Editorial: Booket
302 páginas
Título: Lo siento Leonard Peacock
Autor: Matthew Quick
Fecha de publicación: 06/05/2014
304 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-670-4133-0
Sinopsis:
El día en que cumple dieciocho años, Leonard Peacock decide acabar con su vida. El mundo adulto le parece triste; cuando las personas crecen caen en una rutina de desilusión que él quiere evitar. Ha conseguido una pistola P-38, herencia de la lucha de su abuelo contra los nazis en Europa, con la que se pegará un tiro. Pero antes tiene que entregar cuatro regalos, uno para cada persona importante de su vida: su anciano vecino, amante de las películas de Bogart; un compañero de instituto con gran talento para el violín; una preciosa muchacha que reparte folletos de su iglesia a la salida del tren; y Herr Silverman, profesor de Historia y adulto de referencia. En cada despedida, Leonard tratará de encontrar un sentido al camino que pretende dejar atrás.
Opinión:
Puede que esta obra me hubiera gustado más en mi etapa adolescente, porque siento que ya se me ha pasado el arroz. Me la habían vendido como una novela dramática y desgarradora y, a ver, no ha habido para tanto, es más, me parece bastante olvidable, al menos para mí (¿no es esa una forma de justificar tu escueta reseña?).
Ojo, que me parece muy necesaria como lectura escolar o para los más jóvenes, ya que trata temas con los que sentirán cercanos: Leonard es muy solitario, se siente incomprendido por su entorno, su madre le ignora y ve el futuro tan negro, que solo quiere escapar de él suicidándose. La obra habla del último día de vida de Leonard, quien nos desgrana qué le ha llevado al suicidio. Veremos el apoyo que suponen para él algunas personas de su entorno y si estas serán capaces de detenerle.
En este tipo de historias, suele ser habitual que el protagonista sea víctima de acoso escolar, pero no es el caso de Leonard. Su depresión es consecuencia de su soledad: casi nadie le ve ni le escucha, no sabe qué quiere hacer con su vida y cree que todos los adultos llevan una vida amargada y triste. Sí que hay un trauma en su pasado y es la razón por la que quiere matar a su antiguo mejor amigo Asher. Me ha parecido loable que se mencione este tema (por desgracia no se trata) porque está muy invisibilizado.
SPOILER (subrayar para leer)
Leonard es víctima de violación por parte de su amigo, que a su vez sufrió abuso sexual por parte de su tío. Se habla muy poco de la violación masculina y creo que es necesario que se visibilice más para que pierda su carácter tabú.
FIN SPOILERS
Otra peculiaridad más que tiene la obra es que Leonard no es buena gente. Por ejemplo, acosa a una chica que conoce en el metro, se burla de sus creencias y la besa en contra de su voluntad (esto no es en una única escena, sino que es una relación de varios meses). A eso hay que sumarle que se salta las clases para seguir a la gente deprimida que va al trabajo por las mañanas y que tiene pensamientos violentos sobre los demás. Leonard no es en ningún momento solo la víctima y no se nos muestra que sus actos sean positivos, al contrario, se le critica por ello, porque las personas somos complejas y estamos compuestas por una gama de grises. Quizás Leonard era así desde el principio o quizás las circunstancias le convirtieron en lo que es (creo que la novela se inclina más por esto último), pero eso no importa. La vida siempre nos pondrá obstáculos y no hay que dejarse llevar por la oscuridad, sino seguir adelante pese a todo.
Hablaré brevemente del resto de personajes, porque tampoco la obra profundiza mucho en ellos. No tengo nada que decir de la chica católica porque ni la llegamos a conocer bien ni su relación con el protagonista me ha parecido mínimamente interesante. Del anciano vecino Walt, el único amigo del protagonista, tampoco tengo que decir mucho. Ambos pasan las tardes viendo películas del Oeste con afán de evadirse, así que no hay ningún mensaje, ya que podrían estar mirando el futbol. No he entendido la dinámica de responderse con diálogos de películas, porque a veces no tenía sentido.
Asher, para mi sorpresa, ni siquiera llega a ser un personaje y la madre de Leonard sale muy poco, lo justo y necesario para demostrar que algunas personas no deberían tener hijos: gran parte de los problemas de Leonard surgen a raíz de la ausencia de una figura materna. Es curiosa la relación de dependencia de Leonard con su madre: pese a que ella nunca está ahí ni se preocupa, cualquier mínimo atisbo de atención, para él ya es suficiente, y pese a que reniega de ella, nunca pierde la esperanza de que se percate de cuanto la necesita.
Me ha parecido indicado dedicar un párrafo independiente para hablar de herr Silverman, profesor de Leonard en la asignatura Holocausto (qué raros son en EEUU, cómo pueden tener una asignatura completa sobre el tema en el instituto). Herr Silverman es la única figura adulta positiva que hay en el entorno de Leonard (Walt no es negativo, pero es un anciano amargado), el único que realmente se preocupa por el protagonista. Es el profesor perfecto: intenta hacer clases dinámicas que hagan pensar a sus alumnos, plantea debates morales, muestra preocupación por todos y se ofrece a ayudar a Leonard en lo que sea. El trasfondo del mensaje es positivo (ante cualquier problema, siempre puedes confiar en algún profesor), pero en realidad refuerza un modelo de profesor que no existe y al que muchos docentes aspiran, en vano. No puedes preocuparte cada año por 120 alumnos y convertirte en su apoyo y confidente. Como profesor, no debes cargar con el peso de la salud mental de tus alumnos. No hay ni recursos ni tiempo suficiente, y ni siquiera es tu responsabilidad. Me parece muy bien que Herr Silverman sea el apoyo del protagonista y claro que los adolescentes deben hablar con un profesor si padecen algún problema, pero el docente debe derivarles a un profesional adecuado, no hacerse responsable de todo, porque llegará un punto en que se sentirán frustrados por no poder hacer más.
Por otra parte, me ha parecido exagerado que, más allá de Herr Silverman, no hubiera nadie más satisfecho con su vida y que todas las personas a las que sigue Leonard refuercen su creencia de que los adultos tienen una vida de constantes pesares, sin embargo, hay que tener en cuenta que la obra está narrada por Leonard, así que es su visión del mundo.
Varias cosas más por comentar. La novela cuenta con representación LGTBI naturalizada, ya que su orientación no es la única característica de esos personajes. Además, hay personajes del colectivo tanto positivos como negativos, cosa que es un acierto para no dar un mal mensaje.
En cuanto a la narración, hay un par de cosas curiosas. Para empezar, la novela está plagada de notas al pie de Leonard, a quien le ha gustado este recurso y ha decidido explotarlo al máximo... sin ser muy consciente de su uso real. Son muchas notas al pie muy largas que solo están ahí para ofrecer algo distinto; más allá de eso no tienen mucha razón de ser y, en la mayoría de casos, podrían integrarse perfectamente en la narración.
La segunda cosa curiosa es que de vez en cuando, se cuela algún capítulo epistolar, donde los familiares de Leonard, desde un futuro distópico, le escriben para hablarle de la felicidad que le espera. No sabía yo si es que iba a haber algo de ciencia ficción rara por aquí metida; por suerte no es así y estos capítulos tienen una explicación racional. La idea me ha parecido bonita, pero sentí que algunos capítulos se alargaban mucho y, sobre todo, que interrumpían la historia. En el fondo esto último tampoco importa mucho, porque como os imaginaréis, la trama no es trepidante (hay mucho flashback y monólogo interno de Leonard) y solo hay un momento tenso.
El final también es bastante atípico, porque queda, en cierta manera, abierto, sin dar pie a una continuación. Es un final ambiguo, porque realmente no sabes qué decisión toma al final Leonard, pero creo que, si has entendido el mensaje de la obra, la respuesta es clara. Me gusta esta ambigüedad porque da lugar a debate, pero mientras que para mí el mensaje es bastante claro ("el mundo nunca dejará de tratarte como si fueses basura; lo importante es que no te dejes convencer de que lo eres"), no estoy segura de si el público al que va dirigida esta novela será capaz de comprenderlo y reflexionar sobre ello. Prueba de ello es que la mayoría de quejas que he leído sobre esta novela son, precisamente, sobre el final.
En conclusión, Lo siento, Leonard Peacock es una novela que me ha causado bastante indiferencia y que olvidaré con facilidad. Estoy segura de que muchos jóvenes empatizarán con la soledad del protagonista y tanto la reflexión sobre el suicidio como el mensaje sobre el coraje de seguir adelante me parecen muy importantes. Tiene algunos elementos curiosos y distintivos: las notas al pie, un protagonista algo sinvergüenza y un final ambiguo que da pie a la reflexión. Algunos momentos me han parecido más lentos y descriptivos (en el fondo es una novela que aboga mucho por el monólogo interior y que cuenta con una trama poco emocionante y previsible), pero ofrece buenos mensajes, se lee con facilidad y resulta entretenida.
Cosas que he aprendido:
- Las notas al pie son un recurso molón, pero tienen que tener un sentido.
- Esta cita que se atribuye a Gandhi: "Primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan y entonces ganas". Y ganas porque sigues luchando.
Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:
PUNTUACIÓN...3/5!
Primeras Líneas...
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"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney