"Vivimos de puro milagro, en la cúspide de un palo de escoba, mientras la porquería sigue subiendo de nivel hasta salpicarnos. Aceptamos ser cómplices de toda clase de barbarie, recibiendo a cambio unas medallitas de san Banco Nacional. Permitimos que los políticos sonrían y muestren sus dientes, sin que nadie dé un paso al frente y se los rompa de un puñetazo. En definitiva, estamos anestesiados, dormitabundos y lelifritos".
En esta sección me gusta compartir fragmentos que me han llamado la atención de mis lecturas. Eso no implica que el libro me haya parecido una maravilla, sino que simplemente, ha tenido alguna parte interesante. Este es el caso de la cita que os traigo hoy que está extraída del libro Diccionario inconveniente, de Xavier Theros. Este es un libro que ofrece definiciones de palabras en tono humorístico, burlándose de la actualidad del país. Hay juegos de palabras y definiciones divertidas, pero la mayoría me dejaron indiferente. Si queréis darle un vistazo a algunos ejemplos, podéis leerlos en la reseña.
En cuanto a la cita, me gusta la crítica que hace al hecho de que como sociedad estamos alelados. Nos quejamos de la situación política, pero nunca hacemos nada para cambiarla. Hablar, hablamos mucho, pero si hay que hacer algo, entonces nos echamos atrás. Para no ser hipócrita, soy de esas personas que no se quejan mucho. Sí, las políticas que tenemos hoy en día son abusivas en muchos casos y no se destina el dinero a lo verdaderamente necesario, pero sé que en parte es culpa mía por no intentar cambiar esta situación.
Por último, mencionar que me gustan las dos palabras que hay al final de la cita, "dormitabundos" y "lelifritos". Ambos términos son inexistentes, inventados por el propio autor, pero me gusta lo que dan a entender. La primera palabra parece una mezcla de "dormido" y "meditabundo" y eso me lleva a la idea de que finjimos meditar y reflexionar acerca del mundo, cuando en realidad solo dormimos y dejamos pasar las cosas. La segunda palabra es una mezcla de "lelo" y la expresión"estar frito", que para mí significaría algo similar a "alelados".
Y eso es todo por hoy. ¿Os ha resultado interesante la cita?
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Desde luego una crítica brutal. Y sí, también me reconozco ahí. Quizás porque creemos que por mucho que hagamos, todo va a seguir igual, que poco va a cambiar la cosa. Quizás también porque tenemos los cambios, no vaya a ser a peor. Cierto conformismo. Mejor me quedo como estoy no vaya a ser que al final me quede sin nada.
ResponderEliminarBesotes!!!
Soy de tu opinión...
Eliminar¡Hola! Totalmente de acuerdo con la crítica. El otro día justo salió en las noticias que se preveía que subiera el precio de los alimentos y mi chico y yo comentábamos que nos sorprendía que no se montaran manifestaciones y saliera todo el mundo a la calle. Yo lo cierto es que dentro de mis posibilidades intento hacer lo que puedo sobre todo en el terreno laboral, soy sindicalista y formo parte del comité de empresa. Pero creo que estamos tan cansados que ni siquiera tenemos ganas de hacer nada. La palabra lelifritos me ha encantado xDDD
ResponderEliminar¡Un besito!
Bueno, como mínimo sois sindicalistas y algo hacéis más que la mayoría (entre la que me incluyo). No sabía lo de la subido del precio de los alimentos :O
EliminarUn saludo de,
una Laura conformista.
¡Holaaaa!
ResponderEliminarUmmm, que libro más curioso, me encanta que haga una crítica tan ácida a la sociedad actual y lo haga a modo de "diccionario", a través de palabras concretas y su definición.
Muy de acuerdo con que nos encanta hablar y hablar, y quejarnos, pero a la hora de la verdad no hacemos nada. En fin, muy triste pero cierto.
¡muchos besos!
PD: acabo de descubrir tu blog, ya tienes una nueva seguidora.
Irene - Que la suerte esté siempre de vuestra parte
Hola Irene,
Eliminarencantada de tenerte por este rincón. Pues sí, fue un libro curioso, pero esperaba que fuera más divertido de lo que es.
Un saludo,
Laura.
Curioso, ácido. ..mmmmm si se me cruza lo miraré.
ResponderEliminarGracias por traer algo diferente siempre.
Encantada^^
Eliminar¡Hola, Laura! Ummm... es una reflexión interesante, y creo que tienes mucha razón en que parecemos alelados permitiendo determinadas cosas que con las que claramente estamos inconformes, pero... ¿qué podríamos hacer realmente? A ver, que sí, que te doy la razón en que es que directamente ni intentamos reaccionar porque es mejor la comodidad de no hacer nada, pero... ¿qué acción tendría una reacción verdaderamente contundente?
ResponderEliminarSi nos manifestamos, vale, podríamos hacer cierta presión para que el gobierno se sienta culpable y haga cambios, pero también puede pasar a que hagan oídos sordos y sencillamente esperen a que pase la tormenta.
Si votamos a partidos diferentes, creemos que cambiaremos el mundo y luego resulta que vemos que todos tienen sus pros y sus contras.
Podríamos llevar iniciativas a cabo para cambiar o ayudar en determinadas situaciones, pero resolver el problema de raíz es lo más complicado.
Yo es que soy un poco como tú... a ver, si tengo que enfrentarme a un conflicto, lo hago, pero si puedo evitar generarlo, pues prefiero no hacer nada si sé que tampoco voy a conseguir cambiar nada.
Que fingamos meditar cuando en verdad solo dormimos me parece algo erróneo, sí que creo que se puede dar el caso, pero también considero que a veces sí que meditamos, simplemente es que a la hora de la verdad tampoco sabemos qué hacer y por eso no pasamos de la simple meditación.
El libro en sí no me llama nada, pero sí que creo que le has sabido sacar bastante partido al extracto que nos compartes :D
¡Saludos! ;-)
Ouch. Punto para Omaira. Muy bien defendido. En tercero de la ESO estamos leyendo el libro "El secreto de mi turbante" sobre la situación de Afganistán y mis alumnos me han puesto en el mismo aprieto que tú: está muy bien que nos concienciemos pero, ¿qué podemos hacer nosotros?
EliminarNo soy de ir a manifestaciones porque me puede la pereza, además del convencimiento de que no va a servir de nada. Voy a votar, pero sin entusiasmo, pues todos los partidos tienen sus defectos. Participo en alguna ONG, pero lo mínimo. Mi respuesta a tu pregunta es: ¿pero es que si no lo intentamos, qué cambiará? Es cierto que nada de lo mencionado es un cambio contundente, pero es que la transformación no viene de allí, sino de las pequeñas cosas. Quizás una manifestación no sirva de nada, pero da visibilidad al problema y puede que hacer esa presión haga que se produzcan pequeños cambios. Las mujeres hemos conseguido la igualdad de alguna forma, ¿no? Gracias a todos los escritos que se hacen reivindicando la figura de la mujer, ahora tenemos en literatura más mujeres fuertes e independientes que antes. Eso no lo ha hecho nadie concreto, sino la colectividad en general. Un granito de arena no hace nada, pero a la larga, puede significarlo todo.
Enhorabuena por tu escrito tan bien argumentado,
Laura.
¡Hola, Laura! Jajjaja, me sorprende haberte hecho sentir que lo defendí tan bien xD Muy de acuerdo con tus alumnos, y más en ese tema en concreto, ya que no sé de qué modo un ciudadano de a pie de calle normal y corriente puede intervenir en lo que está pasando en ese país. No podemos ni controlar lo que ocurre en el nuestro, así que peor es cambiar lo que ocurre en otro... que sí, que obviamente podemos mostrar nuestro total desacuerdo con las decisiones que se están tomando allí y que destruyen las libertades de las mujeres, pero... ¿qué golpe de efecto real podemos dar?
EliminarSobre lo que mencionas posteriormente, creo que con el simple hecho de votar ya intentamos cambiar algo. Efectivamente, todos los partidos acaban teniendo sus defectos, pero yo soy de las que creo que si ni siquiera votas no tienes ningún derecho a quejarte si luego ganó menganito o fulanito, ya que tú ni contribuiste.
Creo que en el día a a día nuestra forma de participar es siendo el mejor tipo de persona posible, y sé que puede que suena a frase de Mr. Wonderful, pero cada gesto que tenemos tiene una consecuencia, lo que veo complicado (y hasta imposible), es generar un cambio a gran escala a través de una actitud individual, y más si hablamos de un problema de gran envergadura.
Eso sí, es lo que dices, no se pierde nada por intentarlo y que tenga más efecto del que creemos. Por ejemplo, si en tu casa reciclas, puede que tú sola no logres volver ecológico al mundo, pero sí que has contribuido a no destruirlo más. Y si esa fuera una actitud generalizada, ya si estaríamos hablando de un gran efecto de grupo.
¡Saludos! ;-)
¡Hola, Omaira! Coincido en que de forma individual me parece muy difícil tener un gran efecto en el mundo. Hay personas que lo han conseguido, como con todo, pero se cuentan con los dedos de una mano. De todas formas, muy a favor de tu forma de ver el mundo: creo que hay que intentar ser la mejor persona posible. Como dices, que yo recicle no es un gran cambio, pero puede ayudar a que otros también lo hagan y hacer un efecto ola.
EliminarUn saludo de,
la mejor Laura posible.