martes, 19 de abril de 2022

Livingstone, de Tomohiro Maekawa y Jinsei Kataoka,

¡Hola a todos! 

Como podéis ver, os traigo una nueva reseña de un manga. Sigo sin ser una apasionada de este formato de historias, pero poco a poco voy adentrándome en él y apreciándolo más. Ya estoy tan acostumbrada que al fin he conseguido que las imágenes dejen de ser estáticas y pueda imaginar el movimiento que hay detrás de los dibujos. Pequeña victoria para mí. Suerte de G, que está siendo un buen guía (aunque guiarme con los videojuegos no se le esté dando tan bien), cosa que demuestra el hecho de que haya vuelto a acertar con su recomendación. Os dejo con la reseña. 

Nº de páginas: 228
Editorial: Milky Way
Guión: Tomohiro Maekawa.
Dibujo: Jinsei Kataoka.
ISBN: 9788494490095
Año de edición: 2010-2015
Traductor: Judit Moreno
Estado: finalizada, 4 tomos

Sinopsis:
El 90% de nuestra vida está determinada por el destino, y nuestro destino está determinado por nuestra alma. Pero de vez en cuando las cosas salen mal y el alma de aquellos que encuentran una muerte prematura permanece en el lugar de los hechos contaminando los alrededores y atrayendo más almas atormentadas en un círculo vicioso de infortunios.
Sakurai y Amano son una extraña pareja contratados con un objetivo claro: encontrar a los pobres desafortunados que están a punto de morir antes de su hora o en su defecto, recuperar las piedras del alma de las víctimas.

Opinión:
Impresión: Bonito e interesante

Lo único que le hizo falta a G decirme sobre este manga es que trataba de debates morales sobre el alma y que el dibujo era bonito. Eso es más que suficiente para captar mi atención. Lo cierto es que parte de una premisa muy interesante: las almas tienen un destino predeterminado, un plan que deben seguir para reencarnarse, pero este se desvía a causa de la voluntad de algunas personas, por lo que Amano y Sakurai se encargan de rescatar esas almas o hacer que recuperen su rumbo. ¿Habíais oído de alguna obra con una premisa similar?

Como podéis imaginar es un manga reflexivo, pero no es una obra filosófica sin más, sino que las reflexiones están bien integradas en la narración. Los dos primeros tomos tienen un formato episódico, es decir, que en cada capítulo Amano y Sakurai se encuentran con una persona y con un caso distinto, cosa que les permite tratar el tema de las almas desde distintas perspectivas y tocar varias cuestiones. Me sorprendió lo diversas que eran esas historias y cómo podían ser todas tan dramáticas. El problema es que llega un punto en que se hace repetitivo. Además, este tipo de estructura hace que los personajes principales no evolucionen ni se cuente mucho sobre ellos.

Por suerte, la obra cambia en los dos últimos tomos (especialmente al final del tercero) y se centra por completo en la historia de Amano y cosa que hace que la historia gane coherencia y profundidad en personajes y temas. Me hubiera gustado que el manga tuviera un hilo conductor claro desde el principio, pero como bien explica Maekawa, en los primeros tomos no tenía muy claro hacia donde quería ir, y es más adelante cuando decide centrarse.

Si hay algo que me está resultando interesante de los mangas que no tienen los libros son las notas del autor donde este habla acerca de su propia obra. Sí, algunos libros lo incluyen, pero suele ser muy genérico. Aquí el autor profundiza en las motivaciones que le empujaron a escribir esta obra, lo que quería transmitir con ella, y como su visión de lo que quería hacer fue cambiando con el paso de los años.

En cuanto a los temas, la trama es la excusa perfecta para reflexionar sobre la naturaleza del alma, los límites del libre albedrío y las razones por las que vivimos. Me gustan los libros que dan lugar a debate morales: ¿tienen alma los animales? Si el alma de una persona tiene un futuro prometedor, ¿hay que salvarla aunque sea a costa de la libertad de esa persona? ¿Qué es aquello que nos hace humanos? Además, el autor se atreve a dar su opinión sobre el tema y no se limita solo a plantear los debates. 

Pese a todo, hay una contradicción que me ha molestado. Muchas veces los protagonistas son conocedores de la identidad de los culpables de crímenes terribles, pero no dicen nada porque ellos no son los encargados de impartir justicia, no se ven capacitados para decidir qué está bien y qué está mal. Pese a ello, muchas veces intervienen en la vida de la gente y no son del todo imparciales, cosa en la que no se profundiza. Es más, si su objetivo es que las almas recuperen su rumbo, deberían priorizar que la gente cambie de parecer y no solo salvar el alma. Muchas veces se encuentran con gente que quiere suicidarse, pese a que el plan de su alma no es ese, y en lugar de enviarles al psicólogo o hablar con ellos, les piden permiso para asesinarles, cosa que hará que su alma se salve.

La ambientación me ha parecido muy interesante. Al principio tenia muchas preguntas, pero la mayoría de los cabos sueltos se han ido resolviendo. Quizás como fallo mencionar que en los dos primeros tomos el narrador repite demasiadas veces en qué consiste el trabajo de los protagonistas y cómo funciona, quizás para ayudar a lectores que se incorporan a media historia.

En cuanto a los protagonistas, tenemos a Sakurai, un joven de unos treinta años y a Amano, un adolescente. El primero está más inclinado a que la gente siga viviendo y se encarga de ver la historia del alma de esa persona, mientras que Amano se encargar de extraer el alma y se dice en varias ocasiones que no está vivo, cosa que demuestra con una actitud fría respecto a la conservación de la vida humana. Me hubiera gustado conocer más a Sakurai, especialmente sobre su pasado y cómo se convirtió en lector de almas. El que más evoluciona es Amano, especialmente en los dos últimos tomos y la forma en que se resuelve todo es espectacular. El final resulta ser un broche de oro para esta historia, pues impacta, al mismo tiempo que resulta coherente.

La trama ya es impresionante, pero es que el dibujo es sin duda la parte más potente de la obra. Kataoka hace un trabajo soberbio a la hora de plasmar las personalidades y los dramas de los distintos personajes a través de su trazo, preciosista y preciso. Ha logrado que sea natural y realista, detallado sin parecer recargado y con los fondos justos y necesarios. A veces abusa un poco de las onomatopeyas, pero es increíble lo bien que transmite las emociones de los personajes y muchas escenas resultan impactantes gracias a la fuerza de sus dibujos. Las expresiones están muy bien delimitadas, de manera que se da una gran importancia al lenguaje no verbal. Es un dibujo atrayente, de línea sencilla y poco recargado, que cuenta con algunos paneles interesantes y que dota de una personalidad propia a la obra, capaz de atraer al lector desde un primer vistazo. Para mí, solo le falta estar en color para ser perfecto. He de admitir que he quedado enamorada del diseño de Amano, a mí me parece guapísimo (y por eso solo has puesto dibujos en los que sale él). 

En conclusión Livingstone ha resultado ser un manga de tono reflexivo muy interesante. Los dos primeros tomos, más episódicos, profundizan en el sentido de la vida y en el alma humana, mientras que los dos últimos siguen un hilo principal que permite profundizar en los protagonistas, sin olvidar los temas de la obra. El dibujo es exquisito, y logra equilibrar detalle con naturalidad, dando como resultado unas imágenes preciosas con unos diseños muy realistas. Si buscáis un manga que os aporte algo, no sé a qué estáis esperando.

Cosas que he aprendido:

  • Nuestro entorno nos predetermina más de lo que creemos
  • Lo importante es vivir, no saber por qué estamos vivos

Y ya para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads:




    

PUNTUACIÓN...3'5/5! (Tomos I-II)



PUNTUACIÓN...4/5! (Tomos III-IV)

2 comentarios:

  1. Pues me alegras que lo hayas disfrutado. No me termino de animar con este género. Y aunque el tono reflexivo de estos tomos me atraen, no creo que me llegue a animar con todo lo que tengo pendiente.
    Besotes!!!

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"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney