martes, 3 de septiembre de 2024

Trilogía Los obradores de maleficios, Libro I: Gata blanca, de Holly Black

Editorial: Umbriel
Traducción: Carlos Loscertales
Páginas: 288
Autor: Holly Black
Año de edición: 2022
Año original de publicación: 2010 
Título original: White cat

Sinopsis:
Cassel está maldito. Atormentado por el recuerdo de la chica de catorce años a la que asesinó. La vida en el colegio es una prueba constante, y en su casa todo es incluso peor. Allí nadie olvida que Cassel es un asesino. Nadie olvida que Cassel no es un obrador de maleficios.
La familia de Cassel trabaja para una de las cinco grandes familias mafiosas de Estados Unidos. Desde que la magia se prohibió en 1929, sus practicantes se han visto arrastrados a la clandestinidad y la vida delictiva. Y aunque la gente sigue necesitando sus servicios, maleficios, asesinatos y transformaciones, la vida es dura. Su abuelo se ha dado a la bebida, su madre cumple condena en la cárcel y sus hermanos lo detestan por ser el único de la familia incapaz de obrar magia.
Sin embargo, en el seno de la familia de Cassel se oculta un secreto. Un secreto aterrador que él está a punto de heredar: la verdad.
«Gata blanca» es una extraordinaria novela que nos lleva a un mundo transformado por la magia. En este mundo, solamente un 1% de la población es capaz de hacer magia, pero sus poderes son dignos de una pesadilla.

Opinión:

Cada vez estoy más desencantada con las novelas juveniles: presentan conceptos muy interesantes que no se exploran con la profundidad y el detalle que a mí me gustaría. Eso no significa que no disfrute de este tipo de obras; solo es que me dejan con un sabor agridulce. Eso es lo que me ha pasado con Gata blanca, un libro que empecé con pocas expectativas, que me cautivó por el mundo que presentaba y que me dejó con la miel en los labios.

Cassel vive en un mundo como el nuestro, con la diferencia de que algunas personas nacen con capacidades especiales: son obradores de la suerte, de la memoria, físicos, de las emociones, del sueño, de la muerte o de la transformación, siendo los primeros los más numerosos y los últimos los más escasos. Si una de estas personas te toca con la mano, puede maldecirte, a cambio de sufrir una reacción a menor escala de la maldición que han obrado. Aunque se les llame "maldiciones", no tienen por qué ser negativas: un obrador de la suerte puede provocar buena suerte o un obrador de las emociones puede provocar euforia, por ejemplo. Los obradores están perfectamente integrados en la sociedad, cosa que no significa que sean aceptados: desde hace varias décadas, el uso de los poderes de los obradores está penado por ley.

Si uno quiere adentrarse en esta novela y disfrutarla, tiene que estar dispuesto a hacer concesiones. No tiene ningún sentido que un mundo con obradores evolucione exactamente igual que el nuestro a nivel tecnológico. Tampoco es lógico que no haya habido legislación al respecto hasta hace un par de décadas y que no se hable de cómo se ha gestionado la situación en otros países. No se explora las consecuencias políticas, sociales y económicas de un mundo en el que hay gente con estos poderes, más allá de algunos detalles que están bien (la gente siempre lleva guantes, existen amuletos contra los maleficios, han descubierto una prueba cerebral para determinar si eres un obrador o no), pero que son insuficientes. No se explica exactamente el funcionamiento de los poderes, no solo a nivel científico, sino tampoco a nivel técnico: no sabemos cuáles son los límites de las habilidades de cada tipo de obrador y, en general, no parece que haya información al respecto ni en libros ni Internet, pese a que los obradores llevan ahí desde el principio de la humanidad.

Lo más interesante para mí de la novela era el funcionamiento del mundo, cosa que, para mi desgracia, no se desarrolla. Me he quedado con mil dudas en el tintero porque el desarrollo del mundo es muy pobre. Que no aparezcan ciertos detalles lo puedo perdonar, pero no cuestiones vitales como el funcionamiento de todos los poderes de los obradores, o que nos digan que hay pocos obradores, cuando casi todo el elenco tiene algún tipo de poder.

A favor de la novela cabe decir que toda la información sobre el mundo (la poca que se nos ofrece) está muy bien integrada, con naturalidad, porque los personajes conocen cuál es la reacción que sufre un obrador de memoria o qué pasa cuando te obran llevando un amuleto encima. No hay sobreexposición y la narración en primera persona habla de todo ello sin artificio. Ahora bien, hay muchas cosas que el protagonista desconoce y que no se molesta en investigar.

El segundo tema central de la obra son los bajos fondos. Cassel pertenece a una familia de timadores y sus hermanos y su abuelo tienen estrechos vínculos con una mafia. El protagonista domina todo tipo de trucos para estafar a la gente, cometer pequeños hurtos y allanar casas. Hace tres años asesinó a su mejor amiga, Lila, en un arrebato y desde entonces no ha querido saber nada más de los delitos de su familia.

La familia de Cassel son criminales de verdad, de esos que no tienen perdón ni redención: matan a gente si el jefe de la mafia lo pide o engañan a los ricos para beneficiarse ellos. A diferencia de otras obras juveniles, aquí la familia es mala gente, cosa que no significa que traten mal a Cassel, al contrario, le tienen mucho cariño. Todos son obradores de una manera u otra, excepto el protagonista, que ha tenido que sacarse las castañas del fuego para estar a la altura pese a no tener habilidades extraordinarias y sentirse inferior. Puede que la relación entre ellos sea tensa, pero en el fondo se quieren y apoyan, y todo lo hacen por el bien de la familia.

A lo largo de la novela, veremos algunos timos organizados por Cassel que son bastante inteligentes y que le salen bien, pese a que él no es un profesional y tiene sus fallos. Todo lo relacionado con la mafia me ha parecido mucho menos cuidado, porque se trata superficialmente y lo poco que vemos del jefe de los mafiosos no es nada intimidador. Vengo de Ciudad de jade, una novela centrada en una familia mafiosa, y sé que a esto le falta profundidad. El mayor problema de esta novela es que tiene demasiadas pocas páginas (280) como para desarrollar correctamente tanto el mundo como el funcionamiento de una mafia. 

La trama es interesante por el mundo que presenta y lo carismáticos que son los personajes, pero tampoco no es nada del otro mundo. Cassel tiene recuerdos confusos del día en que asesinó a Lila y quiere esclarecer lo ocurrido, así como averiguar qué le pasa últimamente a su cabeza. La trama es bastante previsible y casi todo el tiempo me adelantaba a los descubrimientos del protagonista. Si buscas una historia trepidante y llena de giros, no la vas a encontrar (pese a que hay un par de giros muy buenos relacionados con la familia de Cassel, que os recuerdo que NO son buena gente). Lo importante no es tanto lo que sucede, sino cómo el protagonista reacciona a ello.

Cassel es un personaje inusual porque al igual que el resto de su familia, no tiene redención. Sí, se arrepiente cada día de haber matado a Lila, pero no de todos sus otros crímenes. Es un delincuente nato y nunca se plantearía realmente abandonar los bajos fondos porque es el mundo en el que ha crecido. No hay que tenerle lástima, porque no es víctima de sus circunstancias, sino que realmente disfruta con los timos y los engaños. Eso sí, no actúa con verdadera maldad y tiene sus límites morales. Lo más interesante es ver cómo lidia con sus conflictos internos, consecuencia de sus acciones pasadas y de los actos de su familia.

Más allá de los hermanos y el abuelo (la madre sale muy poco porque está en prisión preventiva), hay un par de personajes secundarios más, amigos del colegio, que solo son personajes de apoyo. También hay un romance con una chica que está bien, porque se lleva cociendo desde hace muchos años, pero que no tiene sentido aquí debido a que ella sufre un trauma importante, al que casi no reacciona. No me ha parecido realista su actitud y espero que se desarrolle mejor en los siguientes libros.

El final cierra el conflicto central de la novela, pero abre otros nuevos. Tengo muchas ganas de leer la segunda parte, porque la novela deja al Cassel ante un dilema complicado. No creo que tarde en ponerme con ella.

En conclusión, estamos ante una novela juvenil sencilla y muy entretenida, con una trama previsible, pero unos personajes lo suficientemente carismáticos como para que quieras seguir leyendo. Cassel no solo es un personaje gris que pertenece a una familia de criminales, sino que pasa por muchas cosas, sobre todo a nivel psicológico y debe lidiar con muchas situaciones que harán temblar su balanza moral. El mundo es muy interesante, lástima que esté tan poco desarrollado; solo te convencerá la novela si haces muchas concesiones y pocas preguntas sobre las consecuencias de que parte de la población tenga poderes. Encontrarás timos y estafas bien construidas, así como la intervención de la mafia, aunque el papel de esta sea escaso. Es un libro con un buen planteamiento al que le faltan muchas páginas.

Cosas que he aprendido:

  • El concepto de la magia es muy interesante.
  • Consejos para timar a la gente.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:

PUNTUACIÓN...3/5!

Primeras Líneas...

4 comentarios:

  1. Hola
    Voy a pasar de puntillas, porque lo tengo en estantería y en lista de muy próximas lecturas
    Un bes💕

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  2. A veces los libros nos dejan con dudas, porque no terminan de aclarar las cosas que más nos interesan, pero bueno, lo importante es disfrutar con la lectura y veo que eso sí lo han conseguido estos libros. No leo libros juveniles sobre todo por eso, porque al final no me llenan
    Me encantan las cubiertas, todas con gatos!!!

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    Respuestas
    1. Sí, a cada uno le interesa lo que le interesa. A mí me gusta que desarrollen mucho el mundo y no puedo culpar a la autora por no querer incidir en ello. Además, como dices, es juvenil, y es algo que suele pasar en este tipo de obras.

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"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney