Entiendo que los lectores actuales no sientan la más mínima curiosidad por la premisa de esta obra: un joven caballero, una hechicera y su marido, experimentado vencedor de dragones, se embarcan en una aventura para derrotar al dragón que asola las tierras de Bel. El lavado de cara que ofreció Nova con la nueva portada, más adaptada a los tiempos actuales, sin duda fue todo un acierto (ya veréis más abajo las pavorosas ediciones más antiguas) y más aún el hecho de añadir la recomendación de Sanderson en primera fila. El problema es que en España muy pocos conocen a Barbara Hambly (tiene dos trilogías traducidas, pero descatalogadas porque son de los noventa), por lo que me temo que esta reedición no ha tenido el impacto esperado, ni siquiera el suficiente como para impulsar la publicación del resto de la saga.
Confieso que yo también empecé la novela con ciertas reticencias y muy pocas esperanzas, pero al final he terminado encariñándome con la obra. Es una lástima que no estén traducidos los siguientes libros, pero por suerte, el final es completamente cerrado; seguramente las otras novelas serán solo más aventuras del trío protagonista.
Título: Vencer al DragónAutora: Barbara Hambly
Nº de páginas: 416
Editorial: Ediciones B
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788466661584
Año de edición: 2017
Traductora: Margara Auervach
Año de publicación original: 1985
Sinopsis:
Cuando la Gruta de Ylferdun es ocupada por Morkeleb el Negro, solo el joven e ingenuo Gareth se atreve a adentrarse en las lejanas Tierras del Invierno en busca del Vencedor de Dragones. Pero hace mucho tiempo que John Aversin se enfrentó a uno, y ya no queda en él rastro del héroe que antaño fue. Solo una promesa del Rey, quien está dispuesto a prestar su ayuda a las desdichadas Tierras del Invierno si lo logra, lo convence de llevar a cabo tan peligrosa hazaña. Pero no todos los vencedores de dragones aparecen en las baladas. Y es que la hechicera Jenny Waynest, esposa de Aversin, se verá obligada a emprender con él un viaje que la llevará a enfrentarse a sus propios dragones y tomar una decisión: quedarse al lado de su familia o abandonarla para conseguir el poder que cualquier mago desearía dominar.
Hoy en día, los lectores de fantasía estamos cansados de Tolkien, como demuestran el triunfo de autores como Sanderson o Abercrombie. También historias de valerosos caballeros que se enfrentan a fieros dragones para rescatar a la hermosa princesa hace mucho que dejaron de generar interés. En los ochenta, Barbara Hambly ya era consciente de ello, por lo que decidió escribir una novela donde subvertía este tropo y empoderaba a la mujer. Con gran maestría, logra ambos propósitos, hasta el punto de que tanto la subversión como la protagonista femenina se convierten en el punto fuerte de la novela.
La mayoría de novelas actuales buscan (por suerte) representar a mujeres fuertes e independientes, con mayor o menor acierto. Por desgracia, todavía hay autores que creen que ese tipo de mujer solo puede ser una guerrera habilidosa que abraza las características masculinas y repudia la feminidad (pese a que suele tener una belleza canónica y por lo general contrae matrimonio al final de la novela) además de tener una mentalidad actual (sin importar en qué contexto histórico se ambiente la obra). Afortunadamente, en mis últimas lecturas me he topado con autoras conscientes de que un buen personaje femenino no lucha en contra de su esencia, sino de los estereotipos que lo encorsetan. Es el caso de Garras y colmillos o el de esta novela, Vencer al dragón (sí, casualmente ambas novelas tratan de dragones).
La protagonista absoluta de la historia es Jenny, una hechicera de mediana edad, con dos hijos y un amante, John Aversin. Pese a estudiar la magia desde su más tierna infancia, los poderes de Jenny son escasos: decidió dividir su tiempo entre la dedicación a la magia y aquellos a los que ama, sus hijos y John, su marido, pese a que no están casados para no tener ataduras. Es una mujer libre que va de un lado a otro sin que le pidan explicaciones, sin seguir ninguna norma de etiqueta e interviniendo siempre que lo considera necesario. No por ello penséis que es una salvaje; la libertad es poder elegir quién quieres ser. Jenny es una mujer cultivada, empática, razonable y responsable, pese al hecho de que a veces se deja llevar por su ambición.
El eje central de la novela es la lucha interna de Jenny, quien se debate constantemente entre permanecer con su familia o adquirir más poder, entre la opresión de las responsabilidades y la libertad del conocimiento. Me hubiera gustado que se trabajara más la relación con sus hijos, que casi no aparecen, pero dejando eso de lado, el debate tiene mucha profundidad y gana complejidad con la intervención del dragón. Los capítulos centrados en las dudas de Jenny son la mejor parte y al final resuelve muy bien el conflicto.
John Aversin, regente del norte, es su marido y ostenta el título de Vencedor de dragones, porque venció a uno en su juventud, y el de Mejor marido, por lo bien que trata a Jenny. La relación entre ambos es preciosa por la química que tienen y lo bien que se entienden el uno al otro, a veces sin palabras. Son una pareja que lleva junta muchos años y son un buen ejemplo de relación positiva. Ambos se quieren sin necesidad de grandes demostraciones de afecto y pese a no estar siempre de acuerdo con las decisiones que toma el otro, las aceptan y le ofrecen su apoyo. John le da a Jenny toda la libertad que esta quiere, hasta el punto de que si ella quisiera marcharse un día de su lado, no la retendría. Todo un ejemplo a seguir.
Es una lástima que el personaje de John no esté tan trabajado como el de Jenny, ni mucho menos. La relación entre ambos está muy bien construida, pero me ha faltado conocer más a fondo a John y que tuviera más protagonismo. Es un hombre carismático, que sabe tratar con la gente, preocupado por los suyos y sacrificado por su pueblo. Le fascinan los libros, es muy curioso y aunque es hábil con la espada, solo la usa en caso de necesidad. Le conocemos mediante su interacción con los demás e intuimos cómo se siente, pero no le conocemos más que superficialmente.Tanto John como Jenny son adultos, con su carga de responsabilidades y experiencias a cuestas. Gareth, en cambio, tiene la perspectiva ingenua de aquel que aún no sabe cómo es la vida. Es un joven caballero de linaje noble que cree que el mundo es como en las baladas, por lo que encontrarse con nuestra pareja protagonista supone para él un golpe de realidad. Gareth madura a lo largo de la novela, pero tampoco entramos demasiado en su psique y en algunas ocasiones su forma de actuar y la de su entorno no se corresponden con su rango. Se nota que el personaje sirve principalmente para hacerle notar al lector algunas de las subversiones que introduce la novela, y lo cierto es que llega a hacerse un poco pesado con el hecho de que la realidad no es como en las historias: atacar a un dragón de frente a campo abierto es pedir la muerte, elaborar estrategias es importante para lograr tus objetivos, no hay que arriesgar la vida por la gloria, etc.
Dejando de lado esa falta de sutileza, todo el tema de la subversión está muy bien llevado, especialmente en lo referente al dragón. A diferencia de lo que viene ser habitual, no estamos ante un monstruo sin consciencia, al contrario, sin dejar de lado su naturaleza animal, es un ser con sus propios deseos, miedos y ambiciones. El perfil psicológico del dragón está bastante bien trabajado y la relación entre él y Jenny está muy bien llevada. La autora retrata muy bien cómo siente un dragón, quien tiene una forma distinta de percibir el mundo y concebir la existencia.
«No había sonido, pero su ritmo hablaba a la sangre de Jenny. Imágenes trenzadas que ella no podía sentir del todo ni comprender por completo se retorcían en su conciencia: nudos de recuerdos, de oscuridad estrellada que el sol nunca había tocado, del cansancio gozoso de un amor físico cuyos modos y motivos eran extraños para ella, y de matemática y relaciones curiosas entre cosas que ella nunca había pensado en relacionar»
La otra antagonista, Zyerne, la hechicera amante del rey, por desgracia, no está tan trabajada ni por asomo. Se nos vende como una mujer poderosa, astuta y manipuladora, pero no profundizamos lo suficiente en el personaje ni se le dedican suficientes escenas como para conocer los entresijos de su mente, que prometen ser muy complejos. Es un personaje que empieza siendo imponente, pero se desinfla poco a poco porque queda relegada en la trama, hasta el punto de perder convertirse en una caricatura del Mal.
Hay algunos personajes más, pero si ya les falta fuerza a los protagonistas, imaginad los secundarios. La relación de amistad entre Policarpio y Gareth podría estar más trabajada, los gnomos podrían tener verdadero protagonismo, en lugar de observar cómo humanos y dragones se disputan su hogar, y las criaturas del norte podrían ser algo más que un obstáculo en el camino. Si la novela hubiera desarrollado todo esto, en lugar de centrarse exclusivamente en Jenny, habría ganado mucho en complejidad.
Curiosamente, a la novela le faltan páginas para tratar correctamente a todos estos personajes, pero al mismo tiempo le sobran páginas, no tanto porque haya relleno, como porque la prosa es demasiado recargada. Para empezar hay un exceso de comparaciones que no aportan nada, en alguna ocasión, siete en una sola página.
En segundo lugar, las descripciones son excesivamente líricas, encadenando una subordinada tras otra, de manera que te pierdes a la mitad. Me ha costado muchísimo imaginarme los escenarios porque los describe de forma poética y poco clara. Aquí podéis leer algunos ejemplos.«Mientras cruzaba las piedras escarchadas de las ruinas, desangradas de todo su color diurno por el agua débil de la luz de la luna, lo sentía allí, con ella»
«Ahora, el humo vagabundo del fuego era una mancha de seda gris en el aire pálido de la mañana»
«El fuego moribundo arrojaba extrañas chispas color ámbar contra el laberinto de marfil de las torres invertidas que había más arriba y brillaba levemente contra los extremos de las cadenas rotas de las lámparas que colgaban de la negrura de la bóveda»
Suerte que la trama es sencilla y ahí sí que no me he perdido en ningún momento. Es cierto que una vez se encuentran con el dragón, la historia toma derroteros distintos, pero no es una novela con giros inesperados. Aun así, quieres seguir leyendo por los personajes; yo no tenía claro qué pasaría con Jenny hasta que ella se decide, pese a que es algo completamente tan lógico.
Lo que ya no me ha parecido tan lógico son algunas conveniencias de guion, como que los gnomos no tengan un papel más activo en la trama y no ayuden a los protagonistas. También hay algunas partes apresuradas y resumidas, como el aprendizaje con Mab, pero también en la abrupta forma que termina la batalla contra Zyerne; el punto de vista de John era crucial en esa parte.
Pese a que esa batalla es un caos narrativo, el último capítulo es una obra maestra porque resuelve de forma magistral el conflicto interno de Jenny y el cierre del personaje resulta redondo. Está bien narrado, con el lirismo justo para ese momento y con una reflexión que cierra a novela con un broche de oro. Como ya anunciaba al principio, esta es una primera parte y el resto no están traducidos (ni tampoco parece que los vayan a traducir por ahora), pero que eso no sea impedimento para leerlo porque el final es completamente cerrado. Supongo que en las siguientes novelas nos encontraremos con otra aventura con los mismos protagonistas o protagonizados por secundarios, pero no tengo ni idea de qué camino puede tomar, porque todos los arcos de personaje me parecen bien cerrados.
En conclusión, Vencer al dragón es un libro que trata de maravilla la subversión del tópico del dragón, explorando su psicología, y que construye muy bien a una protagonista fuerte e independiente que se debate entre permanecer con los suyos o perseguir sus ambiciones. El resto de personajes, tanto principales como secndarios, quedan eclipsados, la antagonista entre ellos, y no tienen la profundidad que deberían tener. Aunque la trama es sencilla y previsible, la autora innova mediante la subversión, así que sabes qué pasará, pero no qué decisiones tomarán los personajes. Lo más denso es el lenguaje, en especial las descripciones, porque pecan de un exceso de lirismo y se abusa de las comparaciones, hasta el punto que los paisajes y las acciones resultan confusos. Es una obra precursora de la fantasía actual que subvierte tropos y trabaja muy bien a la protagonista femenina, pero que descuida al resto del elenco y la descripción del entorno. Merece la pena darle una oportunidad, pero sin olvidar que el lenguaje puede ser denso.
Cosas que he aprendido:
- La canción del oro justifica muy bien el amor de los dragones por ese metal.
- Una buena resolución a la diatriba de conocimiento y poder vs familia
- Un buen ejemplo de relación sana.
Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:
PUNTUACIÓN...3/5!
Primeras Líneas...
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¡Hola! Yo lo leí el año pasado y me pareció un rollo, muy lento, me aburría en exceso, le puse dos estrellas en Goodreads, no me atrapó. He leído tu reseña y comparto contigo muchas de tus opiniones. Muy buena, por cierto.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
¡Hola, Merche!
EliminarEntiendo lo que dices. Pese a lo revolucionaria que es en algunos aspectos, no puede dejar de ser hija de su tiempo, así que no es tan dinámica como nos tienen acostumbradas las publicaciones más recientes. A mí la batalla final, por ejemplo, me pareció aburridísima, pero porque todo estaba explicado de forma muy confusa. Me alegro de que, pese a tu opinión más negativa, coincidamos en algunas cosas.
Un saludo,
Laura.
No me animo en esta ocasión, aunque me alegra ver que pese a todos esos peros que señalas, la hayas disfrutado. Parece que el paso de los años le ha afectado bastante.
ResponderEliminarBesotes!!!
No lo termino de ver para ti, la verdad, así que lo entiendo. Por mi parte, al final me ha terminado gustando :)
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