Idioma original: árabe
Fecha de publicación: 2007
Editorial: Books4pocket
ISBN: 9788492801459
Número de páginas: 256
Encuadernación: Tapa blanda
Traducción: Alberto Canto García y Khaled Musa Sánchez
Sinopsis:
Taxi es un libro singular, que ofrece una imagen realista de la sociedad árabe actual, vista a través de los ojos de unos observadores privilegiados: los taxistas de El Cairo. El escenario es el taxi, un escenario ambulante que revela los secretos de la ciudad; pero, al mismo tiempo, es una esfera dentro de la cual se encuentra el protagonista, que habla sobre sus sufrimientos y esperanzas, sus sueños y fracasos. A su lado se sienta el pasajero-autor, cuya voz oímos en contadas ocasiones.
Opinión:
Por norma general, mis pendientes llevan tanto tiempo en mis estanterías que, cuando por fin los cojo, lo hago a ciegas, sin saber por qué lo compré ni qué voy a encontrarme. Este libro pequeñito, con una portada tan sencilla, me recordaba a los de monólogos de Luis Piedrahita. Así que nada, para compaginar el Sandertocho, decidí leer esta recopilación de anécdotas de taxistas. Al menos, eso es lo que esperaba encontrar. Y sí, el contenido es ese, pero el tono tiene poco de humorístico.
Esta obra es una selección de las conversaciones que tuvo el autor con los taxistas de El Cairo entre abril de 2005 y marzo de 2006. Como suele pasar en este tipo de obras que se basan en testimonios reales narrados por otra persona (al menos es lo que me he encontrado yo), se nos dan pocos datos de contexto de producción. No sabemos por qué el autor coge tanto el taxi (entiendo que ahí es el medio de transporte habitual por lo caros que son los vehículos, pero en un momento el autor confiesa que tiene coche propio) ni si ha pedido permiso a los taxistas para plasmar sus historias en el papel ni cómo ha guardado las conversaciones.Lo que sí que hay al principio y en varias notas al pie es una disculpa por no poder incluir todos los testimonios que le hubiera gustado ni los nombres de políticos que mencionan los taxistas, porque sus abogados le recomendaron no hacerlo por miedo a repercusiones. Eso ya nos muestra la censura que hay en el país. ¿Os imagináis no poder incluir chistes sobre Pedro Sánchez o determinadas críticas al Gobierno en una obra de crítica social?
El caso es que, aunque todo son anécdotas, la intención del conjunto no es que nos riamos un rato de los curiosos pasajeros que han llevado los taxistas y las extrañas situaciones con las que se han encontrado, sino hacer un retrato de El Cairo y criticar la situación en la que se encuentra el país. Es el propio lector quien, al conocer las historias de vida de los taxistas, los problemas que tienen y su visión del mundo, juzga cómo es la sociedad de El Cairo. Una crítica social sutil, pero contundente si sabes leer entre líneas.
¿Y por qué taxistas? Pues, ¿y por qué no? La Historia tiende a centrarse en los grandes hechos y olvidarse de la gente de a pie; a mí me gusta mucho cuando una obra recoge la voz del pueblo y le da valor. En este caso, como nos explica el autor en el prólogo, los taxistas son un buen reflejo de la mayor parte de la población de El Cairo, ya que suelen ser gente con pocos recursos que está en contacto con personas de todas partes y de cualquier clase social, personas que intercambian opiniones con cualquiera, algo que les enriquece y les permite tener una perspectiva social bastante general.
La obra no se centra en nada concreto, sino que recopila testimonios que reflejan la mentalidad general de la población de El Cairo. Habla de fanatismo religioso, de los cambios políticos, del choque entre culturas, de inmigración, de la pobreza y de la corrupción policial. También critica el intervencionismo americano, el elevado coste de la vida, la dura vida de los taxistas, el machismo y lo poco que se valora la educación. Me ha dado escalofríos la precaria situación en la que viven los taxistas (¿sabíais que a la mayoría de taxistas se les paga "la voluntad", es decir, que el cliente decide cuánto le paga?) y la resignación social ante un mundo que creen que no pueden cambiar. Aquí os dejo un par de fragmentos:
"Eso es ley de vida, para que los grandes crezcan, las moscas no debemos dejar de revolotear. ¿Cómo van a crecer si no?"
Poco más me queda por decir, más allá de recomendar fervientemente la lectura. Este libro me ha abierto los ojos y me ha permitido conocer más a fondo la sociedad egipcia actual. Al ser un lugar tan turístico, lo imaginaba tan avanzado socialmente como nuestro país, pero no es así ni por asomo. Esta recopilación de conversaciones con taxistas de El Cairo refleja la situación social del país y todas las penalidades por las que pasan los más pobres, así como la corrupción política que hay. Los taxistas ven mundo, opiniones muy dispares, y eso les legitima para representar la visión de la mayor parte de la población. Me hubiera gustado saber más sobre cómo se grabaron estas conversaciones, pero por lo menos hay contexto, ya que el autor interviene, reflexiona y describe la escena. Eso sí, hay que tener en cuenta que esta obra es del año 2005-2006, de hace veinte años. Ojalá saber si la situación actual es la misma.
Cosas que he aprendido:
- No valoramos lo suficiente lo bien que vivimos.
- Egipto, por muy turístico que sea, no deja de ser del tercer mundo.
- Los taxistas alquilan sus taxis porque son muy caros.
- El cambio de moneda en Egipto es muy bajo.
- Hay mucha censura en Egipto y dependencia hacia Estados Unidos.
- El intervencionismo no está bien.
Y termino con mis avances en Goodreads:
PUNTUACIÓN...4/5!
Primeras Líneas...
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Hola! Suena como una lectura muy interesante. Mi papá siempre dice que son justamente estas personas las que más conocen una ciudad, su historia, las cosas buenas y malas y lo que normalmente nunca se le cuenta a los turistas. Me llama la atención porque, de haber sido publicado un par de años después, el libro estaría plagado de historias sobre lo brutal que fue la Primavera Árabe del 2011.
ResponderEliminarGracias por compartir! Un saludo ♥
¡Hola! Sí, como ves, es un libro muy interesante. Al igual que tú, me he quedado con ganas de saber más y ver cómo la obra iba actualizándose. Puede que no trate la primavera árabe de 2011, pero sí las consecuencias del 11S...
EliminarHola un modo curioso, sin duda, de darte a conocer el modo de pensar y de vivir de una ciudad. Gracias por la reseña
ResponderEliminarTOP TOP
Eliminar¡Hola, Laura! Si te soy sincera, cuando vi en Goodreads que estabas leyendo este libro, me sorprendí un poco. Sé que disfrutas conociendo testimonios, pero no ambientados en países árabes. A ver, que no tiene nada de malo, es que siempre te veo más enfocada en testimonios de guerras, nazis, etc.
ResponderEliminarTodas las profesiones tendrán mil anécdotas, pero creo que los taxistas pueden encabezar el ranking de personas que seguramente ven absolutamente de todo en su trabajo y que oyen infinidad de conversaciones jugosas... aunque también es un trabajo de riesgo porque nunca sabes qué tipo de persona puede subirse al taxi.
Tal vez el autor cogía taxis a pesar de tener un coche con el único objetivo de hacer esta recopilación y publicar el libro...
También me inclino por la opción de las grabaciones, ya que, si hubiera llevado una libreta y se hubiera puesto a escribir, seguro que muchos taxistas se hubieran sentido incómodos y se hubieran contenido a la hora de hablar.
Lo de los permisos... pues es como con el libro del cuco... puede que se escude en que no desvela las identidades reales para evadir demandas.
Si fuéramos a escribir anécdotas sobre lo que te pasa a ti en la biblioteca o a mí en el hospital... ¿de verdad buscarías obtener permisos? Además, a mucha gente te la cruzarás solo una vez, así que tampoco vas a buscarla para pedir permiso para contar una anécdota sobre algo que ocurrió una vez... y encima la única vez que los viste.
Aquí tenemos libertad para decir de todo, aunque a veces más de uno se pasa 20 pueblos escudándose en la libertad de expresión.
Ummm... es interesante eso de que el uso de las anécdotas derive en una reflexión sobre todo las circunstancias de la sociedad o del país. Me gusta ese detalle.
¿A voluntad? Madre mía... si la gente es tacaña, más de uno seguro que les paga lo mínimo por el trayecto. En general, a mí no me gusta pagar la voluntad en nada, más que nada porque me agobia darles poco y que piensen que fui tacaña.
Yo de Egipto sé muy poquito en general... vamos, con solo decirte que, si acaso, he visto documentales sobre las pirámides y sobre los faraones. Sobre la historia de los últimos años sé cosas que he visto en las noticias, pero tampoco te podría decir en x año en concreto sé que pasó x cosa.
Y me imagino las consecuencias negativas del 11s. De hecho, hoy en día se continúan con reticencias por otras cosas...
Me imagino que hoy en día en Egipto habrá lugares muy avanzados, dependerá de las zonas. Es como aquí... a ver, cuando vas a algunos sitios, las zonas más turísticas son impresionantes y otras zonas de extrarradio, no todas, no parecen ni del mismo país...
Curiosamente, me has dejado intrigada. No es un libro que descartaría si me topara con él.
¡Saludos y muy buena reseña, me han gustado tu análisis! ;-)
1. Ah, bueno, eso es porque es más fácil encontrar historias sobre la Segunda Guerra Mundial, pero me gusta leer sobre los conflictos en general.
Eliminar2. TOP a lo de las grabaciones, pero eso implica que no les pidió permiso, porque, por lo que dice, nunca les vuelve a ver. Supongo que tienes razón en que, si no dice la identidad real, no puede tener problemas reales, como en el libro del cuco. Tienes razón en que si hiciera una recopilación de anécdotas de la biblioteca, no pediría permiso, pero si grabara a las otras personas, sí.
3. TOP, TOP, a mí tampoco me parece bien que no haya un precio estipulado por lo mismo que a ti, pero parece que allí es lo normal...
4. Bueno, aquí también son distintas las zonas turísticas del extrarradio, pero nunca hasta el punto de que parezca otro país...
5. Pues espero que te tropieces con el libro^^