miércoles, 11 de septiembre de 2024

Monster (Kanzenban, Tomos IV-VI), de Naoki Urasawa


Título original: Monster (モンスター) 
Edición original: Kanzenban (完全版)
Guion: Naoki Urasawa
Dibujo: Naoki Urasawa
Traducción: Marc Bernabé y Verònica Calafell
Editorial japonesa: Shogakukan 
Editorial española: Planeta Cómic
Formato: Tomo A5 (148x210) rústica (tapa blanda) con sobrecubierta
Sentido de lectura: Oriental
Números en japonés: 9 (serie completa)
Números en castellano: 9 (serie completa)
Tomo IV
ISBN: 9788467476644
Fecha de publicación: 24 noviembre 2009.
Páginas: 416

Sinopsis (tomo IV):
Johan se ha ganado la confianza de Schuwald, la persona más influyente la región de Baviera. Ahora es su mano derecha. ¿Pretende aparecer en el mundo económico germano como una joven promesa?
Mientras, Richard, un detective privado, recibe un encargo de Schuwald, y mientras investiga los extraños acontecimientos alrededor del mismo, percibe algo enorme y malvado tras ellos. Entonces, empieza a luchar contra alguien tan espantoso como un monstruo, pero…¿ALGUNA VEZ SALDRÁN A LA LUZ LAS MAQUINACIONES DE JOHAN? Al saber que Tenma quiere quitarle la vida, Johan se dedica a llevar una vida tranquila. Sin embargo, de pronto estalla a llorar y pierde el sentido. ¿Qué diablos es ese libro escrito en checo?

Opinión:

Hace cosa de un mes publiqué mi opinión sobre los tres primeros tomos en edición Kanzenban de Monster. Hoy os traigo la reseña de los tres siguientes, aunque os adelanto que con esta reseña voy a añadir pocas cosas nuevasA medida que avanza una serie, la historia puede tomar ciertos derroteros que la hagan mejorar o empeorar, sin que la base cambie: una historia que empieza siendo un diez, rara vez se desmoronará a un cuatro, y viceversa. En este caso, la obra ha mejorado en algunos puntos, sin que hayan cambiado los defectos y virtudes generales. 

Nada que decir que no se haya dicho ya del espectacular dibujo: es muy realista (sin rastro de la caricaturización o exageración propia del manga) especialmente en cuanto a las expresiones, que buscan la emoción en la sutileza; presenta un diseño de personajes muy variado y sin idealización, tanto en lo referente a los cuerpos como a los rostros, algo nada fácil si tenemos en cuenta lo numerosos que son; los fondos están muy bien conseguidos, ya que sin resultar cargantes, complementan la escena y sitúan la acción y a los personajes.

No hay cambios notables respecto al paneling: está bien y es fácil de seguir, pero muestra poca innovación. Una lástima que siga sin indicarse correctamente cuando termina un capítulo y empieza el siguiente, porque eso hace que se produzcan algunos cambios de escena muy bruscos. También es una pena que no se traduzcan las onomatopeyas: ofrecen información relevante que el lector en español se pierde. Por suerte, no son abundantes.

A nivel de trama, sigue habiendo muchas casualidades y conveniencias de guion que resultan molestas. No funcionan como motor de la trama, Dios nos libre, sino que atan la historia de tal forma que no queda ningún cabo suelto, cuando en la vida real el azar juega un papel importante y, a veces, las cosas suceden sin más. Se nos quiere vender a Johan como alguien omnipresente, que está siempre detrás de todo, pese a que eso no es posible; incluso las mentes más brillantes se encuentran con imprevistos y es inevitable que no todo salga como se había planeado.

En estos tres tomos conoceremos mucho mejor a Johan y veremos sus habilidades de manipulación en acción. Es aterradora su capacidad por fisgar en los rincones más oscuros de cada persona, hacerlas dudar sobre ellos mismos y empujarlas al abismo. Aquí se ve su inteligencia y el control que ejerce sobre diversos personajes, así como lo intrincados que son sus planes. De todas formas, no me he creído que pueda estar metido en tantos tinglados a la vez: a su corta edad, no le ha podido dar tiempo a hacer tantas cosas.

Como ya pasaba en anteriores tomos, el buenismo de Tenma es una constante en la obra. Estos tres tomos vuelven a estar plagados de pequeñas escenas en las que se demuestra que Tenma es muy buena gente y que su influencia es capaz de cambiar el curso vital de otras personas. Esto no estaría mal para contrastar con la empresa que se ha propuesto (matar a Johan), el problema es que pasa demasiadas veces y resulta casual y artificial. Una persona rara vez se encuentra a lo largo de su vida con tantas situaciones en las que tiene la posibilidad de comportarse heroicamente o de impactar con sus palabras tanto en la vida de alguien. Lo más interesante del personaje es que iremos viendo cómo la persecución hace mella en él y le hunde en un pozo de miseria. Por muchas buenas acciones que haga, cada vez es más capaz de matar a Johan, algo que significará su propia destrucción.

Los secundarios que ya conocíamos siguen desarrollándose, en especial Lunge. Su cabezonería le convierte en una parodia del inspector inteligente que era. Por muchas pruebas que tenga, se niega a creer en la existencia de Johan, hasta el punto de romper por completo con su familia, perder su prestigio como inspector e intentar meterse en la cabeza de Tenma para comprenderle. Tiene algunos puntos muy ridículos que te inspiran lástima, más que nada porque la actitud del personaje está muy bien justificada: si su inteligencia, que es lo único en lo que confía ciegamente, le falla, entonces no le queda nada. De todas formas, parece que en último tomo el personaje de Lunge ha dado un giro y se muestra más abierto a aceptar ciertas cosas.


Eva, por desgracia, sale menos, al igual que Nina, cuya pérdida de memoria es muy conveniente. Dieter, que estaba muy de fondo, protagoniza un pequeño arco, donde demuestra lo mucho que ha crecido. Roberto, por su parte, es una presencia muy amenazante, la sombra de Johan, con la capacidad de aparecer en cualquier momento.

Más allá de los secundarios ya conocidos, aquí se nos introducen a nuevos personajes bastante relevantes. Eso se debe al hecho de que Tenma deja de monopolizar la narración: a partir del cuarto tomo, Monster se convierte en una obra polifónica. En los tres primeros tomos podíamos encontrar algunos capítulos narrados por otros personajes y al final del tercero el papel protagonista recaía en Karl. En su momento, este cambio repentino de narrador no me gustó; estaba muy acostumbrada a la presencia constante de Tenma. Aquí, en cambio, dejamos a Tenma de lado para cambiar de narrador cada pocos capítulos. Al final, ver distintos puntos de vista se agradece: así tenemos una perspectiva más general de la incidencia social de Johan y Tenma deja de acaparar la historia. Además, estos narradores no son personajes aleatorios, sino que algunos ya habían aparecido antes como personajes terciarios, mientras que otros se conectan con los protagonistas más adelante.

Karl sigue apareciendo aquí, aunque no me ha parecido un personaje muy memorable. En general, estaba bien hasta que deja de ser relevante para la trama. A partir de ese momento toma algunas decisiones que no son lógicas para lo que nos habían mostrado de él, se deja de profundizar en su psique y termina por desaparecer de la trama. Toma el relevo el expolicía Richard, protagonista de varias escenas espectaculares. Su arco está muy bien llevado, al igual que el tema del alcoholismo. Grimmer me ha encantado. Su diseño es muy característico y llama la atención por esa extraña sonrisa que tiene. Es muy buena persona (sin ser tan buenista como Tenma), no sabe tratar con la gente y su pasado me ha parecido muy trágico. Más en segundo plano están el psicólogo Reichwein y el policía novato Suk; ambos están bien caracterizados, pero no me han parecido tan destacables.

En cuanto a la trama, me he sentido un poco perdida temporalmente, porque no queda claro el paso del tiempo. A veces transcurren meses entre una escena y la siguiente y no nos lo dicen en ninguna parte. Por lo demás, aunque temía que estancara, no ha sido así. Por una parte, al tener tantos narradores distintos, en cuyos dramas personales nos centramos, la obra se siente más dinámica. Por otra parte, al ver actuar a Johan, dejamos de estar tan centrados en la persecución de Tenma (él persigue a Johan mientras la policía le persigue a él) y profundizamos en los temas principales de la obra: la culpa, la corrupción policial y el monstruo que anida en nuestro interior.

De todo ello se habla en profundidad en los análisis de dos páginas que hay al final de cada tomo. Estos textos me siguen encantando, tanto por la profesionalidad con la que están escritos como por lo mucho que aportan al lector, al permitirle comprender mejor la complejidad de la obra.

Antes de terminar, pasaré a comentar con un poco más de detalle cada tomo, sin spoilers.

Tomo IV: poco a poco, Karl pierde importancia en favor de Richard. La trama de este último me ha gustado mucho, en especial porque muestra la capacidad de manipulación de Johan. Conoceremos mejor a Reichwein y tendremos algunas escenas que reiteran el buenismo de Johan (con el señor del bosque y la doctora ilegal). El arco de Dieter con los niños sectarios está bien llevado, sin embargo, está muy desligado de la trama general y solo sirve para dar protagonismo a Dieter. 

Tomo V: la trama de la biblioteca nos muestra la maldad de Johan, capaz de arrebatárselo todo a alguien. Nos presentan a Grimmer, estrechamente relacionado con el Kinderheim 511, y empezaremos a investigar sobre la madre de Johan. Aquí también nos presentan a Suk y veremos cómo Johan trata de incriminarle, al igual que hizo con Tenma. 

Tomo VI: El tiroteo es una de mis escenas favoritas por la tensión y el miedo que transmite. Todo está bien: la disposición de viñetas, el dibujo atmosférico, los diálogos, la expresividad... Además, la historia de Steiner el magnífico es muy dramática. De nuevo, hay un par de casualidades molestas, como que la primera vez no escuchen la cinta al completo, y no termino de entender por qué Johan persigue a la antigua policía Checoslovaca (en el fondo creo que solo quiere liarla), y todo ello hace que el tomo no sea tan bueno. Hay un par de capítulos de Lunge el japonés, quien va evolucionando, del pasado de Margot (que no viene mucho a cuento) y de Nina paseando, quien tiene mucho menos protagonismo del que esperaba. Veremos de nuevo la habilidad para manipular de Johan con el niño que busca a su madre, pero la historia se resarce demasiado en la miseria humana. El capítulo final es de los que menos me han gustado, porque muestra por qué la novela insistía tanto en presentar a Tenma como a un héroe.

En conclusión, estos tres siguientes tomos de Monster tienen los mismos defectos y virtudes que los tres primeros, pero suponen una cierta mejora. El dibujo, realista y detallado, encaja muy bien con el tono serio de esta obra de corte policial. Al fin conoceremos mejor al antagonista, Johan y veremos en acción su habilidad para manipular a la gente. Este cambio, junto al multiperspectivismo que ofrecen nuevos narradores, ayudan a que la trama no se estanque. Por desgracia, las casualidades campan a sus anchas y hay muchas escenas de relleno que solo reiteran el buenismo de Tenma. Lo mejor es que los personajes nuevos suponen un soplo de aire fresco y sirven para ofrecer nuevas perspectivas de los temas centrales de la obra. 

Cosas que he aprendido:

  • Detalles que desconocía de la cultura japonesa.
  • La habilidad de Johan para manipular a Richard y al niño.
  • Reiterar en el buenismo de un personaje puede hacer que resulte cansino.

Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:



PUNTUACIÓN...4/5!

1 comentario:

"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney