viernes, 23 de septiembre de 2022

Frases memorables: Cosas por las que discutimos mi chica y yo

«Descalifican a la gente que ha nacido hermosa, no sé, porque no se lo han ganado. Sólo es un accidente de la naturaleza. Pero nadie arruga la nariz y dice: "Bah, nació con un talento musical natural", o "Su inteligencia para las matemáticas es innata"; de hecho, si es así obtienen mayor respeto.  Si se trata de atletas, de campeones de ajedrez o de artistas de lo que sea, todo el mundo piensa que son fantásticos. Pero si se presentan a concursos de belleza todo el mundo se burla». 

La cita que os traigo hoy es de Cosas por las que discutimos mi chica y yo, de Mil Millington, un libro poco conocido. Lo leí hace mucho y tengo pendiente hacer una relectura. Recuerdo que me pareció muy divertido, pues es un libro con el que te ríes a carcajadas y con el que es fácil sentirse identificado, pues tanto los personajes como las situaciones son muy cotidianas. Eso sí, no hay ningún tipo de trama, es simplemente el día a día, contado con mucho humor, de un protagonista muy divertido. Pero vaya, cada uno tiene un humor diferente, así que si os ha llamado la atención, os recomiendo darle un vistazo a la reseña para ver alguna muestra del estilo y leer mi opinión con más profundidad. 


La crítica que podéis leer en la cita se contextualiza por el hecho de que la novia del protagonista es una rubia despampanante, pero eso no significa que sea tonta. Me parece una reflexión curiosa; nunca me había parado a pensar algo así. Soy como esa gente a la que el narrador critica, de las que aplaude el talento natural de algunas personas para actividades relacionadas con el arte o el deporte, mientras que suelo menospreciar a la gente bella. Ya, está mal dejarse llevar por estereotipos, me doy cuenta. 

No me parece que en general la gente desprecie a aquellos que han nacido guapos, sino que sienten (sentimos) envidia, pero eso pasa igual con cualquier otro talento. Lo que sí es verdad es que se suelen despreciar los concursos de belleza, y en parte lo entiendo. Creo que la diferencia entre estos concursos y otros relacionados con el arte o el deporte es que la belleza es algo muy subjetivo. Este tipo de competiciones se basan en un canon establecido y lo perpetuan, cosa que hace que las personas que no se ajustan a ese canon se sientan desgraciadas. Eso no pasa con, por ejemplo, la música, pues si no se te da bien, pasas a otra cosa, pero no vas a operarte para ser mejor cantante, mientras que, a raíz de la imagen de persona que venden en los concursos de belleza, sí que hay gente que cambia su aspecto porque se siente inferior. 

Soy una persona que no se preocupa mucho por el aspecto físico. Acepto que no me parezco a ese modelo canónico y, aunque a veces me siento mal por ello, no trato de cambiar. No suelo maquillarme, ni arreglarme, ni preocuparme por la ropa. Si puedo ir dos veces al año a la peluquería, mejor que ir tres. Entiendo que no hay que juzgar a nadie antes de conocerlo, que ser guapa de nacimiento no hace que tu vida sea más fácil, pero no acepto los concursos de belleza por el daño que hacen a la sociedad, imponiendo un modelo físico a seguir. ¿Qué opináis vosotros sobre este tema?

11 comentarios:

  1. Hola Laura!! Qué frases más chulas, desconocía el libro y tomo nota. ¡Estupendo post! Besos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya, es que es un libro muy desconocido. Me alegro de que te lo apuntes^^

      Eliminar
  2. HOLA
    Me encantaron esos fragmentos, buscaré el libro para leermelo :)

    ResponderEliminar
  3. Preocuparme por mi aspecto exterior, lo justo y necesario y, sobre todo, por salud. Tampoco me preocupa ni juzgo a nadie por su aspecto físico. Mientras la persona vaya limpita, me vale, eso sí. Que los malos olores no los soporto. Y concursos de belleza siempre va a haber. El problema está en educar a la sociedad para hacerle ver que eso no es lo más. Pero hoy día, con las redes sociales, que son como los antiguos patios de criticonas, está difícil. Ni las guapas se salvan de las críticas... En fin, el libro se ve divertido. Me podría animar si se cruza en mi camno.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy interesantes tus impresiones, pues veo que coincidimos bastante. Sí, hoy en día con lo de las redes, la imagen vale muchísimo. Es una lástima que seamos tan superficiales :/

      Eliminar
  4. ¡Hola Laura! Bonito melón nos abres hoy xDD Pues a ver, la verdad es que es cierto que se suele despreciar más la belleza innata que cualquier otro talento. Aunque también debo decir que en realidad no creo que haya talentos innatos sin más, puede ser que se tenga más facilidad para una determinada cosa pero siempre hay muchísimo trabajo detrás para aprender y perfeccionar. Y con la belleza de hecho pasa un poco igual, para mantenerla es necesario hacer ciertas acciones de auto-cuidado, ejercicio, alimentación... Al final las cosas no son sólo lo que vemos. Coincido contigo en cuanto a los concursos de belleza, crean unos cánones que no son realistas para nada y nos venden que la belleza es un único modelo cuando es totalmente subjetivo. Encima normalizar esos cánones provocan cosas como la gordofobia, por no hablar de que las mujeres somos las que sufrimos una mayor presión. Así que nada, a romper con la norma.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy de acuerdo contigo. Hay cosas innatas, pero sin duda se tienen que trabajar igual. También coincido en lo de los cánones subjetivos que nos afectan negativamente. Gracias por tu comentario^^

      Eliminar
  5. ¡Hola de nuevo! Pues yo nunca he pensado eso... a ver, es que despreciar a alguien por ser guapo/a no le veo sentido. La genética influye en muchos casos, aunque también hay gente que se curra lo de estarse arreglando, así que no es algo que yo crítique. E incluso la gente que nace con un talento innnato para la música, por poner un ejemplo, más bien tiene predisposición a aprender rápido, pero quieran o no, también deben estudiar, ya que no nacen sabiendo lo que es una partitura. Su predisposición y sus amor latente por ese campo es lo que le ayuda a destacar rápido.
    Tu reflexión es perfecta, en verdad, coincide mucho con lo que pienso. Lo peor de los concursos de belleza es justo eso que dices, ya que a veces parece que promueven el desprecio a todas aquellas personas que no complimos con los estereotipos físicos más alabados, pero los concursos en sí no me parecen malos. Es como cuando criticaron los desfiles de Victoria`s Secret... a ver, eran un espectáculo y ofrecían lo que el sector en sí buscaba, al que no le guste, pues que no los vea. Otra cosa es que muestren diversidad, ya que eso sí que era necesario porque solo buscaban modelos increíblemente flacas y también es cierto que eso era discriminatorio contra las propias modelos.
    Resumiendo: en mi caso, no estoy en contra de concursos y desfiles siempre y cuando no hagan ataques contra personas que no sean increíblemente delgadas o increíblemente bellas según sus conceptos de belleza.
    Y TOP, yo con ir decente me conformo, no me veo maquillándome durante horas ni eligiendo ropa como si se fuera a acabar el mundo si no voy como una princesa jajaja
    ¡Saludos y buen fin de semana! ;-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. 1. No desprecio a alguien por ser guapo (en general, me cuesta mucho despreciar a alguien), pero sí tiendo a sentir cierta envidia y el prejuicio de pensar que no tendrán otras habilidades (porque la perfección no existe y que además todo se les diera bien sería muy injusto).
      2. TOP a lo de la falta de diversidad en los desfiles, aunque es algo en lo que cada vez se está trabajando más.
      3. TOP a lo de ir cómoda por la vida.

      Un saludo bonito,
      Laura.

      Eliminar
    2. 1. Que conste que no me refería a ti, hablaba en general teniendo en cuenta las frases y la reflexión que proponías. No te veo en plan cabreada despreciando a nadie solo por su físico xD
      ¡Saludos! ;-)

      Eliminar

"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney