Título original: Gut gegen Nordwind
Autor: Daniel Glattauer
Editorial: Alfaguara
Páginas: 260
Traductor: Macarena González
Encuadernación: Rústica con solapas
Fecha de publicación: 2010
ISBN: 9788420406107
Sinopsis:
En la vida diaria ¿hay lugar más seguro para los deseos secretos que el mundo virtual? Leo Leike recibe mensajes por error de una desconocida llamada Emmi. Como es educado, le contesta y como él la atrae, ella escribe de nuevo. Así, poco a poco, se entabla un diálogo en el que no hay marcha atrás. Parece sólo una cuestión de tiempo que se conozcan en persona, pero la idea los altera tan profundamente que prefieren posponer el encuentro.
¿Sobrevivirían las emociones enviadas, recibidas y guardadas un encuentro «real»?
Por qué este título...
Opinión:
Laura leyendo novela romántica OH POR DIOS
Pues sí, la novela romántica me gusta, siempre y cuando no sea al uso, como es el caso de Contra el viento del norte. Este libro lo leí hace más de diez años, antes de tener el blog y guardaba un buen recuerdo de él. Hace un tiempo, lo compré de segunda mano y, como ahora estoy releyendo los libros con el lomo negro (sí, lo sé, es un criterio absurdo, pero alguno tengo que seguir), decidí darle una oportunidad a este, del que recordaba muy poco.
Os pongo en situación: en una época anterior a los smartphones y webcams, Leo y Emmi se conocen cuando ella le envía por error un mensaje tratando de darse de baja de una revista. Poco a poco empezará un intercambio de mensajes que llevará primero a una amistad y poco a poco a algo más, pese a que Emmi está felizmente casada y que ambos nunca se han visto en persona ni hablado por teléfono.No es de las primeras novelas que leo de este estilo, pues con anterioridad ya había leído Dónde termina el arco iris, aunque en esa novela se ven los mensajes de varias personas y no solo por correo electrónico, sino también mediante notas, SMS o carta. Lo único que quiero destacar del formato es que me ha molestado que no se nos indicaran las horas a las que se envían los mensajes, sino el tiempo transcurrrido entre un mensaje y otro. El problema es que no sé en qué momento del día se han enviado (aunque a veces los personajes lo indiquen) y eso es importante. Entiendo que el autor quisiera resaltar el tiempo entre mensajes, pero de la otra forma también podía calcularse con facilidad.
Pasando a hablar de la historia, comentar que me ha parecido muy realista la forma en que se inicia la relación y los primeros intercambios de mensajes, así como la forma en que ambos van haciéndose más cercanos. Para mí, el inicio en este tipo de novelas es lo más difícil, pues tiene que resultar creíble y no una casualidad. Que sí, la forma de conocerse es casual, pero no la construcción de su relación.
Curiosamente, en los mensajes que se intercambian Leo y Emmi no se dicen nada, es decir, no hablan acerca de sus vidas privadas ni de sus gustos, ni debaten acerca de temas polémicos, pero tampoco hablan del tiempo, solo de ambos:
«¿Has notado que no sabemos absolutamente nada el uno del otro? Creamos personajes virtuales, confeccionamos irreales retratos robot el uno del otro. Formulamos preguntas cuyo atractivo reside en que quedan sin respuesta. Pues sí, nos dedicamos a despertar la curiosidad del otro y a seguir alimentándola al no satisfacerla de manera definitiva. Intentamos leer entre líneas, entre palabras, y pronto entre letras tal vez. Hacemos grandes esfuerzos por juzgar bien al otro. Y al mismo tiempo nos preocupamos de no desvelar nada importante de nosotros mismos. ¿Qué quiere decir «nada importante»? Nada de nada, aún no hemos contado nada de nuestras vidas, nada de lo que constituye la vida cotidiana, de lo que podría ser importante para alguno de los dos.Nos comunicamos en el vacío. Hemos tenido la gentileza de confesar a qué actividad profesional nos dedicamos. [...] ¿Y qué más? Nada. No hay ninguna otra persona a nuestro alrededor. No vivimos en ninguna parte. No tenemos edad. No tenemos rostro. No hacemos distinción entre el día y la noche. No vivimos en ninguna época. Lo único que tenemos son nuestras dos pantallas, cada cual de manera estricta y secreta por su cuenta, y compartimos una afición: nos interesamos por una persona absolutamente desconocida».
¿Puedes enamorarte de alguien de quien no sabes nada? ¿Una persona de la que solo conoces por su forma de ser? La novela defiende que sí, que ambos son muy íntimos, pese a que no sepan nada más allá de rasgos generales (no se han descrito ni el aspecto) del carácter del otro:
«Ayer escribiste: «No empecemos a invadir la intimidad del otro». Te diré una cosa: lo que hacemos aquí, de lo que hablamos aquí es de cuestiones íntimas, íntimas y nada más que íntimas, desde los primeros mensajes hasta hoy, en continuo incremento. No escribimos sobre nuestros trabajos, no revelamos nuestros intereses, ni siquiera mencionamos aficiones, hacemos como si no existiera la cultura, ocultamos la política, es más, hasta nos las arreglamos con relativamente pocos partes meteorológicos. Lo único que hacemos y que nos hace olvidar todo lo demás es que invadimos nuestra intimidad, tú la mía, yo la tuya. No se puede ser más invasor de la intimidad».
Yo, lo siento, pero no me lo creo. Puede que se lo pasen bien flirteando, pero no creo que se hayan enamorado, simplemente sienten atracción por lo prohibido. No puedes enamorarte de alguien a quien no conoces pues, ¿de qué hablaréis en la vida real? ¿Compartís la misma visión del mundo? ¿Qué sabes de los deseos y preocupaciones del otro? Podría aceptar que sean amigos, de esos amigos virtuales de los que no hablas realmente de nada, pero el amor no me lo he creído.
Puede que, como yo, os estéis preguntando: si no hablan de sus vidas ni de sus intereses, ¿de qué hablan? Todos sus mensajes son flirteos y la eterna discusión acerca de si es conveniente verse en persona o no. En general, la tensión sexual entre ambos está muy bien llevada (los momentos borrachera son los mejores, pues es cuando realmente conocemos el interior de los personajes), pero también la tensión relativa a su encuentro. Por suerte, la trama no funciona mediante casualidades y todos los motivos por los que no se reúnen siempre son razonables. En especial, me ha gustado el miedo de que, al conocerse, desaparezca la imagen ideal que el otro se ha formado de ti en su cabeza, que todo lo que habíais construido se desmorone:
«Nos dirigimos a la gran desilusión. No podemos vivir lo que escribimos. No podemos reemplazar las numerosas imágenes que nos formamos el uno del otro. Será decepcionante que no estés a la altura de la Emmi que yo conozco. Y no lo estarás. Te sentirás deprimida si yo no estoy a la altura del Leo que tú conoces. Y no lo estaré. Después de nuestra primera —y única— cita nos separaremos desilusionados, desanimados, como después de una comida abundante que no nos ha gustado, a pesar de haberla esperado un año con un hambre feroz, de haberla hervido a fuego lento y a borbotones durante meses. ¿Y luego qué? ¡Se acabó! ¡Ya está! ¿Haremos como si no hubiese pasado nada? No. Emmi, nunca se nos borrará la imagen desmitificada, desvelada, desencantada, defraudada, resquebrajada del otro. Ya no sabremos qué escribirnos. Ya no sabremos para qué escribirnos. Y algún día nos cruzaremos en un bar o en el metro. Fingiremos no reconocernos o no vernos, nos apartaremos rápidamente. Sentiremos vergüenza por lo que ha sido de «lo nuestro», por lo que ha quedado. Nada. Dos extraños con un ficticio pasado común, por el que tanto tiempo y con tanto descaro se habían dejado engañar»
En general, si me tengo que quedar con algo de la novela eso es las reflexiones sobre las relaciones a distancia. Se habla acerca de si podemos enamorarnos de alguien de quien no conocemos su aspecto, de cómo idealizamos a la persona que está al otro lado de la pantalla y del miedo a encontrarse cara a cara. Por desgracia, llega un punto en que la historia se hace repetitiva pues, una vez planteados todos los temas de reflexión, la novela no puede hacer más que vueltas sobre lo mismo.
Pese a que la historia va sobre los personajes, es lo que más desdibujado me ha quedado. Solo conocemos a nuestros protagonistas por los mensajes que se intercambian y por la poca información que dan de ellos mismos, por lo que toda la información que recibimos sobre ellos está sesgada. Al hablar con otra persona por Internet nunca somos nosotros mismos, sino que creamos un personaje, una construcción de lo que nos gustaría ser. ¿En la vida real es Emmi tan directa, despreocupada, alegre y parlanchina? ¿En la vida real es Leo tan analítico, gracioso y seductor? ¿O es todo una mentira? Es por eso que os decía que hasta qué punto pueden enamorarse si no han hablado de ellos mismos, además de que la novela no trata el tema de que podrían estar mintiendo, sino que da por hecho que en la vida real también son así.
Me ha faltado profundidad en los personajes, que hablaran de ellos mismos, o que la novela incluyera mensajes de otras personas que nos permitieran contrastar cómo es en realidad su personalidad. Además, al no usar emoticonos y escribir correos realistas (con un lenguaje sencillo, sin largas y complejas peroratas), estos resultan confusos, pues soy incapaz de percibir qué sentimiento hay tras las letras. Si Emmi dice "Me alegro de que hayas encontrado novia", ¿lo hace de forma sincera (pues ha aceptado que Leo tiene que vivir su vida), de forma sarcástica o enfadada? Me cuesta mucho discernir el tono. En parte es lógico, pues en la vida real hay muchos malentendidos por lo mismo, y según cómo se hiciera quedaría muy artificial, pero eso hace que no pueda comprender bien a los personajes.
Terminar diciendo que de los dos protagonistas, me ha gustado ligeramente más Leo, pues es quien tiene las cosas más claras, mientras que Emmi, que ve cómo su relación con Leo va cada vez a más pese a que ella está casada, trata de no pensar en el problema. Mencionar también al marido de Emmi, que escapa del estereotipo. En este tipo de obras, lo habitual es que el marido sea un maltratador o una persona tóxica, pero nada de eso, sino que es un tipo encantador, muy comprensivo, que se preocupa mucho por la felicidad de Emmi, cosa que hace que la decisión de esta sea incluso más difícil.
Al final, la novela cuenta con un hecho inesperado que hace que los arcos de personaje queden abiertos para una segunda parte, Cada siete olas, la cual leeré en breve. No pasaría nada si dejarais la historia aquí, yo misma lo hice la primera vez que lo leí, aunque seguramente os dejaría con un regusto amargo, por lo que os recomiendo haceros también con el siguiente.
En conclusión, Contra el viento del norte es una novela romántica narrada mediante un intercambio de correos electrónicos, que resulta ser bastante atípica, debido al hecho de que es complicada y extraña. Los personajes no tienen gran profundidad, pese a ser el centro de la obra, pero que los conozcamos poco es lógico teniendo en cuenta sus decisiones. Por otra parte, está escrito de forma amena, entre los personajes hay una constante tensión sexual que no se basa en casualidades, y la obra tiene reflexiones interesantes acerca de enamorarse a través de una pantalla.
Cosas que he aprendido:
- La rama de la psicología del lenguaje es muy interesante
- ¿Podemos enamorarnos de alguien de quien no sabemos nada personal?
Y para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads:
PUNTUACIÓN...3/5!
Primeras Líneas...
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Una reseña muy completa. Un saludo.
ResponderEliminarGracias!
EliminarLo leí hace ya unos cuantos años y tengo un buen recuerdo de él. No tanto del segundo, todo sea dicho. No sé si una relectura la disfrutaría igual. Te resulta difícl creer que se puedan enamorar sólo a través de mensajes, pero desarrolla bien la historia y terminas aceptándolo. Aunque pienso como tú, que más bien es atracción por lo prohibido, sobre todo en el caso de ella. Recuerdo también que me caía mejor Leo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Teniendo en cuenta mi experiencia, diría que disfrutarías tanto del primero como yo ahora, pues con esta relectura, aunque la ha analizado de forma más crítica, me parece que se sigue sosteniendo como una buena obra. Ahora ya la segunda sí que no. En breve traeré la reseña.
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