sábado, 18 de enero de 2020

Matar un ruiseñor, de Harper Lee

Título: Matar un ruiseñor
Título original: To kill a mockingbird
Autor: Harper Lee
Traductor: Baldomero Porta
Lugar de publicación: Barcelona
Editorial Círculo de Lectores
Fecha de publicación: 2006
Formato: Tapa dura
Año original: 1960
Páginas: 435 
ISBN: 84-672-2176-3

Sinopsis:
Jean Louise Finch evoca una época de su infancia en Alabama, cuando su padre, Atticus, decidió defender ante los tribunales a un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca. Novela de iniciación, Matar a un ruiseñor muestra una comunidad, la del sur de Estados Unidos durante la década de 1930, dominada por los prejuicios raciales, la desconfianza hacia lo diferente y la rigidez de los vínculos familiares y vecinales, así como por un sistema judicial sin apenas garantías para la población de color.

Por qué este título
"Los ruiseñores no se dedican a otra cosa que a cantar para alegrarnos. No devoran los frutos de los huertos, no anidan en los arcones del maíz, no hacen nada más que derramar el corazón, cantando para nuestro deleite. Por eso es pecado matar un ruiseñor".

Opinión:

Lo cierto es que no esperaba que me gustara tanto. Ya sabéis que yo y los clásicos tenemos nuestros más y nuestros menos, y que según qué libros juveniles me suelen parecer demasiado juveniles (véase Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo, el cuál he abandonado recientemente) o me saben a poco. Pero este no ha sido el caso.
Este es un magnífico ejemplo de libro que se puede leer a cualquier edad, pues cada vez que lo cojas obtendrás una lectura distinta. Sin duda, es un libro juvenil: los protagonistas son niños que nos narran sus aventuras y desventuras de verano, con sus vecinos, en clase, con su primo,... Unas aventuras de lo más realistas, para que negarlo, que a más de uno, sobre todo si sois de pueblo, os recordará a vuestra infancia. Además, está escrito con un lenguaje sencillo, está lleno de acción y tiene mucho ritmo y es ágil. Un libro muy entretenido para los más jóvenes.

Pero la gracia está en que no es solo eso, en que da pie a una segunda lectura. Si nos centramos exclusivamente en la trama (ya sabéis que yo soy muy de tramas) el libro no es gran cosa, pues  aunque sea entretenido, la trama no es trepidante ni te mantiene en la intriga, ni tampoco hay giros inesperados. Pero eso ha sido lo de menos, pues tanto la ambientación, como los mensajes, como las reflexiones y la profundidad de los personajes, lo merece.

Empezaré hablando de la ambientación. Estamos en Alabama, a mediados de los años 30, en el ficticio pueblo de Maycomb. Me gusta cómo la autora perfila el pueblo y sus gentes, usando las aventuras de los protagonistas como excusa para enseñarnos no sólo el lugar, sino también cómo son sus moradores, sus creencias y valores. No se hacen descripciones directas, sino que a los personajes, incluso los secundarios, se los retrata por sus acciones y palabras, no por el narrador. Y eso es fantástico. La autora consigue que todo el mundo importe, que todos estén caracterizados y hacer del pueblo un ente vivo y bien dibujado.

Poco a poco vamos viendo cómo es la sociedad de la época, los prejuicios, las relaciones raciales que se establecen y el sistema de castas que sigue tan vigente, y todo casi sin que te des cuenta. Me gusta la crítica social que se hace, la contraposición entre el mundo que es y el mundo que debería ser, visto desde la perspectiva de una niña.

Y es que no hay acierto mayor que la narradora. Scout, ahora una mujer adulta, reflexiona sobre su infancia, y eso hace que se juegue con la ambigüedad de voces: la de una niña ingenua y la de una mujer madura. Así, vemos el pueblo de Maycomb desde la perspectiva de la inocencia infantil, pero al mismo tiempo permite que haya reflexiones profundas.

A eso hay que sumarle que Scout, como personaje, me encanta. Estoy leyendo Juego de tronos, y las comparaciones con Arya son inevitables. Me sorprendió mucho encontrarme un personaje femenino fuerte e independiente en un libro publicado en los años 60. Me gusta Scout. Cómo ve el mundo, su interés por la lectura y por aprender, por querer conocer el mundo, por demostrar que no es inferior a su hermano. Cómo se rebela contra la sociedad que la envuelve sin dejar de parecer una chica de su edad y su época. Se pelea a puñetazos con otros chicos de su clase por insultar a su padre, pero al mismo tiempo es capaz de sentarse a tomar el té como una señorita porque debe obedecer a su tía. Además, no me parece que en ningún momento deje de parecer una niña. Es curioso cómo a veces los adultos hablan de cosas serias que no entiende, su lenguaje me parece adecuado para alguien de su educación y sus reacciones y rabietas son adecuadas a su edad. 

Lo mismo decir de su hermano, Jem, un chico que al principio parece de la misma edad de Scout, pero que percibimos cómo madura poco a poco. Destacar lo bien trabajada que está la relación entre hermanos, la cual se me hizo no solo nostálgica, sinó muy realista, con sus altos y bajos.

Hay algo que está muy bien en los personajes de Matar a un ruiseñor y es su evolución lenta. El lector va creciendo junto a los personajes. En una novela, normalmente, cuando hablamos de evolución de personajes nos referimos a cambios muy significativos. El príncipe que pasa de ser un tirano a un defensor de los débiles. La chica tímida que se vuelve valiente. El chico antisocial que descubre el poder de la amistad. Aquí no es así. 

No sabría deciros exactamente en qué momento cambian Scout y Jem, cuando es que dejan de ser los niños inocentes que solo buscan divertirse del principio. Y es porque no hay un momento exacto en el que eso pase, sino que es la suma de experiencias. Y el cambio tampoco es más brusco. Simplemente al final son diferentes. Más maduros, más fuertes, más conscientes de su entorno. Y eso está bien, la gente real cambia poco a poco, con el paso de los años, y nunca radicalmente.  

Un último personaje que destacar es Atticus. ¿Padre soltero que debe llevar las riendas del hogar y la educación de los hijos? Algo que tampoco esperaba de un libro de esta época. Oh, por favor, y que alguien le dé la medalla a Padre del año. Qué digo de "padre del año", merece como mínimo la llave de la ciudad, que sea considerado hijo predilecto y una calle en su honor. Atticus es un hombre bueno. Me gusta la forma que tiene de educar a sus hijos, su inteligencia, su fe en sus valores y en la justícia, en luchar contra un imposible. Si tuviera que ponerle una pega, sería que, al igual que me pasa con Jem, me hubiera gustado conocerle más, saber sus pensamientos y emociones. Que sí, que está muy bien perfilado, es solo que me hubiera gustado que tuviera más protagonismo. Quiero más.
Por ejemplo, y eso es algo que me sorprendió, no entramos de lleno en el conflicto racial y en el juicio hasta mitad del libro. Que sí, que no es que sea un tema que surge de repente, se ha ido allanando el terreno y mencionando a lo largo de todos los capítulos anteriores, es solo que me sorprendió que no sucediera antes, teniendo en cuenta que es por lo que más se conoce la novela. 

Y aquí es donde tengo una de mis pocas quejas en general: esperaba un libro más incisivo en cuanto a la crítica de los conflictos raciales. Sí, se habla constantemente de ello, pero me pareció una mirada superficial. De un libro que ha sido vetado en tantos institutos y bibliotecas, esperaba mucho más drama, escenas más duras y conocer la situación de los negros más a fondo. Y es que no hay que olvidar que todo lo conocemos desde la perspectiva de una niña blanca. El retrato que se hace de la mujer negra y del trato entre razas me pareció mucho mejor tratado en El color púrpura y Criadas y señoras, aunque ambas novelas se centran más en la figura de la mujer y son muy posteriores.

Antes mencionaba que me gustaba la evolución lenta de los personajes. A diferencia de otras obras que transcurren en un par de semanas o meses a lo sumo, aquí la autora se toma su tiempo, y sin que te des cuenta, pero de forma lógica, aquí pasan tres o cuatro años. Y no solo eso, es que el tiempo es muy fluido. Pese a que la novela no sigue una trama clara sino que es la suma de un conjunto de aventuras y vivencias, los cortes y transiciones son imperceptibles y la autora logra que la novela esté perfectamente cohesionada.

Poco más me queda por añadir. En general Matar a un ruiseñor ha sido una agradable sorpresa. Una obra que puede ser leída tanto por jóvenes como por adultos, pues es entretenida pero al mismo tiempo ofrece un buen retrato de época e interesantes reflexiones. Tanto el pueblo y la sociedad como los personajes están muy bien perfilados, especialmente los protagonistas, con los que el lector irá creciendo poco a poco. Es un libro que merece la pena leer de joven y releerlo de adulto. Lleno de mensajes y valores universales sobre el respeto y la igualdad que ya deberíamos tener interiorizados y con unos personajes que se quedaran contigo.

Cosas que he aprendido:
  • Cómo era una comunidad de Alabama en 1930.
  • Lo importante que es retratar a los personajes por sus palabras y sus actos, y no por el narrador.
  • El realismo de que los personajes evolucionen lentamente y sin cambios bruscos.

Y para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads:


PUNTUACIÓN...4/5!

Primeras Líneas...

8 comentarios:

  1. Es uno de esos clásicos que tengo pendiente desde hace siglos.
    Besos y gracias por la reseña.

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    1. Me pasaba lo mismo, menos mal que me animé porque ha merecido mucho la pena.

      Un saludo,
      Laura.

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  2. Es una maravilla, una de mis novelas preferidas de todos los tiempos. Me gusta mucho que destaques los personajes y la ambientación, la crónica historicista, creo que tiene mucho mérito y que pocos autores son capaces de conseguir una narración tan bonita como la de Harper Lee. Besos.

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    1. A mí me ha sorprendido y para bien tanto por los personajes como por la ambientación. En cuanto a la prosa, me ha parecido una narración muy ligera.

      Un saludo,
      Laura.

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  3. Me gustó mucho, sobre todo lo sólido que es el personaje de Atticus Finch. Una maravilla.
    Un abrazo.

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    1. Hum, sí, Atticus me gustó, pero con lo conocido que es, yo pensaba que tenía mucha más presencia o incluso que era el narrador.

      Un saludín
      Laura.

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  4. Buenas,
    Vi la película hace mil años, y como no me entusiasmó, no me animé a leer el libro, la verdad XDDD.

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    1. Anda, que hay una película, no tenía ni idea, pero ahora que lo pienso, me parece razonable. No sé, es poco conocida, yo creo que el libro merece que le des una oportunidad...

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"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney