miércoles, 12 de septiembre de 2012

Una serie de Catastróficas Desdichas, Libro VII: La Villa Vil, de Lemony Snicket

Título: La villa vil
Autor: Lemony Snicket
Género: Literatura infantil y juvenil
Fecha de publicación: Octubre 2007
Saga: Una Serie de Catastróficas Desdichas
ISBN: 978-84-8383-023-9
País edición: España
240 pág.
14,42 € (IVA no incluido)

Sinopsis:

Estimado lector:
Seguro que has escogido este libro por error, así que te ruego que lo sueltes de inmediato. Nadie en su sano juicio leería este relato sobre la vida de Violet, Klaus y Snnny Naudelaire a sabiendas, pues en él se detallan con horror y fidelidad todas las desgracias que les acontecieron durante su estancia en un lugar conocido por las siglas VFD.
No se me ocurre razón alguna para desear empezar un libro que contenga temas tan desagradables como las costumbres migratorias de ciertos cuervos, una muchedumbre airada, un titular de periódico, el arresto de personas inocentes, la celda deluxe y unas chisteras estrambóticas.
Es mi solemne y sagrada ocupación investigar minuciosamente la vida de los hermanos Baudelaire y luego narrarla, pero tu quizás prefieras otra solemne y sagrada ocupación, como dedicarte a leer otro libro en vez de éste.
Con todos mis respetos, 
Lemony Snicket

Opinión:

Este último tomo, me ha sorprendido gratamente. Porque, por una vez, no sigue la línea de los demás libros. Esta vez, los huérfanos, van a parar al pueblo VFD, donde su tutor no es una persona. Ni siquiera dos. Sus tutores son el pueblo entero. Por suerte, no tienen que cambiarse de casa cada día (¡menos mal! ¡Ya me temía lo peor!), pues viven en casa del manitas del pueblo. Aún así, la gente del pueblo obliga a los niños a que hagan las tareas domésticas...de toda la gente del pueblo. Y eso no es lo peor,
porque quién gobierna en VFD, es (no, afortunadamente, no se trata del conde Olaf) el consejo de Ancianos. Ellos y sus estúpidas reglas que se suelen contradecir entre sí, no hará más que complicar la vida a los Baudelaire. Entonces reciben un misterioso pareado, que les resulta familiar, y aparece un conde Olaf, que no es el conde Olaf, y...bueno, mejor no decir nada más.

Este libro, ha sido el que más me ha gustado por ahora, pero me ha decepcionado y sorprendido a la vez. Me ha decepcionado porque, tenía la vana esperanza que se resolviera algo de este misterio. Pero no. Nada, de nada. Las pistas no aparecen y las dudas aumentan. Lo que sí me ha gustado ha sio el desarrollo de la historia. Hasta la primera mitad, todo es igual de monótono que en los demás libros, pero después la cosa se anima, y las sorpresas llegan de todas partes.

Otra cosa que me ha gustado, es que, al fin, vemos algo de evolución en los personajes, que, hasta este libro, habían sido demasiado estáticos. Al fin, Klaus, celebra su cumpleaños, y llegando al final, vemos lo mucho que ha crecido Sunny

En fin, no hay mucho más que decir, solo que este libro, al que, para no desvelar nada, le dedico una reseña tan cortita, es de los mejores de Una Serie de Castróficas Desdichas, que he leído. Y ya sabéis, si queréis saber más, si no estáis satisfechos con esta mini reseña, os aconsejo que leais las otras, siguiendo estos enlaces: Un mal principio, La habitación de los reptiles, El ventanal, El aserradero lúgubre Una academia muy austera y El ascensor Artificioso

PD: ¿Sabíais que existe un lugar que se llama Villa Vil? Quizás empiece a dudar de la veracidad de esta historia...

PUNTUACIÓN...3'5/5!

AVISO: De este libro, no tengo un link de descarga, porque lo conseguí, gracias al blog unaseriedecatastróficasdesdichas, el cuál se ha molestado en traducir algunos de los libros y en digitalizar (¿existe esta palabra?) los otros. Podéis visitar la página y quizás encontréis muchas cosas de vuestro interés

2 comentarios:

  1. Buena reseña personal. Por cierto, los niños van a VFD no a VDF. VFD. Saludos.

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  2. Cierto, se me transcribieron las letras. Enseguida lo corrijo

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"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney