martes, 13 de junio de 2023

Saga Historiadores de Oxford, Libro IV: Cese de alerta, de Connie Willis

El libro anterior, El apagón, me enganchó muchísimo y me dejó con ganas de más, hasta el punto de que me volví loca buscando este libro. Miré en todas partes a ver si podía encontrarlo, pero no estaba ni de segunda mano. Incluso pedí a la biblioteca que lo compraran. Finalmente lo conseguí... para enterarme semanas después de que la editorial había decidido reeditarlo, junto al resto de la saga. Puede que sí me haga con los demás libros, pero este tengo claro que no pienso añadirlo a mis estanterías, pues ha sido una decepción en grado sumo

Nº de páginas: 632
Editorial: B de Bolsillo
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788490701799
Año de edición: 2016
Traductor: Paula Vicens Martorell
Autor: Connie Willis
Título: Cese de alerta
Título original: All clear

Sinopsis:
En El apagón, la gran dama de la ciencia ficción, Connie Willis, envió a tres historiadores de Oxford en el año 2060 a la Segunda Guerra Mundial.
En este trepidante viaje en el tiempo, Michael Davies, Merope Ward y Churchill Polly quedan atrapados en 1940, intentando sobrevivir a los bombardeos de Hitler y liberar Londres de su yugo mientras hacen lo posible por encontrar de nuevo el camino de regreso a casa.
En Cese de alerta, la situación se ha hecho aún más grave, y viviremos las consecuencias de aquel periplo en que nuestros protagonistas se vieron atrapados, ya que parece que todos ellos afectaron, de algún modo, el pasado, cambiando el resultado de la guerra y, en consecuencia, el curso de la historia.
El emocionante tiempo que se inició en El apagón se precipita, en Cese de alerta, hacia una resolución impresionante que sorprenderá incluso al más avezado de los lectores.

Por qué este título...
"De repente aulló una sirena aguda que les paró el corazón a todos. La plaza entera se quedó en silencio, escuchando. Luego, cuando se dieron cuenta de que era la señal del cese de alerta, la multitud estalló en vítores"

Opinión:
Impresión: Aburrido

No os podéis hacer a la idea de lo mucho que me ha aburrido este libro. Pasaba una página tras otra y no pasaba absolutamente nada. Solo sentía cómo los mismos monólogos y las mismas situaciones se repetían una y otra vez. Lo siento, pero de las 600 páginas que tiene este libro, podría salvar 200 como mucho. La autora debería haber recortado la obra y publicar juntos este y el anterior.

Este libro es exactamente como el anterior, pero cogiendo solo las partes aburridas. Empieza justo donde lo dejó, en un capítulo aleatorio, y cuenta las distintas estrategias que llevan a cabo nuestros tres historiadores para avisar al equipo de rescate y que sepan donde están. Al principio sentía cierto interés, pues la verdad es que se les ocurren ideas muy buenas, pero después de dos o tres veces en las que todo les sale mal por casualidades del destino, perdí la esperanza. Además, no puedes hacerle creer al lector que los personajes lograran su objetivo cuando aún quedan 500 páginas por delante. 

Para mí eso fue lo más frustrante. No sabía que el libro anterior era una primera parte, por lo que estuve toda la lectura atenta a la resolución, que no llegó. Con este libro, ya sabía que no se resolvería hasta el final, por lo que no sentía ningún interés en lo que pasaba entre medias. Además, la trama se reduce a repetir lo mismo una y otra vez: se les ocurre una idea para que les rescaten, hacen todo lo posible para conseguirlo, y en el último momento, fracasan. Tanta casualidad no es normal, tiene que ser el propio Tiempo quien les retiene ahí por algún motivo. Ellos no lo tienen tan claro.

El segundo problema que he tenido es que los personajes se agarran a una teoría sobre los viajes en el tiempo errónea y no hay quien les saque de ahí. Pese a que NO se ha demostrado y que NO tienen ninguna prueba de ello, creen que son capaces de cambiar el tiempo y durante toda la novelan van con pies de plomo, pues creen que cualquier paso que den puede modificar el curso de la guerra. Tendría sentido esta forma de pensar si hubieran notado alguna discrepancia con los sucesos futuros, pero durante toda la novela, todo sucede como debe suceder. Tendría sentido si este fuera uno de los primeros viajes en el tiempo que se realiza, pero no es así, al parecer es una disciplina muy estudiada y comprenden perfectamente su funcionamiento.

"Mike había dicho que Turing no había resultado herido en la colisión, pero se trataba de Alan Turing, el hombre responsable del éxito de Bletchley Park, y todavía no había descifrado el código Enigma. ¿Y si al chocar con él Mike había interrumpido el hilo de sus pensamientos en un momento crucial y no llegaba a descifrar el código? ¿Y si Mike había hecho cualquier otra cosa mientras estaba en Bletchley que, combinada con el rescate de Hardy y los actos de Eileen y los suyos propios, habían desequilibrado el devenir de la guerra? ¿Y si acababa de hacer algo irreparable en Saltram-on-Sea?"

Me hubiera gustado mucho que hubieran sido capaces de cambiar el tiempo, que sus actos tuvieran consecuencias, que las discrepancias existieran, pero no es el caso. Es por eso que no entiendo que la autora trate de engañarnos una y otra vez mostrándonos discrepancias... que se desmienten un par de páginas después. A eso hay que sumarle que constantemente los personajes nos recuerdan las vidas que han salvado y cómo eso podría afectar al devenir del tiempo. Se alarman cada vez que cae una bomba o se destruye un edificio que no saben si se destruía o no, como si tuvieran el conocimiento absoluto. De esta manera, la trama se hace reiterativa y redundante. Podrías hacer cortar y pegar del final y ponerlo en la novela anterior, que no cambiaría nada. Es tan poco memorable que, dejando de lado el final, ya he olvidado todo lo que sucede entre medias. Diría que hay mucho relleno, pero es que el libro entero es relleno.

"—Dice que el hijo de lady Caroline ha muerto, pero era lord Denewell quien…
—Léeme la carta —le ordenó Polly.
—«Querida señorita O’Reilly, tengo tristes noticias que comunicarle. El hijo de lady Caroline murió el trece de noviembre. —Así que no podía haber error en la noticia del fallecimiento que había leído el pastor. Lord Denewell había muerto el día dos—. Su avión fue derribado en Berlín —prosiguió Eileen—, durante un bombardeo».
«Es una discrepancia —pensó Polly, con un escalofrío de miedo—. Ha muerto el hijo en lugar del padre».
—«Una noticia doblemente triste —continuó leyendo Eileen—, dado que se produce tan poco después de la muerte de lord Denewell»".

Teniendo en cuenta cómo terminaba el libro anterior, con un capítulo de Colin, esperaba que se supiera más de lo que está sucediendo mientras tanto en Oxford, pero más allá de un capítulo suelto, no se sabe nada más. Como mínimo, esperaba que Colin fuera protagonista, pero es que ni eso, ya que no aparece hasta el final. Y ya ni mencionemos mi anhelo por saber más sobre la máquina del tiempo, porque eso es pedir peras al olmo. 

La explicación a por qué están atrapados en el pasado ya la sabía desde la mitad del libro anterior, pero los personajes no ven más allá de su idea fatalista sobre el hecho de que están cambiando la Historia. ¡Pero si solo por el hecho de respirar ya deberían cambiar la Historia! ¿Por qué cualquiera de sus actos debería estar afectando? ¿Por qué nunca ha sucedido con los otros historiadores?

Al parecer la autora hace como el Tiempo: no va a soltarnos hasta que nos haya mostrado todo el periodo histórico que le interesa. Creo que si la autora escribiera novela histórica lo haría muy bien, porque sabe contar la Historia de forma muy interesante y sabe crear personajes a los que querer. Los secundarios me han gustado mucho y todo lo que cuenta sobre los bombardeos de Londres, así como otros detalles de la guerra en Inglaterra, como la labor de las FANY o el contraespionaje es fascinante. El problema es que estás constantemente con la mosca detrás de la oreja de los personajes queriendo regresar a su tiempo, y eso no te permite sumirte por completo en la historia. Además, el Londres bombardeado ya lo vimos mucho en la novela anterior, por lo que en ese apartado no cuenta nada nuevo.

"La orquesta tocó una fanfarria y una chica muy mona en mallas y jubón salió al escenario con una gran tarjeta que ponía: «En caso de incursión aérea, enseñaremos este aviso». Le dio la vuelta para que todos vieran el letrero: «Incursión en curso». Luego volvió a enseñar el dorso y dejó la tarjeta en un lado del escenario".

Me ha gustado conocer detalles sobre los acontecimientos que se suelen pasar por alto. La autora escribe muy bien las escenas de caos y tensión, por lo que ha sido todo un lujo leer el capítulo de los incendios de Londres, el cual he disfrutado como una enana. El trabajo de las FANY es muy interesante, pero por desgracia se salta la parte de acostumbrarse al horror y no hay descripciones de sus sentimientos respecto a su trabajo, solo de la banalización posterior. La parte del contraespionaje también esta guay, ya que son realistas, y nos muestran que los espías no eran como en las películas, sino que eran gente normal que hacían lo que les decían y que sabían improvisar bien. Lástima que estas dos tramas, que transcurren años después, estén tan desconectadas de la historia central. Me ha gustado el giro que las justifica, pero parecían más una excusa para conocer estos hechos más alejados  temporalmente, que no ser parte de la historia, pues muchas escenas solo sirven para mostrarte hechos históricos.  

Supongo que os habréis dado cuenta de que casi no he hablado de los personajes. Me gustaría decir que he dejado lo mejor para el final, pero no es cierto. Como ya he comentado, los secundarios están bien, pero le ha faltado menos divagaciones de los protagonistas y más espacio para desarrollarse. Algunos cameos de personajes famosos, como Agatha Christie o Turin sobran, pero por lo demás está bien. Al final me he encariñado con Alf y Binnie, aunque ya sabía lo de su madre desde el principio. 

Eso sí, la autora es muy partidista y demasiado idealista, pues solo nos muestra ingleses buenos, gente amable y solidaria, constantemente preocupada por los demás, donde no existe la criminalidad. He leído mucho y la guerra saca lo mejor, pero también lo peor de las personas. Me ha faltado en realismo en ese aspecto y sentir un poco más que caían bombas y no petardos, pues ninguno de los personajes sufre y las muertes solo son de fondo de gente que no te importa.

"Había leído un artículo sobre una anciana a la que habían sacado de los escombros de su casa. La patrulla de rescate le había preguntado si su marido estaba con ella. «No, el maldito cobarde está en el frente», había respondido con indignación. Mike se había reído al leerlo, pero ya no estaba tan seguro de que fuera gracioso. Quizás Inglaterra era el frente y los verdaderos héroes eran los londinenses, sentados en las estaciones de metro, noche tras noche, esperando a que los hicieran papilla. Y Fordham, en cama, entablillado y sujeto por poleas. Y todos los pasajeros de aquel tren, que esperaban pacientemente a que volviera a ponerse en marcha, sin dejarse llevar por el pánico ni por el impulso de rendirse a Hitler solo para que aquello acabara. ba a tener que replantearse el concepto de heroísmo cuando volviera a Oxford". 

Sobre el trío protagonista, lo cierto es que no tengo nada que decir, pues aunque la autora sabe hacer personajes, aquí no lo hace, ya que solo son espectadores de los hechos históricos y casi no tienen personalidad, mucho menos evolución. Son personajes planos, hasta el punto de que podrían ser una solo persona y no cambiaría demasiado la cosa. A eso añadir que me ha molestado que Eileen fuera ingenua y despreocupada, pero cuando le interesa a la trama, resulta ser un genio capaz de hacer grandes deducciones.

En conclusión, pese al final abierto del libro anterior, os recomiendo quedaros ahí, porque este libro solo va cuesta abajo y es una página de relleno tras otra. Retrata de forma interesante los bombardeos durante el Blitz, pero para eso bastaba la novela anterior. Los personajes principales son planos y no tienen evolución ni desarrollo, aunque llegas a encariñarte de los secundarios. La trama, por desgracia, es repetitiva y desde el principio sabes que nada llegará a buen puerto hasta el final. Eso sí, adentraos en esta historia sabiendo que es una novela histórica, no de ciencia ficción, pues la máquina del tiempo solo se menciona brevemente. 

Cosas que he aprendido:

  • A valorar la luz eléctrica.
  • Técnicas de contraespionaje
  • El heroísmo de los civiles
  • En tiempos de guerra, no hay que fiarse de lo que dicen los periódicos, por nimia que sea la información
Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:




PUNTUACIÓN...2/5

Primeras Líneas...

6 comentarios:

  1. Pues parece una historia interesante, gracias por el descubrimiento.
    Besos

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    1. Lo parece, pero a mí me ha aburrido bastante. Aunque para gustos colores.

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  2. ¡Hola!
    Que lástima de libro, que lástima de reseña, que lástima por ti. jajaja
    No conocía esta historia, seguramente la deje pasar. Aunque en verdad llama la atención el tema sobre el que va. Pero si lo desarrolla como cuentas... Pues nada.
    Espero que tu próxima lectura sea mejor!
    Un besito.

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    1. Yo te diría que le dieras una oportunidad a la autora, pero no con este libro.

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  3. Pues qué pena, porque por el argumento pintaba bien. Nada, si en algún momento me animo con esta serie, me quedaré en el anterior. Pero con lo enorme que es la lista de pendientes la verdad es que no sé si le llegará su turno.
    Besotes!!!

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"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney