguna justificación que los historiadores parezcan más turistas que saben mucho que no investigadores de verdad, pues en ningún momento les he visto tomar nota de las cosas que observan. Además, me parece ridículo que no tengan algún método para localizar a los historiadores perdidos, algo que vista esta novela y la anterior, pasa a menudo.

"Pero no era febrero, era abril, y hacía un día estupendo. Linna le había dicho que el pronóstico era de lluvia para más tarde, pero de momento el tiempo se mantenía cálido. Se quitó el abrigo mientras andaba. Era lo más difícil de los viajes en el tiempo: recordar dónde estaba una y en qué momento. Había olvidado que no seguía siendo una criada y se había dirigido dos veces a Linna llamándola «señora», y en aquellos momentos miraba nerviosa a su espalda para asegurarse de que Alf y Binnie no estuvieran siguiéndola. Llegó a High, fue a cruzar la calzada, y a punto estuvo de atropellarla una bicicleta que pasó zumbando".

Además, esperaba que la novela hablara de los problemas del presente (bueno, de 2060) y combinara esa trama con el viaje de los historiadores al pasado, pero no es así, sino que, aunque hay una introducción centrada en el presente, enseguida viajamos al pasado a tres puntos de vista distintos de la Segunda Guerra Mundial: Michael Davies estudia la evacuación de Dunkerque, Merope Ward el día a día de los niños refugiados procedentes de Londres y Churchill Polly los bombardeos a Londres. Además, de tanto en tanto tenemos algún punto de vista de otros historiadores que están por ahí en la época, pero que no tienen ninguna relación con los otros tres y que aparecen muy esporádicamente, como la conductora de ambulancias o el chico de los tanques (aunque no estoy del todo segura que este último sea historiador). Supongo que tendrán relevancia en el siguiente libro, pero, en principio, no pintan nada en la novela.

La novela, pese a su alto contenido histórico, es muy entretenida, tanto, que la devoré en tres días. De verdad que no podía parar de leer. Eso se debe a más que nada a mi curiosidad por la historia que hay tras la Historia, algo en lo que se centra especialmente el libro. Hacemos un recorrido por estos tres importantes eventos de la Segunda Guerra Mundial en Inglaterra (lo de los huérfanos no me parecía tan importante, pero ok) con mucha profundidad y conoceremos los pequeños detalles que no suelen aparecer en los libros de historia básicos, como el hecho de que al día siguiente de un bombardeo, todas las tiendas que quedaban en pie abrieran con normalidad o que muchos niños no supieran coger un tenedor. Si me quedo con algo de esta novela es con todo lo que he aprendido de la época y el lugar a nivel histórico, no solo de los hechos más conocidos, sino también de estos pequeños detalles.

"Acababa de ver a dos heroínas en acción. Y eran sólo unas chicas dispuestas a salir a la calle en pleno bombardeo. ¿Cuánto más coraje le había hecho falta al rector para cruzar el sótano y abrir aquella puerta, sabiendo que podían ser los alemanes? ¿Cuánto tenían todos para quedarse allí sentados, noche tras noche, esperando la inminente invasión o un impacto directo, sin saber si vivirían hasta que pasara la alarma?
La incertidumbre: eso era lo único que los historiadores nunca llegarían a entender plenamente. Podían observar a los contemporáneos, convivir con ellos, intentar ponerse en su lugar, pero no experimentar verdaderamente lo que ellos experimentaban. «Porque yo sé lo que va a pasar. Yo sé que Hitler no invadió Inglaterra, que no usó gas venenoso ni destruyó San Pablo. Ni Londres. Ni el mundo. Sé que perdió la guerra.»"

La autora está muy bien documentada y tiene la capacidad para narrar la historia de forma entretenida. Eso sí, en algún momento se excede en su pasión por el pasado, como la visita a la Catedral de San Pablo, que es demasiado larga y tiene como único propósito mostrarnos la admiración del personaje por el edificio.

A todo esto hay que sumarle el interés de la autora por resaltar el valor de los héroes no reconocidos por la Historia, esa gente anónima que rescató a los soldados de Dunkerque, que cuidó encarecidamente de niños que no eran suyos, que llevó a cabo tareas de rescate durante los bombardeos y que se enfrentaba al día a día con normalidad, pese a que cada uno podía ser el último. Me ha sorprendido cómo la gente podía acostumbrarse a los bombardeos, a observar la muerte con indiferencia o cómo muchos daban su vida por los demás.

"Pero algunos habían protagonizado actos de extraordinario valor: el gravemente herido oficial que se había empecinado en mantener a raya a seis Messerschmitts con una ametralladora mientras los soldados subían a bordo; el contable que había sacado carga tras carga de hombres del Jutland bajo el fuego incesante; George Crowther, que había renunciado a que lo rescataran para quedarse y ayudar al cirujano del buque Bideford; Charles Lightoller, un jubilado que, no contento con haberse comportado ya como un héroe en el Titanic, había recuperado con su lancha motora de fin de semana a ciento treinta soldados."

Eso sí, la novela me ha parecido bastante partidista. Es comprensible que esté a favor de los ingleses, por supuesto, e incluso no se habla demasiado de los alemanes, pero el caso es que todo el mundo en la novela es buena gente y muy valiente. Al parecer, nos tenemos que creer que no hubo cobardes, que todo el mundo era generoso y hacía todo lo posible por ayudar (incluso la nobleza, dentro de las posibilidades de su ideología), que no había crímenes, que nadie se aprovechaba de los bombardeos, que en los refugios todos eran como una familia, etc. Ajá. Yo no me lo creo. Me ha parecido una visión demasiado positiva de los sucesos.

Por último, me gustaría hablar de los personajes. Los secundarios no tienen mucho que ofrecer, pero logras empatizar con ellos y con su situación enseguida, así como preocuparte por su futuro. Los protagonistas son Michael, Polly y Merope. Los tres son simples observadores de la historia. Saben mucho acerca del acontecimiento histórico en el que se encuentran. Son simplemente el hilo conductor, narradores que nos ofrecen un contraste entre el pasado y el presente. Diría que Polly es algo más valiente y lanzada que Merope, que es más atenta y paciente, mientras que Michael es muy impulsivo. Poco más les caracteriza. Son planos y no evolucionan, más allá del miedo que sienten de no poder regresar. Además, no conocemos nada de su pasado ni quienes han sido. Esperaba que se encontraran mucho antes, para poder ver las dinámicas entre ellos, pero eso no sucede hasta el final. Sí que noté tensión en ese reencuentro que nunca llegaba, pero más allá de eso, ninguno de los tres personajes ni sus tramas experimentan ningún sobresalto. 

Os recuerdo que esto es una primera parte y que el final es muy abierto, de manera que parece que la historia está cortada en cualquier parte. Por mi parte he quedado con muchas ganas de seguir, por lo que puede que este año se lo dedique a la autora.

Lo que me pregunto de la novela es ¿por qué hacer que fuera de ciencia ficción en lugar de histórica? El único motivo que se me ocurre es el de poder narrar los hechos con la consciencia de lo que pasará en el futuro, además de poder centrarse en aspectos menores para aquellos tiempos, pero que ahora, en perspectiva, tienen una importancia mayor. 

Parece que mi reseña es más negativa que positiva, pero tampoco quiero que os llevéis esa impresión. El libro me causa sentimientos encontrados, pues cuando lo leí no solo me encantó, sino que devoré cada página. Me resultó muy entretenido e instructivo, pues es justo cómo me gusta que me narren los hechos históricos. Por otra parte, visto en perspectiva, lo de los viajes en el tiempo presenta muchas insuficiencias, la trama es bastante lineal y los personajes no tienen ni evolución ni profundidad. ¿Por qué merece entonces la pena? Por su ambientación, por la sensación de inmersión, por cómo logra que respires el humor de Londres, te tapes los oídos por las bombas y sientas la ansiedad de estar atrapado donde no te corresponde. 

Cosas que he aprendido:  

  • A principios de siglo, en Londres había tanta niebla que no podías verte los pies.
  • Para evitar ataques de aviones, se ordenó apagar todas las luces.
  • Se quitaron las placas de las calles para despistar a los espías.
  • Hicieron montajes con tanques hinchables para despistar al enemigo.
  • A principios de siglo, había niños que no sabían usar cubiertos ni ir al retrete.
  • No hay que jugar a los acertijos con los ingleses, son demasiado rebuscados.
  • Existe la Catedral de San Pablo y es bonita.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

PUNTUACIÓN...3/5!

Primeras Líneas...

sábado, 22 de abril de 2023

Viñeta del lector 107#

 


Hoy os traigo algo distinto. ¿Os parece si jugamos? Soy capaz de identificar, quizás, a la mitad de los personajes. ¿Y vosotros? Intentemos resolver el acertijo entre todos. Yo iré actualizando a medida que vayan surgiendo respuestas. Empiezo yo con uno de cada fila:

Fila 1: Los tres cerditos, Drácula, Winnie The Pooh, _______, Caperucita roja
Fila 2: Aladín, El mago de Oz, La Bella durmiente, Watchmen,  Hamlet
Fila 3: Pinocho, 20 mil leguas de viaje submarino, Los tres mosqueteros, Cuento de Navidad, La Sirenita 
Fila 4: Sherlock Holmes, Blancanieves, Alicia en el País de las Maravillas, El fantasma de la ópera, __________
Fila 5: _________, Pippi Calzaslargas, Frankenstein, Harry Potter, El Hobbit


miércoles, 19 de abril de 2023

Saga Nacidos de la bruma, Libro VII, El metal perdido, de Brandon Sanderson

Nº de páginas: 640
Editorial: NOVA
Idioma: Castellano
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788418037733 
Año de edición: 2022
Traductor: Manuel Viciano Delibano

Sinopsis:
Waxillium Ladrian, vigilante de la ley convertido en senador de la gran ciudad, lleva años intentando dar caza a la sombría organización llamada el Grupo -entre cuyos líderes se cuentan su difunto tío y su hermana-, desde que empezaron a secuestrar a personas con el poder de la alomancia en su linaje. Cuando la detective Marasi Colms y su compañero Wayne encuentran un almacén ilegal de armas con destino a la ciudad exterior de Bilming, se abre ante ellos una nueva pista. El conflicto entre Elendel y las ciudades exteriores favorece al Grupo, que ya extiende sus tentáculos hasta el Senado de Elendel -cuya corrupción pretenden destapar Wax y Steris-, y la ciudad de Bilming está incluso más implicada de lo que creían.
Después de que Wax descubra un nuevo tipo de explosivo capaz de desatar una destrucción sin precedentes y comprenda que el Grupo ya debe de tenerlo, un kandra inmortal al servicio del dios de Scadrial, Armonía, le revela que Bilming ha caído bajo la influencia de otro dios: Trell, venerado por el Grupo. Pero Trell no es el único factor que interviene procedente del amplio Cosmere, puesto que a Marasi la reclutan unas personas de fuera del planeta dotadas de extrañas capacidades, que afirman que su objetivo es proteger Scadrial... a toda costa.

Wax deberá decidir si deja a un lado las dificultades de su relación con Dios y se convierte de nuevo en la espada que Armonía lo ha estado preparando para ser. Si nadie da el paso y actúa como el héroe que Scadrial necesita, el planeta y sus millones de habitantes sufrirán una repentina y calamitosa ruina.

Opinión:
Impresión: Desganado

Hace ya unos tres años que leí Brazales de duelo, una obra que en su momento creía que era la última de la trilogía. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que no era así.

En general, las novelas que conforman la segunda era de Nacidos de la bruma en ningún momento se han contado entre mis favoritas. Sí, tienen al personaje de Wayne y un mundo muy molón, pero el primero pierde su gracia a cada libro y el segundo no se explora lo suficiente. La primera novela me gustó, pues sentí que era una obra sin aspiraciones, pero muy entretenida. El problema fue que Sanderson se volvió ambicioso.

Esta novela es al fin el gran clímax, no de la tetralogía, sino de la serie entera de libros sobre el Cosmere. Al fin vemos los puntos de unión entre mundos, así como la interconexión de personajes. Para mí eso ha sido lo más interesante de la obra, descubrir que el Cosmere es realmente algo cohesionado y que podría funcionar pese a la diversidad de mundos y magias. 

La obra promete mucho a futuro y ese es su mayor inconveniente. No he sentido que estuviera ante el gran final de Wax y Wayne, sino ante un prólogo a algo mayor. La novela está demasiado enfocada a futuro: deja pequeñas incógnitas aquí y allá para cimentar la trama de los siguientes libros, cierra los arcos de personaje, pero te presenta otros nuevos para que sepas lo que te espera y resuelve la tetralogía con un parche, asegurándose así que seguirás leyendo porque no todo está resuelto.

En consecuencia, la novela queda subdesarrollada porque hay muchos elementos que no aportan absolutamente nada y que solo están ahí para que quieras seguir leyendo los siguientes libros. Ejemplo de ello es la sociedad de los malwish, que solo aparece mencionada de refilón. Su aparición ya era tardía en la anterior novela, pero es que aquí solo salen de forma testimonial. Es decir, ¿los europeos llegan por primera vez a Asia y eso no tiene ningún impacto? Pese a lo tensa que son las relaciones políticas entre ambas sociedades, la novela se va por otros derroteros y deja todo lo relativo a los malwish para una novela futuro

Lo mismo sucede con la organización secreta que se nos introduce a mitad de novela. Se muestran algunos de los agentes que la componen, solo para dejarnos con la miel en la boca y que ya los conozcamos un poco.

Como habréis notado, no he hablado de Wax, Wayne y Marasi en ningún momento, así como tampoco de la trama. Eso se debe a que al autor no le importa. Sí, aparecen los tres, pero sus arcos no tienen mucho que ofrecer, por lo que ninguno me ha generado interés. En cuanto a la trama, se nota que es muy desganada, pues no solo el clímax está demasiado disperso, sino que además durante la lectura no he sentido verdadero interés por saber qué sucedería ni el autor sabe generar emoción. 

La novela tarda en arrancar, de manera que hasta el segundo tercio en realidad no sabemos por donde van a ir los tiros. La obra se divide en dos frentes, por una parte Marasi y sus investigaciones sobre el Cosmere, y por otra Wax y Wayne que tratan de frustrar los planes de Telsin. No hacía ninguna falta que hubiera dos amenazas de igual magnitud, pues eso hace que se anulen y que dejen de resultar tan amenazantes. Es como si mientras Harry Potter se enfrenta a Voldemort, Ron y Hermione trataran de detener un meteorito que va a caer sobre Hogwarts. Mi atención no puede centrarse en ambas cosas y una novela tan corta no puede tratar con suficiente profundidad ambos conflictos.

La trama de Marasi me ha parecido interesante porque trata del Cosmere, pero todo lo que sucede después con la simulación es demasiado apresurado. En el caso de Wax y Wayne, su dinámica me ha parecido repetitiva respecto a novelas anteriores y la investigación no es especialmente interesante, pues la mayoría de las pistas las descubren de casualidad. Además, en ambas tramas los villanos son planos y muy exagerados, sin nada que justifique su comportamiento, por lo que rozan lo ridículo

De forma muy secundaria aparece Steris tratando de hacer política, cosa que era muy interesante, pues empezaba con buen pie (a diferencia de lo que sucede con El archivo de las tormentas), pero de nuevo, el autor es muy básico y se olvida del personaje durante muchísimas páginas. Como mínimo lo recupera, no como con el kandra, un personaje que se nos había presentado como parte del grupo principal, pero que se va a buscar tabaco y no vuelve a ser mencionado en toda la novela.

La obra es muy entretenida, sin ninguna duda, por lo que pese a mis constantes quejas, la puntuación no será tan baja, pero también es cierto que he notado que seguía una misma estructura: escena de acción, gente hablando de lore, escena de acción, gente hablando de lore, escena de acción,... A diferencia de lo que me ha pasado con otros libros del autor, no me he sentido interesada  por la novela hasta las últimas cien páginas. Y eso en parte se debe a la sobreinformación sobre el Cosmere que hay, hasta el punto de olvidarse de su propio mundo.

Como detalle, me ha gustado que cobrara más importancia la ciencia. Me ha parecido que todas las explicaciones son muy coherentes y que dan verosimilitud al mundo. Es aquí donde se nota más la faceta científica del autor. Eso sí, había algunas partes en que se me ha hecho demasiado explicativo. Y no me refiero solo a los experimentos científicos, sino también al hecho de que repite información que ya conocemos de forma artificial. No me parece lógico que, con la poca memoria que tengo y pese a que hace más de tres años que leí los tres anteriores, no me he perdido en ningún momento. En parte es positivo, pero si has leído los demás libros del tirón, entiendo que se te haga pesado. 

Como siempre, la ambientación es una maravilla. Los avances tecnológicos son impresionantes, así como la combinación entre el progreso y la magia propia del mundo. El problema es que todo queda muy de fondo y casi no se menciona. Donde más se habla de ello es en el periódico que se va intercalando a lo largo de la obra, pero poco más. Me hubiera gustado saber mucho más y que hubiera más descripciones.

"—Como siempre digo —respondió VenDell—, a lo efímero de su especie le sobreviven los hermosos cascarones internos que crean. Como los medallones de arena del océano, así son los huesos del ser humano: un testimonio duradero de su presencia en Scadrial." (Me apasiona la forma que tienen los kandra de ver el mundo)

La ausencia de descripciones es algo que adolece la novela. Hay escenas muy sangrientas y turbias, hay mucha muerte, pero no la sentimos porque el autor es incapaz de describirlo. No solo me ha costado imaginar los escenarios, sino que la violencia que impera en la novela no se ha sentido. Además, los personajes no expresan ninguna emoción ante esos actos violentos. Así es como describe cómo un camión ha chocado contra un muro creado por el protagonista y la muerte del conductor.

¿"Haciendo cosas desafortunadas al conductor" es la forma que has elegido para describir cómo ha quedado espachurrado y con las vísceras esparcidas por toda la calle? Al personaje parece que le importe más la destrucción de la licorería que la muerte de una persona, cuando en teoría se preocupa por la gente y es el héroe de la historia.

Ya que estoy, paso a hablar un poco de los personajes principales, pese a que tengo poco que comentar de ellos pues no los he sentido tan interesantes como en novelas anteriores porque ya no podían evolucionar mucho más. A eso hay que sumarle que tienen la misma voz (la del autor) y que todos se comportan de forma bastante parecida.

— Marasi: es exactamente la misma que en el libro anterior. Se preocupa por la gente, tiene un gran sentido de la justicia, es feminista ha superado su timidez e inseguridad y sabe responder de forma ingeniosa. Siente curiosidad por el Cosmere, y solo por eso he seguido interesada por su trama, pero en general, tiene poco que ofrecer. Además su defensa del feminismo es demasiado obvia, como todos los mensajes de la novela

— Wax: otro personaje que no tiene nada que ofrecer. Ya no está deprimido y ha aceptado su papel como político, pese a compaginarlo con el de padre y aventurero siempre que puede. No me ha gustado nada que no hubiera una reacción a su violencia y que no le afecte matar a los demás. Además, parece contradictorio, pues pese afirmar que ha aceptado su nuevo rol en la sociedad, claramente le gusta mucho más perseguir maleantes. La relación con su hermana Telsin es igual que en el anterior libro, con un toque de indiferencia.

— Wayne: el protagonista de esta novela y pese a todo, resulta decepcionante. Como ya se había hablado mucho de los otros dos, solo Wayne tiene ocasión de evolucionar. El problema es que el autor se inventa un rico mundo interior que no había estado ahí en los tres últimos libros. Ahora de repente recuerda constantemente a su madre (de la que solo sabemos que contaba cuentos y que era explotada en una mina. Literalmente) y sus historias. Por otra parte, aunque su rechazo por las pistolas ya se había tratado en la novela anterior, ahora se siente culpable por haber matado a gente (pese a que sigue haciéndolo y no le importa), hasta el punto de que su depresión le ha llevado a disociarse de la realidad mediante máscaras. Tiene sentido, pero está introducido demasiado tarde. Esto deberías estar desde el primer libro, pues es algo muy importante para el personaje. Es como si, de repente, el cuarto libro de Harry Potter se centrara en la envidia que siente Ron de sus hermanos.

Ya que he hablado de Wayne, me gustaría hacer un pequeño inciso relativo al humor. Este personaje me había encantado por lo divertido que era y, pese a que tiene sus momentos graciosos, aquí ha perdido gran parte del encanto. Muchos de los chistes que sobrevuelan la obra no me han hecho gracia porque resultan infantiles, como la escena sobre tirarse pedos. Nadie diría que los protagonistas rozan los cincuenta años.

Poco tengo que añadir de otros personajes. Ya he comentado antes que Steris tiene su propia trama, pero protagoniza muy pocas escenas. Su relación con Wax me ha gustado, pues hacen buena pareja, pero parecen un matrimonio que lleva 50 años casados. Sanderson no sabe escribir relaciones románticas y no hay ningún tipo de pasión o amor entre las parejas, más allá de una estrecha amistad. Lo mismo pasa con la relación de Marasi, pues no he visto el amor que siente por su pareja.

En cuanto al final, se veía venir desde el principio. No sé hasta qué punto el autor quería realmente que fuera una sorpresa, pues no es que se dejen pistas aquí y allá, sino que la relación entre los personajes te va preparando el momento final. Podría haber sido muy emocional, pero estaba bastante cansada de todo lo anterior y la preparación era tan obvia que no me impactó. Destacar que los epílogos finales, un repaso a lo largo de varios años de lo que sucede con los personajes, se me hicieron muy largos pues, de nuevo, solo sirven para cimentar lo que vendrá.

En conclusión: el libro me ha decepcionado mucho. Más que un gran final de teatralogía se siente como un prólogo a la siguiente. El autor se rinde al lore, de manera que le importa más dar información sobre el universo que ha creado que no centrarse en los personajes y la trama que ya tiene. Los villanos son muy exagerados y sin trasfondo, mientras que los protagonistas no evolucionan, y si lo hacen, es de forma artificial, como en el caso de Wayne, cuyo mundo interior no se había presentado antes. La estructura de la novela salta de la acción a la reflexión de forma repetitiva, y eso crea un ritmo algo monótono. Además, el hecho de ofrecer dos amenazas igual de bombásticas hace que la tensión se diluya. Por último, comentar que el mundo no se explora y que quedan muchos frentes abiertos en los que adentrarse.

Cosas que he aprendido:

  • Dos clímax de la misma envergadura no son buena idea, hay que centrarse.
  • Lo de unir mundos es una maravilla.
  • El poder de la arena y de los sellos es increíble.
  • Los periódicos que amplían el mundo son una idea excelente.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

PUNTUACIÓN...2'5/5!

Primeras Líneas...

sábado, 8 de abril de 2023

Pausa por reformas y mudanza

 
¡Hola a todos!

No os suelo hablar de mi vida, pero si me seguís en redes puede que os hayáis enterado. Voy a mudarme y llevo desde octubre de reformas. Hasta ahora habían trabajado especialmente los albañiles y G mientras tú descansabas y leías yo trabajaba en la oficina. Esta Semana Santa hemos decidido ponernos las pilas y a partir de mañana y toda la semana que viene ambos vamos a dedicarnos a pintar y ordenar cosas. Ya llevo tres días poniendo los libros en cajas y UNA NO SE DA CUENTA DE LA CANTIDAD DE LIBROS QUE TIENE HASTA QUE HACE UNA MUDANZA. Ejem.

Bueno, pues como voy a tener pocos momentos de paz, voy a estar desaparecida del blog y de las redes durante toda la semana que viene. Aunque seguramente a partir de día 17 ya me volveréis a ver por aquí, tampoco prometo nada.

Un saludo.

viernes, 7 de abril de 2023

Visto en las redes 55#

  ¡Hola a todos!

¿Cómo va todo? Yo no me puedo quejar, pues estoy leyendo bastante, aunque como siempre, no tanto como me gustaría. Este mes toca ponerse a tope con las reformas de la casa, así como con la mudanza, por lo que tocaré muchos libros, pero leeré menos. ¡Qué difícil será organizar la biblioteca, pero cuántas ganas tengo de ponerme con ello! ¿Y vosotros, qué expectativas tenéis para esta Semana santa? 

En fin, no me entretengo más. Como os podéis imaginar por el título, ya vuelvo a estar aquí con un Visto en las redes. Para los que no lo sepan, esta sección me gusta mucho porque da pie a muchos debates, (aunque no os veo muy por la labor de debatir). Espero que la disfrutéis y que podamos comentar un montón de temas interesantes. ¡No os olvidéis de comentar todo aquello con lo que estéis o no de acuerdo!

Eso sí, antes de nada, empezaré explicando en qué consiste la sección para aquellos que aún no lo sepan. Ya sé que estos párrafos que vienen a continuación son muy repetitivos, pero siempre hay gente nueva que no sabe en qué consiste la sección y me gusta informar de ello. Visto en las redes es una recopilación de todos aquellos tweets que me han parecido interesantes (y a los que he dado retweet) publicados este último mes (marzo) por diversas personas, y una selección de las reflexiones relacionadas con el mundo literario que he compartido por las diferentes redes sociales. Es decir que... ¡atención, porque podríais salir mencionados en esta entrada! 

Me decidí a crear esta sección como excusa para hacer debates porque sé que algunos de vosotros no me seguís en las redes sociales tranquilos, estáis en la lista negra (tanto porque no os interesa como porque no tenéis una cuenta) y pensé que os podría parecer interesante tener una recopilación de esta información. Así, todos los que no tenéis redes podrías estar al tanto y los que me seguís, pero estáis saturados, podríais tener un resumen. 

Como sabéis, el blog está en varias redes: en Twitter, en Facebook, en Instagram, en The Storygraph, en Goodreads y en Bloguers (podéis acceder a mi perfil de cada red social haciendo click en los enlaces), pero estoy especialmente activa en Twitter, Instagram y Facebook, por lo que en esta sección me centraré en esas redes sociales. 

Repito, como en cada ocasión, que la idea de esta sección no es completamente mía (siempre hay que dar créditos). Me inspiré en una sección muy parecida en el blog de Deja volar tu imaginación llamada Citando a Twitter. En ella, Patt recopilaba algunos de sus retweets favoritos, aunque siempre están relacionados con reflexiones sobre el mundo en general, no centradas en el ámbito literario. 

Y sin más dilación, os dejo con la entrada:

Visto en Twitter

A ver, a esta cuestión que plantea Seth, si le das un par de vueltas, puedes encontrarle una explicación. Entiendo que en EEUU se publica una cantidad de libros inaudita, que nosotros, los españoles, somos incapaces de imaginar y de todos esos libros, solo nos llegan los más vendidos. ¿Cómo lo hacen las editoriales españolas para seleccionar cuáles traer? Pues se fijan en la lista de Best Sellers del New York Times. Y ya que están, para promocionar la obra, y demostrar que es un libro muy popular, lo indican en la edición ¿Vosotros os fijáis en este tipo de promociones? A mí es que todas esas frases grandilocuentes de las contraportadas me resultan indiferentes.

"May" traducido como "Puede". Ya tenía que ser un mal traductor automático como para hacer un desastre como este... Qué risa que Deborah se haya fijado. Me encanta encontrarme cosas como esta, pues no solo demuestra que los humanos aún no pueden ser sustituidos por máquinas, en materia de traducción, y también porque es algo inesperado. Por cierto, la imagen está extraída de Goodreads. No sé si ya lo habrán cambiado, pero cuando lo miré, seguía ahí.

Esta queja de Sara es recurrente en el mundo de los autores. Estoy de acuerdo en que, si eres autopublicado, toca apechugar con las decisiones tomadas, pero si estás bajo el ala de una editorial, no deberías encargarte (y mucho menos financiar) todas estas tareas, pues por algo la editorial se queda un porcentaje de las ventas. Esto es algo que muchos autores no saben, y se dejan enjabonar porque VAN A PUBLICAR EN UNA EDITORIAL. Pero es que si una editorial te pide que te encargues de todo esto, es que no es una editorial, sino un servicio de autopublicación encubierto.

¡Qué bonitos estos autobuses que comparte El Profeta! Dejando de lado toda la polémica que hubo sobre el estreno de Hogwarts Legacy (¿comprando el juego estamos financiando la ideología tóxica de la autora? Ya lo hemos discutido en toras ocasiones), me parece precioso que se decoren así los autobuses. De acuerdo que no es publicidad sobre un libro, pero está relacionado con él. Ojalá en mi ciudad hicieran algo así. ¿Cómo son los autobuses de allí donde sois?

A ver, es cierto que se puede dar el caso que un lector no haya entendido el libro, muchas veces porque no es su público objetivo. Hay libros que no me han gustado que sé que es porque no son para mí, no porque sean malos, y en esos casos lo indico. Otras veces, cuando lo leemos, no estamos suficientemente concentrados o estamos pasando una mala etapa en nuestra vida. Lo importante es tener en cuenta todo eso a la hora de valorar el libro y justificar adecuadamente nuestros argumentos. Si la opinión se encuentra fundamentada, el autor debería tomar nota y callarse la boca. A veces una obra puede que nos dé la impresión de que transmite un mensaje negativo y, si el autor dice que esa no era su intención, es que no supo transmitirlo bien. O si por ejemplo abusa de los puntos y seguido y dice que lo hizo a propósito, si no tiene una razón relacionada con la novela para ello, sigue significando que la novela está mal. Es por ello que, en general, coincido con Carmen Sereno en esta ocasión.


Todo el mundo está en su derecho de reseñar los libros que quiera. Hay personas que, por ejemplo, no quieren perder más su tiempo en una novela que les ha parecido mala y es perfectamente lícito decidir no hacer la reseña. Ahora bien, pensamientos como "soy yo que no he entendido el libro y voy a desanimar a otros lectores a leerlo" o "no quiero que el autor se sienta mal", me parecen excusas de mal pagador. Como comentaba antes y también dice Alma prendida, no tienes que pensar que eres la única persona que no lo ha entendido y si un libro va a decepcionar a otras personas, conviene avisarlas. Además, ¿cómo mejorará el autor si solo lee elogios? Hay libros muy populares que a mí no me han gustado y lo digo, pues hay ocasiones en las que la gente no tiene suficiente bagaje como para valorarlos correctamente. Si eres una persona a la que le chiflan los vampiros y no te importa leer el mismo tipo de historia una y otra vez, es normal que Medianoche de Claudia Gray te guste o si es el primer libro de vampiros que lees, pero te conviene saber que es una obra que bebe del éxito de Crepúsculo y que está llena de clichés (razón por la que no me gustó). Sí, desanimarás a algunos a leerlo, pero solo a aquellos a los que les decepcionaría igual.  

Este homenaje a los Maestros, hecho basándose en un árbol seco que podría haberse talado y ya, me parece precioso y me alegro mucho que Los Árboles Mágicos lo compartiera. Me encanta cuando en lugar de recurrir a la vía fácil, destruir, se decide darle un nuevo uso a las cosas. ¿Han hecho alguna vez algo así en vuestra ciudad?

He leído un libro de la autora, que conste, y me gustó, pero no es de sus sagas más conocidas. Es más, tengo pendiente leer más cosas suyas en algún momento, pero por razones como la de la imagen que comparte Lizzy, no me animo. Y es que las sagas eternas pueden conmigo. Es cierto que una saga de doce libros me da pereza, pero me da incluso más pereza una saga de cuatro libros que no se sabe cuando terminará. Sé que está mal para el autor, pero soy de las que espera a que esté toda la saga publicada antes de leerla, porque así he podido leer opiniones valorando la evolución. Hubiera podido leer La reina roja (Victoria Aveyard) en el primer libro, que todo el mundo ponía por las nubes, pero a cada libro la emoción se fue desinflando, por lo que lo dejé correr. Además, que se publiquen tantos libros de una saga así, sin tener un proyecto inicial en mente (a diferencia de Sanderson), me huele a que el autor escribe para vivir de su fama, sin voluntad artística. ¿Armentrout seguiría escribiendo estos libros si no hubiera tenido éxito? ¿O hubiera escrito otras cosas? Me parece que esta autora sufre el síndrome de Cassandra Clare, que no puede parar de sacar libros de Cazadores de sombras.

Autores: no intentéis haceros famosos porque, en caso de que eso ocurra, no será hasta después de vuestra muerte que el mundo reconocerá vuestra obra. El caso al que se refiere Editorial Contraseña, seguramente sea el de Edgar Allan Poe, pero no será por autores clásicos que vivieron en la miseria sin que nadie reconociera el verdadero valor de su obra. ¿A qué se deberá eso? ¿Al hecho de que el tiempo es el mejor filtro? ¿O a que la genialidad de tu obra suele está fuera de la comprensión de la sociedad de la época? ¿Qué opináis? 

Me pareció muy bonito que Yolanda entre libros compartiera esta conversación que había tenido con una amiga suya. Está guay ver reflejados en una novela espacios que conoces, pero lo es incluso más que aparezca parte de tu historia. Aunque como todo, es un arma de doble filo. Antes de publicar algo con nombres y apellidos (o la dirección) se debería consultar a esas personas, pues quizás menciones algo que a la otra persona no le gustaría que se supiera. ¿Qué opináis de esto?

Me gusta mucho el humor de C. G. Drews y esa imagen de alguien amontonando libros con una falsa sonrisa de ingenuidad mientras dice que no tiene ni idea de donde han salido, me encanta, y en cierta manera, representa a muchos de nosotros, los lectores, pues los libros se acumulan sin que nos demos cuenta. Además, es lo que digo un poco más a arriba. ¿Qué más da la rápido lento que leas? El objetivo no es terminar tus pendientes, sino disfrutar del proceso.

Que yo no tengo nada en contra de la tarta de galleta de mi madre, que me prepara cada año porque es mi favorita. Pero qué pasada de tarta la que recibió Vale Ivs Percy Jackson por su cumpleaños. Es una preciosidad. Recibir algo así me emocionaría mucho, pero el problema es que sería incapaz de comérmela. ¿Vosotros qué haríais?

Si sois de la capital, espero que hayáis ido a dar una vuelta y visitado y fotografiado religiosamente cada uno de estos bancos. Pero qué preciosidad <3 Lo había visto en otras ciudades europeas, pero no en España. Queda muy bonito y a mí sí me parece que fomenta la lectura. Es cierto que muchos irán para hacerse la foto y ya, pero se da visibilidad a esos libros y puede causar curiosidad por saber más de ellos. Sin duda, la iniciativa de Penguin España ha sido muy acertada. Ahora bien, ¿habrá vandalismo? Eso sería una pena.  

Esta crítica de Marta Cuchelo ya la he compartido en otras ocasiones, pero no está de más recordarla: un mujer fuerte no es aquella que se rebela contra todas las imposiciones sociales, que decide llevar pantalones, cortarse el pelo, insultar y que lucha como un soldado. Eso es solo un tipo de mujer fuerte. Y muchas veces ni eso, porque esa guerrera siempre termina en los brazos del amor y siendo dependiente de otra persona. Creo que se tienen que reivindicar más las mujeres fuertes al estilo Elizabeth, de Orgullo y prejuicio, quien no cumplía ninguna de las características mencionadas anteriormente, pero que era una mujer fuerte dentro de las limitaciones de su época. Por ello, coincido totalmente con la definición de fortaleza que indica Marta Cuchelo.

