viernes, 27 de agosto de 2021

Viñeta del lector 84#

 


Sabes que un libro es interesante cuando pasas las páginas sin darte cuenta, hasta el punto de sorprenderte al ver que ya llevas más de media novela leída. Sabes que un libro es interesante, cuando con él en las manos, el tiempo te pasa volando; cuando te dices a ti misma "un capítulo más"; cuando sigues leyendo pese a que sean ya altas horas de la madrugada; cuando lo abres para seguir leyendo aunque estés en la cola del supermercado; cuando llegas tarde a una cita solo porque querías leer un par de páginas más. Son decenas los libros que he devorado, ávida de palabras, con los ojos enrojecidos por el cansancio, girando página tras páginas en busca de la redención del final. La batalla del laberinto, de Rick RiordanZafiro, de Kerstin Gier, Forbidden, de Tabitha Suzuma, Juliet, de Anne Fortier son algunos de esos libros. Todos ellos me parecieron muy interesantes y guardo un muy buen recuerdo suyo.

Todos los libros que he devorado suelen ser obras que me han gustado mucho (siempre y cuando el final no sea un desastre), pero por norma general, no son mis libros favoritos. Las obras realmente buenas, aquellas que se quedan contigo, se paladean despacio, haciendo pausas para que el placer se prolongue en el tiempo, para reflexionar y asimilar con calma lo que has leído, para saborear la poesía de la prosa. El arcano y el jilguero es un buen ejemplo de ello; pese a tener solo 370 páginas me duró casi un mes.

¿Qué hacéis vosotros cuando un libro os resulta interesante y os atrapa? ¿Vuestras mejores lecturas las habéis paladeado despacio o devorado con ansia?

10 comentarios:

  1. ¡Holaa! También se me hace difícil dejar un libro cuando veo que va por un rumbo bastante interesante. Unos cuantos me los he devorado en solo un día, y creo que esos son de mis favoritos.
    Besoss ♥

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    1. Vaya, pues veo que tú eres más ansiosa que de leer despacio...

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  2. Bueno he terminado un libro en un día. ...Y más de una vez☺

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  3. Hola Laura.
    Yo podría hacer una mezcla con los términos que defines en tu pregunta y sería una persona que leyendo paladea con rapidez y devora con lentitud.
    Cuando tomo el libro en mis manos busco una intensidad y una profundidad. La intensidad se puede describir también y mejor con las palabras que tú has empleado. En definitiva es como si no pudieras dejar de leer, y se corresponde a los primeros ejemplos de tus lecturas. Y luego está la profundidad, que es cuando el texto te toca por dentro y te conmueve de alguna manera, como el jilguero.
    Hay muchos libros que tienen intensidad, que te enganchan. Todos los hemos leído. Son como comer palomitas: está muy bien, hasta que te cansas. Incluso existe una industria editorial preparada para este tipo de literatura, con ciertas claves psicológicas que actúan sobre las personas para producir este tipo de efecto. En mi caso, tengo que notar que la historia me interesa. Si no percibo intensidad es difícil que siga con las páginas hasta encontrarme con la profundidad.
    Los libros que elimino o que regalo a la biblioteca son los que no poseen ninguna de las dos cosas. Luego están aquellos que tienen intensidad, y la profundidad te la puedes encontrar en fragmentos aislados, pequeños destellos por aquí y allá, aunque a veces pienso si esa profundidad no la estoy poniendo yo al leer, por mi cuenta. Esos libros suelo conservarlos por si me apetece volver a cogerlos pasados los años. Y luego están los otros, aquellos en los que esas dos cualidades van juntas.
    Yo tengo un ritmo de lectura más bien rápido. Siempre ha sido así, exceptuando aquellos textos que por su naturaleza me exigen un examen más lento, como puede ser la Psicología, Filosofía, etc. Pero en obras de ficción parece como si esa intensidad que me encuentro, me comprometiera inevitablemente a esa velocidad. Así que para mí la solución que tengo es volver a releer ese libro que de algún modo me ha conmovido, inquietado, afectado. Soy al principio como ese buscador de perlas que practica la inmersión rápida, para después ponerme las botellas de oxígeno y volverme a sumergir.
    Por cierto, acabo de terminar una novela de más de 400 páginas en un par de días, lo que implica para mí que desde luego tenía intensidad. Se titula “Las normas de la casa” de Jodi Picoult. Es una historia que gira en torno a un joven autista. La historia es una intriga con un crimen, la policía, un juicio, etc. Pero no es sólo eso, porque todo está impregnado del mundo especial de alguien con síndrome de Asperger. Y además he encontrado bastantes fragmentos de “profundidad”. Es de esas lecturas que guardaré para volver a retomarlas cuando pase bastante tiempo, más que nada porque es del tipo de novelas que si recuerdas el final, pierden “intensidad”. Es, digamos super-autoconcluyente. (Autoconcluyente es una palabra que he descubierto en tu blog)
    Saludos.

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    1. Me gusta los términos en que lo defines, intensidad y profundidad. Tienes razón en que hay toda una industria enfocada en producir libros "intensos", que enganchan al lector. Pero a mí no me sucede eso de que sin intensidad no he encontrado profundidad. Por ejemplo, ahora mismo estoy leyendo Diarios de las estrellas, de Lem y es un libro muy denso y con gran profundidad, que debe leerse a sorbos, pues si lo haces del tirón a)tendrás un aneurisma y b)no serás capaz de captar ni la mitad. Pese a ello, por la falta de "intensidad", como tú lo llamas, no se convertirá en uno de mis favoritos (demasiado simbolismo para mí). Eso sí, coincido en que las mejores obras son las que aúnan ambos elementos.
      Me ha parecido curioso lo de que donas algunos libros a la biblioteca. A mí me cuesta mucho deshacerme de una obra, aunque no me haya gustado nada (de esos precisamente se aprende el por qué otras obras están tan bien). Solamente (y con mucho esfuerzo) me desahogo de aquellos libros que no me han aportado nada.
      Sobre lo de releer libros, es también algo que me cuesta mucho. Sería incapaz de releer un mismo libro justo cuando ya lo he terminado (aunque en más de una ocasión me he sentido tentada precisamente por la velocidad de lectura que mencionas) pues siento que necesito digerirlo durante unos días tras los cuáles, decido que es mejor olvidarlo por completo antes de volver a leerlo para disfrutar más de la experiencia.
      Anda, qué casualidad. Conozco el libro que mencionas y a la autora también. Es más, publicaré en un par de semanas una reseña de un libro de la autora, "El décimo círculo", que me ha gustado mucho. Ya he leído varias obras suyas y, si me gusta por algo, es por los temas polémicos que trata en sus libros. Quizás en algún momento lea la obra que mencionas.

      Un saludo y feliz semana,
      Laura.

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  4. Yo si me gusta un libro lo devoro.
    Un abrazo.

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  5. Hola.
    Muy cierto, de hecho me está pasando ahora, y es que me ha durado muchos días un libro de 340 páginas, que me aburría en ocasiones, pero sin embargo he empezado con otro de más de 500 páginas y sin darme cuenta me he leído más de 100 páginas del tirón. En concreto es la primera parte de la saga Sin mar de Cherry Chic.
    Muchos besos.

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    1. Jajaja, sí es que a veces no conectamos con determinadas historias, por cortas que sean y otras, con un tono más disentido, nos atrapan más. conozco el que mencionas, pero no es de mi estilo. ¿Cuál es el que se te ha atragantado?

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"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney