El arcano y el jilguero, de Ferran Varela, es uno de mis libros favoritos del mundo mundial. Y he venido hoy aquí para convenceros de que lo leáis ya mismo. Podría hablar de todas las reflexiones que hay sobre moralidad, de cómo el autor logra que empatices con un protagonista completamente deleznable que comete todo tipo de atrocidades o del rico folclore del mundo fantástico que construye. En su lugar, dejaré que la poesía de sus palabras os convenza. Es una novela muy oscura escrita con una prosa tan bella que se te saltan las lágrimas. Podéis encontrar mi reseña en el blog, así como algunos fragmentos más. Por mi parte, os dejo a continuación mis citas favoritas. Os animo a leerlas en voz alta y con voz pausada, fijándoos en la cadencia de la prosa.
El protagonista, de la novela, el Arcano, pese a todos los rumores que circulan sobre él, no posee ningún tipo de magia, más allá de un dominio absoluto de las palabras. Su leyenda y el temor que inspira se basan, en su mayor parte, en historias que él mismo ha inventado y difundido. Para él, la razón de ser de un relato va más allá de dar un mensaje o comunicar una información. A mí me gustan las obras con moraleja, siempre y cuando esta no sea muy directa, pero coincido con el personaje en que, a veces, las historias están ahí para ayudarnos a empatizar con otras personas, para acercarnos a emociones que no hemos experimentado, para rememorar recuerdos y para desarrollar nuestra imaginación. Todas esas funciones me parecen muy necesarias para mejorar nuestra relación con el mundo, nuestras habilidades comunicativas y para conocerse mejor a uno mismo.
En el caso de la segunda cita, me gusta mucho cómo expresa la impotencia que sentimos al enfrentarnos a una situación o sentimiento que nos supera. A veces, simplemente, no hay palabras. En más de una ocasión (casi siempre funerales) me he encontrado con que el otro necesitaba consuelo, pero su dolor era tan grande que no me veía capaz de decir nada para apoyarle. Creo que en esos casos, más vale dejar de lado las palabras vanas y las frases manidas y dar un abrazo a la otra persona o compartir con ella el dolor. Que conste que no todo es negativo. Alguna vez he sentido un amor tan fuerte por alguien que eso también me ha dejado sin habla. De nuevo, en esos casos, creo que es mejor que hable el cuerpo.
Las dos últimas citas realmente no tienen un mensaje, pero me gustan por lo poética que es la prosa y lo bien que suena todo. La primera de ellas es una narración del protagonista para que la otra persona coja el sueño. En el caso de la segunda, el protagonista se prepara para empezar a contar una historia e intenta que el ambiente y el entorno acompañen el momento.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Espero que os hayan gustado las citas y que os haya convencido para leer la obra.
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Hola
ResponderEliminarNo conocía esta historia, me traes cositas por descubrir, me llama lo que dices del protagonista (al final el mismo se hizo su historia). Curioso y me gusta. Apuntado
un bes💕