martes, 30 de marzo de 2021

El asesinato de mi tía, de Richard Hull

Título: El asesinato de mi tía
Autor: Richard Hull
Traducción: Ismael Attrache y Carmen Francí
Número de colección: 36
Encuadernación: Rústica
Formato: 12,5x20 
Páginas: 256 
ISBN: 978-84-9065-380-7

Sinopsis:
Edward Powell es un solterón sin remedio, con un alto concepto de sí mismo, encantado de su sensibilidad, proclive a sentirse humillado y dudosamente perspicaz. Vive en Gales, que aborrece, en una población de nombre impronunciable, Llwll, en el caserón familiar, con la detestable tía Mildred, usufructuaria de su herencia –Edward recibe una parca asignación– y recelosa de sus sueños de independencia. Oprimido por esa hostil convivencia con una pariente caprichosa y autoritaria, y harto de la irritación que le producen tanto las chicas del servicio como los vecinos de la zona, se propone liberarse de tantos lastres maquinando accidentes para matar a su tía, cuidándose mucho de no dejar rastro. Consigna en un diario su empeño obsesivo en urdir el asesinato perfecto, sin advertir que su dudoso comportamiento no pasa desapercibido.

Opinión:
Impresión: Bestseller de la época

No tengo ni idea de quién me recomendó este libro, solo sé que es cosa de uno de vosotros porque yo no lo hubiera leído nunca por iniciativa propia. Pensaba que era por una reseña de Las inquilinas de Netherfield, pues ellas son muy de clásicos, pero al parecer no lo han leído aún y no sé qué están tardando, pues es muy de su estilo.

Lo primero que llama la atención de este libro, nada más empezar a leerlo, es que se trate de un clásico escrito en 1934. No suelo consultar los créditos de los libros, pero en esta ocasión necesité cerciorarme de la época en la que se había escrito la obra. Uno de los problemas que tengo con los clásicos (generalizando mucho) es que el lenguaje no es cercano, se centran en hacer un estudio de personajes o de la sociedad (por lo que la trama no importa) y son densos en las reflexiones o la simbología. No me parece fácil clasificar un clásico como "lectura ligera", pues incluso obras como Orgullo y prejuicio, más asequibles al lector de a pie, tienen muchas capas de profundidad y matices.

El asesinato de mi tía es una excepción a toda esa literatura, pues es una obra en la que trama y personajes se compaginan a la perfección, sin que lo uno ni lo otro tenga excesivo peso. En cuanto a los personajes, tenemos por una parte a Edward, un nini de los años veinte que vive en casa de su tía desde hace años (pues sus padres murieron) y que se dedica a leer y a pasar el tiempo. Edward representa a la intelectualidad privilegiada de la época, gente que menospreciaba a los de clases sociales más bajas, engreídos, mimados y que no daban palo al agua en su vida, pues se encuentran bien acomodados gracias a la fortuna de su familia. Edward enseguida es un tipo que te cae mal, pues reúne todos los defectos anteriores y unos cuántos más, pero al mismo tiempo comprendes que no hace las cosas por maldad, sino que es su forma de ver el mundo, por lo que no llegas a odiarle (cosa que sí pasa con Heathcliff).

«¿Cómo es siquiera posible que mi tía y el viejo Spencer sean capaces de imaginarme, con toda seriedad, desempeñando un trabajo en el que tenga que ir vestido con un mono azul? ¿O llegando a una lúgubre fábrica a las cinco de la mañana, o a la hora que empiecen? ¿O viviendo en función de un horario de oficina? ¿O diciéndole "Sí, señor" y "No, señor" a un ridículo encargado de tres al cuarto?»

 La crítica que se hace a la intelectualidad es brutal, pues el pobre Edward se convierte en una sátira andante de una mentalidad conservadora que está quedando obsoleta. Con Edward se hace un estudio de personaje fantástico, pues al estar narrado en primera persona somos capaces de ponernos en su piel y ver el mundo a través de sus ojos. 

La tía es también uno de los pilares fundamentales de la obra. Podría deciros que es una mujer testaruda, autoritaria, inteligente e ingenua, una de esas amas de casa que se preocupan de las apariencias y aferrada a las tradiciones, pero esa es la visión subjetiva que tiene Edward de ella; lo único que puedo añadir a eso, sin hacer spoiler, es que la tía es algo más. Pese a que Edward quiera retratárnosla como una mujer con pocas luces, el lector enseguida se da cuenta de que la subestima y que en realidad es una mujer mucho más fuerte e inteligente de lo que el protagonista nos quiere hacer creer.

Si hay algo que me ha parecido muy interesante es que se trata de una novela claramente sesgada. Todas los son, pues siempre leemos a partir del filtro del narrador, pero aquí eso se hace especialmente evidente. Conocemos el pueblo, a la tía y a la gente que rodea a Edward a partir de su concepción del mundo, una visión sesgada por su mentalidad. Edward cree que el pueblo es feo, que la gente es inferior a él, que solo le rodea incompetentes y que su tía le tiene un aborrecimiento acérrimo. Y llega un punto en que casi me lo creo, pero entonces hay una iluminación y el lector se da cuenta de que el mundo no es tal y cómo lo ve el protagonista. Que la realidad dependa de los ojos que la miran me parece una idea muy interesante que está muy poco explotada en literatura.

Como veis, la obra se centra en retratar mundos interiores muy distintos, en criticar a la sociedad y en describirnos el ambiente (hay bastantes descripciones del campo, la casa, el pueblo, plantas,...), lo habitual en un clásico. Pero es que resulta que aquí la trama también es importante. Esta ya es peculiar de por si: Edward pretende matar a su tía para que esta deje de molestarle (siempre están discutiendo, de política, de literatura o porque ella quiere que haga algo con su vida), por lo que empieza un diario en el que nos relata los distintos planes que idea para que ella sufra un "desafortunado accidente".

Empezar diciendo que la obra esté escrita en forma de diario (en aquella época las novelas epistolares o de este estilo eran muy habituales) no es ningún problema. A menudo la narración suele parecerme falsa, pues los personajes recuerdan a la perfección cada frase que han dicho, pero aquí se justifica por el hecho de que Edward no tiene nada mejor que hacer y normalmente escribe varios minutos después de que hayan tenido lugar los hechos. Por otra parte Edward es torpe, relee lo que va escribiendo y hace comentarios sobre ello o confiesa no recordar las palabras exactas de las conversaciones. Eso ha hecho que la novela me pareciera muy realista

Como veis, pese a ser un intelectual, Edward no es especialmente listo (ni siquiera ha terminado la escuela; en ninguna le querían), sino del montón por lo que no vais a encontrar elaborados planes de asesinado. A diferencia de lo que podáis pensar, eso es positivo, pues hace que el personaje sea más realista. Como el protagonista, si quisiera matar a alguien lo cierto es que no sabría ni por donde empezar. Me ha parecido muy interesante ir leyendo sus avances y sus pequeñas investigaciones, así como el desarrollo de los distintos planes. 

Es cierto que no encontraremos grandes giros (esto no es una novela de Christie), pues el lector puede deducir con facilidad si las cosas saldrán bien o no y cómo se desarrollarán los acontecimientos, pero quien no lo sabe es Edward y allí radica el interés del lector. Además, leer los enfrentamientos dialécticos entre Edward y su tía (llenos de críticas veladas y burlas encubiertas) es un gustazo, así como esa lucha mental por intentar ir un paso por delante del otro. La novela es bastante lineal, pero no por ello menos entretenida, pues hay un equilibrio perfecto entre trama y personajes.

Otro rasgo distintivo de esta novela es el tono desenfadado y distendido (pese al oscuro argumento que tiene) con el que está escrita. Por una parte el lenguaje es cuidado pero sencillo. Normalmente, en las novelas históricas, uno se da cuenta en seguida de cuando es una obra actual ambientada en el pasado o cuando es una obra contemporánea de esa época. Eso no sucede con este libro. Los personajes hablan como la gente de la época, pero no de forma imbricada y con un lenguaje complejo lleno de sutilezas, sino que Edward es directo con aquello que piensa. 

Por otra parte la obra esta sazonada con mucho humor, tanto por las esperpénticas situaciones como por la forma que tiene Edward de burlarse de cuanto le rodea. Es cierto que hay bastantes descripciones, pero sirven para mostrarnos cómo el protagonista ve el mundo y los comentarios que suelta mientras tanto son muy entretenidos. Todo eso hace que la obra se devore como si fuera un page-turner moderno, esas novelas entretenidas y adictivas que solo buscan la evasión del lector.

Puede que esa última sea una de las pocas cosas que me ha defraudado, y es que he sentido que el libro no me aportaba nada nuevo. Los planes de asesinato no me han sorprendido, no hay reflexiones que me hayan cambiado la vida ni conseguido que viera el mundo de forma distinta, y aunque la crítica está bien, me parece demasiado evidente. Edward está tan reducido al absurdo, es tan caricaturesco que nadie se lo puede tomar en serio. Puede que para la época fuera algo nunca visto eso de burlarse de forma tan mordaz de una clase social que estaba tan por encima, y no estoy muy segura de cómo lo recibió la intelectualidad de la época, pero a mí, como lectora actual, no me ha dicho nada.

Uno de los detalles que quería mencionar antes de dar por finalizada esta reseña es que la edición es una maravilla. La traducción me parece fantástica (he consultado otra edición y la obra pierde mucho. Alba editorial mola) y el libro está hecho con mucho mimo. Incluye algunas notas a pie de página, que, aunque escasa, aportan la información justa. 

Terminar hablando del epílogo, que me ha parecido una genialidad, pues no solo es un giro inesperado perfecto y coherente, sino que además aporta una nueva capa a toda la novela. El final se intuye, pero eso no lo desmerece un ápice. Me quito el sombrero ante un epílogo que está escrito con una gran maestría y con mucho tino.

En conclusión El asesinato de mi tía es un clásico escrito con un tono desenfadado y distendido, que equilibra muy bien el estudio de personajes y de la época con una trama peculiar que tiene bastante peso. No hay muchos giros (aunque los que hay son fantásticos) y la trama es bastante lineal, pero lo importante es cómo se narra y cómo se desarrollan los acontecimientos. Una obra entretenida, con un lenguaje sencillo pero cuidado, que hace una sátira brutal de la intelectualidad de principios del siglo XX y que cuenta con grandes dosis de humor.

Cosas que he aprendido:

  • Distintos métodos para matar a alguien
  • No todos los clásicos son aburridos
  • Los narradores tienen una visión sesgada del mundo

Y ya para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads:

PUNTUACIÓN...4/5!

Primeras Líneas...

viernes, 26 de marzo de 2021

Viñeta del lector 77#

 


"La biblioteca ha puesto un límite de libros que puedes llevarte a casa. Al parecer, 30 son muchos"

¿Cuántos libros os dejan coger en vuestra biblioteca? En la mía el límite es de 7 y los puedes tener durante dos semanas con posibilidad de renovarlos dos semanas más. Normalmente me llevo dos, pues si uno de ellos no me gusta y tengo que abandonarlo, no siento que he ido en balde. Aun así últimamente, como estoy con lecturas conjuntas con G y tengo menos tiempo, solo me llevo uno.

Entiendo que se tenga que establecer un límite, pues sino podría llevarme todos los que me interesaran y no volver, pero no sé si 7 es un número aceptable. Alguna vez me he llevado esa cifra, pero ha sido porque he cogido libros para mí y para G. También mi amiga L a veces ha cubierto el cupo, pero es porque se lleva películas (que cuentan como un libro) y varios libros de cocina que piensa hojear, más que leer. Por otra parte, a veces me he llevado mangas y claro, como se leen en nada, suelo llevarme el máximo permitido.

Cuando he tenido problemas con el límite es con los libros de consulta para trabajos, pues para hacer investigaciones siete era un número insuficiente, por lo que tuve que trabajar mucho en la biblioteca. El "truco" en caso de querer llevarte más libros de los permitidos es ir con otra persona que también tenga tarjeta. 

Y vosotros, ¿qué opináis? ¿Cuál debería ser para vosotros el límite? ¿Cuántos os podéis llevar de vuestra biblioteca? ¿Y durante cuánto tiempo? ¿Creéis que algunos libros deberían contar diferente, como los mangas o las novelas gráficas?

martes, 23 de marzo de 2021

Minireseñas: El soldat fanfarró, de Plaute; El árbol de las cerezas, de Paola Peretti

Títol: El soldat fanfarró
Autor: Plaute
Traducción: Tere Febrer Janer
Editorial: Prosopon
Edición: 2009 
Páginas: 129  
Lengua: Català  

Sinopsis:
Un soldat s'enduu una cortesana d'Atenes a Efes. Mentre l'esclau intenta comunicar-ho al seu amo, que és l'amant de la jove i es troba fora del país en una ambaixada, ell mateix, l'esclau, ha estat fet presoner al mar i ha estat lliurat com a regal a aquell mateix soldat. Fa venir el seu amo des d'Atenes i forada d'amagat la paret mitgera entre les dues cases, per tal de permetre als amants de reunir-se. El guardià els veu aferrats des de la teulada, però és burlat amb bromes, com si ella fos una altra. I així mateix Palestrió empeny el soldat que deixi la concubina perquè la dona del vell que viu al costat desitja casar-se amb ell.

Opinión:
Impresión: Indiferencia

Hace un par de años leí Les assembleistes, de Aristófanes y quedé encantada. Me sorprendió que fuera una obra tan actual y que en aquella época se hablara con tanta libertad de temas hoy tabú. También me reí, no solo con la obra, sino también con las notas al pie, académicas e informativas, pero escritas desde un punto de vista subjetivo, algo poco usual. 

Nunca me había planteado leer obras escritas tantos siglos atrás, pues no esperaba sentirme identificada, pero esta me dejó tan buen sabor de boca que poco a poco me he ido haciendo con varios libros de la colección, entre ellos el que os traigo hoy. Por desgracia, ha resultado una decepción: el libro hace aguas por todas partes. Empieza con un naufragio, no creo que haga falta añadir más. Uno de los problemas que tiene es que la trama me ha pareció MUY pobre, en especial porque todo lo interesante sucede tras bambalinas. ¿A qué me refiero? La mitad del argumento que aparece en la sinopsis se narra en forma de monólogo de tres páginas. Entiendo que es muy difícil de representar, pero es la chicha de la historia (y contiene más acción que el resto de la obra).

La obra de teatro como tal trata de cómo engañan primero a un esclavo, haciéndole creer que Filocomàsia tiene una hermana gemela, y luego al soldat fanfarró para que libere a Filocomàsia, haciéndole creer que la mujer del vecino se ha enamorado de él, cuando en realidad es una actriz. Esperaba una trama de enredos e ingenio, pero no es así. Los engaños me parecen muy simples y todo se resuelve con mucha facilidad. A eso hay que sumarle que hay algunas escenas que no aportan nada (varias páginas hablando de la generosidad del vecino), muchas casualidades (el esclavo que persigue al soldat fanfarró es vendido justamente al soldat fanfarró, por ejemplo), agujeros de guion (¿por qué Filocomàsia no escapa y ya?) y un final cogido con pinzas.

Sobre los personajes, poco remarcables. Destacar que se percibe la misoginia hacia las mujeres en varios fragmentos, pero es algo normal de la época. La representación que se hace de los esclavos sí que me ha parecido muy incongruente, pues tratan a sus amos con poco respeto e incluso les dan órdenes, cosa que supongo que está hecho con un propósito humorístico, no porque en la época fuera así. 

Para terminar, me gustaría hablar del humor, o de su inexistencia. Con Les assembleistes me reí bastante, en parte por la libertad para decir cualquier cosa, algo que no esperaba de esa época. Aquí si hay alguna broma, es menos directa y quizás más contextualizada. No encontramos tanto chistes como situaciones graciosas resultado de la exageración, pero a mí no me han hecho ni una pizca de gracia. Cosas como los nombres de los personajes deberían ser graciosas, pero para mí no lo son, a contrario, me han dificultado la lectura. A eso hay que sumarle que las notas al pie, aunque instructivas, son escasas y completamente objetivas.

En conclusión, El soldat fanfarró es una obra que para mí no ha superado el filtro del tiempo. El humor no es el mismo de ahora, no puedes sentirte identificado con los personajes, la trama es floja, presenta incoherencias para el lector actual y el ritmo es lento. Poco puedo sacar de esta lectura, más allá de alguna escena que me ha resultado medianamente divertida. Por mi parte no la recomiendo.

Cosas que he aprendido:

  • Las conversaciones en forma de aparte me han parecido curiosas

Y para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads:


PUNTUACIÓN...1'5/5!
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Título: El árbol de las cerezas
Autora: Paola Peretti
Editorial: Seix Barral
Traductor: Isabel González-Gallarza
Número de páginas: 224
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788432235092
Año de edición: 2019

Sinopsis:
Mafalda piensa que el espíritu de su abuela vive en el cerezo que hay a la entrada de la escuela, junto a Cosimo, el protagonista de “El barón rampante”. Cada día necesita acercarse más para ver el árbol, pues la enfermedad de Stargardt le está arrebatando la vista. Con una mezcla de terror y prodigiosa valentía, Mafalda intenta aceptar la oscuridad que se aproxima a pasos de gigante y, junto con un puñado de inolvidables personajes, descubrirá que las cosas más importantes de la vida suelen pasar desapercibidas.

Opinión:
Impresión: Indiferencia

Curioso, pero ambas novelas han generado en mí una profunda indiferencia. Este libro lo leí por recomendación de Mientrasleo, pero por desgracia no me ha impresionado tanto como a ella ni por asomo. Lo que más me llamaba la atención era el tema de la enfermedad de Stargardt, a causa de la cual vas perdiendo la visión paulatinamente. Me parece peor perder la vista que haber nacido ciego. Saber que has tenido algo y perderlo, que solo te quede su recuerdo que no podrás regresar nunca a ese instante es aterrador. Y si te lo cuenta una niña de nueve años, que no ha tenido tiempo de vivir, mucho más.

Por eso, esperaba un drama con todas las letras, una obra que me dejara con los sentimientos a flor de piel y con la que, además, aprendiera acerca de esta enfermedad. Pues ni lo uno ni lo otro. De la enfermedad se cuenta muy poco, comprensible si tenemos a una narradora de nueve años. Aunque interesante, el tema de la enfermedad queda desdibujado. Si la narradora fuera un poco mayor se podría haber profundizado mucha más sin que se perdiera el toque de inocencia. 

A nivel de sentimiento, la novela no me transmite nada. Un poco de lástima por Mafalda, la protagonista, pero el drama es tratado con objetividad, como de lejos, sin enfocarlo, por lo que no ha logrado transmitirme.

De los personajes, lo único a destacar es que la voz de la Mafalda me ha parecido realista, pero sus aventuras en el colegio me dan igual. Es una novela de tono muy costumbrista y los hechos se nos narran con aceptación, como algo predestinado que no puede cambiarse ni contra lo que merece la pena luchar.

«Pero él es libre, tiene gafas transparentes y puede ir donde quiera. Yo, en cambio, estoy en la cárcel, como si me hubiera detenido Scotland Yard, solo que los barrotes están hechos de niebla, y mis compañeros de celda ya se han fugado todos».

Por otra parte los secundarios están muy de fondo y las relaciones que establecen con la protagonista me han parecido superficiales. Para que os hagáis una idea, el que me ha parecido más desarrollado ha sido el gato. Me ha decepcionado en especial el poco peso que tienen los padres, con los que no tiene ninguna conversación seria, pese a que esta sería necesaria. 

Detallitos a destacar, las cartas al barón Rampante que escribe la protagonista se me han hecho innecesarias y la escena final de subir al cerezo me ha parecido confusa y mal explicada. El elemento paranormal no era necesario. 

Por otra parte en general he tenido la sensación de estar ante un libro que intenta sonar profundo sin conseguirlo. El personaje de la conserje está ahí solo para eso. Mucha frase del Principito por aquí y por allá, pero poca chicha real.

En conclusión, para mí El árbol de las cerezas ha resultado ser un libro insípido. Tiene buenos mensajes pero muy evidentes, reflexiones que no aportan nada que no sepas, personajes realistas pero que no generan interés, una trama costumbrista y una situación dramática tratada con excesivo conformismo. Además, la enfermedad de Stargardt, el tema central, se trata de forma muy superficial. No es que el libro sea malo, no es que no lo recomiendo, no es que tenga mil defectos. Simplemente, no me ha aportado nada

Cosas que he aprendido:

  • Que existe la enfermedad de Stargardt (y cómo escribir su nombre)

Mis avances en Goodreads:


PUNTUACIÓN...2'5/5!


sábado, 20 de marzo de 2021

Frases memorables: Cuentos para pensar

"Y entonces me pregunto, por un lado: ¿Existirán las verdades sólidas como rocas e imperturbables como accidentes geográficos?, ¿o será la verdad sólo un concepto que lleva en sí mismo la esencia de lo transitorio y frágil de las flores?"

"Yo no soy el que quisiera ser.
No soy el que debería ser.
No soy el que mi mamá quería que yo fuese.
Ni siquiera soy el que fui.
Yo soy quien soy".

"Quiero que me oigas, sin juzgarme.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mi, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.
Quiero que me protejas, sin mentiras.
Quiero que te acerques, sin invadirme.
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten, que las aceptes y no pretendas cambiarlas".

"Hace poco empecé a definir el verdadero amor como la desinteresada tarea de crear espacios para que el otro sea quien es".

No me gustan los libros de autoayuda. No me gusta que los autores me digan a las claras cuál es su ideología y traten de adoctrinarme de forma directa. Además, está toda esa pseudofilosofía de que si confías en el universo este te concederá todos tus deseos, cosa que hace que se me disloquen las cejas de incredulidad. En concreto, no me gustan los libros de autoayuda "definitivos" (por eso me ha gustado tanto Happiness, pues se burla de ello) que contienen la receta secreta de la felicidad, como si eso fuera tan fácil.

El libro del que os traigo hoy las citas es distinto. Se trata de una recopilación de 26 cuentos, que invitan a la reflexión, a pensar sobre qué es lo realmente importante y qué es lo que deberíamos tratar de cambiar para mejorar nuestras vidas, pero sin imposiciones. Son como fábulas y me recordaron a mi infancia. No es un libro que te hable directamente y te diga qué tienes que hacer con tu vida, sino que son pequeños mensajes positivos que refuerzan, entre otras cosas la idea del respeto a uno mismo, a la vez que te narran pequeñas historias. No es un libro que te desvele los secretos del universo ni que haga reflexiones únicas ni que te diga cosas que no supieras ya, pero me gustó cómo lo transmitía. Si queréis saber un poco más de mi opinión, aquí podéis ir a la minireseña.

En cuanto a las citas, de la primera me gusta la reflexión que encierra y también las comparaciones que hace. ¿Creéis que hay verdades universales? Yo soy de la opinión de que son muy pocas. Dos más dos siempre serán cuatro (aunque O'brien trate de convencernos de que no es así), pero casi todo lo demás es relativo. Todo depende de la visión del mundo que tiene cada uno, de cómo lo han educado e incluso de su situación emocional en ese momento concreto. Entre muchos otros factores. Siempre nos podemos poner en la piel de Voldemort y defenderle pues si tuviéramos su misma moral podríamos considerar que lo que hace es bueno. O en la piel de Sauron (espera, ¿Sauron tiene piel?) y comprender que lo que hace es para que haya un buen gobierno.

La segunda y la tercera citas están muy relacionadas. Poco tengo que añadir a su mensaje, más allá de que tenemos que aceptarnos tal y como somos. ¿Que podemos cambiar si no nos gustamos a nosotros mismos? Por supuesto, pero no porque no le gustemos a otra persona. Estoy cansada de novelas románticas en las que la protagonista trata de cambiar al chico malo, especialmente porque conozco gente que ha adoptado esa filosofía con sus parejas en la vida real. Si te gusta alguien no deberías querer cambiarle. ¿Le gustaría a Edward Bella si ella fuera una chica muy sociable? ¿Y a Babi si Hache fuera un chico estudioso? ¿Y a Louisa si William fuera un enamorado de la vida? ¿Se hubiera enamorado Rose de Jack si él no fuera pobre y hubiera crecido con la mentalidad de alguien rico?

Muy relacionado con todo esto tenemos la última cita. Nos dice un poco lo mismo (hay que aceptar a los demás tal y como son), pero me gusta cómo está expresado.

Y vosotros, ¿qué opináis? ¿Os gustan los libros de autoayuda? ¿Qué opináis de los cuentos con mensaje? ¿Habéis encontrado muchas novelas o películas en las que la chica trate de cambiar al chico? ¿Y al revés? ¿Y en la vida real?


martes, 16 de marzo de 2021

Happiness TM, de Will Ferguson

Formato: Tapa dura
Autor: Will Ferguson
Editorial: Círculo De Lectores
Año: 2003 
Páginas: 345 
Traducción: Carlos Millá 
ISBN: 8467200200

Sinopsis:
La felicidad. Eso es lo que buscan todos los seres humanos. Pero ¿qué ocurriría si la alcanzaran? Seguramente, los engranajes de la civilización occidental se paralizarían, las personas dejarían de perseguir sus variopintos objetivos y el universo se encaminaría al caos. Edwin de Valu, un cínico y pesimista editor que lleva a cuestas su rutinaria vida lo peor que puede, llega a su despacho y, como todas las mañanas, su primera visión son los incontables originales enviados a la editorial Panderic Inc. por anónimos aspirantes a escritores. Entre las innumerables e infumables muestras de mala redacción, Edwin se topa con una extraña obra. Según su autor, es el libro de autoayuda definitivo, el que permitirá a las personas encontrar su equilibrio interior, superar sus problemas y mejorar en todos los aspectos de su vida, desde el sexo hasta la ortografía, desde el peso hasta la economía. Evidentemente, y sin perder un solo segundo de su valioso tiempo, Edwin tira el libro a la papelera. Sin embargo, por una de esas extrañas casualidades de la vida, Lo que aprendí en la montaña se acaba publicando y alcanza un éxito sin precedentes. Y ese es el principio del fin. En efecto, todo el mundo consigue llegar a la paz absoluta. Tanto, que los hombres y mujeres de Norteamérica se convierten en seres bobalicones y superficiales sin nada por lo que luchar. Edwin, el insignificante y malcarado editor, es el único que puede salvar a la humanidad, devolviéndole aquella perpetua insatisfacción que la hacía tan encantadora.

Por qué este título...
«— Así es, de ahora en adelante la palabra "felicidad" ha de ir seguida de TM, y Panderic cobra derechos cada vez que se usa. Naturalmente, no podemos hacer nada cuando la gente usa la palabra "felicidad" en una conversación corriente, pero sí cuando se usa en el sentido de Tupak Soiree, la "felicidad" es ahora una marca registrada. Hemos acaparado el mercado de la felicidad TM»

Opinión:
Leí este libro por recomendación de G, y le doy la enhorabuena porque por una vez ha acertado. Empezar diciendo que el argumento es muy original: ¿qué pasaría si se publicara el libro de autoayuda definitivo, un libro capaz de hacer feliz a la gente? 

La historia empieza con Edwin, editor frustrado de la editorial Panderic. Edwin es un hombre de mediana edad que se corresponde con el ciudadano medio de EEUU: fuma, está insatisfecho con su aspecto, está en una relación que ya no le satisface y se dedica a un oficio con el que se gana el pan, pero en el que no destaca y ya no le motiva. A nivel de realismo me ha parecido un personaje con el que muchos se sentirán identificados. Además, no es ni el típico héroe, porque no es un buenazo, pero tampoco tiene traumas, sino simplemente es una persona del montón que, como la mayoría, está insatisfecha con su vida.


Quizás la parte de los personajes sea la más floja, pues no tienen una gran profundidad, pero tampoco pretende hacer un estudio de personajes, sino desarrollar la premisa del "que pasaría si". Como secundarios destacar a Jenni, la mujer de Edwin, a quien le gustan las actividades alternativas y que es una ávida consumidora de libros de autoayuda, y May, compañera de trabajo de Edwin con la que hay una tensión sexual no resuelta. Me ha parecido muy realista tanto la relación entre Jenni y Edwin, hay parejas que están juntas por la costumbre, como la de May y Edwin, así como el desenlace de todo. 

"Ciertas personas echaban el anzuelo a ver si pescaban algún halago. Jenni mandaba flotas enteras de arrastreros liberianos a peinar el lecho marino"

Pero no os engañéis: aquí las relaciones amorosas están en segundo e incluso en tercer plano, cosa que me parece bien. Lo verdaderamente importante es la crítica al mundo editorial, que me ha parecido brutal. Se nota que el autor conoce el mundillo de buena mano. Me ha gustado conocer mejor los entresijos de la industria desde dentro y cómo es el proceso de publicación de un libro y el contacto con los autores. Es cierto que la crítica es muy directa, pero tampoco me parece problema. 

Por supuesto, también se critica mucho todo lo relacionado con los libros de autoayuda y lo hace con bastante humor, aunque también con respeto, sin referirse a ningún libro existente en concreto, pero sí hablando de los tópicos de este tipo de obras. Toda esta parte me ha gustado mucho, aunque hay algunos párrafos en los que se imita a los libros de autoayuda que se me han hecho algo densos. En general el tono del libro es muy simpático y tiene sus puntos divertidos.

En cuanto a la parte que más me interesaba, las consecuencias de publicar el libro de autoayuda definitivo, me ha parecido un poco floja. En general es muy superficial y se podía profundizar mucho más en cómo va afectando a los distintos sectores de la sociedad. Para mí, se ha quedado a las puertas. Entiendo que su objetivo no era hacer un ensayo como el de Saramago, y que por el tono humorístico no podía ser más serio, pero quería que ahondara mucho más en ello. Pese a todo, me ha resultado creíble todo lo del "virus de la felicidad" y cómo el libro de "Lo que aprendí en la montaña" afecta a la gente.

Otro de los problemas que he tenido con la novela ha sido la narración. Y es que la novela se hace difícil de leer en muchos puntos porque hay muchas repeticiones innecesarias, especialmente de sujetos y referentes. Para que os hagáis una idea: en una sola página aparece "señor Mead" diez veces. Al principio pensaba que era cosa de la traducción, pero había algunos que no se podían achacar a la traducción. Por suerte, a partir de la mitad mejora (o como mínimo no lo noté tanto), cosa que no sucede con los errores de corrección. Aquí podéis ver un par de ejemplos:


En general el libro me ha gustado. La premisa es interesante y se desarrolla de forma creíble, aunque superficial. Tanto los personajes como las consecuencias de la trama no se desarrollan tanto como podría, pero es entretenido y contiene una brutal crítica tanto al mundo editorial como a los libros de autoayuda. La narración es repetitiva en algunos puntos, pero mejora en la segunda parte. Sin duda es un libro original y divertido al que merece la pena darle una oportunidad. Una lástima que no sea más conocido.

Cosas que he aprendido:

  • Antes de firmar un contrato editorial hay que mirar muy bien la letra pequeña.
  • Que el mundo sería más gris si todos fuéramos felices.

Y para terminar, aquí os dejo mi avance en Goodreads:


PUNTUACIÓN...4/5!

Primeras Líneas...