Todos estos tropos que menciona Marta Cuchelo, a no ser que estén bien justificados, me molestan mucho. Lo de los problemas de comunicación en la novela romántica es de lo peor, aunque por desgracia, es muy real, pues la gente o tiene miedo de expresar sus sentimientos, o oculta información por vergüenza o no sabe argumentar. La única forma en que lo aceptaría es si los problemas de comunicación son un rasgo del personaje en general. En segundo lugar, ya sabéis que el ingenio me gusta mucho y lo valoro mucho en las obras de vertiente más bélica, por lo que la ausencia de estrategia militar me molesta y más si proviene de gente que tiene experiencia. La única forma en que lo aceptaría es si esos profesionales habían mentido todo el tiempo y en realidad no supieran nada de estrategia militar. 

Estoy cansada de que la gente piense que corregir una novela es solo revisar la ortografía. Las repeticiones innecesarias es algo que también se tiene que cambiar, o sino, nos encontraremos con cosas como la que comparte Marta Cuchelo. Ahora bien, el conflicto está en las traducciones. ¿Qué derecho tiene el traductor de mejorar el original? ¿No tiene que ser fiel a él? La prosa de Sanderson, por ejemplo, es muy mejorable, pero mejorarlo no me parece tarea del traductor, sino del editor original. ¿Habéis leído algún libro que, traducido, sea mejor que el original?

Muy de acuerdo con Kalyan y es en parte lo que comentábamos al principio: si tu obra pertenece a una editorial, lo mínimo que puede hacer esta es asegurarse las ventas, y eso va tanto para las editoriales grandes como para las pequeñas. Si no hay promoción, quien va a salir perdiendo, en teoría, es la editorial, que ha apostado por la obra. Como autor tienes que leer muy bien la letra pequeña del contrato y luego denunciar en caso de que no se cumpla. No te dejes engañar por excusas

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Como veis, por aquí también compartí la iniciativa de Penguin España (le hice bastante promoción por todas partes, la verdad). Aquí se ven un poco mejor los bancos, no solo por la parte de atrás, sino también por la de delante. ¡Qué lástima que mi viaje a Madrid fuera en enero!

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¿Pero a vosotros no os enamora esta foto de Omairagtz? La portada ya es bonita de por si, pero el lugar escogido para la foto me parece perfecto, pues las flores representan el amor (quizás mustio) y porque sus colores encajan muy bien con el vestido que lleva la chica de la portada.


Ambas imágenes de Andrés y Susana Atrapada me gustan mucho. La primera tiene un toque oscuro que encaja con la chica de la portada, así como todos los elementos de la época que acompañan la imagen. En el caso de la segunda, también los elementos que acompañan la imagen, bien equilibrados, encajan con la época y con la protagonista. 



Puede que estas imágenes de Annabel lee y escribe no sean muy espectaculares, pero me hizo gracia que relacionara el alcohol con ambas novelas y que ciertamente, encaje. De las fotos de su perfil destaco precisamente esto, que sepa encontrar siempre un elemento representativo de la obra. 


Esta piedras azules que usa Tesorera de libros, así como esa superficie de madera y las flores secas, me chiflan. Es cierto que los colores no encajan demasiado con los libros, pero el contraste es lo que, en esta ocasión, hace que las fotos brillen. En la primera la taza equilibra bien la imagen y en el caso del segundo, el hecho de que los libros salgan cortados le da un toque especial.


Y llegamos a una de mis cuentas favoritas, Sueños entre letras, por si no se había notado. De verdad que sus fotos me fascinan, pues tienen todo lo que a mí me gusta: flores, tonos otoñales, el color se relaciona con el libro, la composición es equilibrada... Parece que os he compartido muchas fotos, pero de verdad que me ha costado seleccionar solo estas. ¿Os gusta su estilo?




A veces la sencillez es lo mejor. En este caso, las flores azules y la madera encajan muy bien con los colores de la portada. Además, con esta foto, Mónica Serendipia ha sabido captar muy bien que es una novela feelgood. No me parece que sea un libro que necesite una composición más compleja.

Ambas fotografías Viajando a otros mundos me transmiten mucha paz y me parece que reflejan muy bien tanto el invierno (la primera) como el otoño (la segunda). A eso hay que sumarle que ha sabido encontrar los colores justos en ambos casos para encajar con la portada, así como equilibrar muy bien ambas imágenes sin que quede recargado.



El erizo que tanto caracteriza a Roma García me encanta y es lo que da más fuerza a las imágenes. En ambos casos me parece que ha sabido situar muy bien el libro y dar una buena sensación de sencillez, pese a que las imágenes están bastante cargadas. 

No sé qué libro habrán roto 
Las inquilinas de Netherfield para hacer estas fotos pero, pese a que me duela en el alma, estoy muy dentro.  Creo que las imágenes quedan muy bonitas y el punto de libro me encanta. Es cierto que las tres son muy similares, pero es que me resultaba imposible escoger.

Y hasta aquí la entrada de Visto en las redes de este mes, que no ha sido poco. Espero haberos hecho reflexionar y que os hayan maravillado tanto las fotos como a mí. Os espero en los comentarios para que podamos compartir opiniones y hablar acerca de lo que pensáis vosotros de los debates planteados.