viernes, 25 de diciembre de 2020

Ran y el mundo gris (Tomos 1-3), de Aki Irie

Título: Ran y el mundo gris
Autora: Aki Irie
Precio: 8,00 €
Título original: Ran to haiiro no sekai,
Traductora: Ana María Caro
ISBN: 978-84-16188-36-9
Formato: 12,8 x 18,2 cm
Páginas: 216
Edición nacional: Ediciones Tomodomo
Año: 2017
Formato: Rústica con sobrecubierta

Sinopsis:
 Ran es una niña de diez años que sueña con tener muchos amigos y ser mayor cuanto antes para hacer lo que le dé la gana. Nada extraño si no fuera porque Ran es la hija de una bruja poderosísima y tiene la habilidad de crecer a voluntad, adoptando la forma de una joven veinteañera para realizar todo tipo de travesuras mágicas. El poder salvaje de Ran trae de cabeza a su familia en ausencia de su madre, demasiado ocupada manteniendo a raya las amenazas sobrenaturales. Y con razón, porque sus inocentes aventuras podrían acabar por traer la desgracia al mundo humano, dejándolo reducido a grises cenizas.

Opinión:
Aquí sigo, intentando adentrarme en el género del manga, aunque no con muy buenos resultados. Estos tomos los leí por recomendación de mi amiga Y, pero por desgracia no ha estado muy acertada. Bueno, al menos ha sido mejor que Filamentos, de eso no hay ninguna duda. Aun así he leído los tres primeros de siete y me da pereza continuar.

En estos tres tomos se nos narra el día a día de Ran y su familia unos seres mágicos que conviven escondidos entre los humanos. El padre de Ran puede convertirse en cuervo, su hermano en lobo y su madre es una hechicera muy poderosa capaz de volar o hacer aparecer comida de la nada, entre otras cosas. Ran, una niña de unos diez años, es como su madre, pero no domina sus poderes, excepto el de transformarse en una joven de dieciocho años si se pone unas zapatillas mágicas.

Empezar diciendo que a mí el tema de la magia me interesa mucho. Tanto los poderes de los personajes (hay alguno más) como sus dinámicas como el extraño mundo en el que se encuentra la madre de Ran me parecen muy atractivos. Es cierto que no se explican mucho y que no conoces los límites de su magia, pero es algo que aceptas porque no afecta a la trama, como el bolsillo mágico de Doraemon. 

La magia es sin duda uno de los puntales de la historia y está constantemente presente, pero de fondo. No se profundiza ni en los problemas que puede acarrear tener esos poderes en un mundo humano ni muchas situaciones resultan verosímiles, como cuando la madre hace aparecer dulces por toda la ciudad y nadie se pregunta nada, o cuando ellos vuelan por el cielo y nadie se fija. Pero soy yo y mi necesidad de lógica.

Todo esto no sería problema si la trama fuera consistente, pero no es así. Hay una trama principal muy de fondo, pues la madre de Ran es la guardiana de una puerta por la que entran insectos mortíferos, pero poco más se sabe de ello y en el tercer tomo parece que ya está el problema resuelto (aunque yo supongo que se volverá a ello en algún momento). Por contra, los tomos son de tono costumbrista en el que se ve el día a día de la familia de Ran y las pequeñas aventuras y desventuras que ella vive. 

Mi mayor problema es que nada me ha generado el menor interés, pues los problemas de Ran me parecen nimiedades y no me producen ninguna curiosidad. A eso hay que sumarle que las tramas amorosas cobran una gran importancia y eso no hace más que empeorarlo porque no es un tema que me interese y son relaciones tóxicas y problemáticas.

¿Cuáles son los romances? Por una parte está el triángulo amoroso entre Ran y un chico de su clase que se burlaba de ella y la trataba muy mal (pero ya se sabe, los que se pelean se desean [Laura pone los ojos en blanco]) y Otaro, un señor de 30 años que solo conoce a la Ran de 18 años e intenta aprovecharse de ella. Por otra parte, está el hermano de Ran, Jin, que tiene las hormonas revolucionadas y empieza a salir con Sango, una chica muy sumisa que no tiene voz ni voto.

Tengo la sensación de que el romance no se toma en serio y que en teoría es todo muy gracioso porque hay malentendidos. Pero a mí no me hace ninguna gracia. Que Jin se abalance sobre Sango y que no hablen de sus sentimientos ni una vez, que claramente sea atracción pero se venda como amor y que ella no diga nada no me gusta ni me hace gracia. 

Y lo mismo con Ran, que Otaro se aproveche de una niña de diez años no me parece gracioso. Es cierto que él cree que ella tiene 18, pero aun así la diferencia de edad es muy grande y él no hace caso siempre que ella le dice que no la toque. Tengo la esperanza de que todos estos romances terminarán mal en los siguientes tomos, pero no pienso comprobarlo (quizás le diré a mi amiga Y que me haga spoiler).

Sobre los personajes, me parece que el hermano tiene demasiado protagonismo para lo poco que aporta. Ran me gusta, es una niña realista y cuando tiene 18 años se sigue comportando como si tuviera 8. Otaro me cae fatal. Es un hombre guapo, rico y mujeriego, acostumbrado a tenerlo todo y a creerse el rey del mundo. Se ha encaprichado con Ran por algún motivo que no entiendo y es muy posesivo con ella. Ojalá alguien le pusiera los puntos sobre las íes, pero me parece que eso no pasará.

Sobre el resto de secundarios, poco que decir. La madre y el padre están bien pero no destacan mucho. El que me ha encantado es un médico que tiene un acento de barrio muy divertido. Por otra parte, varios personajes me han sobrado. Es el caso de la maestra, que era presentada como alguien importante pero que simplemente es una okupa en casa de Ran y no ha tenido casi ninguna escena. El que tiene un capítulo entero es un vecino con el pelo largo que se pelea con su madre porque no se lo quiere cortar. En teoría era un capítulo gracioso pero solo sentí lástima por la mujer y me pareció completamente desligado del resto del tomo, pues este chico no tiene nada que ver con Ran. 

 Por último, me gustaría hablar de un aspecto que sí que está muy bien: el dibujo. Para mí que un manga esté bien dibujado (ojo, eso no quiere decir que sea bonito, depende de la historia) es un pilar importante. Quizás las relaciones amorosas estén mal y la trama sea inexistente, pero como mínimo el dibujo es bonito. Los paneles y diálogos se pueden seguir con agilidad y por otra parte las viñetas están bien dibujadas con bastantes detalles. En algunas ocasiones el detalle me ha parecido excesivo, pero también es verdad que es culpa mía por no estar muy acostumbrada al género. 

En cuanto a los diseños de personajes, todos son claramente diferenciados y característicos. En general se nota que la autora domina la técnica y sabe crear bellas imágenes con fondos cuando es necesario sin perded naturalidad y simpleza en otras.

En resumen, pese a todo lo dicho, no me ha parecido una mala obra, pero sí que no era para mí. El dibujo es bonito, rico en detalles pero al mismo tiempo sencillo. Los diseños de personajes son fantásticos y estos son interesantes y realistas. La trama es costumbrista y, aunque se podía profundizar mucho más el tema de la magia y crear una trama compleja, la obra pretende mostrar el día a día de los personajes, sin aspirar a más, por lo que si eso te interesa, lo hace bien. En cuanto a las relaciones amorosas, son tóxicas, pero están presentadas en clave de humor, un humor muy japonés que no encaja conmigo. Es una obra que tiene sus fallos, pero si buscas un manga bonito, de tono costumbrista con poca trama y te gusta el humor japonés, no dudes en darle una oportunidad.

Cosas que he aprendido:

  • Cómo reflejar en dibujo una transformación.
  • El hablar de barrio del médico mola mil.

PUNTUACIÓN...3/5!

2 comentarios:

  1. ¡Hola! Sinceramente el manga no es para mi, es algo que no me llama nada nadita la atención jeje pero me alegro que hayas disfrutado del humor de estas historias.
    Te deseo un muy feliz año nuevo.
    Un beso enorme y nos seguimos leyendo ♥︎

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    Respuestas
    1. Ya, es un género en el que yo también me estoy adentrando poco a poco. Por ahora no he encontrado nada que me haya cambiado la vida y este precisamente el humor no me ha convencido, pero bueno, poco a poco.

      Un saludo y felices fiestas.

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"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney