El hecho de que sea tan importante el nombre que figura en la portada ha hecho que aparezca un tipo especial de autor: el autor fantasma o negro literario. Estos escritores son contratados por otras personas para escribir un libro que no podrán decir que han escrito (esos sí, cobrando una pasta por su silencio...). Es el caso del escándalo de la novela de Ana Rosa Quintana, Sabor a hiel, o la novela It takes a village de Hillary Clinton. Y es que no es raro que políticos y todo tipo de famosos contraten escritores fantasma para escribir sus biografías, libros varios o artículos en revistas; luego, los verdaderos autores permanecen ocultos o (en muy pocos casos) aparecen en en segundo lugar como «colaboradores».
Esto de los negros literarios no es algo nuevo, sino que es un oficio que se ha existido desde siempre. Uno de los casos más conocidos es el de Alejandro Dumas, que llegó a tener decenas de negros literarios, como Auguste Maquet que «colaboró» en la escritura de Los tres mosqueteros o el conde de Montecristo, atribuidas solamente a Dumas.
Y esto no es todo. Es tal la importancia del nombre de autor que en algunos casos, solo para aprovechar el éxito de algunos autores, los hay que han «resucitado» y que publican libros desde la tumba. Sí, sí, no me lo estoy inventando. Es el caso de Robert Lundlum, quien después de su muerte en 2001 ya ha publicado 25 novelas y el de V. C. Andrews, que lleva unas 50 novelas póstumas. En este último caso, en un principio se dijo que eran manuscritos inéditos, después, anotaciones que un autor anónimo completaba y finalmente se descubrió que era obra de Andrew Neiderman. Pero, nada, a pesar de que se ha descubierto todo,...¡sigue firmando con el otro nombre!
Me repito, lo sé, pero es que es increíble la importancia que se le da al nombre de autor. Antes, si un autor era anónimo no había ningún problema, claro la mayoría de los manuscritos lo eran, lo que importaba no era quién había escrito X novela, sino qué decía esa novela. Ahora ya no es así, necesitamos saber a todo costa de dónde viene, quién la ha escrito, cuando, en qué circunstancias y basándose en qué: la calidad del libro dependerá de todo esto. Y es que si por accidente o por voluntad explícita del autor se llega al anonimato, enseguida nos pondremos manos a la obra para tratar de descubrir quién se esconde tras esas letras.
Fotografía exclusiva de Lemony Snicket |
Vale, sí, acabo de decir que no se pueden escribir obras anónimas, que necesitamos conocer a su autor, pero a veces este no se llega a conocer nunca y es mejor así. Hay autores que usan el recurso del anonimato para mantener la coherencia con la obra, como es el caso de El libro sin nombre (donde el autor en teoría no existe); en otros casos, el autor se esconde bajo el nombre de uno de los personajes del libro, como si autor y personaje fueran el mismo (como con la colección de Geronimo Stilton o Una serie de catastróficas desdichas, de Lemony Snicket).
Por otra parte hay autores que hacen uso de seudónimos, no con la intención de esconderse, sino de crear un nuevo nombre de autor, de manera que se les identifique con un género diferente o un estilo de escritura distinto. Es el caso de la escritora J. K Rowling, la cual, en un intento de alejarse de la imagen que se tiene de ella como escritora de la saga de Harry Potter usó el seudónimo de Robert Galbraith. Otros autores, utilizan heterónimos para separarse de diversas ideologías, como es el caso de Pessoa, que llegó a tener decenas de seudónimos diferentes.
Llevo un buen rato que si nombre de autor por aquí y nombre de autor por allá, pero, de verdad, a quién le importa realmente quién es el autor de un libro? No debería importarnos porque en el fondo nunca llegaremos a conocerlo, porque el autor que nosotros vemos no es más que una construcción que hemos hecho a partir de lo que ha escrito. Y si no, pensad en alguna obra que os guste y de la cual no habéis visto el rostro del autor; luego, comprobad si la imagen mental que tenéis se corresponde con la realidad.Un ejemplo, yo imaginaba a Brandon Sanderson como un hombre enjuto, seco, tirando a calvo, de entre 50 y 60 años de edad, sin gafas,...y al buscarlo, absolutamente no es para nada como imaginaba. ¿Os ha pasado lo mismo? ¡Espero leer vuestros resultados en los comentarios!
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Me ha parecido una entrada muy interesante. Ya era conocedora de estos "autores fantasmas", aunque no sabía que se denominaban así. Es cierto que lo importante es la novela en sí, y coincido contigo, muchas veces imaginamos a escritores de una manera y después la imagen real ni se acerca a la que nosotros creamos en nuestra cabeza. Pero, sé que el mundo literario sigue siendo un negocio, ¿no? La editorial gana su parte, el autor gana su parte, la librería gana su parte... Aún así, hay libros que tienen muchísimo éxito (como por ejemplo, el de Belén Esteban) y los supuestos autores no tienen ni idea de escribir, probablemente redacten hasta mal... Si de verdad quieres publicar un libro, ¿no deberías ser tú el que lo escriba? ¿De qué vale llevarse el mérito cuando no has escrito ni una sola línea?
ResponderEliminarMuchísimas gracias por esta entrada, la he disfrutado mucho!!
Un besazo!!
¡Hola! Me ha encantado leerte, me alegro mucho que te haya gustado la entrada :)
EliminarSí, entiendo que sea un negocio, pero debería ser más que eso, debería ser una pasión y no se tendría que permitir que la gente que no tiene ni idea publique libros solo por ser quien son.
¿Hablas de mérito? Ninguno, está claro, pero a ellos no les interesa el mérito, por desgracia, solo el dinero.
En fin, muchas gracias por haber comentado.
un beso,
Laura
¡Qué entrada más interesante!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que lo que importa es el contenido pero, en mi caso, caigo en algunas de esas cosas y es que cuando mis escritores favoritos sacan libros, me da igual de que sean, voy corriendo a por ellos.
Lo que sí me parece francamente mal es el caso de los escritores fantasma, pero además de engañar a todo el mundo se engañan a sí mismos cuando después se les llena la boca diciendo "mi libro".
Un besazo.
Gracias por la entrada, ^^
Coincido contigo, yo también caigo en lo de intentar apoderarme de todos los libros de mi autor favorito, pero últimamente me ha pasado que por culpa de eso me he llevado decepciones muy grandes (Sanderson, Rothfuss, Safier), así que he quedado escarmentada.
EliminarSí, a mí lo de los escritores fantasma también me parece mal, lo veo como prostituirse, vender tu talento, una parte de ti al mejor postor, y eso es hacerte de menos :/
Un saludo y gracias por el comentario^^
¡Hola, Laura! Como te prometí ayer en la reseña antigua tuya que encontré por casualidad, aquí estoy hoy para ponerme al día con tus entradas ^^
ResponderEliminarEste es un tema que da para comentar bastante. En mi caso, no te voy a negar que ciertos autores se han ganado que cuando publiquen un libro, me lance a leer la sinopsis porque ya he leído algo de ellos y su estilo me ha gusto. Me gustaría remarcar la palabra "estilo" ya que hay casos en los que, aunque un libro me haya gustado mucho, luego leyendo las sinopsis de otras obras del autor, creo que no serán capaz de repetir eso especial que lograron con cierto libro. Hoy en día, el único autor que yo me lanzo a comprar cualquier cosa que publique y casi ni me leo la sinopsis es Nicholas Sparks. ¿Por qué? Empecé a leer libros suyos y cuando ya iba por el 5º o el 6º supe que me encantaba su modo de hablar de los sentimientos y los temas que se tocaban en sus libros de modo paralelo a las historias de amor, así que es su modo de escribir lo que me encanta. Caso opuesto es John Green, leí BLME pero no siento casi ninguna curiosidad por sus otras obras, si que me encantó el que leí, pero creo que ese libro tenía algo especial que no puede ser repetido.
Lo de V.C Andrews... sinceramente, me parece un poco un despropósito que tanto en su caso como en el de otros autores, otra persona haga el trabajo. Yo leí su saga de "Flores en el ático" y por lo que tengo entendido, ella murió escribiendo el último libro que era una precuela. Lo leí y en ese momento no sabía esa historia, pero se notaba un montón que no era de la autora original porque además tenía incoherencias con los otros libros de la saga.
Lo de que lo hagan para diferenciarse en géneros, como J.K Rowling, me parece una soberana estupidez (y perdón por la expresión) porque si encima todo el mundo sabe quien es el autor original, no entiendo ese cambio de nombre.
En todo caso, personalmente, cuando me voy a comprar un libro, aunque si ya he leído algo del autor que me ha gustado le muestro interés, eso no es sinónimo de compra. De resto, poco o nada me importa quien lo escriba. Yo me fijo en si las sinopsis me atraen o no y luego mi decisión final de comprarlo será si leo alguna reseña u opinión que me indique que ese libro puede gustarme.
¡Saludos y muy buena entrada! ;-)
¡Hola de nuevo! Muy contenta de leerte y ver que te has puesto al día^^
EliminarCoincido con lo que comentas acerca del estilo. En cuanto a Sparks, he leído algunos libros suyos, pero la verdad es que aunque su forma de escribir me gusta mucho, siento como si los libros que va escribiendo son más de los mismo y es que yo valoro mucho la originalidad. Con John Green me pasa lo mismo que a ti, leí Bajo la misma estrella y me gustó, pero los demás que tiene no me llaman la atención.
Lo de V. C. Andrews me parece algo indignante, tengo pendiente leer Flores en el ático, pero ya tengo claro que a parte de eso voy a leer poco más.
A mí lo de Rowling no me parece una "soberana estupidez". Me parece muy loable que alguien "famoso" intente publicar un libro por el valor de ese libro no por ser quién es la autora. Seguro que si no hubiera usado seudónimo cualquier editorial, sint an siquiera leerlo, lo hubiera publicado. Arriesgarte a ciegas a conocer la verdadera opinión de los demás me parece que tiene mucho valor. Además, aunque se haya descubierto su seudónimo, creo que eso fue sin querer, que no lo hizo a propósito.
Por último, coincido con tu conclusión, no me suelo fijar mucho en quién o quién no es el autor: a veces he leído dos libros de un mismo autor y hasta que no hago la reseña no me percato de ello :P
¡Hola, Laura! Ya he visto tus respuestas :-) Gracias por tomarte siempre tiempo para responder.
EliminarLo de soberana estupidez lo digo en el sentido de que, una vez se descubre quien es el autor real ¿para qué seguir publicando con el seudónimo? Que lo hagan para poner a prueba si sin su fama, las editoriales les publicarían, lo veo bien, pero cuando se sabe quien son, es cuando no lo entiendo.
Y "seré frágil", lo voy a añadir a Goodreads y así no me olvido si ya sé que va a salir con el mismo título.
¡Saludos y buen fin de semana! ;-)
Ah, ¡ahora entiendo lo que quieres decir! Sí, en eso coincido contigo, pero ¿qué van a hacer? ¿Cambiar el nombre a mitad de la trilogía? Tampoco era plan. Yo supongo que no publicará nada más bajo ese nombre.
EliminarY me alegro que te apuntes el de Seré frágil^^
He de suponer que en cada industria independientemente de lo que sea, siempre se le pagará a alguien talentoso para que haga el trabajo de los altos cargos o personajes reconocidos. No obstante, nunca me había puesto a pensar sobre el mundo editorial. Lo de Dumas no lo sabía y me dejo algo impactada.
ResponderEliminarNo debería ser así, puesto que es una mentira pero otra vez, si es algo tan usado por algo será.
Y fijate que eso de imaginarme el autor de tal forma por su escritura y equivocarme, no me pasa. De hecho siempre la pego. Me digo su escritura es así y así, debe tener tantos, según su nombre debe ser de... sólo me he equivocado en contadas ocasiones con eso jaja.
Saludos!
Pues sí, da igual al sector al que pertenezcas, aprovechados hay en todas partes.
EliminarMe has sorprendido con lo de acertar siempre. ¡Menuda intuición! Yo nunca doy ni una...