martes, 3 de junio de 2025

Frases memorables: Donde termina el arco iris

"Hay algo tremendamente desconcertante en lo de ver a tus padres disgustados. Supongo que es porque se supone que ellos tienen que ser los fuertes, pero no es sólo eso. Las personas, cuando son niños, usan a sus padres como una especie de rasero para saber lo grave que es una situación determinada. Cuando te caes al suelo, te das un buen golpe y no sabes si te duele o no, miras a tus padres. Si los ves preocupados y corren hacia ti, lloras. Si ríen y patean el suelo diciendo: «suelo malo», te pones de pie enseguida como si tal cosa. Cuando descubres que estás embarazada y estás tan aturdida que no sabes lo que sientes, observas sus reacciones. Cuando tanto tu padre como tu madre te abrazan y te dicen que todo irá bien y que cuentas con su apoyo, sabes que no es el fin del mundo." 

"La vida está hecha de tiempo. Los días se miden en horas, los salarios se miden en función de esas horas, nuestros conocimientos se miden en años. Robamos unos minutos a nuestras jornadas para tomar un café. Volvemos corriendo a nuestros puestos, miramos el reloj, vivimos de cita en cita. Y, sin embargo, el tiempo termina agotándose y en el fondo de tu alma te preguntas si esos segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, años y décadas se están empleando de la mejor manera posible."

Para los hijos, los padres son un faro. Ellos son adultos que lo saben todo, desde resolver problemas de matemáticas a cuando hay que ir al dentista, pasando por preparar tartas, construir casitas para pájaros y arreglar cualquier bombilla o aparato electrónico que no funcione. Si te dicen que este vestido es muy bonito, te lo crees. Si te dicen que estudiar alemán te va a servir para el futuro, te lo crees. Si te dicen que con una carrera universitaria podrás tener el trabajo que quieres, te lo crees. Si te dice que las verduras está muy buenas, no te lo crees, porque claramente tienen que estar siendo sarcásticos. Ellos son la Ley (aunque los hijos a veces decidan saltársela, saben que está ahí), tienen claro qué está bien y qué está mal, y pueden solucionar cualquier problema. Hasta que creces y poco a poco te das cuenta de que son mortales y falibles, que en realidad no lo saben todo, que solo van tirando. Entonces, pasan de ser un faro a una brújula: te orientan, pero tú decides tu propio camino.

A mí me costó mucho dejar de ir a ciegas hacia el faro, hacia la dirección que mis padres querían que tomara. Desde que conocí a G, no solo me cuestiono más el mundo, sino que tengo el valor de nadar a contracorriente. A veces las cosas no son tan complicadas como mi padre dice que son. A veces el mundo no es tan negro como lo ve mi madre. Siempre lo consulto con ellos cuando me veo en un apuro y escucho con atención sus argumentos, pero la decisión termina siendo mía. Lo importante es que estarán de mi parte decida lo que decida (excepto cuando decidimos ponerle sal a la cal antes de pintar).

La primera cita me gusta, porque me hace sentir nostalgia de cuando creía que todo se iba a solucionar solo porque tenía el apoyo de mis padres y porque ellos decían que todo iba a ir bien. Es muy gratificante tener su beneplácito e, incluso ahora, cuando lo tengo, me hace sentir que estoy tomando la decisión correcta. Pero hay que tener en cuenta que no siempre tienen razón. La protagonista de Donde termina el arco iris se queda embarazada con 17 años. A esa edad, los padres siguen siendo un faro. Tengo diez años más que la protagonista de la novela, pero tampoco busco quedarme embarazada. Si me pasara, entraría en pánico, y lo primero que haría (lo segundo, en realidad, lo primero sería avisar a G) sería ver cómo reaccionan mis padres, para calibrar la gravedad del asunto. Eso sí, pasado el shock inicial, tomaría mi propia decisión al respecto.

 En cuanto a la segunda cita, a medida que he ido creciendo me he dado cuenta de que lo más valioso que tenemos es el tiempo. Ahora me doy cuenta de que siempre he dedicado a los estudios más tiempo del que merecían. Que nunca he dedicado el suficiente a conocer a otras personas con gustos afines. Gran parte de mi vida se ha desvanecido detrás de los libros, en historias que, en su mayoría, no recuerdo. Horas y horas en las que podría estar teniendo experiencias "reales", en lugar de desconectar en la ficción. Pero no me arrepiento de nada de todo esto, porque estoy feliz con la vida que tengo y si no hubiera dedicado todo ese tiempo a leer o a estudiar no sería como soy ahora.

El libro, por supuesto, os lo recomiendo, y eso que es de romántica. Es un friends to lovers precioso que se cuece a fuego muy lento: la historia se desarrolla a lo largo de varias décadas. Además, es una historia que está contada de forma curiosa, ya que es una recopilación cronológica de todas las cartas, notas, correos, mensajes instantáneos y SMS, que se intercambian Rosie y Álex a lo largo de su vida. Me gustó especialmente por lo realistas que son los obstáculos con lo que se topan y por la buena dinámica entre ellos. Eso sí, el final es algo precipitado si tenemos en cuenta lo despacio que avanza la historia.

Y eso es todo por hoy, ahora es vuestro turno. ¿Os arrepentís de haber dedicado demasiado tiempo a algo? Y por el contrario, ¿hay algo a lo que os hubiera gustado dedicarle más tiempo? ¿En qué momento os disteis cuenta de que vuestros padres no lo sabían todo? ¿Valoráis su experiencia en la vida? ¿Qué decisión acertada habéis tomado en contra de su voluntad?

7 comentarios:

  1. ¡Hola, Laura! Hace mil años que tengo este libro pendiente en casa, me lo compré cuando salió en edición de bolsillo y ahí se quedó en la estantería, aunque, en mi defensa, te diré que es que leí otro de Cecelia Ahern después y me suena a que se me quitaron las ganas de leer más cosas suyas por un tiempo.
    Habrá padres de todos los tipos, algunos que ni son faros ni nada, pero en mi caso también ellos han sido un pilar importante y un faro. De hecho, hoy en día, aunque también tome mis propias decisiones, siempre les tengo en cuenta y lo que más temo es que sufran por mí si no estoy bien en algunos momentos. Jjajja, lo de las verduras me ha encantado, aunque admito que conmigo se dieron por vencidos cuando llegué a la adolescencia porque ya no había poder humano que me hiciera comer ciertas cosas.
    ¿Y crees que antes creías que todo iría bien por la forma en la que los veías a ellos? Es decir... ¿no crees que la propia inocencia de la infancia también nos resguardaba de los grandes problemas o males con los que nos podíamos topar?
    Coincido contigo, incluso aunque tome mis propias decisiones, la reacción de ellos sería importante.
    ¿Qué pasa si le pones sal a la cal antes de pintar?
    Y sí, no importa si eres diferente a ellos, cuando queremos a nuestros padres, aceptamos sus matices y eso nos sirve para predecir algunas de sus reacciones.
    Respecto al tiempo... yo no me arrepiento ni de los minutos que he pasado tirada en la cama o en el sofá pasando el rato. No sé, creo que aprovechar el tiempo no es estar haciendo cosas cada minuto de cada día. La calma y el sentirte bien hagas lo que hagas es lo que más importa.
    También me he centrado más en las páginas de un libro que en conocer a otros, pero, al igual que a ti, eso también me ha hecho aprender cosas o experimentar emociones que no viviría de otro modo (no sé, no creo yo que nunca vaya a sentir el éxtasis de enamorarse de un vampiro, suspirar con un aristócrata o ganar una batalla contra un mago malvado... jajajjaja). En todo caso, la vida va cambiando y lo importante es que estés satisfecha con lo que estás haciendo :)
    ¡¡Laura recomendando romántica!! Tenemos que marcar este día en el calendario, ya que eso no sucede a menudo xD
    Como tengo el libro y estoy más predispuesta ahora la romántica, lo tendré en cuenta para las próximas semanas :) Me parece especialmente curioso el formato que comentas que tiene la historia.
    ¡Saludos y ya te contaré qué me parece cuando lo lea! ¡Y muy buenas reflexiones, me gusta la serenidad que desprendes al hablar de estos temas! ;-)

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    Respuestas
    1. ¡Hola, Omaira!
      1. Con lo que te gustan a ti las historias de amor con cartas, me dejas de piedra al decirme que no has leído esta...
      2. "Habrá padres de todos los tipos, algunos que ni son faros ni nada" Hum, incluso cuando son malos padres, los hijos no pueden dejar de verlos como un referente...
      3. ¿Tú tampoco comes verduras? (emoji de alma gemela)
      4. No, claro, la inocencia también ayuda, por supuesto, pero si, creo que ver cómo reaccionan los padres cuando eres pequeño influye en cómo reaccionas tú.
      5. "¿Qué pasa si le pones sal a la cal antes de pintar?" Según G, que la cal se pega mejor a la pared. Según mis padres, que atrae la humedad. Tenemos muchos problemas de humedad.
      6. Que sí, que sí, que hay libros de romántica que me gustan, por difícil que resulte de creer xD

      Un saludo romanticón,
      Laura.

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  2. Hola
    No conocía la obra ni a la autora. Me encantan las frases que elegiste, pero más como profundizas y te retroalimentas.
    Un bes💕

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  3. Hola, hace tiempo leí varias novelas de esta autora y tengo un bonito recuerdo de ellas. Esta no la conocía así que me la anoto chao

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  4. Pues me has picado con este libro. Ese párrafo que has puesto es de los que te hacen dejar de leer y pararte a pensar. Tomo nota.
    A tus preguntas... Creo que no, no me arrepiento de haberle dedicado demasiado tiempo a algo. Si lo he hecho, es por algún motivo, por algún beneficio.
    Y supongo que sería en mi adolescencia cuando empecé a darme cuenta de que mis padres no lo sabían todo. Aunque en esa época una suele pensar que incluso saben menos de lo que realmente saben. Luego, cuando pasas esa etapa, descubres que tenían razón en muchas cosas. Y sí, suelo apreciar su experiencia. Me gusta, en mi caso, preguntar a mi madre, me gusta escucharla, saber qué opina. Luego tomo mis decisiones, pero me gusta charlar con ella.
    Besotes!!!

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"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney