sábado, 24 de mayo de 2025

Detrás del ruido, de Ángel Martín

Por si las voces vuelven fue una de mis mejores lecturas de 2023. Es una obra autobiográfica que nos adentra en la psique de alguien que sufrió un brote psicótico. Está narrada con un tono cercano y con algo de humor, sin menoscabar la gravedad del asunto, y ayuda a visibilizar y normalizar la existencia de estas enfermedades. Pese a lo mucho que me gustó, no daba un duro por esta segunda parte; si no hubiera comprado de base un pack con los dos libros, probablemente ni la hubiera leído. Y es que, ¿qué más se puede decir sobre todo esto sin resultar redundante? Os lo cuento a continuación.

Editorial: Planeta
ISBN: 9788408280507
Idioma: Castellano
Número de páginas: 256
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 29/11/2023
Título: Por si las voces vuelven
Autor: Ángel Martín
Narrador audiolibro: Ángel Martín
Duración audiolibro: 4h y 4 min

Sinopsis:
Desde que sufrí un brote psicótico y me ingresaron dos semanas en un psiquiátrico por escuchar voces que no podía controlar, presto una atención milimétrica a cualquier cosa que suceda dentro de mi cabeza.
Cuando empezaba a salir del fondo del pozo en el que estuve, lo único que me importaba era descubrir qué podía hacer para recuperarme y estar bien.
Pero cuando lo conseguí, mientras todo el mundo se alegraba, me di cuenta de que el reto en realidad no terminaba con volver a estar de pie. El verdadero reto era no volver a caerme.
Y como desde que logré rehacerme no he vuelto a tener ninguna caída que me haya hecho volver al hospital, he pensado que igual te interesaba saber qué carajo estoy haciendo para mantenerme.
¿Te cuento ahora un secreto? Remontar después de que algo te parta en dos es solo el principio de la historia.
Así que, si estás tratando de graduar tus emociones, apagar tus miedos o bajar el volumen de tus voces, quizá te sirva este consejo: intenta colocarte detrás del ruido.

Opinión:

Empecé leyendo la novela en papel. Craso error. Llevaba un tercio y no solo no me entusiasmaba, sino que me parecía una amalgama de ideas inconexas. Me pasé al formato audiolibro, narrado por el autor, y de repente se hizo la luz. A partir de ahí fui alternando la lectura en los dos formatos (marcar frases en un audiolibro es un imposible) y la disfruté muchísimo más. Y es que esta novela, curiosamente, está escrita para ser escuchada. Una de las mejores partes de Por si las voces vuelven fue el audiolibro, aunque no recordaba que fuera esencial para la lectura (también lo leí alternando formatos). Aquí la obra gana muchísimo al estar narrado por el autor: las inflexiones de voz, las pausas y el sentimiento que imprime en las palabras son lo que da fuerza al texto. Y también coherencia: mientras que en el libro en papel sentía que la narración daba tumbos de aquí para allá, con el audiolibro entiendes el hilo de pensamiento que lleva de un tema a otro.

Eso no quita que la obra sea un caos. El mayor problema de Por si las voces vuelven era la estructura: se entrelazaban las reflexiones con dos hilos narrativos (cómo empezó todo y el ingreso en el hospital psiquiátrico). Aquí nos habla de lo que sucede una vez sales del hospital "completamente curado", de cómo remontar y rehacerte, sin ningún tipo de hilo narrativo. El autor va dando consejos aquí y allá, y trata varias cosas en un mismo capítulo, por lo que soy completamente incapaz de recordar qué iba primero y qué iba después. Cuando lo leí, me sentí muy perdida, en cambio, al escucharlo me di cuenta de que en realidad todos los temas están muy bien enlazados unos con otros... en la cabeza del autor. Es como cuando hablas con un amigo sobre el trabajo y, no sabes cómo, veinte minutos después estáis comentando aquel viaje loco que hicisteis en vuestra juventud. 

En cuanto al contenido, mientras que el primer libro se dirigía al público general y pretendía visibilizar y normalizar las enfermedades mentales, aquí vira hacia la autoayuda. Que sí, que el anterior ya tenía mucho de esto, pero aquí es mucho más notorio. Para empezar, he sentido que la obra estaba más enfocada a la gente que ha pasado por una enfermedad mental y siente que no tiene fuerzas para seguir adelante. Las palabras están escritas con mucho tacto y la obra está llena de buenos consejos y mensajes positivos.

Pensaba que con el primer libro estaba todo dicho; ahora veo que es necesario hablar de qué sucede después: una vez has pasado por algo así, no puedes volver a ser quien eras, en parte porque eso fue lo que te rompió. Tampoco se puede hacer borrón y cuenta nueva, sin cambiar nada en tu vida, ya que tarde o temprano, volverás a estar igual. Además, las secuelas son inevitables y eso se nota en algunos tics del autor (por ejemplo, sigue siendo capaz de interpretar "las señales del universo", pese a saber que no son señales).

«Pero de lo que muy pocas veces te avisan, o al menos a mí nadie me lo dijo, es de que remontar después de que algo te parta en dos será solo el principio de la historia.
En cuanto remontes, estarás tan emocionado por haberlo conseguido que te sentarás en el borde de la montaña que acabas de escalar a mirar lo acojonante que resulta, desde donde estás ahora, el abismo que dejas a tus pies. Estarás sentado en el borde mirando orgulloso (y agotado) lo que acabas de hacer. De repente, lo que te parecía imposible está a una distancia que ya ni siquiera ves muy bien.
Lo has logrado.
Pero cuando te levantes con la clásica media sonrisa que nos sale cuando sabemos que hemos superado algo que nos parecía imposible, te sacudas la arena que se te ha pegado al culo por sentarte en el borde a mirar y te des la vuelta para seguir tu nuevo camino, te encontrarás con algo que nadie te dijo: Una segunda montaña llamada No Volver a Caer.»

Lo que el autor propone es aprender de lo que ha sucedido para seguir adelante. Así, conscientemente, recupera aquellas herramientas que, durante su locura, le fueron útiles para lidiar con la realidad. Nos habla de que hay que vivir el presente y no dejar las cosas para más adelante, alejarte de las personas tóxicas en tu vida (aunque eso suponga perder cosas que te gustan), analizar el porqué cuando te sientas mal... Y también da algunos consejos sobre cómo relacionarnos y apoyar a personas con problemas mentales de nuestro entorno

A diferencia de otros libros de autoayuda, el autor no pretende ofrecer la panacea: nos explica las estrategias que a él le han funcionado, sin voluntad de prescribir ni prepotencia alguno. Eso sí, pese afirmar lo contrario, me ha parecido que idealizaba la locura en algunos puntos; gracias a haber pasado por esa experiencia, ahora se siente mejor consigo mismo. Además, he sentido que recordaba aquello con cierta nostalgia, como el adicto que sabe que las drogas son nocivas y, sin embargo, no puede evitar rememorar las sensaciones que producían.

«Mi intención ahora es explicarte cómo lo hago yo para no volver a caerme nunca más.
Vaya por delante que al contarte mis mierdas no pretendo sentar cátedra en plan: «Hazme caso a mí y así estarás bien».
Sé que cada historia es un mundo, pero también creo que, por distintos que podamos ser, muchas veces llegamos perdidos a lugares comunes, y quizá lo que descubren unos les pueda servir a otros.
La tristeza es tristeza; el dolor es dolor; la vergüenza, vergüenza; y el cansancio es cansancio.
Lo que es distinto es el volumen con el que se instalan, o la cantidad que cada uno es capaz de cargar sin llegar a romperse. Digamos que el local es el mismo, pero a algunos les toca justo en la zona donde está el altavoz. Así que si te cuento lo mío es porque, quizá, al leerme descubras que hemos estado o estamos en zonas de ruido parecidas y tú encuentres pistas para poner el volumen a un nivel más llevadero o, por lo menos, puedas dar un par de pasos que te alejen de los altavoces»

A eso hay que añadirle que, pese a la cantidad de mensajes positivos de la obra, hay dos puntos en los que creo que debería haber incidido con más tacto. El primero es el tema de acudir a un psicólogo. En Por si las voces vuelven, nos contó la terrible experiencia con el primer y único especialista al que consultó. Aquí anima a la gente a consultar a un profesional, al mismo tiempo que afirma que él no lo ha necesitado y que no se vio con coraje de probar con otra persona porque no quería tener que volver a contar su historia. Entiendo que tiene que ser duro desnudar tu alma a alguien y que a cambio te menosprecien, pero el mensaje debería ser que hay que seguir intentando dar con un profesional que encaje contigo, ya que es muy difícil acertar a la primera. 

El segundo tema que me parece que trata superficialmente es el de dejar la medicación sin prescripción médica. Menciona que, antes de dejar cualquier medicación, hay que consultarlo con el médico que te está tratando. Sin embargo, él no lo cumple, decide ir dejando la medicación a su ritmo (hasta el punto de, actualmente, no tomar nada) y nos dice que le ha ido la mar de bien. Como en el caso anterior, el hecho de no predicar con el ejemplo es negativo, ya que muchos lectores que le tienen de modelo a seguir, podrían tomar la misma decisión que tomó él. Decir de boquilla que debe hacerse algo no es suficiente; parece que el comentario de "no hagas como yo" está solo para evitar responsabilidades.  

No es que considere que "los que de verdad están sufriendo" (cosa que le dijeron en una ocasión) son los que acompañan a las personas con problemas mentales; sin embargo, me hubiera gustado que se hiciera más mención a esto y que no hablara de forma tan general, sino con ejemplos concretos de cómo ha reaccionado la gente de su entorno, para saber qué actitudes no se deben adoptar. También me hubiera gustado que hablara más de experiencias personales: he sentido algunos mensajes muy etéreos y poco aplicables. Por supuesto, al ser tan generalista, es más fácil sentirse identificado y empatizar con él, aunque al mismo tiempo siento que le falta sentimiento, como si nos ocultara una parte esencial de sí mismo. 

Como la anterior obra, el tono es distendido, con muchos toques de humor que solo restan seriedad a lo que explica, no gravedad. En el fondo, todos tenemos problemas con nosotros mismos y no cuidamos suficiente de nuestra salud mental; al usar un tono más ligero, no banaliza estos problemas, sino que los naturaliza para que el lector sienta que lo que le pasa es algo normal. Además, usa mucho el recurso de la metáfora y la comparación para hacer más comprensible el mensaje.

Como os decía antes, sin duda el mejor formato para leer esta historia es el audiolibro, ya que suele añadir pequeños comentarios que no están en el texto original. Por ejemplo, la lectura de la ficha técnica al final es divertidísima por los incisos que va haciendo. También usa un recurso humorístico que no está en la edición física: a veces se equivoca al leer (en algunas ocasiones porque se deja llevar por la emoción) y decide que nos dice que no va a volver a repetir la pista de audio. A todo esto hay que sumarle que en algunas ocasiones, como en el final, está tan emocionado que se le quiebra la voz.

En fin, hice bien de no tener unas expectativas muy altas: ha estado bien sin estar a la altura del primero. No me arrepiento de haberla leído (me quedo con muchos buenos mensajes y consejos), pero sin duda no es tan sentida como la anterior. También hay que tener en cuenta que nunca me han gustado los libros de autoayuda y aun así, considero que este lo hace muy bien. El autor nos habla desde la experiencia, sin pretensiones, sin creer que es el único poseedor de la verdad. El tono es distendido, con muchos toques de humor y recursos como las comparaciones y las metáforas que ayudan a comprender mejor sus mensajes. A todo esto hay que añadirle que es muy difícil hablar de este tema y dirigirte a personas tan frágiles sin herir sensibilidades y sorteando malinterpretaciones; sin embargo, el autor cuida mucho las palabras que usa y, más allá de un par de temas en los que podría haber incidido más, ofrece reflexiones muy interesantes que harán que nos replanteemos nuestra vida. Ahora bien, dudo mucho que me anime con el tercero: no sé qué puede aportar.

Cosas que he aprendido:

  • Hay que alejarse de las cosas que te hacen mal, aunque implique perder cosas que te hacen bien.
  • No te dejes nunca un perdón ni un te quiero en el tintero.
  • No pierdas tiempo buscando culpables.
  • Cada vez que te sientas mal, párate a pensar de donde viene ese sentimiento. 

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

PUNTUACIÓN...3'5/5!

Primeras Líneas...

Escucha un fragmento

martes, 13 de mayo de 2025

Visto en las redes 71#

¡Hola a todos! ¿Cómo va todo? Yo, no sé cómo lo hago, pero siempre me lío. Pensaba que una vez hubiera empezado en la biblioteca tendría tiempo de sobra para leer y estar en el blog, pero nada más lejos de la realidad: Sant Jordi fue un infierno. Como habréis notado en los últimos meses, la periodicidad de publicación brilla por su ausencia: publico cuando puedo. Tengo varias reseñas pendientes por escribir y el tiempo para leer se me escurre entre los dedos. Pero aquí estoy, en el pie del cañón y con muchas ganas de seguir en este rincón durante mucho tiempo más. 

Tras este momento de cotilleo, paso, ahora sí, a presentar la entrada. Para los que no lo sepan, esta sección me gusta mucho porque da pie a muchos debates (aunque no os veo muy por la labor de debatir), así que, aunque lleva mucho tiempo, me encanta escribirla. Espero que la disfrutéis y que podamos comentar un montón de temas interesantes. ¡No os olvidéis de comentar todo aquello con lo que estéis o no de acuerdo!

Eso sí, antes que nada, empezaré explicando en qué consiste la sección para aquellos que aún no lo sepan. Ya sé que estos párrafos que vienen a continuación son muy repetitivos; el caso es que siempre hay gente nueva que no sabe en qué consiste la sección y me gusta informar de ello. Visto en las redes es una recopilación de todos aquellos tweets que me han parecido interesantes (y a los que he dado retweet) publicados los últimos meses (febrero y marzo) por diversas personas, y una selección de las reflexiones relacionadas con el mundo literario que he compartido por las diferentes redes sociales. Es decir que... ¡atención, porque podríais salir mencionados en esta entrada! 

Me decidí a crear esta sección como excusa para hacer debates porque sé que algunos de vosotros no me seguís en las redes sociales tranquilos, estáis en la lista negra (tanto porque no os interesa como porque no tenéis una cuenta) y pensé que os podría parecer interesante tener una recopilación de esta información. Así, todos los que no tenéis redes podrías estar al tanto y los que me seguís, pero estáis saturados, podríais tener un resumen. 

Como sabéis, el blog está en varias redes: en Twitter, en Facebook, en Instagram, en The Storygraph, en Goodreads y en Bloguers (podéis acceder a mi perfil de cada red social haciendo click en los enlaces), aunque estoy especialmente activa en Twitter e Instagram, por lo que en esta sección me centraré en esas redes sociales.   

Repito, como en cada ocasión, que la idea de esta sección no es completamente mía (siempre hay que dar créditos). Me inspiré en una sección muy parecida en el blog de Deja volar tu imaginación llamada Citando a Twitter. En ella, Patt recopilaba algunos de sus retweets favoritos, aunque siempre están relacionados con reflexiones sobre el mundo en general, no centradas en el ámbito literario. 

Y sin más dilación, os dejo con la entrada:

Visto en Twitter

Muy interesante esta pregunta de Goodreads. Antes iba a la biblioteca una vez al mes (ahora cada día, porque trabajo ahí) porque me pillaba a media hora en bus. Por eso, siempre iba con una lista de dos o tres libros, no fuera cosa que alguno no me gustara, y también terminaba por llevarme alguno de los que estaban en novedades. En la biblioteca en la que trabajo, en principio solo te puedes llevar tres libros, pero solemos hacer la vista gorda. El otro día vino una mujer que se llevó 12 libros usando el carnet de todos los miembros de la familia. Al parecer, vive en las afueras y la biblioteca le pilla lejos. En vuestro caso, ¿cuántos libros soléis coger?

Cuanto más se aleja un autor de aquello que conoce, más tiene que documentarse. Eso no significa que no se pueda hablar de cualquier tema ni representar todo tipo de identidades y personas, solo que lleva más esfuerzo. Además, en estos casos, me parece vital usar lectores de sensibilidad, algo que no siempre es fácil de encontrar. Pero teniendo en cuenta lo susceptible que es la gente hoy en día, la pregunta de Carlos di Urarte es totalmente lícita.

Coincido con Carmen Sereno en esta observación sobre las nuevas generaciones. Fijaos en los libros: la acción prima por encima de la descripción y muchos piden la información mascada para no tener que pensar tanto. No es la primera vez que pasa esto; la diferencia de ritmo entre las novelas de los años cincuenta y los noventa es abismal, y eso no se critica tanto. ¿Tan malo es que la literatura se adapte a lo que exige la sociedad?

Como MientrasleoS, hace mucho que dejé de creer que leer nos hace automáticamente mejores. Leer es una afición como el cine o los videojuegos; podemos aprender algo y mejorar como personas, pero para ello hay que ser 
eclécticos y críticos con lo que consumimos. 

Muy de acuerdo con Xavier Beltrán. Los anglicismos son muy tentadores, porque suenan "cool", pero a poco que uses las expresiones adaptadas al español un par de veces, dejaran de sonarte tan extrañas. ¿No os suena ya mejor lo de "destripar una novela"? Es increíble la plaga de anglicismos que hay hoy en día en literatura. ¿Cuál os molesta más?

Se dice que Ray Bradbury escribió Fahrenheit 451 en dieciocho días así que sí, creo que es posible escribir un libro en un mes. Ahora bien, como bien indica Ari Periwinkle, escribir la obra es solo el primer paso; son necesarias tantas revisiones que un mes no da para nada. Por mi parte, no me fiaría de la calidad de una obra que se ha escrito y publicado en un mes.

Cuando me quejo de que las historias son superficiales me refiero a esto mismo que menciona Carlos di Urarte: que el trasfondo del personaje sea un complemento, que se le dediquen solo un par de escenas y no vuelva a ser mencionado, que no haya consecuencias emocionales... en resumen que ese trasfondo simplemente sea parte de la caracterización. Y esta tridimensionalidad debería estar en todos los personajes, sin importar su relevancia. ¿En qué novela os parece que ese trasfondo está muy bien tratado?

Mi prioridad suele ser encontrar el libro de segunda mano barato; ya después, si esa saga se convierte en una de mis favoritas, me preocupo por la edición. Entiendo que la mayoría de la gente no es así y que prefiere tener todos los libros iguales de buen comienzo. No voy a juzgar a aquellos que compran las ediciones especiales, sino criticar a las editoriales por cambiar el formato y el diseño de una saga a la mitad. Me parece bien que haya ediciones normales y de coleccionista, siempre y cuando todos los libros de la saga estén en ambas ediciones y no te veas forzado a comprar de nuevo lo que ya tienes para que quede bien en la estantería. Como indica MientrasleoS, no tenemos ni el dinero ni el espacio para ir comprando libros repetidos.

Me gusta cuando la voz del traductor aparece en las notas al pie. No molestan ni interrumpen la narración y suelen aportar información útil, como indica Xavier Beltrán. Además, a veces añaden una nota de humor que no está nada mal. Algunos mangas, incluso, incluyen unas páginas finales en las que el traductor puede explayarse largo y tendido. Por desgracia, en las novelas cada vez se ve menos, cosa que no entiendo. ¿Alguna teoría?

Es increíble los problemas de especulación que ha habido con esta saga. Como dice All love lengend, me parece muy ruin comprar varias veces en preventa la edición especial para revenderla más cara de segunda mano. Y lo peor es que, por mucho que denuncies estos casos, normalmente no hay repercusiones. ¿Habéis visto este tipo de especulación con algún otro libro?

Como decía antes, la inclusión me parece fantástica, siempre que tenga sentido para la obra (ejem, La Sirenita, ejem). Eso sí, hay que tener cuidado con las alegorías; me parece feo un mundo de fantasía con gente en silla de ruedas que levita (ejem, Sanderson, ejem) porque eso es dar falsas esperanzas a la gente en esa situación y hace que no se reflejen sus problemas. Por otra parte, como dice Carlos di Urarte, tampoco hay que beatificar a las minorías; pueden ser villanos, siempre y cuando no solo haya representación negativa.

Visto en Instagram

No creo que a nadie le sorprenda ver a Babelreader en esta sección. En el caso de la primera foto, me gusta que el fondo sea de la misma tonalidad que la portada y los elementos que la acompañan (un ataúd y una daga) estoy segura de que tienen mucho que ver con la obra. La segunda imagen tiene elementos muy british (las tazas de café y las flores), en consonancia con el color de la portada (el rosa) y con la ambientación de la obra.


Voy a confesar que lo que me ha enamorado de la imagen de Mónica Serendipia es el sujetalibros. Y es que además es perfecto con la estantería que sale en la portada. También poner libros desenfocados de fondo me parece un acierto, porque parece que estamos en la editorial que se menciona en el título. El punto de libro negro, de la misma autora, da un toque de contraste, al igual que las flores.




En realidad, esta fotografía de MientrasleoS no es muy impresionante (me parece demasiado cortada por la parte inferior), pero las huellas de manos del fondo, tan tétricas, me encantan.

Últimamente Omairagtz se luce mucho con sus fotos. La de Un segundo para amar, con esa ola chocando contra las rocas es impresionante y está estrechamente relacionada con la novela, donde el mar es relevante. En el caso de la primera foto, es que me chiflan las flores, que también aparecen en la portada, aunque sean blancas. Como no he leído la novela, no sé qué más relación tiene, pero seguro que nos lo explicará en los comentarios.

Las imágenes minimalistas como esta de Mirada lectora me encantan. La imagen está desequilibrada, en diagonal, como si tuviera un tajo. Arriba destaca la ausencia de color, con flores blancas y puras, como la portada. En diagonal un manchurrón de rojo que parece sangre y que encaja con el desgarro de la portada. Y el libro encima de un caballete para pintar. Todo relacionado con la protagonista, que era pintora.


Otra de las cuentas habituales en esta sección es la de Andrés y Susana_Atrapada. Me gusta mucho cómo relaciona las obras con pequeños objetos. Lo que más me maravilla es el misterio de donde saca esas cositas: el coche y los animalitos que acompañan una novela sobre carreras de coches; la brujita y la tela roja relacionadas con la novela sobre brujas; las joyas de tono antiguo que acompañan una obra sobre una dinastía francesa (con un fondo con los colores de la bandera del país); y un gladiador y un pequeño coliseo junto a un ensayo sobre el tema.

Y esto es todo por hoy. Espero que os haya gustado la entrada. Es vuestro turno para comentar todo lo que os venga a la mente respecto a los temas tratados. ¿Coincidís conmigo? ¿Qué reflexión os ha llamado más la atención? ¿Las imágenes también son de vuestro estilo?

domingo, 4 de mayo de 2025

Saga de los huesos verdes, Libro II: Guerra de jade, de Fonda Lee

ISBN: 9788412104387 
Idioma: Castellano
Número de páginas: 672
Encuadernación: Tapa blanda
Fecha de lanzamiento: 26/09/2022
Editorial: Insólita

Sinopsis:
En la isla de Kekon, la familia Kaul está atrapada en una violenta disputa por el control de la capital y el suministro de jade mágico que desde hace cientos de años otorga poderes sobrenaturales a los guerreros huesos verdes.
Más allá de las fronteras de Kekon, la guerra está a punto de estallar. Las potencias extranjeras y los capos criminales han fijado su atención en la nación insular. El jade, el recurso más preciado de Kekon, podría hacerlos ricos o convertirse en el arma necesaria para derrotar a sus rivales.
Rodeada de amenazas por todos lados, la familia Kaul se ve obligada a formar nuevas y peligrosas alianzas, enfrentarse a sus enemigos en las oscuras calles y las altas torres de oficinas de la capital y dejar el honor a un lado para hacer lo que sea necesario para asegurar su propia supervivencia… y la de todos los huesos verdes de Kekon.

Opinión:
Impresión: Política

Una segunda parte a la altura de la primera, con sus propios defectos y virtudes. Mientras que la anterior novela abogaba por un equilibrio perfecto entre acción y política, aquí la balanza se inclina más hacia lo segundo. En consecuencia, tenemos una obra con un ritmo mucho más pausado que se ve acusado por el incremento de páginas. En contrapartida, nos encontramos ante un brillante tratado político, la oportunidad de ver los entresijos del poder de un mundo ficticio con muchas similitudes con el nuestro. En otras novelas puedes empatizar con dragones avariciosos, con brutales veteranos de guerra, con torturadores o con aliens invasores; aquí empatizaremos con los políticos, esos seres que controlan nuestras vidas detrás de las sombras.

Puede que me digáis que no, que lo he leído mal, que la novela va de dos clanes mafiosos que compiten por el control de un país. El caso es que hay una monarquía parlamentaria donde los miembros de la familia real son figurantes, mientras que los dos partidos principales hacen malabares para controlar el mayor número de diputados del parlamento posible. Me quiere sonar. Solo en Juego de tronos he visto tratar tan bien una situación política tan tensa, aunque, por fortuna, esta trilogía tiene menos páginas. Eso sí, por mucho que se cuente de forma interesante, si este tema no te interesa, el libro no es para ti.

El mundo se siente más vivo que en la anterior novela, porque no nos centramos solo en Yanlún, capital de Kekon. Aquí veremos cuál es la situación política general de un par de países más: las islas Uwiwa tratan de hacerse con el control del contrabando de jade y estalla la guerra entre Espenia y Ygutan cuando esta última reclama un pequeño territorio de Shotar (como hizo Rusia con Ucrania). Kekon es un pequeño país, con alto interés militar, que está en el fuego cruzado de dos grandes potencias. No nos internamos demasiado en ninguna de esas culturas, pero sí en la tensa relación política que hay entre ellas. Es un mundo muy pequeño en comparación con Canción de fuego y hielo, por ejemplo, y quizás eso sea lo menos realista, pero es lo que permite que la obra se focalice mejor y no te pierdas en los detalles. Me ha encantado todo el tema de las negociaciones, de gestionar la opinión pública, de convencer a las masas mediante el espectáculo, de buscar en la letra pequeña algo que te favorezca, de tender la mano derecha sin soltar el puñal de la izquierda...

El tono es muy distinto al de la anterior novela. Aquí, todos los personajes han pasado de ser matones a políticos con todas las de la leyEl paréntesis de un año ha permitido a los personajes asentarse en sus posiciones, madurar y aprender a dominar su puesto. Quizás la temporalidad es en lo que me he sentido más perdida: a lo largo de la novela transcurren unos seis años. Es cierto que el paso del tiempo se muestra de forma muy natural (los personajes mencionan las estaciones, cuánto hace que sucedieron algunos eventos, las festividades, etc.); pese a ello me hubiera gustado alguna marca temporal clara a la que aferrarme, ya que podían pasar meses de una escena a otra. Los personajes evolucionan de forma lógica con el tiempo transcurrido más allá de las escenas que nos muestra la novela (Hilo cada vez domina mejor las reuniones y las negociaciones, por ejemplo).

Sin perder la esencia de la anterior, siento que la novela se dirige a un público más adulto; si vienes buscando peleas de artes marciales con superpoderes, te vas a llevar una decepción. Ya no tenemos a un adolescente en una academia ilusionado con ayudar a su clan, sino a un joven que se ha dado de bruces con la realidad y que se siente abandonado por los suyos tras rechazar la violencia. Ya no tenemos a una recién graduada dando palos a ciegas para conseguir fondos, sino a una reputada Hombre del Tiempo que se ha hecho un sitio en un mar infestado de pirañas. Ya no tenemos a un matón de tres al cuarto que ocupa temporalmente el puesto de mando, sino a un pedestal duro como una roca capaz de proteger a los suyos con el jade y las palabras. Estamos ante verdaderos señores del hampa, que controlan el país tanto desde las sombras (asesinatos, torturas, chantajes, sobornos, compraventa de información, infiltrados...) como dando la cara ante la sociedad (reuniones, entrevistas, participación política...).

Quizás el jade es lo que, pese a su brillo, queda más deslucido. Sigue siendo aquello que mueve la acción y los personajes, el centro de todo, pero la mayor parte del tiempo, podría ser una droga cualquiera. El jade se usa muy poco como magia y en toda la novela solo se me ocurre ahora mismo una batalla. Toda una exhibición de fuerza, destreza y habilidad, sí, pero solo eso: una batalla.

Como ya sucedía en la novela anterior, aquí la importancia de la acción no está tanto en el momento como en las consecuencias. Aquello que nos mantiene en vilo no es quién va a vencer en un combate o quién conseguirá el favor del público, sino cómo el resultado, sea el que sea, afectará a todo el elenco de personajes.

Hay momentos de acción que van marcando los puntos de inflexión, pero esa acción no se asemeja en nada a las batallas campales que teníamos en Ciudad de jade y el ritmo de la novela es mucho más lento. Teniendo en cuenta el título de esta segunda parte, esperaba que una novela mucho más movida; al parecer, el título se refiere a la guerra fría entre el clan Montaña y Sin cumbre. Es curioso verles unidos, o todo lo unidos que pueden estar dos enemigos jurados por un mismo objetivo: terminar con el contrabando de jade y shine. Está bien ver algo más de la sociedad kekonense que no sea la gente de la mafia (siempre leales al clan, honorables y firmes con el código) y adentrarnos en el submundo de los criminales que solo son leales a ellos mismos: los traficantes de jade. Bero, un ladrón de poca monta que sale de tanto en tanto desde la primera novela, será nuestros ojos en los bajos fondos. Es un personaje cuyo papel no termino de ver y que me genera poco interés. ¿Su función es mostrarnos cómo el jade corrompe a la gente de a pie y los convierte en escoria?

Más allá de los protagonistas, de los que hablaré a continuación, me gustaría destacar que empiezan a tener voz personajes que hasta ahora había pasado muy desapercibidos, como los hermanos Maik o Wen. De esta última, me gusta cómo participa en el clan pese a los intentos de Hilo por alejarla del peligro. Que una mujer sea madre y esposa no significa que no pueda tener importancia en la toma de decisiones o en el rumbo que toma el clan. Forma una buena pareja con Hilo, y aquí los secretos entre ellos son lógicos: él nunca le dejaría tener un papel activo, por muchos argumentos que esgrimiera, así que no le queda otra que trabajar de incógnito.

La trama de Shae también es una maravilla, pues ella es la cara visible del clan y debe gestionar la opinión pública y luchar por conseguir el respeto de los demás. Me ha gustado que se muestre de forma sutil los problemas de ser una mujer en un mundo de hombres, pese a que esa no es toda su caracterización, ni mucho menos. La rivalidad con Ayt Mada está muy bien construida y los juegos políticos que hay entre ambas están muy bien llevados. Eso sí, me hubiera gustado ver mucho más de nuestra antagonista, porque su capacidad para capear cualquier temporal sin un apoyo firme de los suyos es admirable. 

La otra trama que me ha gustado mucho es la de Anden. Tras su decisión al final de la anterior novela, su familia le envía a estudiar a Espenia, algo que él ve como un destierro. Veremos el choque cultural entre una cultura violenta como la de Kekon y otra más civilizada, como la de Espenia; eso no significa que en una haya más criminalidad que en la otra, sino que una lo oculta mejor. Anden vivirá en un barrio de inmigrantes, algo que tampoco se suele ver, así que experimentará de primera mano la discriminación que viven las comunidades de inmigrantes, tanto por parte de la sociedad como del gobierno. Al igual que hizo Shae en su momento, Anden intentará escapar de la violencia del clan y del peso que supone portar el jade. Como detalle, me gustaría añadir que me encanta cuando las novelas normalizan tan bien a los personajes LGTBI; sin dejar de ver cómo le afectan los prejuicios sociales, la identidad sexual de Anden no es, ni de lejos, lo único que le define.

Quizás el personaje que me ha quedado más deslucido es Hilo, el pedestal. A diferencia de los demás, que muestran cierta evolución, en su caso solo veremos cómo mejora su capacidad de liderazgo, cómo aprende a delegar y equilibrar mejor las decisiones violentas e impulsivas con las estrategias a largo plazo. A ojos de todo el mundo, está al mando de todo; sin embargo, la mayoría de las decisiones que toma son consensuadas con el resto de la familia. Quizás es el mejor recordatorio para el lector de que el clan Sin cumbre es una mafia.

Al tener solo el punto de vista del clan Sin Cumbre, nos posicionamos a favor de ellos sin dudarlo, pese a que sus acciones y decisiones son tan violentas y egoístas como las del clan Montaña. Algunos de los momentos estelares de la novela son aquellos en los que chocas con la realidad y recuerdas que nuestros protagonistas no son buena gente. Puede que uno lo olvide en algunas ocasiones, pero la novela se esfuerza en no idealizar a la mafia y en recordarnos constantemente que ese tipo tan majo que consiguió que un hombre sin brazos ni piernas rehiciera su vida es el mismo que entierra vivo a otro sin miramientos; que ese chico tan simpático que práctica deportes con sus amigos puede dar una paliza brutal a otro al sentirse insultado; que la amable mujer que habla de la importancia de la educación en una cafetería es capaz de matar a alguien querido que ha traicionado al clan. No os dejéis engañar: la ausencia de acción no implica una ausencia de violencia. La novela tiene momentos muy chungos, más que la anterior, no tanto porque sean escenas gráficas, sino porque nos muestran cómo la violencia es algo cotidiano en la vida de nuestros protagonistas.

El mensaje de la novela es el mismo que en la anterior y eso hace que se sienta como una novela puente. Ahonda en los intríngulis de la política y se recalca el mensaje, con nuevas situaciones y contextos; sin embargo, no he notado una progresión temática. De nuevo, estamos ante un mensaje desesperanzador, pero realista: una vez entres en la espiral de violencia, no podrás salir. Todos los personajes sufren las consecuencias de su ambición de poder y de su promesa de lealtad a la familia. Y eso sucede no solo con nuestros protagonistas, sino con todo aquel que hace tratos con la mafia. Las manos manchadas de sangre no se pueden limpiar. Hilo nunca tuvo oportunidad de salvarse. Shae y Wen lo intentaron, pero al seguir siendo parte del clan, no lo han conseguido. Quien tenía más papeletas para conseguirlo era Anden, que precisamente había huido de la violencia; sin embargo, en su corazón, sigue siendo un Kaul. No comparto este mensaje; creo que, por muy difícil que sea, siempre es posible arrepentirte de tus errores y rehacer tu vida. Me gusta que las novelas reflejen la realidad (muy poca gente cambia), aunque me parece necesario que siempre haya una brizna de esperanza. Uno no debe resignarse a su destino, sino enfrentarse a él, por mucho que todo este perdido.

Tengo fe en la tercera novela, Legado de jade: confío en que la autora tendrá algo más que decir y no nos dejará con un mensaje tan desolador. Estoy convencida de que la siguiente novela pondrá el foco en los más jóvenes, los hijos y sobrinos de nuestros protagonistas. ¿Tendrán ellos alguna oportunidad de escapar de la violencia?

En conclusión, Guerra de jade es una novela que te mete de lleno en el mundo de la política. Veremos los entresijos del funcionamiento de una nación y las complicadas relaciones con el exterior. Esta novela, de ritmo lento, muestra cómo son las negociaciones y acuerdos entre bandos opuestos, así como la forma que tienen los políticos de manejar la opinión pública. Nuestros protagonistas son personas muy carismáticas que pertenecen a una mafia, cosa que la novela no deja de recordarnos. Puede que no haya mucha acción, sin duda menos que en la novela anterior, pero la violencia campa a sus anchas. Estamos de parte del clan Sin Cumbre porque ellos llevan la narración; eso no significa que sus actos no sean condenables o que su ideología sea más válida que la otra. Los personajes brillan por su evolución, en especial Shae, Wen y Anden, personas que intentarán escapar de la espiral de la violencia que supone formar parte del clan, en vano: el mensaje de la novela es que una vez te manchas las manos de sangre, no tienes salvación. Es un mensaje bastante pesimista, así que espero que en la siguiente novela se desarrolle.

Cosas que he aprendido:

  • La política es tan complicada que ningún político puede permitirse el lujo de ser buena gente.
  • Cuando te manchas las manos de sangre, no hay vuelta atrás.
  • Tu entorno te condiciona mucho más de lo que parece.
  • Cómo tener en cuenta la política de un país.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

 PUNTUACIÓN...4/5!

Primeras Líneas...