Lo cierto es que últimamente no hay manera de acertar con mis lecturas. Así que, si tenéis interés en leerlo, os aviso de que puede haya spoilers,
Editorial: Minotauro
Autor: Chris Howard
Género: Ciencia Ficción / EcoThriller
Páginas: 333
Precio: 17€
Fecha de publicación: 12/02/2013
336 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-450-0080-9
Código: 10010394
Formato: 14 x 22,5 cm.
Presentación: Rústica con solapas
Traductor: Miguel Antón
Sinopsis:
Banyan es un constructor de árboles. Los fabrica, usando chatarra y trastos viejos, para los ricos que buscan un alivio al desolado paisaje. En realidad Banyan nunca ha visto un árbol de verdad, porque todos desaparecieron hace más de un siglo, pero recuerda las historias que su padre le contaba sobre el Viejo Mundo. Aunque eso fue antes de que su padre también desapareciera... Todo cambia cuando conoce a una mujer con un extraño tatuaje y decide iniciar un viaje en busca del paradero de los últimos árboles. Mientras intenta escapar de los peligros que acechan en las Tierras Yermas, Banyan descubrirá la verdad acerca de su familia, su pasado, y lo que algunas personas son capaces de hacer para recuperar los árboles.
Opinión:
Impresión: Ejem...NO
A ver, sexto de primaria, ciencias sociales. (Véase como me subo las mangas y me preparo para escribir una frase lapidaria). De día, los árboles absorben dióxido de carbono y expulsan oxígeno. Por tanto, un mundo sin árboles es un mundo muerto.
Pero eso no es todo. Hagamos un esfuerzo e imaginemos que la vida sin árboles es posible. Bien. (Véase como me crujo los nudillos antes de escribir otra frase lapidaria). Los animales son esenciales para el equilibrio natural. Por tanto, un mundo sin animales es mundo muerto.
Pero no, el autor escapa de toda lógica, deja el sentido común enterrado bajo montañas de polvo y dice que sí es posible (*Insértense aquí unos aplausos sarcásticos*)
El mundo de El constructor de árboles, es un mundo apocalíptico (solo faltaría que no lo fuera con todas esas premisas), varias generaciones después de que una serie de catástrofes hayan terminado con el mundo tal y como lo conocemos, dejándolo sin animales ni árboles.
Ahora os preguntaréis: ¿y qué comen? Para empezar, todos se han vuelto vegetarianos, porque no queda ningún animal vivo. Ninguno. (*Incredulidad*).¿Y qué pasa con las cucarachas? ¿Las ratas? ¿Los mosquitos? Nada. ya he dicho que no queda ningún animal con vida. A excepción de las langostas.
¡Oh, las langostas! Otra de las ideas brillantes que propone el libro. Las langostas son unos animales mutantes (¿pero no se habían extinguido todos los animales?) no comestibles (¿recordáis lo de vegetarianos?) que devoran al instante cualquier planta o persona que se encuentre en su camino. ¿Y si se comen a las personas por qué no nos hemos extinguido? Yo también me lo pregunto...
Pero os estaba hablando de la alimentación (me da a mi que esta reseña va a ser larga...). Resulta que la organización GenTech ha logrado crear una planta que no se comen las langostas: maíz. El cual vende a precios desorbitantes, ya que tiene el monopolio del maíz, pues este no lo puedes cultivar (por una razón que tardaría demasiado en explicar). Además, el maíz es esencial para fabricar combustible.
Osea, que en ese mundo futurista, la gente vive de palomitas y sigue contaminando. ¿Y se puede vivir de palomitas? Al parecer sí. Bueno, creo que no se tiene ocasión de comprobarlo, porque lo normal es que la gente se muera por causas no naturales. Puedes ser secuestrado por los piratas (piratas terrestres, porque no se puede navegar), puedes morir de hambre, pueden atracarte, pueden devorarte las langostas, pueden comerte otras personas, puedes ser tragado por el mar o un terremoto, puedes morir de asfixia (por el aire contaminado), puedes morir en un tiroteo, pueden tirarte al fuego, puedes morir de una enfermedad (¿médicos? Un mito),...y podría seguir con las 1000 maneras de morir que hay en este libro, pero creo que ya os habéis hecho una idea.
Acabo de darme cuenta que en todo lo que llevo de reseña aún no os he ni mencionado al protagonista. Su nombre (o apellido, no estoy segura) es Baynan y es un chico que se dedica a construir árboles. Claro, porque en este mundo postapocalíptico aún hay gente que se preocupa por la belleza, y Baynan se dedica a construir árboles de metal. Sin comentarios.
Antes se dedicaban al negocio él y su padre, pero este fue secuestrado (qué raro...) y no se volvió a saber de él. Hasta ahora. Porque (*alto momento de tensión*) encuentra una fotografía (Y una cámara analógica. Aunque ahora son difíciles de encontrar al parecer en el futuro no será así.) donde aparece su padre encadenado a unos árboles. Árboles de verdad.
(*Insértese música dramática*)
(Sigue sin ser creíble: cuatro arbolitos no pueden producir oxígeno para todo el mundo)
Así que nuestro protagonista, con la ayuda de otros personajes decide ir en busca de su padre. Así, conocerá a Alfa (flechazo), Hita y Zee (madre e hija), Cuervo y Sal, quienes le ayudaran (a pesar de que no son amigos entre si) a encontrar los árboles.
Ahora sí, segundo aviso, a partir de aquí hay sangre, y mucha. Así que, si de verdad no quieres leer un spoiler, deja de leer. Si quieres seguir leyendo cómo disecciono la novela, le arranco las tripas, corto por aquí y por allá hasta que no quede nada. adelante, estás avisado.
A pesar de que parezca que los escritores pueden hacer cualquier cosa con sus protagonistas, no es así. Bueno, realmente puedes hacer cualquier cosa con ellos, pero hay una serie de reglas que no puedes incumplir, a no ser que seas un escritor suicida que quiere ganarse el odio de sus lectores. Pues bien, una de esas regla universal e inamovible es: no puedes matar a los protagonistas. Rectifico: No puedes masacrar a los protagonistas.
Hay libros cuyas autoras cortan por lo sano, y con la intención de sorprendernos matan a cualquiera. No me referiré a ningún libro distópico juvenil en concreto, porque seguro que algún ejemplo se os ocurre. Pero una cosa es lo que pasa en esos libros, donde los protagonistas mueren como héroes y por el bien de todos, de un disparo limpio y certero o con rapidez, pero con mucho sentimiento, y otra completamente distinta es lo que pasa aquí.
¿De verdad queréis saber qué hace el autor para conseguir mi antipatía de este modo? ¿De verdad queréis saberlo? Os lo contaré.
Primero hay un par de centenares de muertes inocentes, para aliñar un poco la novela. Sesos por aquí, sangre por allá, Baynan que se tropieza con los huesos devorados de alguien,...Sí, sí, porque no creáis que se limita a decir "x muertos", no, no, Baynan se despacha a gusto, describiéndolo al detalle, pero sin expresar el más mínimo sentimiento al respecto.
En cierta manera, Baynan me ha recordado un poco a Terminator: a penas siente nada (excepto hambre y el deseo de recuperar a su padre) , y de la noche a la mañana se convierte en un soldado de matrícula. Aún así, es un Terminator fracasado: sus planes nunca van bien, nunca consigue lo que quiere y le dan más palizas de lo que puedo contar. Vamos que se pasa toda la novela herido. Si aún hubiera hospitales no habría libro porque no le darían nunca el alta.
Pues bien, después de estos entrantes, seguidos y sin tiempo a digerirlos el primer y el segundo plato: Zee muere una explosión, hita es devorada por las langostas. a Cuervo le trituran las piernas, Alfa es herida de muerte por un disparo, Sal es quemado vivo en un horno (junto a miles de personas más) y Baynan casi no puede ni mantenerse consciente.
Toma ya. Eso es una masacre y lo demás son historias.
Nunca pongo gifs, pero esta vez no he podido evitarlo. Esta fue mi cara después de leer eso |
Lo siento, os prometo que no se va a convertir en costumbre, pero es que no he podido evitarlo. |
Gentech ha conseguido fabricar árboles resistentes a las langostas, d
Sí señoras y señores el padre de Baynan se ha metamorfoseado en un árbol, el único árbol resistente a las langostas, y Baynan decide rescatarlo a él, al resto de prisioneros que se convertirán pronto en árboles y huir de allí. Bien, querido Baynan, ahora solo te falta un plan.
¿Y tiene un plan? Es Baynan por supuesto que sí: creará una distracción, dará armas a los prisioneros y luego los despertará. Por ese orden.
Punto uno, La distracción: Quemar el único bosque que existe en el mundo. Hecho.
Punto dos, las armas: Con ayuda de un malo en potencia. Hecho
Punto tres, El despertar: Arranca todos los tubos y la gente (niños incluidos) drogada y anestesiada desde hacía días se despierta de golpe convertidas en guerreros. Hecho.
Y luego, ya viene el final. Bla, bla bla. Lucha guerra, sangre y muerte. Más bla, bla, bla. huesos rotos, heridas mortales y sesos por todos lados. Varias páginas de bla, bla, bla. Muere la científica malvada/ madre de Baynan tratando de protegerlo, se llevan a su árbol-padre, se embarcan en el arca de Noé y esperar crear un mundo mejor. Fin.
En conclusión, una de mis peores lecturas en lo que llevamos de año, bien escrita, pero con una base muy poco sólida, con demasiadas muertes y descripciones sangrientas.
PUNTUACIÓN...1'5/5!
Primeras Líneas...
PD: Téngase en cuenta que la reseña está en clave de humor, desde mi subjetiva opinión. Por favor, no me linchéis
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No lo conocía. Y por lo que cuentas, lo dejo pasar...
ResponderEliminarBesotes!!!
Llegue a esta reseña porque la portada me engaño, en un principio creí que era el castillo ambulante, pero no TT_TT, bien pues no conocía el libro pero ahora que me has advertido de el si lo llego a ver saldré corriendo del lugar (literal).
ResponderEliminarUn beso
jaja, ahora que lo dices sí que se parece la portada... El castillo ambulante también lo tengo reseñado en el blog: http://paseandoentrepaginas.blogspot.com/2014/08/el-castillo-ambulante-de-diana-wynne.html
EliminarPues sí, harás bien en salir corriendo, vaya decepción me he llevado con este libro.
Hola. Tarde 7 años en leer el libro. Pues siempre me pareció malo, sin embargo saqué todas mis fuerzas para retomar. Y por supuesto, PÉSIMO!!
ResponderEliminarMe alegro de que coincidas conmigo ;)
EliminarMe equivoqué de página
Eliminarcreí que era una reseña de el constructor de árboles
No sé qué libro leyeron