Entre una cosa y la otra, parece ser que me he aficionado a escribir crónicas de los eventos literarios a los que asisto (puede que la expectación de algunos seguidores también tenga algo que ver) Me lleva un montón de tiempo, es verdad, pero me resulta útil para rememorar el viaje y quizás os convenza para asistir el año que viene. Voy a intentar por todos los medios que esta entrada sea más corta que la de la HispaCón, que al final tuve que publicar en dos partes (las podéis leer aquí y aquí).
La crónica de hoy es sobre el Festival 42 que tuvo lugar en Barcelona entre el 8 y el 12 de noviembre, aunque nosotros no llegamos hasta el 9 de noviembre. Ya había estado antes en Barcelona con G y Patt, en 2019, cuando fuimos a la Book Con BCN. En esa ocasión, dejamos que Patt se encargara de seleccionar el hotel y nos negamos en redondo a coger el transporte público: como nos parecía muy caro, recorrimos la ciudad a pata. Por desgracia, en esta ocasión no contábamos con Patt Agente de Viajes y tuvimos que organizarlo nosotros. Resumen: sale mal.
En cuanto al alojamiento, apostamos por lo seguro y fuimos al hotel B&B Mollet, situado en la zona de, sí, Mollet. Ya habíamos ido otras veces a hoteles de esta cadena y fue como esperábamos: una habitación pequeña con los muebles justos y necesarios, una ducha en la que cabíamos dos, un servicio de desayuno muy caro que no tiene vigilancia, una máquina de chocolate caliente (¡y también agua, cosa que descubrimos el último día!) y una atención al cliente cuidada. Tampoco pedíamos más, la verdad, y el precio era muy razonable.
Además, como no queríamos pillarnos los dedos, escogimos el hotel (que entraba en nuestro presupuesto) que estuviera más cerca del festival: media hora en transporte público. No sabíamos el berenjenal en el que nos estábamos metiendo.
No sé si sois de Barcelona o si habéis estado allí alguna vez, pero ahora ya sé que, la primera vez que visitamos la ciudad, la razón por la que no nos desplazamos en transporte público no fue el precio: es necesario un máster de varias semanas para comprender cómo funciona.
No voy a proceder a explicarlo, porque ni siquiera ahora estoy muy segura de haberlo entendido, pero sí que os contaré los problemas que tuvimos. Para empezar, resulta que el aeropuerto es más grande de lo que pensábamos (y eso que dedicamos una noche a explorarlo en un viaje anterior) y que para ir de una terminal a otra hay media vida de distancia. Así que claro, la ruta que nos proponía Google Maps desde la Terminal 1 y que nos dejaba directamente en el festival no nos valía para nada, porque estábamos en la Terminal 2.
A continuación descubrimos que una cosa es Barcelona Ciudad (que tiene autobuses y metros/trenes propios) y otra Barcelona Provincia, de manera que el billete de lo uno no vale para lo otro. Un señor muy majo (que luego reencontramos en el Festival 42 y con el que trabamos amistad) nos explicó que a Mollet se iba en Rodalies, que estaba a dos saltos de distancia, cosa que hacía que la tarifa fuera más cara. Estábamos perdidísimos, porque no teníamos ni idea de las diferencias entre trenes/metros/autobuses, ni sabíamos nada del sistema tarifario. Al final se resolvió: por 20€ cada uno, adquirimos un billete que te permitía viajar en Rodalies todo lo que quisieras hasta el 31 de diciembre. Lo demás, compramos los billetes uno a uno.
Esta imagen tan distópica es de una de las estaciones |
Aquí podéis ver la cantidad de libros que compró G. Los míos solo son los cinco de abajo. |
Libros que me firmaron |
Se nota que tras este festival hay dinero, no solo porque trajeron a autores de renombre de lugares muy alejados del planeta, sino también porque tenían muchos recursos (traducción simultánea, varias pantallas y altavoces, auriculares para escuchar la traducción, etc.). El equipo técnico era grande y trabajaron de forma muy profesional. No solo todo estaba bien señalizado, sino que resolvían de inmediato cualquier incidencia técnica, desde cambiar los micros o auriculares que fallaban a controlar las luces del escenario o grabar las charlas.
A diferencia de otros festivales a los que he asistido, el Festival 42 busca convertirse en un espacio de encuentro, pero también de reflexión sobre el género fantástico. Es por eso que el tono de las charlas era mucho más técnico y académico, sin que por ello resultara menos ameno. El objetivo principal no era presentar autores, sino charlar sobre qué aportaba su obra o qué opinaban ellos sobre la evolución de la literatura fantástica o de la ciencia ficción. Las charlas con autores más conocidos estaban enfocadas a un público general, mientras que las demás iban dirigidas a un público más especializado, de manera que había un buen balance entre lo uno y lo otro. Eso sí: no es para niños. Y esto lo digo porque vi a varios padres que traían a sus hijos pequeños con la esperanza de tenerlos entretenidos y que tuvieron que dar media vuelta.
He leído críticas por ahí relacionadas con el tema de la lengua, puesto que la mitad de las charlas fueron en catalán. Entiendo que hay gente de toda España que viene al Festival 42, pero también entiendo que no es un evento privado, sino financiado con dinero de la comunidad autónoma, por lo que es lógico que la lengua principal sea el catalán. No todas las charlas eran en esa lengua: si el ponente solo conocía el castellano, se hacía en castellano, mientras que si no hablaba ninguno de los dos idiomas, se hacía en inglés (y en un caso en chino) con traducción simultánea.
La organización, más allá de lo mucho que nos costó encontrar el sitio y que tardaron en publicar los horarios, fue espectacular: las charlas eran a horas razonables, solo se superponían tres charlas como máximo, todas empezaban y terminaban a la hora indicada y había tiempo suficiente para ir de un sitio a otro. Además, el espacio para firmas estaba bien delimitado y había un par de puestos con libros, aunque poca cosa.
Para mí, lo único mejorable fue el lugar. Todo el festival se celebró en un mismo edificio, la fábrica Fabra i Coats. Está muy bien que todo sea en el mismo sitio, porque así tienes tiempo para ir de una conferencia a otra, el problema es que es un edificio de carácter industrial, tanto por dentro como sus alrededores. En la calle había un puesto de información, pero una vez entrabas en el patio exterior, faltaba señalización y te perdías entre las callejuelas y los edificios en construcción. Era como entrar en una distopía decadente.
Por dentro, el edificio no era mucho mejor. Todas las salas estaban bien equipadas y dos de ellas eran muy espaciosas, pero era un espacio muy alternativo y el ambiente no era muy literario, sino que sentías que, en efecto, estabas en el interior de una fábrica. Por dentro podría haberse trabajado mucho más la ambientación y por fuera podría haber más señalización y puestos de libros o merchandising.
Como en las anteriores crónicas, a continuación detallaré un poco mis impresiones de cada conferencia. Como de costumbre, G y yo nos dividimos para luego contarle al otro lo que habíamos extraído de ellas, pero solo os hablaré de aquellas a las que yo asistí. Antes de leerme, os recomiendo darle un vistazo al vídeo promocional de 2023, que les quedó de lujo.
CHARLAS
JUEVES
1. Negro, muy negro, distópico oscuro (Anna Maria Villalonga, Jordi de Manuel, Joan Roca Navarro y Sergi Puertas): Muy poco interesante. El presentador tenía muchas habilidades y se notaba que conocía bien la novela de los cuatro autores, pero ni me interesaron las obras ni tampoco lo que comentaron, ya que en general las preguntas eran bastante típicas: si eran autores de brújula o de mapa, cómo se organizaban, cuáles eran sus futuros proyectos... Además, los cuatro autores tampoco tenían tanto en común porque, solo dos de las obras eran distopías (y ni siquiera eran más negras de lo habitual). Rescato un par de reflexiones: el mal nos llama más la atención que el bien porque rompe con la rutina, cuando la sociedad experimenta más inestabilidad es cuando surgen las mejores obras literarias, el conflicto de una obra siempre será negativo para alguien y una cita de Emil Cioran "la historia es el antídoto de la utopía".
(Créditos: Pep Herrero) |
VIERNES
1. Revolución o extinción: distopías, utopías y viceversa (Jaume Valor y Eloi Juvillà Ballester): Interesantísimo. No solo hicieron buenas reflexiones y explicaron muchas cosas que no sabía, sino que además los dos ponentes tenían muy buena dinámica. Fue muy curioso cómo se notaba su formación como arquitectos y también que eran mucho más cinéfilos que lectores, porque recomendaron un montón de películas, muchas de las cuales no eran ni adaptaciones. Incluso mencionaron el manga y el anime, que suelen caer en el olvido. Lo que más me impactó fue la reflexión sobre el objetivo de las distopías. En principio, son obras revulsivas que pretenden ponernos sobre aviso del futuro que nos aguarda si no cambiamos nuestro presente, pero la proliferación de estas obras ha conseguido que tengan un efecto analgésico sobre la población: si hagamos lo que hagamos nuestro futuro es funesto, ¿para qué molestarnos y no valorar lo que tenemos ahora? Ya no intentamos cambiar el mundo porque el que tenemos nos parece mucho mejor que cualquier futuro posible. Dejar de creer en las utopías nos impide evolucionar y crecer como sociedad. Lo que no me convenció fue que, pese a la defensa acérrima de los ponentes por las utopías, tan populares en el pasado, según ellos, pusieran pocos ejemplos. Otras cosas interesantes que mencionaron fue que las distopías siempre suceden en ciudades, que hoy en día nos impactan menos los desastres naturales porque estamos acostumbrados a verlos en el cine, que las distopías suelen centrarse en cambiar un único aspecto de la sociedad (obviando el resto) y que hay cierto toque utópico en las distopías juveniles porque la gente que es buena siempre vence. Ambos ponentes habían escrito un libro cada uno y, aunque no hablaron de ellos en ningún momento, me los apunté: la obra de un autor me llama la atención si tiene algo que decir.
(Créditos: Pep Herrero) |
3. El Cosmere, según Brandon Sanderson (Brandon Sanderson): No esperaba mucho y aún así fue una decepción. Para empezar, sabía que era en línea, pero no que iba a ser en diferido y en formato entrevista pregunta-respuesta. Eso para mí no tiene ningún valor. Con la pereza que me dan a mí los vídeos. A eso hay que añadirle que la presentadora tenía un inglés pésimo y que Sanderson (hasta entonces no le había visto con barba, pero le queda muy mal) no nos prestaba la más mínima atención, porque aprovechaba el tiempo para firmar unas tarjetitas que nos entregaron al final de la charla. Es cierto que esto último fue todo un detalle, pero también es verdad que me parece una falta de respeto prestar tan poca atención a tu interlocutor y a tu público. En cuanto a contenido, también fue una pérdida de tiempo porque ni habló del género fantástico, ni de escritura ni de su obra. En su lugar, el autor se dedicó a dar información sobre proyectos que tiene en marcha y próximas publicaciones. A mí lado estaba un señor (el que nos había dado indicaciones en el tren) que no conocía al autor y que no se enteró de nada. Fue una conferencia muy similar a los Words of Brandon que suele hacer el autor periódicamente sobre sus avances en escritura. Me cuesta mucho entender el ansia de la gente por este tipo de cosas, porque yo no tengo ninguna prisa por leer sus libros y esta información complementaria me aporta poco porque no está dentro de la obra. Aquí podéis acceder a la grabación de la charla.
SÁBADO
1. Misterios del norte: las fronteras del thriller especulativo (Maite R. Ochotorena y Carolina Sarmiento): No me pareció nada interesante. Creí que explicarían en qué consistía el thriller especulativo y que reflexionarían sobre el género, pero en su lugar ambas autoras hablaron de sus respectivos libros. Las preguntas que les hicieron eran las típicas y no aportaron nada nuevo. No me llamó la atención ninguno de los dos libros.
2. Ciberfeminismos: arte, ciencia, género y tecnología (Remedios Zafra y Teresa López-Pellisa): Es cierto que la charla anterior me provocó sueño, pero esta me pareció tan insoportable que me hubiera ido si no hubiera sido porque estaba sentada en primera fila. Fue la charla más densa de todo el festival. Estoy segura de que ambas conferenciantes sabían mucho sobre el ciberfeminismo, pero parecía que pretendían presumir de conocimientos en lugar de compartirlos. Ambas hablaron de forma muy técnica, haciendo largos circunloquios e incisos, de manera que perdía el hilo constantemente. No me enteré de nada.
3. Steven Erickson: del monumento de Malaz a la renovación de la épica (Steven Erickson): La anterior charla me había dejado el cerebro hecho papilla y esta fue en inglés, por lo que me enteré mas bien poco. Si no me gustó fue culpa mía, porque a G le encantó. Tenemos gran parte de la obra de Erickson en la estantería, pese a que aún no hemos leído nada suyo. El autor fue majo y contó cosas interesantes sobre su obra. Por ejemplo, yo no tenía ni idea de que era arqueólogo ni de que había escrito ciencia ficción. Al final de la charla nos firmó el libro. Aquí podéis acceder a la grabación de la charla.4. Vampiros, cazadores e implantes cibernéticos: los mundos indestructibles de Jay Kristoff (Jay Kristoff): Al parecer, soy la fan número uno de este autor, pese a que no he leído nada suyo. La primera cosa que descubrí en esta charla fue la cantidad de libros suyos que tengo en mi estantería, y yo sin darme cuenta: los tres de Las guerras del Loto, Iluminae, dos de Nuncanoche y seguro que aún me dejo alguno. La segunda cosa que descubrí es que el autor es australiano. En general me gustó mucho cómo hablaba y me quedo con frases como "No puedes arreglar un coche que no existe", en referencia a que solo puedes convertirte en escritor si escribes, por muy mal que lo hagas, porque ya tendrás tiempo de pulir el texto más adelante. Tras la charla, el autor me firmó el libro y fue muy majo. Aquí podéis acceder a la grabación de la charla.5. Fantasía oscura: la nueva hornada en femenino (Lucía G. Sobrado, Eva Amuedo y Paula Gallego). Una charla muy decepcionante, porque la obra de las tres autoras tenía poco de oscura. Escriben personajes grises, pero con un punto de redención y eso no es realmente fantasía oscura. Sarah J. Maas, el referente de las tres autoras, no pertenece al género, a diferencia de Abercrombie. De las tres conocía a Paula Gallego por sus novelas de romance juvenil y a Lucía G. Sobrado por su bilogía de Bruma roja. Pese a que esta última era la que más me llamaba la atención, al final me convenció más Paula Gallego, porque, como mínimo, con su libro pretendía hablar sobre algo, aunque fuera un tema muy mascado, y era consciente de que la obras de fantasía sirven como metáfora para hablar del mundo; Lucía G. Sobrado ni se lo había planteado. Este no fue su único tropiezo: también dijo que le gustaba ambientar la novela en bosques porque la gente ya sabe cómo son y no hay que esforzarse en describir. Por otra parte, hablaron de las dificultades de las mujeres para hacerse un hueco en el mundillo, pero afirmar que si Robin Hoob fuera un hombre, tendría tanto éxito como Martin, me parece ir demasiado lejos. Martin ha triunfado por su adaptación, no por ser un hombre.
6. Transhumanismo e inmortalidad en la utopía: un recorrido histórico (Francisco Martorell Campos): Otra charla fascinante en la que el ponente explicó muy bien el concepto de «transhumanismo» y lo relacionó de forma coherente con la literatura. El ponente dominaba el tema, pero no hacía gala de ello, sino que lo exponía de forma ordenada y sencilla, para aquellos que no estábamos familiarizados. Este sí que puso ejemplos de utopías, pero en su mayoría eran ensayos; hacer novelas utópicas es muy difícil, puesto que la utopía es incompatible con el conflicto. Además, de todos los conocimientos que he adquirido, de esta charla me quedo con las reflexiones. Nunca me había planteado, por ejemplo, que casi todas las distopías cuentan con un gobierno totalitario o las desigualdades sociales derivadas del transhumanismo. Incluso hoy en día se invierte mucho en investigar cómo prolongar nuestras vidas, mientras que en sociedades menos desarrolladas mueren jóvenes. Pero de todo lo que se habló en la charla, lo que más me impactó fue darme cuenta de que somos incapaces de imaginar un futuro sin pobreza, sin clases sociales o con un buen sistema de gobierno.
7. Wu Ming-Yi: Realismo mágico y conciencia medioambiental (Wu Ming-Yi): A diferencia de las otras charlas con autores extranjeros, en esta la traducción simultánea fue bastante deficiente. La traductora no solo parecía no dominar del todo el chino, sino que tampoco el catalán, por lo que comprendí una palabra de cada tres. Y no solo yo, sino también el autor, porque en varias ocasiones sus respuestas poco tenían que ver con la pregunta. Otra cosa que no me gustó de esta charla es que se dio más importancia a la nacionalidad del autor que a su obra. Se hizo muy poco énfasis en su novela, pero descubrí que en China los artistas están tan mal vistos que los padres del autor no han leído ningún libro suyo (es más, su madre no sabe leer) y muy poca gente vive de lo que publica. El autor fue muy cordial y respetuoso y nos contó algunas anécdotas personales que reflejaban algunos estereotipos que tenemos asociados con la cultura china, como su abnegación por el trabajo. Aquí podéis acceder a la grabación de la charla.8. La gran mesa del 42: ¿Qué futuro tiene que recrear el género? (Tim Pratt, Wu Ming-Yi, Ann Leckie, Cat Rambo, Ada Hoffmann, Steven Erikson y Malka Older). No puedes desaprovechar la oportunidad de tener a tantos autores reconocidos en una misma ciudad y no reunirlos. El problema es que las mesas redondas con tanta gente no funcionan y menos si los ponentes no se conocen ni tienen demasiado en común, por lo que primaban las preguntas individuales por encima del diálogo, sobre todo en el caso de Wu Ming-Yi. Como algunos autores publicaban ciencia-ficción y otros fantasía, hablaron de la fina línea que separa ambos géneros. Nunca me había parado a pensar que los golems son exactamente lo mismo que los autómatas, pero funcionan mediante magia en lugar de tecnología.
1. Mesa, rol y dados: cómo convertir las novelas en juegos y viceversa (Ferran Varela, Greta Mustieles Salvador y Marc Pastor): Es cierto que últimamente G y yo nos hemos aficionado a los juegos de mesa, pero fuimos a esta charla por Varela y Marc Pastor. Ambos tienen mucha labia, pero lo cierto es que el tema de la charla no daba para mucho. Me gustó el debate sobre si los juegos de mesa derivados de las novelas atraían a nuevos lectores o no, así como la explicación de Greta sobre el tema de los derechos de autor en juegos de rol que se basan en universos ya existentes.
2. Mortales o inmortales: los retos de la vida eterna en la realidad y en la ficción (Ricard Solé, Salvador Macip, Carme Torras Genís y Francisco Martorell Campos): Esta mesa redonda estaba formada por la cantidad justa de personas; si hubieran sido más, hubiese sido muy desequilibrado. Todos los ponentes eran expertos en el tema, se coordinaban bien y hablaban como una única voz. No hablaron demasiado de literatura, pero sí que nos contaron qué avances técnicos y médicos existen actualmente y cuáles son cosa de la ficción. Hablaron tanto de la inmortalidad genética como de la digital, pero a día de hoy siguen siendo metas inalcanzables, pese a lo mucho que triunfan en literatura. Teniendo en cuenta la cantidad de libros que hay sobre ambos temas, al parecer nos parece más fácil imaginar un futuro en el que somos inmortales que no un futuro sin capitalismo, bancos o hipotecas.
(Créditos: Pep Herrero) |
3. El boom del fantasy: ¿puede ser que a la gente joven no le guste la realidad? (Jay Kristoff, Giovanni Nucci y Maite Carranza): Muy buena mesa redonda en la que hablaron de cómo el género fantástico triunfa entre los jóvenes, quizás porque en esas obras se habla de cualquier tema sin tapujos (¡es fantasía, qué más da!), a diferencia de las novelas realistas, que se consideran más serias y a las que se juzga más duramente. También mencionaron que muchas veces tienen que rebajar la realidad, para que la novela sea verosímil. Por último, hablaron del colonialismo de la literatura inglesa, pues al ser la que más puebla nuestras estanterías, está logrando que su imaginario sea el nuestro. Leemos muchas traducciones inglesas, pero eso no es recíproco, porque los ingleses leer muy pocas traducciones, sean del idioma que sean. Aquí podéis acceder a la grabación de la charla.
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Hola pues si que has estado atareada, me encantaría poder asistir algún año. Ya veremos, gracias por la información
ResponderEliminarPues te animo a ir el año que viene^^
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