viernes, 31 de mayo de 2024

Viñeta del lector 120#

 

A todos nos ha pasado en alguna ocasión que nos hemos enganchado tanto a una lectura que no soltamos el libro hasta que lo terminamos. Algunos libros los he leído del tirón, en un solo día, pero eso solo lo hacía en mi adolescencia, durante la época de vacaciones, cuando disponía de todo el tiempo del mundo. Ahora, las pocas veces en las que he hecho algo así, es porque son libros muy cortos (Pequeños instantes de amor, Guerra o A los pies de palacio, por ejemplo) o tomos mangas.

La vida nos distrae y son pocas las ocasiones en las que podemos disponer de un día entero para leer. Precisamente, este es uno de los retos anuales de El librero de Tetsu Hana: dedicar como mínimo un día entero al año a leer. Aquí podéis leer una entrada en la que habla de ello. Por supuesto, también duerme, cocina, come y estira las piernas, pero sí que dedica un montón de horas en exclusiva a leer, sin distracciones. 

En mi caso, puedo permitirme un par de tardes enteras al mes a leer, pero por norma general, incluso en esas ocasiones hago otras cosas como ver un par de capítulos de una serie, navegar por las redes, visitar vuestros blogs o escribir una reseña. Antes dedicaba todo mi tiempo libre a leer y con eso me evadía de la realidad y así, los años desaparecieron en un suspiro. Ahora intento leer menos y aprender más de cada una de las lecturas. Puedo leer 200 páginas en un día, pero evito hacerlo, en parte porque si leo mucho, luego suelo tener dolor de cabeza, pero también porque así no puedo digerir tan bien la historia. Tiendo a olvidar con más rapidez aquellas historias que he leído del tirón porque el tiempo que le he dedicado ha sido breve. En cambio, si leo más despacio, puedo paladear la historia con la mente, recrearme en las palabras, captar todos los matices de significado e impregnarme de ella. Si dedico tiempo a reflexionar sobre el libro mientras lo leo, no solo soy capaz de comprenderlo mejor, sino que me aporta más.

Además, ¿qué prisa hay? La lectura no es una competición, solo disfrute. Es imposible estar al día con todos los libros que están de moda, así que prefiero leerlos con calma, aunque sea mucho después del boom, para ofrecer una opinión personal y compleja, que no leerlo deprisa y corriendo para decir lo mismo que todo el mundo. 

No comprendo el ansia del consumo indiscriminado, esta práctica, cada vez más habitual de ver una serie del tirón, en un par de días. No pretendo juzgar a nadie, ni criticar esta conducta, porque cada persona hace lo que quiere con su tiempo y no todos asimilamos los contenidos de la misma manera. Puede que alguien que se lea un libro sin detenerse a oxigenar el cerebro lo comprenda y sea capaz de analizarlo mucho mejor que yo, que le habré dedicado varias semanas, pero esa no es una habilidad que yo posea.

Y esa es mi reflexión literaria del día. ¿Soléis leer libros del tirón? ¿No os da dolor de cabeza leer mucho tiempo muy seguido? ¿Recordáis igual de bien los libros que habéis devorado que aquellos que habéis leído más despacio? ¿Alguna vez habéis dedicado un día entero a leer?

martes, 28 de mayo de 2024

Los reyes de la casa, de Delphine de Vigan

Me resistí mucho a crear una cuenta de Instagram para el blog: no conocía suficiente la red social, no se me da muy bien hacer fotos y no sabía muy bien que tenía que ver la fotografía con la crítica literaria. Al final me convencieron, pero, a diferencia de Twitter, donde formo realmente parte de una comunidad literaria, nunca he sentido que sea mi sitio. Miro las fotos (pero no los stories porque qué pereza) de la gente que sigo, pero pocas veces me detengo a leer el escrito que acompaña a la publicación. Publico fotos de mis lecturas, pero las acompaño con extractos de la reseña, no con textos exclusivos. 

Cuando más se aleja una red social de la palabra escrita, menos me atrae, por eso ni me he acercado a Tik tok. YouTube es también una plataforma que me resulta bastante ajena porque con los vídeos me cuesta mucho mantener la atención. Los pocos que visualizo son de recetas de cocina e intento que no tengan voz. G siempre se burla de mi desconexión y me llama milenial, pero qué se le va a hacer.

Debido a esto, soy bastante ajena al fenómeno de los youtubers, instagramers y tiktokers y solo me suenan algunos nombres por polémicas que han trascendido a otros medios, como el apoyo de las editoriales a estas celebridades. No entiendo la fascinación de la gente por estas cuentas ni la cercanía que llegan a sentir algunas personas por famosos con los que nunca han interactuado directamente. No siento ningún interés por conocer la vida de unos completos desconocidos ni me interesa el salseo. Es cierto que he creado lazos con personas de la comunidad literaria con las que nunca he interactuado en persona, pero nuestra relación de amistad se ha forjado a partir del diálogo, no con un intercambio unilateral.

Tampoco me han interesado nunca los reality shows porque no soporto la falsedad, el artificio ni los mensajes subliminales. Lo que sí que me interesa es comprender a los fans de estos programas y de estas cuentas, entender qué les empuja a ver un vídeo tras otro de la vida ficticia (porque aunque nos quieren vender que es natural, todos los vídeos están guionizados), a tragarse temporadas y temporadas de los mismos programas, pero con distintos nombres, en los que los participantes logran que dudemos de si realmente el ser humano es inteligente.

Que en parte lo entiendo: uno llega a casa cansado, agobiado por el día a día y solo quiere hundirse en el sofá y olvidarse de todo, posponer los problemas propios, cuya resolución requiere reflexión y nos afectan personalmente, y sustituirlos por problemas ajenos, que nos hacen sentir bien porque no son nuestra responsabilidad. Pero eso no justifica la fascinación, la pasión que sienten algunos por la telerealidad y los canales de YouTube. Por eso, cuando leí el argumento de este libro, me lo apunté sin dudar.

Título: Los reyes de la casa
Autor: Delphine de Vigan
Editorial: Anagrama
Título Original: Les enfants sont rois
Traducción: Pablo Martín Sánchez
Año de publicación original: 2021
Año de publicación en español: octubre 2022
ISBN: 9788433981264
Tapa: Blanda
Páginas: 344

Sinopsis:
Mélanie Claux y Clara Roussel. Dos mujeres conectadas a través de una niña. Mélanie ha participado en un reality show televisivo y es seguidora de sus sucesivas ediciones. Cuando se convierte en madre de un niño y una niña, Sammy y Kimmy, empieza a grabar su día a día y cuelga los vídeos en YouTube. Crecen en visitas y seguidores, llegan los patrocinadores, Mélanie crea su propio canal y el dinero fluye. Lo que al principio consistía sin más en grabar de tanto en tanto las andanzas cotidianas de sus hijos se profesionaliza, y tras la fachada de este canal familiar tierno y edulcorado hay rodajes interminables con los niños y retos absurdos para generar material. Todo es artificio, todo está en venta, todo es felicidad impostada, realidad ficticia.
Hasta que un día Kimmy, la hija de corta edad, desaparece. Alguien la ha secuestrado y empieza a enviar extrañas peticiones. Es entonces cuando el destino de Mélanie se cruza con el de Clara, policía solitaria sin apenas vida personal y que vive por y para el trabajo. Ella se hará cargo del caso.
La novela arranca en el presente y se extiende hasta el futuro cercano. Arranca con estas dos mujeres y se extiende a la existencia posterior de esos dos niños explotados. De Vigan ha escrito una narración perturbadora que es al mismo tiempo un thriller inquietante, un relato con pinceladas de ciencia ficción sobre algo muy real y un documento demoledor sobre la alienación contemporánea, la explotación de la intimidad, la falsa felicidad proyectada en las pantallas y la manipulación de las emociones.

Por qué este título...

«Con voz parsimoniosa, como una muñeca activada a distancia cuyas pilas empezasen a fallar, Kimmy aseguraba que le parecía genial contentar a los "happy fans" y "ver la felicidad en sus ojos". Con algo más de convicción, Sammy afirmaba que aquello era su sueño y que quería dedicarse a ello.
Radiante, Mélanie añadía: "Son sus palabras, ¿acaso se puede añadir algo más?"
Y luego, sonriendo de oreja a oreja, concluía: "¿Qué quiere usted? Son los reyes de la casa

Opinión:
Impresión: Ensayo encubierto

Me gusta explorar otras realidades, otras perspectivas mediante la literatura. En este libro conoceremos a Mélanie Claux, una ama de casa aficionada a los reality shows que ha alcanzado la fama con un canal de YouTube donde cuelga vídeos del día a día de sus hijos pequeños. Su contraparte es Clara Roussel, una policía desconectada del mundo digital que investiga la desaparición de la hija pequeña de Mélanie. A raíz de la investigación que está llevando a cabo, Clara se adentra en este mundo de exposición y sonrisas falsas, de seguidores y consumismo, con el objetivo de comprender el entorno de la niña y dar con su paradero.

 El público objetivo de esta novela son los lectores que, como Clara, desconocen por completo el mundo de los youtubers, en concreto, de los canales familiares, donde uno o ambos progenitores exponen la vida de sus hijos desde que estos son pequeños. En estas cuentas se sigue el día a día de toda la familia, cuya vida suele ser perfecta: no hay problemas familiares, tienen todo lo que podría desear, van frecuentemente de viaje o a distintos eventos, los padres ganan millones en publicidad, reciben productos exclusivos de marcas famosas para que los enseñen en sus vídeos, etc. Y esto es solo la superficie.

La autora ha hecho un estudio bastante completo sobre los entresijos de los canales familiares y poco a poco nos irá desgranando tanto su funcionamiento como las consecuencias psicológicas que conlleva este modo de vida en los más pequeños. Dicho así, parece que estamos ante un ensayo, pero la realidad es que todo esto está sazonado con una trama policial en la que se investiga la desaparición de Kimmy, la hija de Mélanie.

El objetivo de la novela es abrirnos los ojos a una realidad que es desconocida para muchos. Es cierto que se han publicado novelas con youtubers como protagonistas en los últimos tiempos, pero estos suelen ser adolescentes que empezaron en el mundillo por su cuenta, están enfocados a un público más juvenil y no inciden en la crítica social (más allá de hablar de los problemas de la fama). A mí esto de los canales familiares me sonaba ligeramente, pero creía que era un fenómeno puntual y exclusivo de Norteamérica. No podría ir más equivocada: estos vídeos están en auge y se consumen y producen por todo el mundo.    

La obra te introduce muy bien el tema de los canales familiares gracias a una protagonista que sabe tan poco como nosotros sobre el tema. Además de su propia investigación, conoceremos más sobre ello cuando entrevista a Mélanie, a los propietarios de otros canales similares y también a detractores que advierten del daño que causan tanto sobre los menores protagonistas como sobre los consumidores. A eso hay que sumarle un recurso que me ha gustado: con la excusa de escribir un informe sobre el canal de Mélanie, Clara nos describe de forma objetiva algunos de los vídeos y las secciones más populares.

Me ha parecido muy interesante descubrir esta explotación infantil que está tan normalizada, donde los niños muy pequeños son expuestos las 24 horas por sus padres, aquellos que deberían protegerlos, y cuya fama no les permite tener una infancia normal. Además, la legislación sobre este tema aún está en pañales y los niños están muy desprotegidos. Podríamos señalar al puñado de canales que han logrado verdadera visibilidad, pero lo verdaderamente preocupante son esos centenares de canales menores, con menos seguidores e ingresos, pero la misma explotación infantil.

La intención de la autora es buena, pero se le va de las manos. Me parece bien que la autora dé visibilidad a esta problemática, pero la crítica es demasiado incisiva. Es cierto que estos canales acarrean todo tipo de problemas psicológicos en los niños youtubers, que generan falsas expectativas sobre la vida a los consumidores y que, subconscientemente, te incentivan para consumir determinados productos. Pero no todo es blanco o negro y seguro que hay niños que disfrutan con ello y que no son explotados por sus padres. La autora demoniza estos canales y solo nos ofrece su cara más negativa. Me parece bien que se posicione en el debate, pero creo que debería haber dedicado cierto espacio a mostrarnos argumentos a favor de esta práctica.

Es verdad que tenemos a Mélanie, coordinadora del canal, como punto de vista, pero se nos muestra como un personaje patético, una víctima más de la sociedad de los likes. Está obsesionada con los seguidores y eso la ciega hasta el punto de que no ve el sufrimiento de sus hijos, pese a que es obvio para el lector. Desde el primer momento te dan a entender que la actitud de Mélanie no es correcta y que lo que hace es solo para su propio beneficio.

No solo falta ahondar en puntos de vista contrarios, sino que también ha faltado profundidad en muchos aspectos: no se explica claramente cuál es la legislación vigente; no vemos el esfuerzo técnico, comercial e interpretativo de mantener estos canales; no hay interacción entre la madre y sus hijos donde expresen cómo se sienten, etc. Ha sido interesante para conocer el fenómeno, pero me he quedado con muchas ganas de más. En la obra, solo se sientan las bases de esta problemática, y aun así, se habla tanto de ello, que la trama se deja muy de lado.

Ya desde un principio me sorprendió que esta autora, a quien tenía por una escritora intimista, publicara un thriller de corte comercial, y más con Anagrama. El misterio se resuelve pronto: la novela se centra en exclusiva en la crítica a los canales familiares y la trama es una excusa para hablar de lo que le interesa a la autora. El caso está bien planteado y quieres saber qué ha ocurrido con la niña, pero no tenemos sospechosos ni pistas. Enseguida te das cuenta de que la investigación no va a ir a nada: las entrevistas sirven para conocer variedad de opiniones sobre estos canales y la búsqueda se centra en exclusiva en estudiar el canal de Mélanie. Como mínimo, pensaba que esto último tendría alguna relevancia argumental (que fuera sospechoso alguien que aparece varias veces de fondo en los vídeos, comentarios amenazadores, etc.) pero no se extrae ninguna conclusión de ahí.

A eso hay que sumarle la artificiosidad. Hay muchos diálogos artificiales en los que Clara le cuenta a otras personas cómo funcionan los canales familiares, así como monólogos internos en los que ella reflexiona su peligrosidad. Todas estas reflexiones son interesantes, pero el artificio se nota y dejas de creerte al personaje porque solo escuchas la voz de la autora. Entiendo que la autora decidió escribir una novela en lugar de un ensayo porque permite conectar más con el público general, pero no ha sabido equilibrar ambos formatos y la crítica se come todo lo demás. No se salvan ni los personajes, que quedan completamente desdibujados.

Sabemos muy poco de Clara, más allá de sus impresiones respecto al caso. Está bien esbozada, pero se queda en eso. Hija de unos padres analógicos y revolucionarios, ha tenido varias parejas, pero lleva varios años sola. No se siente feliz en su soledad, pero la ha aceptado y se vuelca en su trabajo. Todo esto nos lo cuentan, pero no nos lo muestran. Por ejemplo, nos dicen que es muy meticulosa con la expresión lingüística, pero en su forma de expresarse no se nota esa precisión léxica ni corrige a nadie en ningún momento. El personaje está bien caracterizado, pero es un fantasma cuyo único propósito es exponernos un tema.

Mélanie, en cambio, se explora con más profundidad. Con el objetivo expreso de comprender la mentalidad de una persona capaz de abrir un canal familiar, exploraremos la psicología de Mélanie, una mujer como cualquier otra, pero que tuvo la oportunidad de alcanzar la fama y no la desaprovechó. Nuestra sociedad moderna ha abandonado la esclavitud de la etiqueta para caer en manos de otro amo: el reconocimiento social. Si no te conocen, no eres nadie. Si no tienes validación externa, no vales nada. Lo que empuja a los creadores de este contenido es la promesa de la fama y el dinero, pero también la posibilidad de poder vivir una ficción en la que tu mundo es perfecto. En el caso de los espectadores, no solo sienten que conocen a esas personas como si fueran de su propia familia, sino que esos vídeos alimentan sus esperanzas de tener una vida de ensueño que en realidad no es más que una ficción. 

A diferencia de lo que viene siento la tónica general, la relación de Mélanie es positiva. Lleva muchos años casado con un hombre que la apoya y que incluso dejó atrás su prometedora carrera para embarcarse en el negocio audiovisual de Mélanie y se encarga de toda la parte técnica y de edición de los vídeos. Son un matrimonio que tiene sus más y sus menos, unidos más por su proyecto de vida que por verdadera pasión. Por desgracia, el padre aparece en muy contadas ocasiones, pese a que debería tener la misma importancia que Mélanie y no conocemos ni su perspectiva ni sus sentimientos, porque tiene pocos diálogos.

Por desgracia, lo mismo pasa con los hijos de Mélanie, Sammy y Kimmy, las víctimas sobre las que gira toda la novela. Ambos quedan muy desdibujados porque aparecen en muy pocas escenas y casi no intervienen. Me parece que su testimonio es clave para comprender cómo se sienten los niños que protagonizan estos canales, pero, al igual que en la vida real, en la novela no tienen ni voz ni voto. Me ha gustado que al final haya un salto temporal y veamos qué repercusiones ha tenido este modo de vida en su desarrollo, pero eso no es suficiente para que los comprendamos.

La resolución del caso es un poco decepcionante porque es bastante clemente, teniendo en cuenta todo lo que podría haber pasado, y porque la policía tiene una participación nula en el desenlace. Eso sí, la última parte, donde echamos un vistazo al futuro, me ha parecido que ofrecía un buen cierre.

Creo que no he vendido muy bien la novela y que os vais a sorprender ante mi puntuación. Como novela de misterio, la obra deja mucho que desear, porque la investigación es poco eficiente y no hay ni sospechosos ni pistas. Eso sí, el misterio resulta entretenido y hace que toda la información que aporta la novela sobre los canales familiares sea mucho más digerible. El problema es que se deja de lado la parte más emocional y personajes que deberían ser relevantes, como el padre o los niños, aparecen muy poco. Además, la crítica se come la obra, hasta el punto de que muchos diálogos o monólogos son exposición para el lector. Me ha gustado como ensayo introductorio porque sienta muy bien las bases de la crítica a la exposición de menores por Internet, así como hace un buen retrato de la psicología tanto de los padres como del público que consume estos contenidos. La novela está bien escrita, con un lenguaje asequible y sirve para advertir de los peligros de una práctica que es desconocida por muchos. Eso sí, me hubiera gustado mucha más profundidad, para que la crítica llegara a aquellos que consumen y producen estos vídeos, así como una perspectiva menos parcial, porque la autora solo destaca los aspectos más negativos de estos canales, sin dejar que seamos nosotros quienes los juzguemos.

Cosas que he aprendido:

  • Qué son los canales familiares, su popularidad y la poca protección legal que tienen los niños expuestos por sus padres en la red.
  • Comprender mejor qué impulsa a las personas a producir y consumir este contenido.
  • Los canales familiares son una evolución de los reality shows.

Aquí podéis ver mis avances en Goodreads:




PUNTUACIÓN...4/5!

Primeras Líneas...

viernes, 24 de mayo de 2024

Frases memorables: Matar un ruiseñor

 «Quería que vieses lo que es el auténtico coraje, en vez de hacerte la idea de que la valentía la encarna un hombre con un arma en la mano. Uno es valiente cuando, sabiendo que ha perdido ya antes de empezar, empieza a pesar de todo y sigue hasta el final pase lo que pase. Uno vence raras veces, pero alguna vez vence»

Me habían dicho que esta novela trataba sobre el racismo en EEUU y que se centraba en un juicio polémico. Para mi sorpresa, me encontré con una novela de crecimiento protagonizada por un par de jóvenes hermanos que empiezan a madurar y a convertirse en adultos. Por supuesto, el tema racial permea toda la novela, ambientada en un pueblo de Alabama en los años 30, ya que veremos la ideología de la época, los prejuicios, la jerarquía entre razas y el sistema de castas, pero el juicio no está en primer plano. Atticus Finch, el padre de ambos hermanos, es el abogado defensor en ese juicio, pero la obra no se centra en él, sino que queda relegado al papel de mentor y ejemplo. Aunque se suele considerar una lectura juvenil, creo que es adecuada para cualquier edad. La novela no fue lo que esperaba, pero me gustó mucho. Si os interesa leer la reseña, podéis encontrarla aquí.

La cita que os comparto hoy es una de las enseñanzas que transmite Atticus Finch a sus hijos. En la novela, el personaje se refiere a la valentía de defender en un juicio a un hombre, quien, solo por el color de su piel, ya ha sido declarado culpable por todo el pueblo. No solo puedes ser valiente si defiendes tus ideales, pese a tenerlo todo en contra, porque hay otras situaciones que también requieren valentía, pero hay que ser muy valiente para enfrentarse a un imposible, intentar algo pese a saber que tienes la batalla perdida desde el principio.

Creo que una tiene que ser fiel a sus principios y defenderlos a toda costa, por eso me gusta esta cita. Respeto mucho a las personas que, ante una infracción de sus derechos, pese a saber de antemano que nadie les hará caso, presentan una queja: aquellos que reclaman cada vez que el transporte público falla, los que se quejan de las traducciones y correcciones poco cuidadas en los libros, los que avisan de la toxicidad de libros que o no conoce nadie o todo el mundo tiene en un altar, los que denuncian el uso de las IA en las portadas y los bajos sueldos de los profesionales del sector editorial, etc.

Es una lucha entre David y Goliat que rara vez llega a alguna parte, pero si no defendemos aquello en  lo que creemos, ¿qué nos queda? Si nos resignamos, todo seguirá siempre igual. Los grandes cambios han surgido gracias a que algunas personas alzaron la voz. Lo más seguro es que sea un acto vano, que tu voz se pierda en el mar de opiniones que es Internet, pero puede que animes a otros a seguir tu ejemplo y que, entre todos, algún día logréis algo.

Por supuesto, la insistencia es un arma de doble filo. Si le cuestionas a otra persona su actitud constantemente, por mucho que ofrezcas argumentos o uses un tono amable, lo más probable es que esa persona se cierre en banda y no solo haga oídos sordos a tus comentarios, sino que empiece a cogerte tirria. En estos casos creo que es mejor intentar otro enfoque o estrategia, aceptar a la otra persona tal y como es o dejar de codearte con ella. 

Insistir desgasta mucho emocionalmente, por lo que, aunque debes defender tus ideales, creo que el límite está en cuando esa lucha afecta a tu salud mental y física. Por ejemplo, si llega un punto en el que ya no puedes disfrutar de ningún libro porque vas a la caza de errores ortográficos, es el momento de dejar de hacerlo.

Durante años, le he estado haciendo ver a una amiga que todas sus relaciones eran tóxicas y, aunque al romper me daba la razón, no aprendía. Me sentía muy culpable por no ser capaz de ayudarla, hasta que decidí rendirme y aceptarla tal y como es. Es su vida, si no quiere cambiar no le puedo hacer nada, pero me quedaré a su lado sabiendo que he hecho todo lo que estaba en mi mano. Con mi madre pasa algo similar. Siempre hemos tenido disputas porque trataba de hacerle ver que compra muchas cosas inútiles, que le importa demasiado la opinión de los demás o que el chantaje emocional no está bien. Esa lucha constante no solo me frustraba, sino que me afectaba emocionalmente. Al final decidí cesar en mi empeño, pero como me costaba convivir mordiéndome la lengua, me mudé y al reducir el tiempo que paso con ella, dejaron de surgir conflictos.

Y eso es todo por hoy. ¿Que tan valientes sois vosotros? ¿Por qué lucháis a sabiendas de que es un caso perdido? ¿Alguna vez os habéis cansado de insistir en algo que os afecta personalmente? ¿Qué hubierais hecho vosotros en mi situación? ¿Creéis que merece la pena intentar algo aunque sea un imposible?

martes, 21 de mayo de 2024

El cuaderno de Rutka, de Rutka Laskier

Nº de páginas: 150
Editorial: SUMA
Idioma: Castellano
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788483650400
Año de edición: 2008
Traductor: Joanna Bardzinska y José Miguel Pallarés

Sinopsis:
Bajo la ocupación alemana, una niña polaca se aferró a su diario y a la esperanza de que un día la guerra terminase. Hoy, sesenta años después, sólo los quedan sus palabras. Sencillas palabras sobre el descubrimiento del amor y el deseo, pero también palabras terribles de dolor y miedo ante la negra sombra que se estrecha sobre ella.

Opinión:

Me gusta mucho leer acerca de la Segunda Guerra Mundial, pero de un tiempo a esta parte me he cansado de las obras que recrean la época, porque tienden a retratar más lo extraordinario que lo cotidiano. Es por eso que he pasado a interesarme por los relatos reales, narrados por sus protagonistas o basados en sus testimonios. 

No todo el mundo puede ser escritor, y eso lo demuestran muy bien estas obras: que hayas experimentado algo no significa que seas capaz de expresarlo. Esa es la principal traba de estas obras: son textos sinceros, pero de poca calidad literaria. Es lo que sentí al leer Diario, de Ana Frank, o Diari de Praga (1941-1942), de Petr Ginz, porque retratan a la perfección cómo la guerra puede convertirse en parte del día a día, pero son textos a los que les falta revisión y madurez. 

Tenía la esperanza de que el caso de Rutka fuera distinto, pero no ha sido así. Al igual que en los casos ya mencionados, este libro recoge el diario de Rutka, una muchacha judía de 14 años que vivió en el gueto de Bedzin. Escribió de forma esporádica durante los primeros meses de 1943 y antes de ser deportada, lo ocultó en la escalera de su casa. Una amiga recuperó el diario y lo guardó durante más de 60, hasta que finalmente decidió darlo a conocer.

La editorial ha hecho lo que ha podido con el material que tenía. El cuaderno de Rutka original no era muy largo: en formato bolsillo y con la letra grande, el texto no ocupa más de 60 páginas. Para hacer bulto, incluso se han añadido algunos textos de Rutka completamente desconectados de la cronología que establece ella y de origen incierto. Son solo un par de páginas, pero resultan confusas y no sentí que aportaran nada. 

Como el texto original no tenía la extensión suficiente como para justificar un libro, la editorial decidió complementarlo con fotografías de la familia de Rutka y varios textos adicionales: una introducción del editor, un análisis del texto de Juan María Alponte, otro de Arnoldo Kraus, un ensayo historiográfico del papel de los judíos en la historia polaca, de Marek Halter, y el relato de Zahava Laskier, hermanastra de Rutka, que nos cuenta qué fue del padre de Rutka. Todo esto encuadernado en una edición tapa dura muy cuidada y con papel de calidad.

En general, todo este material adicional es superfluo. Tanto la introducción del editor, que es muy corta, como las fotografías (se agradecen, porque permiten que pongamos rostro a los nombres que se mencionan), como el texto de Zahava sí que me parece que enriquecen la obra, porque aportan contexto y perspectiva, pero los dos análisis literarios son repetitivos y ensalzan como si fuera una obra de arte algo que no es más que el diario de una adolescente. En cuanto al texto de Marek Halter, ofrece un vistazo general al papel de los judíos en Polonia, pero está completamente desligado de la historia de Rutka y es muy monótono.

La mejor parte es, sin lugar a dudas, el cuaderno de Rutka como tal. Algo que siempre me sorprende de estos relatos es que son diarios que podría escribir un adolescente de nuestra época. Rutka no se preocupa por construir textos coherentes, cuidar la prosa ni la sintaxis. No le preocupa ser redundante o no ofrecer contexto. El diario es un espacio personal (aunque en varios momentos menciona la posibilidad de darlo a conocer después de la guerra, por lo que considero que no es fisgar en su intimidad) donde habla de sus preocupaciones, que son las propias de una chica de su edad: los lazos con sus amistades, el descontento que siente hacia sus padres, el descubrimiento del amor romántico y su interés cambiante por los chicos. Parece que nos separa un abismo, pero no somos tan distintos a nuestros antepasados.

No busquéis reflexiones profundas ni un relato desgarrador, porque Rutka se limita a contarnos cuáles son sus planes con sus amigos y cómo van cambiando los vínculos entre ellos, sin referirse a la situación sociopolítica. Todo esto se enmarca en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, mientras Rutka permanecía encerrada en el gueto, pero nos habla muy poco de actos de guerra y cuando lo hace, lo menciona con absoluta indiferencia. Uno de los momentos más impactantes (¡SPOILER de un libro que no creo que leáis!) es cuando menciona que vio cómo un soldado mataba a un bebé golpeándolo contra una pared y un par de líneas después nos habla del chico que le hace tilín pero no. Puede que estos testimonios no tengan valor literario, pero muestran cómo el ser humano es capaz de insensibilizarse ante la violencia y mostrarse indiferente al horror. A todo se acostumbra uno si quiere seguir viviendo sin perder la cabeza. 

La estructura narrativa es caótica. Sigue un hilo cronológico, pese a que no escribe con asiduidad, pero no nos relata su día a día de forma ordenada y clara, sino solo aquello que le resulta más relevante de la relación con sus amigos. No nos habla de su trabajo, ni de sus padres, ni de sus sentimientos respecto a la guerra, cosa que me hubiera parecido enriquecedora. Nos habla mucho del aburrimiento que siente, algo lógico, pero que las novelas de ficción (dónde todos son nervios y ansiedad) suelen obviar con frecuencia. En la guerra, hay situaciones tensas que se alargan durante meses, pero el cuerpo no puede permanecer alerta durante tanto tiempo, así que el aburrimiento ante la espera es inevitable.

La mayor parte del tiempo, Rutka nos habla de sus amigos y amores, pero como no nos ofrece contexto, no son más que nombres. Esto habitual en los diarios, puesto que en un principio la intención es dialogar con uno mismo, no con otros. Es por eso que el lenguaje no está tampoco muy cuidado y hay problemas sintácticos, un exceso de coordinadas y subordinadas y algunas repeticiones

No sé polonés, por lo que aunque se incluyen escaneadas algunas páginas del texto original, no soy capaz de discernir la fidelidad de la traducción. Eso sí, me ha parecido muy sincero que en las notas al pie se nos avisara si alguna palabra era indescifrable. Estas notas al pie, aunque escasas, no se limitan a comentarios lingüísticos, sino que también nos informan sobre el contexto o las personas mencionadas si esta información ha llegado hasta nuestros días.

Me parece muy difícil valorar y puntuar un libro como este porque no es para todo el mundo. No veo que tenga el más mínimo interés para una persona de a pie, pero sí lo tiene para alguien que, como yo, busca testimonios reales de la Segunda Guerra Mundial. La edición está cuidada, pero los textos complementarios sobran y no son especialmente interesantes. La parte más interesante es el texto original de Rutka, pero es de corta extensión. Sus palabras permiten asomarnos a la vida de una adolescente de los años cuarenta que vivió en el gueto de Bedzin, y nos daremos cuenta de que en la guerra no todo es drama y horror, sino que también hay paréntesis de incertidumbre donde te embarga el aburrimiento. Rutka no nos habla de la guerra, que es su pan de cada día, sino de sus preocupaciones inmediatas, sus amigos y amores, como lo haría cualquier adolescente. Puede que el libro no me haya gustado mucho porque tiene poca chicha y refleja el diario de una adolescente como cualquier otro, pero creo que estos testimonios son necesarios para mostrarnos la parte más mundana de la guerra, la capacidad del ser humano para insensibilizarse para seguir viviendo y cómo los jóvenes se comportan como jóvenes sin importar la época. 

Cosas que he aprendido:

  • Los jóvenes no dejan de ser jóvenes sin importar la época o el contexto.

Y para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

PUNTUACIÓN...1'5/5!

Primeras Líneas...

sábado, 18 de mayo de 2024

Libros abandonados 2024 (enero-abril)

¡Hola a todos!

El año pasado decidí iniciar esta sección cuatrimestral en la que os hablo brevemente de los libros que he dejado a medias y por qué no he seguido leyendo. Que no haya terminado un libro, no implica que no pueda compartir mi opinión sobre él. Es cierto que no puedo hacer una reseña en condiciones, claro, pero considero que es útil hablar de los motivos por los que una abandona una obra. Gracias a mis palabras, quizás alguien que se ha forzado a terminar el libro se sienta identificado o puede que mis advertencias sirvan para que un lector con unos gustos similares a los míos lo descarte.

La lista de libros abandonados es larga (nada más y nada menos que siete en cuatro meses), porque en esta ocasión he tanteado lecturas que no me inspiraban confianza. A veces, una lee una reseña tan positiva que se apunta el libro sin pensar; otras, la obra genera tanto hype que parece que el entorno te obliga a leerla. Pese a mis recelos, realmente tenía la esperanza de que estos libros me gustaran. No ha sido así y me consuela pensar que, como mínimo, no los he comprado.

No soy muy aficionada a los audiolibros, pero van bien para cuando haces tareas mecánicas que no requieren demasiada atención. No quería escuchar un libro que me encandilara, porque en esos casos prefiero tenerlo en físico, ponerle post-its y concentrarme. Por eso, decidí escuchar libros que dudaba de si comprar o no. No todas las experiencias han sido negativas (escuché un par de páginas de Los girasoles ciegos y me gustó tanto que decidí retomarlo en un futuro en papel), pero sí la mayoría de ellas.

Cita con la muerte, de Agatha Christie

De esta autora, me gustaron mucho Asesinato en el Orient ExpressDiez negritos y Muerte en el Nilo, pero las siguientes novelas que leí (El asesinato de Roger Ackyord y Cartas sobre la mesa) me parecieron mediocres. Quise darle una nueva oportunidad a su obra y me decanté por este porque estaba disponible en la eBiblio. Cuando le comenté a G que lo había empezado, me mostró que lo tenía entre sus estanterías, bastante a la vista. En todo caso, después de exponerle por qué lo dejé, también decidió descartarlo.

La mayoría de novelas de Agatha Christie siguen un mismo guion, pero también innova en cada obra, aunque sea mínimamente. O al menos eso es con lo que me he encontrado. En esta novela sabemos desde el principio que la señora Boyton va a morir (tiene todas las papeletas) y todos los miembros de su familia (que viven amargados por su tiránico control) son sospechosos de asesinarla de en cualquier momento. En lugar de una novela de misterio, me encontré con un extenso estudio de personajes. Leí unas 80 páginas muy aburridas en que nos retrataba con mucha profundidad a todos los miembros de la familia y cómo estaban sometidos a la señora Boyton. Este análisis lo llevaban a cabo dos secundarios que importan mínimamente y Poirot solo había aparecido de refilón.

No digo que no pueda estar bien y comprendo que a los fans de la autora les pueda gustar, pero no era para mí. El ritmo es muy lento y los personajes no tienen interés. Como sé que esta autora suele hacer finales muy inesperados, decidí destriparme el final: quizás solo por eso merecía la pena. Y sí, la identidad del asesino sorprende, pero al mismo tiempo me pareció que convertía el estudio familiar en algo vano y superfluo.

Cuando era divertido, de Eloy Moreno

Al igual que con Agatha Christie, mi entusiasmo con este autor está en caída libre. Me gustaron mucho Lo que encontré bajo el sofá y El regalo, pero Invisible (que leí por la admiración que había despertado), en cambio, me pareció que estaba simplemente bien. El argumento o el tono (algunas son juveniles) de sus más recientes publicaciones no me llamaban demasiado la atención, pero decidí darle una oportunidad para ver qué me estaba perdiendo. Creía que Invisible me había decepcionado porque estaba enfocado a un público más juvenil, así que esperaba que esta, de corte más adulto, iba a reconciliarme con el autor.

Por desgracia, me he encontrado con una versión edulcorada de los libros que tanto me habían gustado. Quizás me equivoque, porque hace mucho que los leí (algún día haré relectura), pero lo que me ha echado hacia atrás de este libro es su artificiosidad. Mientras que las otras obras parecían un diálogo directo con el lector (dónde el autor te abría los ojos a cuestiones sociales que le preocupaban), aquí lo he sentido más como un monólogo en el que el autor fuerza la simpatía del lector al hacer críticas poco controvertidas. 

La prosa del autor siempre ha tendido a la poeticidad, pero aquí lo lleva al extremo de la redundancia y abundan las palabras vacías. Por otra parte, abusa de las oraciones cortas para transmitir fuerza artificialmente. Así hace que todo sea intenso, incluso situaciones que no lo son (en un momento el personaje pierde el móvil, que encuentra poco después en la cocina, y casi le da un ataque de pánico). A eso hay que sumarle que el autor pretende hacer un experimento literario y evita por todos los medios clasificar a sus personajes en un género u otro, esquivando pronombres y usando circunloquios. Eso, en lugar de hacerme empatizar más con los personajes, consiguió todo lo contrario. Puedes hacer algo así un relato corto, pero no en un libro y menos en castellano, una lengua en la que hay marcas de género por todas partes. Eso hizo que la narración me pareciera artificial y forzada, como si el autor hiciera malabares.

No sé cuánto leí, quizás unas treinta páginas, pero lo que me contaba no me estaba interesando. Y eso que tenía muchas expectativas: la novela empieza con afirmaciones como "esta no es una historia para todo el mundo" y la mayoría de reseñas dicen que les ha calado hondo y les ha roto el corazón. La obra nos pone en la piel de una pareja sin chispa, cuya relación se ha desgastado con el paso del tiempo, en contraste con la pasión que sentían al principio. Es algo que suele ocurrir, pero el personaje lo siente todo con tanta intensidad que parece el drama del siglo. Quizás esté equivocada y haya algo muy profundo e intenso detrás de eso, pero no me merecía la pena seguir leyendo.

Las noches de la peste, de Orhan Pamuk

A veces, no saber nada del autor puede jugarte una mala pasada. Por eso me creí a pies juntillas la introducción de la autora, una historiadora que cuenta que el germen de la novela es el prólogo a una edición anotada de unas cartas de la época. En mi ignorancia, no sabía ni que el autor era un hombre.

Tampoco sabía nada de la historia porque es de esos libros que, ya sabéis, apuntamos por algún motivo a nuestra lista de pendientes y luego no recordamos por qué. Así que yo iba mentalizada para escuchar un drama sobre la peste negra en la Europa del siglo XV y me encuentro con una obra sobre la peste bubónica en Turquía a principios del siglo XX.

Pero ese no fue el motivo por el que abandoné esta lectura. No he leído mucho sobre la cultura turca y el tema central seguía siendo la peste (que era lo que a mí me interesaba), así que una vez mentalizada, retomé la lectura. Me resultó casi imposible sumergirme en la historia. Era incapaz de imaginarme que todo sucedía en el siglo XX debido a las costumbres tan medievalistas de la sociedad y a la ausencia de tecnología, y no entendía nada relacionado con el plano político. Por lo que he leído, es una novela que incide mucho en las figuras históricas, los aspectos sociopolíticos y el retrato de época, en lugar de hilar una trama, tener unos protagonistas claros y tratar las consecuencias psicológicas de la peste. Me pareció terriblemente soporífera.

A eso hay que sumarle que la narración me resultaba cargante porque constantemente se hablaba de los personajes por su nombre y apellidos. Soy lectora de fantasía y estoy acostumbrada a los nombres exóticos, pero lo habitual suele ser utilizar abreviaturas y pronombres. En general, estoy bastante de acuerdo con esta opinión que he visto en Goodreads de alguien que terminó de leer el libro.

Patria, de Fernando Aramburu

No solo tengo un amigo al que le ha encantado, sino que cuando se publicó, este libro causó sensación. El tema de ETA me interesa, pero la trama no me llamaba especialmente la atención. Decidí darle una oportunidad y, efectivamente, no ha sido para mí.

Está bien escrito y la confrontación que se presenta es interesante (el reencuentro de dos amigas que dejaron de serlo cuando el hijo de una, que pertenecía a ETA, mató al marido de la otra), pero me aburrí. El problema para mí fue que, más allá de estos personajes y algunos secundarios, la trama parecía nula. Ambas familias están muy bien caracterizadas, pero a mí me aburre una novela tan centrada en los personajes y con tantas páginas. Eso sí, sobre este tema me gusto mucho la película Maixabel.

Una corte de rosas y espinas, de Sarah J. Maas

Junto a Jennifer Armentrout, esta autora ha relevado a Cassandra Clare en popularidad y ha consolidado el género del romantasy. Leí Trono de cristal  hace tiempo, cuando la autora a penas era conocida y me gustó mucho. Quise retomar la saga el año pasado y releerlo, pero lo abandoné, porque el tono me pareció demasiado juvenil. Tengo entendido que sus novelas actuales inciden mucho en el erotismo, por lo que preferí darle una segunda oportunidad con esta saga, más casta (o al menos los primeros libros). Además, el mundo de las hadas me parece poco explorado en fantasía y hacía tiempo que no leía sobre el tema.

La decepción ha sido mayúscula. Mi interés por la historia era mínimo porque el argumento prometía ser predecible y los tópicos me hacían bostezar (la chica pobre que de pronto se ve rodeada de riquezas, la chica guerrera que tiene que aprender a comportarse como una dama, dos personajes de razas enfrentadas que se dan cuenta de que su odio se basa en prejuicios...). Comparto bastante esta opinión

Por otra parte, la protagonista no me caía bien porque sus dos únicas líneas de pensamiento eran su odio por los fae y la preocupación por su familia. Lo primero no tiene fundamento y lo segundo es egocentrismo. Más allá de la educación recibida, la protagonista no tiene ningún motivo para odiar a los fae, especialmente porque estos no hacen más que demostrar bondad, pese a que ella ha matado a un amigo suyo y no se arrepiente de ello en ningún momento. El recelo inicial es lógico, pero su odio se sustenta en el vacío. En cuanto a su familia, son unos parásitos que la desprecian, pese a que subsisten gracias a ella. Entiendo el apego que les tiene la protagonista y más porque prometió a su madre cuidarles (supongo que se explicará por qué haces prometer eso a la hija menor), pero son unos malcriados. No he dudado ni por un momento que tras la marcha de la protagonista recapacitarían y empezarían a sacarse las castañas del fuego; la protagonista cree que se quedarán mirando una pared y morirán de hambre. 

Cuéntamelo otra vez. Compendio de cuentos recontados, de VVAA

Me gusta mucho Ferran Varela, pero G es incluso más fan que yo. Tanto, que compró este libro de segunda mano solo porque en él aparecía un relato del autor. Lo gracioso es que unos días después de recibir el libro, Varela se ofreció desinteresadamente a pasarle la audiograbación del relato.

El caso es que a mí me gustan los retellings y G me convenció para que leyera yo primero la antología. Leí con atención los dos primeros relatos, los siguientes los hojeé, disfruté con el de Varela y finalmente decidí abandonar el libro sin ni siquiera darle un vistazo a los relatos que faltaban. Puede que entre los que no he leído hubiera alguno muy bueno, porque todos son de autores distintos, pero no creo que me merezca el esfuerzo.

En general, los relatos que leí me parecieron mediocres. Ni aportaban nada ni ofrecían una perspectiva completamente nueva del cuento. Estaban bien escritos, sin ser nada espectacular, pero la mayoría eran demasiado ambiciosos y la extensión no les daba para todo lo que querían contar, así que eran muy superficiales.

Por supuesto, el de Varela es el mejor de todos, pese a no estar entre lo mejor que ha escrito. Es una historia oscura y macabra sobre El flautista de Hamelín donde reflexiona sobre la actitud voluble e indiferente de Dios ante la humanidad. La prosa está muy cuidada, pese a que no hay ninguna cita para enmarcar, y el tono grotesco está muy bien captado, aunque en algunos momentos me parece excesivo. 

Y después..., de Guillaume Musso

He leído varias obras de este autor (¿Qué sería yo sin ti?, Central Park, ¿Estarás ahí? y La mujer de papel) y aunque algunas me han gustado más que otras, todas me han cautivado. Por eso, a lo largo de estos años he ido adquiriendo de segunda mano todos sus libros, tanto aquellos que había leído como los que no, con la intención de ir leyéndolos poco a poco.

Este libro plantea un interesante debate moral (qué harías si supieras cuando morirá otra persona), pero no me ha parecido que se tratara con suficiente profundidad. En lugar de tener una novela intimista sobre el tema, la mayor parte de la novela se centra en tratar de convencer al protagonista que hay un personaje capaz de predecir la muerte de los demás. Leí el primer ejemplo y me pareció más que suficiente, pero el segundo se alarga páginas y páginas en las que seguimos el día a día de una mujer que va a morir. Esta mujer y su vida me parecieron completamente irrelevantes y no sé por qué se le dedica tanto espacio. No había reflexiones sobre el tema propuesto, solo incredulidad por parte del protagonista. Además, el resto de la trama trataba la relación en el pasado con su exmujer de forma muy artificial. Me gustó el drama con el hijo, pero no parecía que tampoco fuera a explorarlo.

Debido a mis expectativas con el autor y esta positiva reseña de Omaira, me esforcé por leer más de lo que me apetecía. No quería abandonarlo, pero al final lo hice porque sentí que la novela no me aportaba nada.

Y bueno, hasta aquí el resumen de las novelas que he abandonado y las razones que me han llevado a ello. Como veis, no es que sean malos libros, sino que no son para mí. ¿Habéis leído alguna de ellos? ¿Qué tenéis que decir a mis quejas? ¿Cuál fue el último libro que abandonasteis? 

martes, 14 de mayo de 2024

Saga Baccano!, Libro I: The rolling bootlegs, de Ryohgo Narita

Editorial: Yen On
Tapa dura
Fecha de publicación: ‎ 24 Mayo 2016
Idioma: ‎ Inglés
Serie: Baccano!
Ilustrador: Katsumi Enami
Año de publicación orginal: 2002
Traductor:  Taylor Engel
Autor: Ryohgo Narita
ISBN: 9780316270366
Número de páginas: ‎217 

Sinopsis:
AMERICA. NEW YORK. 1930
A bright young bookkeeper named Firo Prochainezo earns his place in an ancient organization. The flamboyant thieves Isaac Dian and Miria Harvent arrive in Grand Central Station with even grander plans, The Gandor mafioso brothers find themselves confronted with a problem. And small-time thug Dallas Genoard makes a very big mistake
When the elixir of immortality hits Prohibition-era New York City, not even an undying amoral mastermind can control the chaos that follows, Turns out fortune favors the flat-out crazy!

Opinión:
Impresión: Entretenido

Cada año me propongo, para practicar, leer como mínimo un libro en inglés. Al principio siempre me cuesta porque, Google traductor en mano (el diccionario es un caso perdido: hay demasiadas acepciones), busco todas las palabras que me resultan ajenas (excepto las que se entienden por contexto). Una vez superada la curva inicial y haberme adaptado a la jerga propia de la obra, voy cogiendo ritmo hasta alcanzar una velocidad aceptable; aun así, tardo mucho más que en castellano y me canso más pronto. Me alegro de tener nivel suficiente de inglés como para leer una novela en esa lengua (aunque sea lentamente), pero también me alegro de no dominarla hasta el punto de leer con fluidez: si los pendientes traducidos al castellano alcanzan ya una cifra inasumible para una sola vida, ¿os podéis imaginar la cantidad de libros que tendría pendientes por leer si le añadiera los que me interesan y solo están en inglés?

G es la razón por la que he decidido leer este libro y no otro. Él es muy fan de Baccano! y el año pasado terminó de comprar todos los libros de la saga. Este año ha decidido hacer relectura, empezando por el primero, y me ha convencido para acompañarle en esta aventura. 

Baccano! es una saga de 22 novelas ligeras, así que la voy a ir leyendo sin prisas. Para aquellos que no estéis familiarizados con el término, las novelas ligeras son libros dirigidos a un público juvenil que se caracteriza por incluir entre sus páginas algunas ilustraciones, así como por no superar las 200 páginas (o las 50.000 palabras).

Esta primera novela no me ha entusiasmado porque no considero que sea su público objetivo (me ha recordado mucho a los libros de Lemony Snicket), pero G me ha prometido que la cosa se enreda. Es un libro de aventuras entretenido, pero muy introductorio (y G me ha avanzado que la mayoría de estos personajes no volverán a salir).

La novela está ambientada en los bajos fondos de Nueva York durante la época de la Ley Seca, poco después del crac del 29 (la época de la Gran Depresión). Conoceremos a dos bandas de la camorra (que no es lo mismo que la mafia) y un poco sus costumbres y su relación con el mundo. La ambientación es superficial, pero está bien lograda. Nos moveremos en la clandestinidad de los bares ilegales y entre la criminalidad de una población desesperada por la pobreza. Me ha gustado conocer cómo funciona la camorra, pero la visión que nos ofrece la novela es muy idealizada porque más allá de algún otro acto más violento (normalmente contra traidores al grupo) son bastante buena gente. Entiendo que una novela dirigida a jóvenes no quiera mostrar la parte más cruenta de la camorra, pero tampoco debería centrarse solo en el atractivo de estos grupos. 

Por contra de lo que pudiera parecer, no estamos ante una obra de corte realista, sino que los rivales de los protagonistas serán otro grupo que ambiciona el elixir de la inmortalidad, liderados por Szilard, un inmortal. Debido a una serie de casualidades, este elixir irá pasando de una mano a otra de forma caótica. La trama se mueve mucho por casualidades, pero la obra es consciente de ello y consigue que en la mayoría de ocasiones sean causalidades, es decir, que los personajes, por como son, no podrían actuar de otro modo, como si fuera el destino quien maneja sus hilos. A pesar de ello, algunas me han parecido excesivas.

En cuanto al tema de la inmortalidad, está bien llevado, pero es muy superficial. Hay un personaje que investiga el fenómeno de forma científica, pero no hace muchos avances. Se mencionan muchos temas relacionados con la inmortalidad (el sufrimiento de ver morir a los tuyos, el cansancio de la existencia, el exceso de recuerdos...), pero no se trata ninguno. Está bien que haya una forma de morir y que eso tenga consecuencias en los personajes, pero más allá de eso, todo queda muy en el aire. Espero que se profundice más en la cuestión en los siguientes libros. 

Temía que la narración fuera caótica, pero solo me he perdido al principio, porque en las primeras páginas te presentan a los personajes mediante ilustraciones a doble página y el diálogo de una escena superpuesto. Me sentí muy confundida porque no sabía quién era quién ni qué estaba pasando. Luego, hay un capítulo ambientado en 2004 sobre un chico japonés que viaja a Nueva York y se encuentra a un camorrista inmortal que le cuenta su historia. Esto se retoma al final y sirve para mostrar qué ha pasado con los personajes principales décadas después. La presentación inicial es completamente innecesaria porque más adelante, en la narración, te vuelven a presentar estos mismos personajes. La historia del japonés no pinta nada. Entiendo que está hecho para que los jóvenes japoneses se sientan más identificados con un contexto que les pilla lejos (es como si para explicarnos la yakuza, un occidental viajara a Japón), pero no sentí que aportara nada. Si a eso le sumamos muchas escenas de presentación de personajes o protagonizadas por personajes terciarios, la novela resulta muy introductoria. Hay un nudo y un desenlace, pero se sienten poco satisfactorios, como si todo no fuera más que un preludio a algo mayor (aunque G me ha dicho que la siguiente novela no tiene nada que ver).

Como venía diciendo, el elenco de personajes es muy amplio, pero todos están bien caracterizados, con una personalidad muy marcada, y no te pierdes. Además, la variedad te permite tener una visión más general de la ciudad. A cambio, ninguno tiene profundidad y son todos muy planos. No hay realmente un protagonista (aunque si tuviera que inclinarme por alguien, ese sería Firo) porque el narrador en tercera persona salta de un punto de vista a otro, así que llegas a cogerles cariño a todos. Los más memorables son el dúo dinámico de ladrones formado por Isaac y Miria, una pareja (?) de hermanos (?), muy extravagante y con una mentalidad muy infantil, pese a que se encuentran en la veintena. La novela tiene características muy occidentales y si no fuera por este par, podría parecer escrita por un autor europeo o americano. Isaac y Miria son unos personajes histriónicos, exagerados y poco realistas, al igual que algunos personajes de anime. Podrían parecer repelentes y causar rechazo, pero su ingenuidad contrasta con la seriedad del resto y eso hace que resulten graciosos.

La narración no es de lo mejorcito. Para empezar, faltan descripciones y por eso algunas escenas, especialmente las de acción, resultan confusas. Además, el narrador tiene tendencia a resaltar lo obvio y aunque los personajes, con sus palabras, demuestren su estado de ánimo, el narrador nos lo indica. O si un personaje nos explica algo (o va a hacerlo) el narrador procede a informarnos de ello. No te deja pensar y cada vez que Issac y Miria hacen una tontería, nos lo dice. Entiendo que es una forma de que los más jóvenes no se pierdan en la lectura, pero parece que no confía en su capacidad para transmitir la información mediante los diálogos. Eso sí, la traducción tiene parte de la culpa de mis dificultades de comprensión porque le falta mucho pulido y en algunos casos no quedaban claros los referentes.

Algunos comentarios del narrador son innecesarios

Le tenía algo de miedo a esta lectura, porque G me había advertido que los personajes utilizaban un inglés muy coloquial, pero una vez me familiaricé con la jerga de los bajos fondos, no tuve muchas dificultades. Sí que es verdad que se usan coloquialismos y reducciones de palabras, pero es cuestión de acostumbrarse. Si estás empezando a leer en inglés, me parece que los libros de Lemony Snicket son más asequibles que estos, pero si ya tienes cierta fluidez y quieres aumentar un poco la dificultad, esta es una buena opción.

Por último, quería hacer alusión a la edición. Como ya he comentado antes, el libro contiene varias ilustraciones en blanco y negro que están intercaladas a lo largo de la historia y varias ilustraciones a color al principio de la novela. Personalmente, no me han gustado mucho porque el diseño de los personajes es muy propio del manga y no me he imaginado así a los personajes en ningún momento. Además, las páginas en color también contienen texto superpuesto que es muy difícil de leer por el contraste de color y porque las letras están muy cerca del borde interior, así que tienes que abrir el libro una barbaridad para poder leerlas. 

En conclusión, aunque esperaba mucho más de esta historia, no ha estado mal. Es un libro juvenil de aventuras y fantasía ambientado en los bajos fondos de la Nueva York de la Gran Depresión. La novela es entretenida y presenta de forma general la época convulsa, el funcionamiento de la camorra y algunas reflexiones sobre la inmortalidad. Peca de superficial e idealista, porque no profundiza en nada y destaca los aspectos positivos de estos grupos criminales, pero es lógico teniendo en cuenta el público al que va dirigido. Los personajes son muy numerosos y variados, están bien caracterizados, pero son bastante planos. En cuanto a la narración, tiene coloquialismos y reducciones de palabras, pero no es una lectura exigente. Eso sí, el narrador un poco pesado porque repite información evidente en los diálogos y hay algunos problemas con las descripciones. En cuanto a la edición, es cuidada e incluye ilustraciones. La novela me ha parecido muy introductoria, pero seguiré leyendo el resto de libros para ver cómo evoluciona.  

Cosas que he aprendido:

  • La mafia y la camorra no son lo mismo.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

PUNTUACIÓN...3/5!

Primeras Líneas...