sábado, 1 de marzo de 2025

Ratón de biblioteca, de Miya Kazuki y Suzuka

Título original: Honzuki no Gekokujou ~Shisho ni Naru Tame ni wa Shudan wo Erandeiraremasen~ Dai 1-bu 「Hon ga Nai nara Tsukureba Ii!」 (本好きの下剋上 ~司書になるためには手段を選んでいられません~ 第一部 「本がないなら作ればいい!」)
Guion: Miya Kazuki
Dibujo: Suzuka
Diseño de personajes: You Shiina
Traducción: Joan Eloi Roca (tomo 1), Makoto Morinaga (tomo 4), Raquel Viadel (tomos 2 y 3)
Editorial japonesa: To Books
Editorial española: Kitsune Manga     
Colección: Kitsune Manga
Formato: Tomo B6 (130x180) rústica (tapa blanda) con sobrecubierta
Sentido de lectura: Oriental
Números en japonés: 7 (serie completa)
Números en castellano: 7 (serie completa)

Sinopsis:
Una estudiante universitaria a la que le encantan los libros desde que era pequeña muere en un accidente y resucita en un mundo completamente distinto del que no sabe nada en absoluto. Ahora es Myne, la enfermiza hija de cinco años de un pobre soldado. Las personas de ese mundo apenas saben leer y los libros prácticamente son inexistentes, además de muy caros. Así que Myne decide convertirse en bibliotecaria para vivir rodeada de libros para siempre. Sin duda, esta es una historia dulce que hará las delicias de los amantes de la lectura y de los ratones de biblioteca.

Opinión:

Aunque G me recomendó este manga porque a la protagonista le chiflan los libros, no tenía ninguna esperanza de que fuese a gustarme: soy una persona aficionada a las tramas y giros de guion. ¿Cómo iba a gustarme una novela tan sencilla como esta, en la que la trama es casi nula? La protagonista es una amante de los libros. Con eso lo digo todo.

Es una historia con toques juveniles, no vamos a negarlo, y la trama, como bien me había divertido G, escasea, pero el dibujo es bonito, tiene momentos políticos complejos y la protagonista adora los libros. Si tú eres un ratón de biblioteca como yo, solo te pido que le des una oportunidad.

Antes que nada, me gustaría contaros un poco sobre el origen de esta historia. Resulta que este manga es una adaptación de una serie de novelas ligeras (novelas juveniles) escritas por Miya Kazuki. Con la aprobación de la autora, se encargó a una dibujante la versión manga de la historia, es decir, esta es una obra por encargo. Eso no se aprecia en absoluto, ya que, al mismo tiempo es un proyecto de pasión: la dibujante, Suzuka, adora esta historia. Esto lo podemos ver en las páginas finales de cada tomo, donde tanto Miya Kazuki como Suzuka nos hablan de la creación de este manga: la primera nos cuenta qué opina de la adaptación y la segunda cómo se ha documentado y qué es lo que más ha disfrutado plasmar en el papel.

Este manga es un isekai, un subgénero de los mangas de fantasía en los que el protagonista se teletransporta o se reencarna en una persona de otro mundo. Es lo que le ha sucedido a Mine, una joven que, tras morir en un terremoto aplastada por sus libros (la pesadilla de cualquier lector), se ha reencarnado en una niña de cinco años de un mundo similar a nuestra Edad Media.

Antes que nada, la única forma de que te guste esta historia es hacerle una concesión: la protagonista está caricaturizada. La historia es bastante realista y cuenta con un gran trabajo de documentación, como os contaré; sin embargo sobre todo al principio, pretende satirizar a una lectora que, de repente, se encuentra en un mundo donde los libros están fuera de su alcance. Es por eso que, nada más despertar, lo único que le importa a Mine es leer libros. Cero dramas con ser ahora una niña pequeña, no poder volver a su mundo y haber dejado atrás a toda su familia y amigos. Hay que tomarse la exageración como lo que es, una exageración. Además, la obra justifica en cierta medida ese desapego de Mine por su mundo: vivía recluida en su habitación, con sus libros, sin apenas contacto con la gente. Más allá de esto, el resto es realista, e incluso el ansia de Mine por los libros, se va relajando a cada tomo.

Es la primera vez que leo un isekai; de no ser por G, no sabría que el resto no son así. Según me ha contado, lo habitual en este tipo de historias es que el personaje humano quede maravillado ante el nuevo mundo de fantasía y que lo descubramos junto a él. Aquí tenemos eso y cómo los conocimientos de Mine sobre nuestro mundo se pueden aplicar en este, cosa que no suelen hacer el resto de historias de este estilo. Así, más que descubrir cosas sobre un mundo de fantasía, esta historia nos permite apreciar la comodidad con la que vivimos, así como descubrir cómo fabricar objetos cotidianos.

El objetivo de Mine es leer libros, así que cuando se da cuenta de que su familia es pobre y que nunca tendrá acceso a ellos, decide que fabricará sus propios libros. Es una chica que ha leído muchísimo y sabe de cualquier tema; además, su madre le enseñó artesanía, por lo que tiene una gran habilidad. El manga es consciente de que la teoría no es lo mismo que la práctica; Mine sabe mucho, pero no lo tendrá nada fácil y la mayoría de sus intentos por fabricar papel se irán al traste: no solo es un mundo con materiales distintos, sino que no tiene acceso a la mayor parte (ella es una niña y son carospor ser caros) ni la fuerza necesaria para trabajarlos (recordemos que tiene cinco años). 

Las dificultades son también lingüísticas: conserva los recuerdos de la verdadera Mine y conoce el idioma de este mundo, sin embargo hay palabras de esa lengua que no conoce y cosas para la que todavía no existe una palabra.

Junto a la protagonista, descubriremos no solo la parte más técnica de la fabricación del papel, sino también de objetos cotidianos que no existen en este mundo fantástico y que Mine patenta (champús, crepes, broches de tela, pastel de cuatro cuartos...), así como otras cosas que le enseñan a hacer (como velas). A simple vista, esto puede parecer aburrido; nada más lejos de la verdad: está explicado de forma sencilla y muy entretenida, sin que parezca que te dan lecciones. Si no fuese tan manazas, estoy segura de que podría fabricar las mismas cosas que Mine siguiendo sus instrucciones; en las páginas finales la dibujante nos cuenta entusiasmada cómo se inscribió a cursillos y cómo se documentó para aprender a hacer lo mismo que la protagonista y cómo plasmarlo en el dibujo.

Como veis, es una historia con pocos sobresaltos, que nos muestra de forma realista el día a día de Mine durante dos años. Junto a la protagonista, iremos descubriendo cómo era vivir en aquella época, las diferencias entre clases sociales y las características propias de este mundo. No hay un gran trabajo de worldbuilding, la ambientación se semeja a nuestra Edad Media, pero los pequeños detalles distintivos me han encantado: la gente tiene el pelo natural de colores diversos, hay unos árboles cuyo fruto solo sale los días soleados de invierno y después sale volando, otro árbol crece a una velocidad de vértigo y puede arrasar el territorio, etc. Toda esta información del mundo se introduce paulatinamente de forma lógica: al ser Mine una niña pequeña enfermiza, no sale de casa y no sabe mucho del mundo.

Mine tiene muchos dones, pero un gran impedimento: es débil y enfermiza. Padece una enfermedad grave desconocida que la deja febril y postrada en cama durante días. A causa de esto, no puede hacer un gran esfuerzo físico; ya en el primer capítulo vemos que ir hasta la puerta de casa la deja agotada. Poco a poco irá mejorando y fortaleciéndose, aunque la enfermedad seguirá siempre ahí, consumiéndola y dejándola incapacitada en más de una situación. Además, es una chica de constitución débil, por lo que puede mejorar hasta cierto límite. Esto me encanta: no solo no es frecuente que los protagonistas sean físicamente débiles, sino que este obstáculo la obliga a delegar en otros y establecer relaciones para conseguir sus objetivos.

A esto hay que sumarle que el personaje de Mine es bastante realista (a excepción de su pasión por los libros). Quizás es demasiado mañosa y lista; sin embargo, como no conocemos su pasado (algo en lo que me hubiera gustado que se profundizara), su habilidad y sus conocimientos podrían estar justificados. Por lo demás, no es nada fácil retratar a un adulto en el cuerpo de un niño (véase el nefasto trabajo de verosimilitud de El detective Conan) y aquí se logra bastante bien. Para algunos, el comportamiento de Mine será demasiado aniñado; sin embargo, a mí me parece lógico, tanto porque interpreta un papel a ojos de los demás como porque conserva los recuerdos de la verdadera Mine, cosa que influye en su forma de ser (somos nuestros recuerdos). La mayor parte del tiempo, Mine habla y se comporta como una niña muy lista, pero nada que levante muchas sospechas. Todo hay que decirlo: la serie es valiente y cuando un personaje empieza a sospechar, Mine le cuenta la verdad y se plantea la moralidad de estar engañando a todo el mundo y haberle robado la vida a otra chica. 

Como veis, es un personaje que, pese a estar satirizado (sobre todo al principio) y ser demasiado hábil, me encanta. En general, creo que he conectado mucho con esta historia ya que me siento muy identificada con la protagonista, no solo por la pasión por los libros, sino también por la debilidad física y esa mirada infantil del mundo.

La gracia de este manga, más allá de la pasión de Mine por los libros, son las relaciones que se forjan entre personajes. Lo mejor es la familia (el padre, la madre y la hermana) de Mine, todos encantadores. Apoyan a Mine siempre que pueden, la regañan si es necesario y buscan lo mejor para ella. A lo largo del manga, veremos su dinámica, sin embargo, me ha gustado especialmente el capítulo de la reunión familiar (mi favorito de todo el manga) en el que Mine les cuenta la verdad sobre su estado de salud, las esperanzas de vida que le quedan y el elevado precio de la cura. Un capítulo emotivo en el que se muestran los estrechos lazos que ha creado con su familia.

Otro personaje relevante es Lutz, un chico de la edad de Mine con el que hará buenas migas: Lutz quiere convertirse en mercader y Mine le propone que venda los libros que ella fabrique. Es un chico monísimo que se desvive por la protagonista y siempre se presta a ofrecer una mano. No es un secundario que orbite alrededor de Mine, sino que tiene sus propios problemas: sus padres no aceptan el oficio que ha escogido, no se lleva bien con sus hermanos y se siente inmaduro en comparación con Mine. Supongo que, a la larga, surgirá un romance entre ambos; sin embargo, por ahora, son grandes amigos.

Sin dejar de ser un niño, lo que menos me ha convencido es la madurez, no solo de Lutz, sino de todos los niños que nos presentan de este mundo. Sin importar la clase social, todos son responsables, piensan en su futuro, se preocupan por contribuir en casa y no tienen un comportamiento especialmente infantil; normal que Mine no destaque tanto. No sé hasta qué punto en la Edad Media era así y claro, hay que tener en cuenta que esto es un mundo distinto; sin embargo, se me hace difícil de creer que a los seis años entren a trabajar como aprendices y desempeñen tareas de cierta responsabilidad. Mine, por ejemplo, frecuentemente se encarga de cocinar y hay otra niña de la misma edad a la que le permiten llevar las finanzas del hogar. La historia no hubiera funcionado si los personajes tuvieran once años (no tendría sentido que a esa edad Mine no supiera más cosas), pero es que esa es la edad que parece que tienen. Especialmente, toda la parte del comercio, pese a que me ha encantado, me resulta inverosímil con la edad de los protagonistas. Los adultos deberían extrañarse más de que Mine sea capaz de leer y elaborar un contrato justo para una patente o que sea capaz de regatear.

Además de la fabricación de objetos cotidianos, algo sobre lo que se aprende en este manga es sobre el comercio. Todas las conversaciones entre comerciantes son fascinantes: los trueques, el pago con información, el regateo, las técnicas que usan para conseguir mayores beneficios... Tampoco diría que es emocionante, ya que en este manga hay poca tensión; sin embargo, son conversaciones llenas de astucia, batallas dialécticas en las que gana aquel que saca mayor provecho. Uno de los comerciantes que tiene más protagonismo es Benno, maestro de Mine y Lutz. Es una persona ambiciosa que quiere sacar tajada de cualquier asunto, sin dejar de lado nunca a los suyos y que enseñará valiosas lecciones a Mine.

El último tomo diría que me ha gustado un poco menos del resto porque hay varias conveniencias de guion. La Iglesia (con toda su política), que no había sido mencionada hasta el momento, tiene aquí un papel capital. Fue extraño que no se hubiera introducido antes y que nadie se la hubiera mencionado a Mine. El final también me pareció bastante conveniente y en cierta manera cuestionable: no solo parece que lo de la enfermedad de Mine se resuelve, sino que el personaje hace cosas que hasta el momento no podía hacer. En todo caso, eso es algo que se verá más adelante: el séptimo no es el último tomo ni por asomo.

La publicación de este manga es bastante extraña. Para empezar, se basa en una serie de 33 novelas ligeras, de las que estos tomos adaptan tres: la cosa va para largo. En segundo lugar, para avanzar más deprisa, han dividido la saga en partes y han asignado un dibujante para cada parte... que van publicando simultáneamente. Así, las partes 2, 3 y 4 se han publicado simultáneamente, pese a que se pisan cronológicamente. Un caos. El caso es que esta primera parte tiene un final medianamente satisfactorio, pese a no ser completamente cerrado, y que en España, si los siguen trayendo (cosa que espero que sea así), se publicarán de forma cronológica.

Os he hablado del final y ni siquiera he mencionado el dibujo. Es preciosísimo. Fin. Lo cierto es que no tengo mucho que decir, más allá de que los diseños de personajes son característicos, que el paneling presenta poca innovación, que hay los fondos justos y necesarios y que, en general, se ve precioso. El dibujo es como en las portadas, pero en blanco y negro (no siempre es así). No me he sentido perdida en ningún momento y lo he podido seguir todo bastante bien. Solo en algún momento me he confundido debido a que hay bocadillos que no indican quién está hablando.

Lo más destacable son las onomatopeyas. Normalmente, las ignoro, porque no están traducidas o no entiendo la traducción, así que me pierdo parte de la escena. En este caso, la autora ha optado por usar palabras en lugar de onomatopeyas, de manera que pone cosas como "peinar, peinar" en lugar de "fru, fru", cosa que me permite seguir las escenas con agilidad. Os dejo con un par de ejemplos:


Más allá de los comentarios finales de la dibujante y la autora de las novelas ligeras, los tomos incluyen otros materiales extra. Primero hay capítulos complementarios que no se publicaron hasta la compilación en tomo. Todos me han encantado y me enfada que no sean parte de la historia: aportan mucha información y muestran escenas relevantes. En segundo lugar, hay historietas cortas de la autora de las novelas ligeras, con personajes terciarios o nuevos. Al ampliar el mundo, son interesantes, pero son terribles porque están tan mal escritos que cuesta de leer. El manga está bien traducido, así que no sé si es cosa del traductor (quizás era otro) o si son así en el original. No son solo errores ortográficos, sino que presentan graves problemas de redacción y con los tiempos verbales.   

En conclusión, Ratón de biblioteca es una historia sencilla y preciosa que conquistará el corazón de cualquier amante de los libros. Aprovecha el género isekai para que el lector aprecie más las comodidades a las que está acostumbrado y aprenda de artesanía, en concreto, cómo elaborar papel. Es un manga con mucho trabajo y documentación detrás y que intenta ser realista siempre que puede; lo único que está exagerado es la pasión de la protagonista por los libros. Mine es un personaje que, más allá de esta concesión, está muy bien construido. Tiene un comportamiento muy infantil en algunas ocasiones y muy maduro en otras, cosa que se debe a su naturaleza: es una niña de cinco años que antes era una veinteañera, así que los recuerdos de ambas vidas chocan. Es cierto que tiene demasiados conocimientos y habilidad con la artesanía, pero también tiene un gran impedimento: es débil y enfermiza, por lo que debe crear vínculos con los demás para que la ayuden a conseguir sus objetivos. Las relaciones entre personajes son lo más interesante. La relación familiar es preciosa, así como la amistad entre Mine y Lutz y cómo Benno se convierte en un segundo padre para ella. El dibujo es sencillo, bonito, con los fondos justos y necesarios y un diseño de personajes bastante reconocible. El hecho de usar palabras descriptivas en lugar de onomatopeyas me parece un plus, ya que permite que las escenas sean fluidas. En cuanto al mundo no está tan trabajado (es similar a nuestra Edad Media), pese a que cuenta con particularidades originales y no tiene inconsistencias.



Cosas que he aprendido:

  • Cómo fabricar objetos cotidianos (velas, champú, broches)
  • La teoría no es lo mismo que la práctica
  • Fabricar papel es muy difícil
  • Técnicas de fabricación de papel
  • Estrategias de los comerciantes relacionadas con las patentes
  • Cómo hacer bien un isekai
  • Hacer que el protagonista sea enfermizo crea dinámicas distintas a las habituales.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads

PUNTUACIÓN...4/5!

Primeras Líneas...


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"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney