Título Original: The Girl With All The Gifts
Año de publicación original: 2014
Autor: M. R. Carey
Editorial: Minotauro
Traducción: Manuel Mata1ª Edición: Mayo 2015
ISBN: 9788445002445
Tapa: Blanda
Nº de páginas: 409
Sinopsis:
Cada mañana, Melanie espera en su celda a que vayan a buscarla para llevarla a clase. Cuando la puerta se abre, el sargento le apunta con su pistola mientras la atan a la silla de ruedas. Ella cree que no les gusta. Bromea diciendo que no les morderá, pero ellos no se ríen. Melanie es una niña muy especial
Opinión:
Si hay un subgénero de la literatura de terror que no soporto es el de los zombis. De normal, suelo alejarme de todo lo relacionado con descripciones muy gráficas de sangre y vísceras; si encima la obra habla de canibalismo o comer carne humana, me tapo los oídos y huyo. ¿Qué me pierdo? Cosas como La sociedad de la nieve, un dramón que ha generado muy buenas prensa, o la reflexión y la crítica social de Cadáver exquisito. A mí todo este tema me repugna y a la mínima me dan arcadas, quizás porque tiendo a meterme demasiado en las historias.
Entonces, ¿cómo es que os traigo hoy la reseña de un libro que nos advierte de la presencia de zombis hasta en el título? Porque de entre todos los monstruos y seres paranormales de la literatura, el zombi me parece el más trágico, no tanto para los que se convierten como por los que quedan atrás. Sería muy dramático ver cómo alguien a quien quieres pierde la cabeza hasta el punto de convertirse en un monstruo que no te reconoce y que solo quiere devorarte. Los zombis son caparazones vacíos de recuerdos y todo rastro de su antigua personalidad. Algunas enfermedades mentales presentan síntomas similares (dejando de lado la agresividad), como el Alzheimer, y por eso me conmueven tanto.
Algunas novelas del género narran el caos tras la propagación de la plaga, otras, cómo pequeños reductos humanos se las apañan por subsistir; las primeras tienden a ser más violentas que las segundas. Por suerte, esta forma parte del segundo grupo: han pasado diez años del inicio de una plaga que se ha extendido por todo el planeta. En este mundo, algunas ciudades siguen en pie, totalmente valladas y aisladas, y aún mantienen la esperanza de encontrar una cura.
Ninguno de los secundarios me ha llamado especialmente la atención: la señorita Justineau, que siente un cariño especial por Melanie (no hay un giro en el que se revela que es su madre, por suerte); el sargento Parks, un hábil soldado inclemente con los zombis, la metódica doctora Caldwell, que ansía el reconocimiento de descubrir la cura; el soldado Kieran, que se siente un donnadie. El arco de todos los personajes es previsible; pese a ello, sus historias daban para mucho. Justineau se siente culpable por algo de su pasado y trata de redimirse, Parks dudará de la moralidad de sus actos, Caldwell se verá consumida por su afán de protagonismo y Kieran nos representa un poco a todos los mindundis. La acción constante, la brevedad de la novela, el protagonismo de Melanie y la variedad de puntos de vista ha hecho que ningún secundario se pueda tratar con la profundidad necesaria.
Melanie ha sido el personaje más interesante. Se comporta en gran medida como una niña, aunque tiene una gran capacidad de adaptación y conocimientos inusuales debido a la peculiar educación que recibió en el laboratorio. Me ha gustado la conmoción que supone para ella salir al exterior por primera vez, su asombro ante las cosas más corrientes, así como la ausencia de nostalgia por un mundo mejor, ya que ella no conoce otro. También es curiosa su obsesión, cada vez más aguda, por la señorita Justineau, por quien siente una lealtad férrea, ya que es la única persona que le ha demostrado cierta estima.
En cuanto a la brutalidad, como ya había imaginado, es mínima. Hay pocas escenas gráficas y las que hay no son excesivamente grotescas ni sangrientas. Sí que hay acción y muere gente, por supuesto, sin embargo, importa más lo que significan sus muertes que no la forma en que mueren.
Es difícil hacer un final satisfactorio para este tipo de novelas. La mayoría me suelen parece muy idealistas: encuentran la cura al final (que funcionará con todo el mundo, sin efectos secundarios y sin necesidad de ensayos y otros estudios) y con el tiempo todo volverá a la normalidad (nos saltamos cómo vamos a reconstruir las ciudades, la sociedad y el impacto emocional de haber vivido algo así). Aquí el autor opta por una alternativa bastante pesimista, pero con un toque de esperanza.
Un par de cositas para terminar. No me convence la traducción del título. En inglés es The girl with all de gifts, en referencia a Pandora, cuyo nombre puede traducirse como "la que tiene todos los dones". El mito aparece referenciado en la obra y Melanie se siente representada por el personaje: puede que sea la portadora de todos los males habidos y por haber, pero también, representa la última esperanza de la humanidad. El título en español es directo hasta decir basta: el nombre de la protagonista seguido de una aclaración que indica el género de la obra. Me parece bien que se indique el género al que pertenece la novela (Melanie es tan humana que uno puede tardar varios capítulos en hilar cabos), pero podría mencionarse en la sinopsis, no en el título.
De esta novela hay una adaptación cinematográfica que no me apetece ver (dudo que aporte nada nuevo) y una precuela, The boy on the bridge, que no me interesa: siento que la historia ya ha contado todo lo que tenía que contar y que solo puede repetirse (volvemos a tener a un grupo que tiene que sobrevivir rodeados de zombis).
El caso, que la novela no ha sido todo lo que esperaba y aun así, no ha estado mal. Estamos ante una novela de zombis donde lo importante no son las criaturas, sino las personas. La obra reflexiona sobre qué nos hace humanos y por ello la protagonista es Melanie, una niña que siente la pulsión de devorar a los humanos. Su punto de vista es original e interesante; por desgracia contaremos también con el punto de vista de otras cuatro personas, cuya historia no es demasiado interesante (son personajes prototípicos en el género) ni tienen suficiente profundidad ni desarrollo. El primer tercio nos muestra una trama poco frecuente, pero a partir de ahí se convierte en una historia de acción a contrarreloj donde solo importa la supervivencia. No os preocupéis si sois algo aprensivos, porque la violencia no es muy gráfica y hay pocas escenas grotescas y sangrientas. Pese a los tópicos, es una historia de carácter más reflexivo de lo habitual, con una protagonista que ofrece una perspectiva novedosa y con un final que huye del idealismo y se inclina por algo más melancólico.
Cosas que he aprendido:
- Las historias de zombis pueden tener un final muy distinto.
Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:
PUNTUACIÓN...3/5!