lunes, 6 de marzo de 2023

Farishta, de Marc Pastor

Me gusta la literatura como concepto, sin adscripciones. 

Si hay algo que me apasiona es la lectura, por lo que tenía claro que quería estudiar una filología (en realidad no lo tenía tan claro; era de esas alumnas a la que todo se le daba bien y, en consecuencia, tenía demasiado entre lo que elegir). La única razón por la que escogí Filología Catalana es porque su programa permitía convalidar muchas asignaturas con el grado de Filología Castellana, algo que me interesaba porque quería ambas carreras (y aquí no hay dobles grados). Al terminar me di cuenta de que tener las dos no me daría muchas más oportunidades de trabajo, así que me quedé con la que tenía. Los clásicos hispánicos tampoco han sido nunca mi devoción, por lo que no tenía sentido seguir mis estudios. 

El caso es que no siento pasión por mi lengua, ni tampoco por su literatura, a diferencia de la mayoría de mis compañeros de carrera. Supongo que si lo empezara ahora, haría el blog en catalán, pero eso es más que nada porque comprendo la necesidad de defender una lengua que, si sus propios hablantes no usan, desaparecerá. En cuanto a la literatura, ninguna de las obras que leí a lo largo de mis estudios me apasionó, como comprobaréis si buscáis algún título en el blog (en mi defensa, dudo que tampoco me hubiera apasionado algún clásico español).  

Empecé con ilusión la asignatura de Literatura contemporánea, pero mi decepción fue enorme. En general siempre he sido más de traducciones que de autores patrios, pero también es verdad que puedo enumerar varios autores españoles que me gustan. Con la literatura catalana nunca ha sido así. Algunos títulos muy concretos me han gustado, pero pocos. En cierto modo, tiene sentido, pues hay mucha menos producción y he leído muchas menos obras. 

El caso es que el estilo narrativo actual predominante en la literatura catalana es la narrativa intimista de autoficción acerca de la nostalgia por la infancia perdida. Por eso, me sorprendió encontrar este libro entre las lecturas de Patt y descubrir que el autor era catalán. La trama prometía acción, pero no hubiera comprado este libro si no hubiera sido por una asignatura en la que teníamos que reseñar un libro actual recién publicado. Lo compré, pero no lo leí, pues el libro que al final tuve que reseñar fue otro. Para más inri, poco después, G encontró el libro de segunda mano por 2 € en Re-Read y lleva desde entonces burlándose de mí por el dinero que gasté.

Finalmente, para descansar un poco de Sanderson, elegimos leer este libro de forma conjunta. Y es aquí donde lleva la razón por la que os he soltado toda esta perorata acerca de mi vida: el libro me ha encantado. Y si no sabéis catalán, también está en castellano.

Editorial: Amsterdam
Año: 2017
ISBN: 9788416743193
Páginas: 472
Enquadernación: Tapa blanda
Mides: 148 x 233

Sinopsis:

Acaba d’acomplir els divuit anys i la Farishta, desinhibida i valenta, ja ha trobat la feina de la seva vida. Som al 1993, i la companyia russa Iefremov-Strugatski l’ha contractada per atendre les famílies riques que viuen en un complex d’illes privat a la Polinèsia francesa, on se’ls ha garantit que podran educar els fills sense cap risc. En aquell aparent paradís coneixerà ben aviat l’amor. Però també, a poc a poc, es veurà atrapada en un seguit d’esdeveniments inquietants que posaran en dubte la veritable naturalesa de la seva feina i el fosc negoci dels poderosos que l’han contractada. Quina és la missió inconfessable d’aquelles famílies? Per què estan aïllades del món? De debò ho han sacrificat tot pels seus fills? En un clima de tensió creixent, amb la certesa de no poder confiar en ningú i amb el temor de tenir la vida en joc, a la Farishta només li queda una pregunta per respondre: és massa tard per escapar?

Farishta es una niña huérfana afgana, adoptada por un militar ruso en los años 80 que, en la adolescencia, pierde de nuevo a sus padres en un accidente de avión. Se instala en París hasta que le ofrecen un trabajo en el complejo Sánnikov, una especie de resort turístico en las islas Clarke de la Polinesia Francesa, consistente en atender las necesidades de las familias alojadas allí, cada una en una pequeña isla. Con el joven Manse Melville, el guía del complejo, vive una apasionada historia de amor, y al mismo tiempo se adentra en los misterios que encierra el lugar. ¿Por qué esas familias están viviendo allí, apartadas del mundo? ¿Qué les ocurrió a las chicas que la precedieron en su puesto? ¿Qué es la empresa Yefremov-Strugatski? Farishta no sabe en quién confiar y menos aún cuando nota una presencia en los alrededores de su cabaña. Alguien la acecha.

Opinión:
Impresión: Mola mucho

Podría empezar hablando de muchas cosas, pero en lo que uno se fija, sin leer la sinopsis siquiera, es en lo trabajada que está la edición. Aquel que dice que los libros para adultos tienen que tener una edición básica no tiene ni idea. Para empezar, la novela trata de engañar al lector, pues en todas partes indica que la novela ha sido traducida del ruso, lugar del que son todos los personajes, por Víctor Negro. En segundo lugar, a poco que hojeéis el libro os daréis cuenta de lo peculiar que es su narración, pues iremos encontrando cartas, notas, dibujos, informes médicos... Todo este material no complementa la historia, sino que resulta vital para que esta tenga sentido. Todo esto está escrito por otras personas, pero el grueso de la obra está formado por el diario en primera persona presente de una joven Farishta que escribe para la Farishta del futuro, aunque a la mitad da un giro y la novela se convierte en una obra epistolar. 

Algo que suele fallar en este tipo de narración son los diálogos, pues, para ser realista, suelen estar muy ausentes. No es el caso, de manera que no encontramos largos monólogos de Farishta, sino que vemos mucho su interacción con otros personajes. Aquí, el problema es que no suele ser creíble que el personaje recuerde a pies puntillas las conversaciones, pero lo justifican, y en más de una ocasión Farishta advierte de que es imposible ser totalmente fiel a la realidad.

Aprovecho para hablar acerca de la prosa. La obra está muy bien escrita, sin ser tampoco poética. El lenguaje no es complicado si eres nativo y resulta creíble que una joven de la edad de Farishta, unos dieciocho años, hable y escriba de este modo. Las metáforas que usa constantemente son brillantes, tanto por lo inteligentes que resultan como por el toque de humor que aportan, pese a lo tensas que son muchas situaciones.

Me gustaría hablar ahora de los personajes, pero me parece necesario poneros un poco en situación y hablar de la trama. En su diario, Farishta nos cuenta cómo ha sido contratada por una millonada como administradora de un archipiélago secreto para ricos donde viven varias familias completamente aisladas del mundo. Allí se relacionará principalmente con Manse, el técnico principal, por quién sentirá una atracción inmediata. Lo que parecía una oportunidad de ensueño, poco a poco se irá truncando debido al ambiente asfixiante, resultado de los secretos que imperan en el lugar. 

La primera mitad de la novela es más lenta y se centra en presentarte tanto a los personajes como el lugar, así como a crear ese ambiente de misterio. Esta parte, aunque se me ha hecho algo aburrida, me ha mantenido muy intrigada y no sabía muy bien por donde iban a ir las cosas, pues solo sabía que la obra tenía un toque de ciencia ficción. La segunda mitad es mucho más trepidante, pues uno tras otro se van revelando todos los misterios y hay varios giros muy interesantes, aunque me hubiera gustado que a todo se le dedicara más espacio. Me gusta cómo se resuelve todo y, pese a la complejidad de una obra así, tiene sentido, especialmente respecto a las familias, que era la cuestión que más me intrigaba, pues no comprendía cómo alguien podía aceptar un trato como ese. Sí que es verdad que me hubiera gustado saber más y conocer los entresijos de la empresa que ha contratado a Farishta, pero no se puede tener todo.

En general, la obra habla acerca de la identidad, de formar parte o no de una familia, de ser o no de un país, así como otras reflexiones acerca de la existencia. Me han parecido unas dudas lógicas por parte de la protagonista, especialmente debido a lo que está viviendo, y tiene sentido que tampoco haga un tratado filosófico de ello debido a su madurez.

Ahora sí, pasemos a hablar de los personajes. Farishta es la leche. La novela gana mucho por su personalidad. Es una chica madura, debido a su trágico pasado, pero eso no es ni un misterio ni un lastre para su vida (pasó su infancia en Afganistán durante la guerra y fue adoptada por unos rusos que murieron en un accidente aéreo). Siente cierta curiosidad por su familia biológica, de la que no recuerda nada, pero más allá de eso, lo ha superado. No es una chica especialmente lista y no le molesta admitirlo, pues como cualquier persona, sabe de aquello que le interesa, no acerca de todo. A eso hay que sumarle que es una chica de armas tomar, decidida y atrevida (no duda en lanzarse a ligar con Manse y en investigar a las familias, pese a que está prohibido), además de tener un gran sentido del humor, algo que se refleja muy bien en su escritura. 

Manse es algo así como el estereotipo de chico perfecto: es guapo y lo sabe; le gusta la literatura y la música; tiene sentido del humor; muestra una fachada de tipo duro, pero, tras muchos secretos, se esconde alguien muy dulce. Quizás me hubiera gustado que se profundizara más en él y conocer un poco más su perspectiva tanto sobre Farishta como sobre lo que sucede en la isla.

La relación entre ambos me ha gustado mucho, aunque hacia el final se vuelve muy intensa sin que haya suficientes escenas como para justificarlo. Me gusta que al inicio ambos sientan atracción (y no que se enamoren a primera vista, ojo) y que decidan estar juntos porque se sienten físicamente atraídos. El amor necesita su espacio, conocer bien a la otra persona, algo que olvidan muchas novelas. Es por ello que no creo en el amor a primera vista. Aquí se van conociendo poco a poco y, aunque en un principio no parece que tengan mucho que ver (no comparten gustos musicales ni literarios, por ejemplo), hacen un esfuerzo por comprender al otro y así se van enamorando. Son especialmente bonitas las conversaciones que tienen mediante estribillos de canciones, pues muestran lo mucho que conectan. También me ha gustado que en ningún momento haya secretos en cuanto a su relación amorosa y que deciden de mutuo acuerdo cómo va a evolucionar. Eso sí, al final hay mucho sentimiento intenso que no se ha expresado en voz alta.

 Quizás lo que me ha fallado es que una novela tan centrada en los personajes, especialmente en la primera mitad, adolezca de su ausencia. Las familias que habitan la isla me parecen muy interesantes, pero hay muy pocas interacciones con ellos y no llegan a cobrar verdadera importancia. Ha faltado mucha profundidad, pues no he logrado conectar con ninguno de ellos ni han conseguid preocuparme lo más mínimo. Lo mismo sucede con los otros trabajadores del complejo, que aparecen en muy contadas ocasiones. Me ha molestado especialmente que no se desarrolle a Aleksei, pese a la importancia que tiene para la trama y el hecho de que la protagonista le tenga tanta tirria, y lo mismo sucede con el chico y la chica forasteros, cuya relevancia es mínima.

En conclusión, estamos ante una muy buena novela de misterio que cuenta con un toque original de ciencia ficción. En la primera mitad el misterio te envuelve, para pasar a ser trepidante en la segunda mitad, con muchos giros, pero con una historia completamente coherente. La edición está muy trabajada, y la narración resulta muy ecléctica, pues combina fragmentos en tercera persona, con otros en primera persona presente y otros epistolares. La protagonista es muy carismática y te atrapa por el humor en su narración. Una lástima que el resto de personajes no estén tan desarrollados, aunque el romance que tiene un peso mínimo, es realista. Una buena novela muy recomendable que es muy distinta a cualquier otra novela catalana contemporánea. Si buscas acción, experimentación, misterio y reflexión, estás en el lugar indicado. Yo ya me he apuntado el resto de la obra del autor a mi lista de pendientes. Os recomiendo leerla en el idioma original, pero también está en castellano

Cosas que he aprendido:
  • He descubierto a un autor catalán que me gusta
  • Metáforas y humor bien insertado con la tensión

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

PUNTUACIÓN...4/5!


Primeras Líneas...

4 comentarios:

  1. Hola
    Oye, pues la filología no se me hace nada fácil, por más que me gusten las letras, pero me parece hermosa la carrera.
    De este libro no había escuchado hablr, pero se me hace muy interesante la propueta aunque no sé si esté en castellano
    un bes💕

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí, la filología no es tan fácil como la venden. En cuanto al libro, sí tiene versión en castellano, así que espero que te lo apuntes.

      Eliminar
  2. Yo hice Hispánicas y en mi caso, afortunadamente, disfruté mucho con las lecturas. Hubo alguna que sí me aburrió, está claro, pero en general, disfruté con las lecturas. No sé si también tuvo que ver que tuvimos muy buenos profesores. Quitando el último año, que dábamos contemporánea y el profe era un muermo... Y adorador de Cernuda, que nos tiramos medio curso analizando la obra de Cernuda y el otro medio, con toda la literatura restante. Imagínate...
    Sobre el libro, no me sonada de nada y me has picado la curiosidad. No voy a salir corriendo a por él, porque tengo mucho pendiente, pero me lo dejo anotado.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo es que nunca he sido muy de clásicos, ya lo sabes, y casi toda la parte de literatura de la carrera gira en torno a ello. Me alegro de que te apuntes el libro ;)

      Eliminar

"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney