"La medicina no es una ciencia, es un arte […] el arte de acompañar con palabras griegas al sepulcro”
Cuatro corazones con freno y marcha atrás fue un libro que no me gustó demasiado. Es un texto con una propuesta teatral de lo más original y esperpéntica, que para mí falló en lo más importante: el humor. No me hizo ni pizca de gracia, y eso que era una comedia. Quizás por eso marqué esta cita que os traigo hoy, el único comentario que me pareció gracioso. Si os interesa leer la minireseña que hice, la podéis encontrar aquí. Ya he intentado leer otras cosas de Jardiel Poncela y tengo claro que es un autor cuyo humor no encaja conmigo. Quizás me animaría a ver una representación teatral, aunque dudo que alguna vez tenga la oportunidad.
La cita que os traigo hoy es una crítica a los médicos que usan un lenguaje intrincado y técnico (lleno de latinismos y helenismos propios de la medicina) para hablar con sus pacientes. En algunos casos es sin darse cuenta, por deformación profesional; en otros, es para disfrazar un poco la verdad y que el diagnóstico no suene tan desmoralizador. En mi opinión, los médicos, siempre con mucho tacto, deberían hablar a las claras. Creo que no hay nada peor que vivir en la incertidumbre y no saber a ciencia cierta qué dolencia sufres ni cuáles son tus expectativas de futuro.
Poco más tengo que decir sobre el tema. ¿Vosotros alguna vez os habéis encontrado con algún médico que, en lugar de ayudaros, os haya dejado desorientados? ¿Sois de leer obras de teatro? ¿Alguna obra cómica que queráis recomendar?
Título: Cuatro corazones con freno y marcha atrás
Autor: Enrique Jardiel Poncela
Editorial: Vicens-Vives
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 176
PVP: 8,75 €
Sinopsis:
Estupefacto por la interminable sucesión de lamentaciones que provienen de las habitaciones contiguas (son ya "seis horas y media de ayes"), un cartero aguarda en el salón de una casa a que le firmen un certificado, mientras por escena pululan multitud de personajes que producen en el espectador un desconcierto tras otro. Pese a la lógica trabazón de los acontecimientos que entonces se desatan, el argumento cede su lugar preeminente a la omnipresencia del humor, pues ésta es una obra que avanza a impulso de ocurrencias y piruetas humorísticas.
Por qué este título...
"RICARDO. —Y ya no seríamos corazones frenados.
EMILIANO. —Ahora serían ustedes corazones con marcha atrás.
VALENTINA. —Cinco corazones con freno y marcha atrás.
EMILIANO. —No. Cuatro, porque ustedes harán lo que quieran, pero
yo esta vez no me tomo el mejunje. "
Opinión: Impresión: No me ha hecho gracia
Hacer reír me parece mucho más difícil que hacer llorar, y si no, que se lo pregunten a Omaira. Quizás por eso, por la dificultad que entraña y la maestría que es necesaria, me gusta darle una oportunidad a una obra cómica cada cierto tiempo. Este libro me lo recomendó hace años una amiga, que me dijo que se había reído muchísimo, pero hasta ahora no me he animado a leerlo. Lo primero que me sorprendió fue que se tratara de una obra teatral. Sí, soy yo leyendo sinopsis e informándome antes.
He de decir que me ha resultado una obra curiosa, tanto por los escenarios (una casa de mediados del siglo XIX, otra de mediados del XX y una isla desierta) como por la cantidad de actores que hay (como mínimo unos veinte), como por el hecho de que transcurran casi ochenta años a lo largo de toda la obra. No sé, me parece una obra difícil de representar, pero está hecha para ello, pues se ofrecen muchas indicaciones en las acotaciones, no solo a nivel escénico sino también en lo referente a cómo se sienten los personajes.
Otra cosa curiosa es el argumento. No puedo decir mucho, porque sería spoiler, pues la obra es cortita, pero todo empieza con un cartero que lleva seis horas esperando a que le firmen un recibo en una casa en la que se cuece un drama muy gordo. Hay pócimas de la eterna juventud, gente que rejuvenece, crisis acerca de la inmortalidad, náufragos,... muy variado todo. Oh, y de los personajes ni os hablo, pues no me han parecido memorables.
Quizás lo más decepcionante sea el humor. No me ha hecho gracia. Hay algún fragmento que mira, sí, está bien, pero casi ni medias sonrisas. El último acto, que se vuelve más comedia de enredos me ha parecido mejor, pero en general no le he visto la gracia. Incluso me he leído el estudio que hay al inicio de la obra, y entiendo que el autor supusiera una revolución para el humor de la época, pero es que incluso los fragmentos que señala directamente como cómicos no me han hecho reír. Muy triste todo.
En conclusión, un libro muy regular que muestra una obra de teatro peculiar, tanto por la escenografía como por la cantidad de personajes como por la trama, pero me parece que su humor ha dejado de ser vigente. Pese a todo, es una obra que me gustaría ver representada, pues quizás ganara puntos. Aquí os dejo con una representación, de las que he visto en Youtube esta me ha parecido que era mejor (pese a que no la he visto entera):
Sinopsis:
Before you look any further into “When Did You See Her Last?” ask yourself these questions:
Has anyone seen the missing girl?
1) Why aren’t her parents upset?
2) What do a chemistry experiment, a grocery store, unruly hair, and a stolen statue have to do with anything?
3) Why are you changing the subjet? You’re supposed to be thinking the missing girl. Where is she?
Opinión:
Tengo poco que decir de este libro, más allá que me ha decepcionado respecto al anterior. El principal problema es que tarda en arrancar y aunque las revelaciones finales están bien y en general el libro se hace entretenido, al ser una segunda parte, pierde parte de la novedad. Todo sigue desarrollándose en el mismo pueblo, un lugar en el que hay poca gente, por lo que las interacciones son nimias. En general los personajes son los mismos (con alguna que otra incorporación que no me ha dicho nada [normal, son personajes de libro]) y no muestran ninguna evolución. Me gusta el protagonista, Lemony, y sus motivaciones para hacer lo que hace, además del hype que se va creando sobre cómo ha llegado a estar donde está y cosas sobre su familia. Esas expectativas se crean también entorno a la novela y resulta muy curioso. El resto de personajes siguen siendo igual de planos (e incompetentes, en el caso de los adultos), y aunque me he reído en alguna escena, tampoco me parece nada del otro mundo.
En cuanto a la trama, Lemony está investigando la desaparición de una chica, y poco más, no me ha resultado intrigante hasta el final, en el que hay un par de interacciones con el villano. Pero ya. Quizás he sentido que no había tanto misterio, pese a que la novela se hace buena de leer y es entretenida.
Poco más me queda por decir. Me siguen gustando mucho las ilustraciones, pues no solo te adelantan sin que lo sepas lo que va a suceder, sino que al mismo tiempo cuentan una historia paralela, la de la hermana del protagonista, algo que me parece curioso. Por otra parte, me ha gustado ver que el autor juega con el formato, por ejemplo, en un momento el prota encuentra una nota en la que no pone nada...así que al libro le siguen dos paginas vacías. Muy curioso todo.
En conclusión, una segunda parte que ha resulta ser entretenida, pero poco más. Pierde la novedad, de manera que todo no resulta tan misterioso ni la trama tan emocionante y más si tenemos en cuenta que los personajes son planos y casi no aparecen de nuevos. Las ilustraciones siguen estando muy bien y me gusta cómo se van creando expectativas. Eso sí, en general me ha parecido que la historia tenía un toque más infantil, aunque quiero seguir leyendo el resto. Cosas que he aprendido:
La tinta invisible no funciona en general, no es algo que me pase solo a mí.
Si no llevas reloj pero sabes una canción y cuánto dura, puedes usar eso para medir el tiempo.
Y para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads: