miércoles, 29 de agosto de 2018

Contra la lectura, de Mikita Brottman

Esta reseña me parece completamente innecesaria. De verdad que sí. A mí me bastó leer la sinopsis para saber que NECESITABA leer este libro, no me hizo falta saber nada más. Por favor, es que leed la sinopsis, venga, leedla. ¿No os parece que este libro está gritando mi nombre? Está escrito solo para mí, yo lo veo.

Ya sabéis que me cuesta mucho comprar libros porque están carísimos, y más si son nuevos, pero con este no pude resistirme. Estuve apunto de comprarlo durante el Día del libro, pero no me quisieron hacer descuento de ningún tipo, así que pasé. Pero lo vi en la librería en la que trabajo, empecé a hojearlo y....lo terminé comprando. Y no me arrepiento en absoluto. 

Traducción: Lucía Barahona
Ilustrador de cubierta: Cristóbal Fortúnez
Número de páginas: 168 pags
Tamaño: 14 x 21 cm
Encuadernación: cartoné
ISBN: 978-84-17059-54-5
ítulo: Contra la lectura
Título Original: The Solitary Vice Against Reading
Autor: Mikita Brottman
Editorial: Blackie Books
Edición: 1ª Edición: Febrero 2018

Sinopsis:
Te dijeron que no podías subrayar ni doblar las páginas de los libros.
Te dijeron que tenías que leer un clásico del siglo XVIII a los doce años.
Te dijeron que eso que leías por las noches era basura.
Te dijeron que nunca podías dejar un libro a medias.
Te dijeron que los lectores son buenas personas.
Te dijeron que ya nadie lee como antes.
Te dijeron que los libros te harían amar la vida.
Y tú no puedes evitar leer. Pero quizá lo haces boli en mano y en pijama, quizás has conocido a grandes lectores que eran malas personas y quizá tu vida te parece aburrida comparada con tus novelas favoritas.

Contra la lectura es un texto apasionado y liberador a favor de los que, a pesar de todo, leen. Y contra los pedantes que dicen que aman los libros, pero en realidad solo consiguen que el mundo aborrezca la lectura.

Por qué este título...
«Como pronto descubriréis, en realidad NO voy a ofreceros una “cruzada contra la lectura” (esto no era más que para llamar vuestra atención). Tengo que decir que los libros me han ofrecido un placer más consistente y puro que casi cualquier otra cosa en mi vida, y estoy segura de que cualquiera que hay comprado este libro, o que lo haya recibido como regalo, ya es de entrada un lector bien informado y reflexivo»

Opinión:

A ver, intentaré no irme por las ramas y ser breve, pero tened en cuenta que es algo difícil porque me apetece comentar el libro página a página y sacar mil debates al respecto. Pero voy a hacer un esfuerzo para contenerme. Seré buena, de verdad que sí. Y dejaré muchas de las citas que más me han impactado para la sección de Frases memorables porque no quiero que esta reseña sea un copy&paste del libro.

Creo que empezaré hablando por el público al que va dirigido este libro. Pese a la puntuación tan alta que le he dado, sé que no es un libro para todo el mundo. Este libro es un ensayo con cierto tono académico. Es más, el primer capítulo me pareció el más aburrido por ser muy introductorio; más que nada, asienta las bases de las reflexiones que tratará y nos cuenta cómo la sociedad ha visto la lectura a lo largo del tiempo.

Así que cuidado. Esto no es una novela ni tampoco pretende entretener o hacer reír. Es un libro serio, pero eso no quita que sea muy entretenido, en parte por las reflexiones, en parte por la implicación de la autora y su subjetividad y en parte porque aunque el lenguaje usa un tono serio, se lee con facilidad.
Como estaba diciendo, este no es un libro para cualquiera. El lector ocasional, por ejemplo, no será capaz de valorarlo. Este es un libro para los amantes de las letras, para aquellos para los que la lectura es algo que los define. Y cuando digo para todos los amantes de las letras, me refiero a todos. O como mínimo a todos aquellos a los que no les moleste ver tambalearse el culto que tradicionalmente se ha establecido a la lectura.

En este libro se habla de doblar las páginas, de dejar libros a medias, se critica a los clásicos, se dice que leer no te hace mejor persona, que la lectura puede destrozarte, que no eres más listo que nadie por leer, que hoy en día se lee más que nunca, que los libros no tienen por qué ser buenos, etc. Se dice que los libros no son intocables. Que coincidas o no con estos puntos no es importante. Por mi parte, coincidía con la mayoría, pero con otros no estaba de acuerdo. Pero la autora me ha convencido totalmente, y ya sabéis que eso es muy difícil.

Soy #LauraGenerandoDebate, ¿cómo no podía gustarme este libro en el que se critica a los lectores y los hace bajarse de su pedestal? Las reflexiones que hay en el libro son magistrales, ataca verdades que tenemos asumidas como universales, relativiza la realidad y hace que lo veamos todo desde un punto de vista completamente diferente. Leer es bueno. ¿O no?

«Simplemente quiero sugerir que no hay nada digno o respetable de manera intrínseca en el acto de leer en sí. Simplemente me pregunto si en realidad leer podría no ser todo lo que se anuncia que es. Si lleváis toda la vida leyendo, podéis haceros las siguientes preguntas:
¿Os ha llevado a ser los primeros de la clase?
¿Os ha hecho felices?
¿Os ha hecho “mejores personas”?
¿Os ha llevado a “lugares maravillosos”?
¿Os ha llevado a algún sitio?
En este libro recomiendo que, si tenéis que leer, o seguir leyendo, deberíais hacerlo reflexivamente, con cuidado y criterio. No os dejéis guiar por vuestros prejuicios. No leáis libros solo porque sintáis que “debéis hacerlo”, porque puedan ser “buenos para ti”. Hacedlo solo porque no podéis evitarlo».

He quedado fascinada con todos los debates que plantea, con los buenos argumentos que usa y cómo va enlazando los temas unos con otros. Por otra parte, la autora no presume de poseer una verdad universal ni da por hecho que lo que dice sea una verdad absoluta, sino que deja la puerta abierta para que el propio lector se cuestione esas reflexiones y fomenta el debate interno.

«Los libros PUEDEN hechizarte. Como un genio salido de una lámpara encantada, pueden cambiar tu vida por completo, pero -y así lo advierte siempre el genio- deberíais tener cuidado con lo que deseáis. Una vez que hayáis cambiado, no podréis volver atrás, lo que a menudo se traduce en que no podréis evitar sentir que la experiencia de la vida real os resulta cada vez más decepcionante. El póster infantil no cuenta toda la historia. Es cierto, los libros pueden llevarnos a lugares maravillosos, pero también pueden dejarnos allí varados, alienados e inútiles, solos y desclasados, aislados de otros seres humanos, incluso de nuestros propios recuerdos, de nuestra propia experiencia de nosotros mismos.
Y dejadme que os diga que eso no tiene nada de maravilloso».

Aish, me sap greu. Me da la impresión de que estoy hablando y hablando y me da la impresión de que no estoy vendiendo bien este libro. Por mis palabras, me debéis pensar que es un manual académico que reflexiona sobre la lectura desde un punto de vista nuevo. Y ya. Pero no es solo eso, y allí radica la magia de este libro. Aquello que hace que este libro destaque por encima de otros, que sea ameno y entretenido es la pasión que desprenden sus páginas. La pasión por la lectura, por los libros, por la letra escrita, se vive en cada página. La autora ama los libros, incondicionalmente, y ese amor por la lectura lo transmite al lector con una fuerza arrolladora. ¡Y eso que esto es un tratado "en contra" de los libros!

Los pocos libros que había leído hasta ahora de metaliteratura no habían conseguido transmitirme ni una décima parte de lo que me ha hecho sentir este. Me he sentido identificada al 100% con todas las palabras de la autora, como si me hablara exclusivamente a mí, como si hablara de mi vida. Y su forma de hablar de los libros...indescriptible, como si le fuera la vida en ello, tanto cuando habla de los libros que le han gustado como de los que no.
Esa es otra, en este libro hay decenas y decenas de referencias a obras literarias. No solo a clásicos, sino también a obras menos conocidas. Y me ha encantado cómo la autora habla de ellas. No menciona los títulos de las obras como si hiciera una lista. Tampoco hace spoilers ni resúmenes de esos libros. Y mucho menos los critica sin criterio alguno. Al hacer referencia a un título, no nos cuenta el argumento. En algunos casos nos habla de un fragmento en concreto que viene al caso, pero por lo general cuando habla de libros, la autora habla de los sentimientos que le generaron esos libros, de lo que sintió al leerlos y de la huella que han dejado en ella tras el paso de los años. Otros libros metaliterarios que he leído son tan objetivos respecto a los libros que mencionan que no he girado la página y ya he olvidado de qué libro me hablaban. Aquí no. Me han llamado la atención varios títulos, incluso aquellos que a la autora no le han gustado, solo por la pasión con la que habla de ellos.

La autora habla tanto de libros que le han gustado como de libros consagrados que considera sobrevalorados. Lo positivo es que habla de ellos sin explayarse demasiado y con buenos argumentos, sin dar a entender que la suya es la única valoración válida. Eso hace que veamos las grandes obras con otros ojos y, en el caso de haber leído alguna y de no habernos gustado, sentirnos un poco menos solos.

Uno de los últimos puntos que quiero destacar de esta obra es la subjetividad de la autora. Nos habla de tú a tú, y no tiene miedo de contarnos anécdotas personales, hacer referencia a su infancia o a su vida como lectora. 

«Si sois lectores equilibrados y exigentes, los libros que leáis pueden contribuir a que crezca vuestro interés en cuestiones políticas y morales, y convertiros en personas más comprometidas, elocuentes y activas. Idealmente la lectura puede ayudar a negociar la tensión entre el yo y los otros, a establecer un equilibrio entre vosotros, los lectores como individuos, y la pertenencia al grupo. A mí me sucedió lo contrario. Leía de manera inconsciente, casi involuntaria. Mi vida interior era rica y compleja, pero todo permanecía dentro. No hablaba de los libros que leía porque no sabía cómo hacerlo. No existía un equilibrio, una fusión entre el mundo interno y el externo. Sabía escribir, si bien con un estilo pretencioso y recargado (que no consigo quitarme de encima por completo, algo de lo que quizá ya os hayáis percatado), pero oralmente era casi incapaz de expresarme. Mi vocabulario al leer era vasto, pero al hablar no utilizaba más que una ínfima parte de él. [...] apenas tenía voz. Me pasaba días enteros sin hablar. Era como si viviera al revés. Como una persona muda o una víctima del síndrome de enclaustramiento, mi mente siempre estaba ocupada, pero superficialmente bien podría haber sido una zombi. Como si leyera o escribiera en una lengua muerta, latín o arameo por ejemplo, un idioma que nadie hablaba. Como una histérica de la época victoriana, estaba paralizada por las fantasías, tullida por el odio hacia mí misma y la desconfianza...Un problema que nunca ha desaparecido del todo y que probablemente jamás lo hará».

Eso hace que logres empatizar mucho con ella y también que te identifiques con lo que va contando. Yo misma me he sentido retratada una y mil veces y eso ha hecho que me sintiera comprendida.

«Si sois ávidos lectores de ficción, ya os habréis dado cuenta de que una de las cosas que nos enseñan en las novelas es a apreciar los sutiles matices del pensamiento, la emoción y el lenguaje, por lo que no es de extrañar que vuestros conocidos puedan empezar a resultaros planos y vacíos en comparación con los personajes que pueblan los libros, y esto provoque un alejamiento gradual de vuestros padres y un acercamiento a los escritores como figuras de autoridad. Tal vez empecéis a llevar un libro siempre con vosotros, incluso durante las comidas, para así poder escaparos a él cuando las cosas pinten mal.
En lugar de decir lo primero que se os pase por la cabeza, como solíais hacer cuando erais unos niños, empezáis a preguntaros cómo expresaros y practicáis las palabras en vuestro interior antes de hablar. La mayoría de las veces tal vez toméis la decisión de no hablar en voz alta, por si la gente se ríe de vosotros o simplemente no entienda lo que queréis decir. Empezáis a apreciar el valor de la reflexión y la privacidad, y elegís el aislamiento y la soledad por encima de las situaciones sociales, que cada vez se vuelven más incómodas y difíciles de soportar. Empezáis a anticipar y a evitar situaciones que os puedan aburrir o frustrar, esas en las que uno está obligado a participar y no hay posibilidad de esconderse en un rincón con un buen libro. Os acostumbráis a la incertidumbre, al desapego y al silencio, y os refugiáis todavía más en la lectura para no sentiros tan solos».

Para terminar, quiero comentar que me ha gustado que la autora citara a otras personas para apoyar sus ideas, pero no son ni citas corrientes ni gente famosa, sino que en muchos casos es al lector de a pie, cosa que ha hecho que la lectura fuera más cercana. Me ha parecido curiosa también la relación entre la traductora española y la autora, una relación que se ve reflejada en algunas notas al pie en las que la autora nos habla de sus charlas con la traductora y de cómo eso le ha permitido añadir una referencia breve a la situación en España.


En conclusión, un libro que cualquier amante de lectura necesita leer. Un ensayo muy ameno, donde con gran subjetividad la autora reflexiona acerca de los tópicos entorno al acto de leer. Un libro capaz de hacer dudar de las virtudes de la lectura, escrito desde el más profundo amor por los libros y con el que muchos se sentirán identificados. Más que recomendado.

Y para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads:


PUNTUACIÓN...4/5!

Primeras Líneas...

19 comentarios:

  1. Me parece muy interesante. ¡Voy a tener que leerlo, a pesar de todo!

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  2. ¡Hola!
    Pues entiendo que lo encuentres interesante, pero en mi caso no lo veo necesario porque desde que estoy en blogger he encontrado a personas que me comprenden o que también han pasado lo que todos los lectores. Tal vez en otro momento sí me apetecería una lectura así, nunca se sabe. Me alegra que lo hayas disfrutado tanto ;)
    ¡Saludos!

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    1. PeroPeroPeroPero. No. Léete la reseña de nuevo. Es decir, no. ¡Pero si a ti también te gustan los debates! Y menciona algunas cosas que tu dices en algunos tweets. Tienes razón en que gracias a Blogger yo también he encontrado gente así, pero de todas formas, es una lectura que enriquece. No la descartes tan deprisa :P

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  3. No leáis libros solo porque sintáis que “debéis hacerlo”, porque puedan ser “buenos para ti”. Hacedlo solo porque no podéis evitarlo». Muy buen consejo! Más en esta época con tantos fenómenos editoriales, que hasta te hacen parecer rarita por no haberlos leído aún. Y porque algunos no tienes ni ganas de leerlos...
    Y totalmente de acuerdo. Los clásicos no siempre tienen que gustarnos. Hay algunos que tienes que abandonarlos. Y no es el fin del mundo.
    Muy interesante este libro. No me planteaba leerlo, pero ahora me dejas con mucha curiosidad. Me gustan los párrafos que has escogido y tus reflexiones. Y me da que pronto nos vas a dejar muchas más citas.
    Besotes!!!

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    1. Idò sí, las citas que os he dejado aquí son solo un ejemplo, aparecerán más como Frases memorables, yo lo dejo caer...
      Pues sí, ha sido una lectura sumamente interesante y con muchas reflexiones. Espero que pienses en darle una oportunidad ;)

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  4. Hola.
    Tienes razón es leer la sinopsis y llama sin remedio, y la verdad que leyendo tu reseña me doy cuenta que me puede reportar una buena lectura y mira que no soy de leer este tipo de libros, pero este si me gustaría, pues si lo veo en la librería de mi pueblo lo compraré.
    Muchos besos.

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    1. Qué bien, me alegro. Yo tampoco soy de leer este tipo de libros, pero vaya sorpresa me he llevado.

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  5. Hola Laura!
    Vaya que le has dado una nota muy alta. Me he reído bastante con "Te dijeron que no podías subrayar ni doblar las páginas de los libros" jaja ok, recuerdo cuando todo mundo te acusó de ser un monstruo maltratador de libros.
    No sé que decirte del libro, por una parte me atrae pero por otra me parece un tanto denso y no me apetece tanto.
    Creo que esperaré una entrada con frases memorables del libro ;)
    Un abrazoo!

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    1. Jajaja, pues sí, mira que hacerme bullying por eso...
      No te creas, no ha sido tan denso, sí que es más académico, pero la autora usa un lenguaje normal y subjetivo, además de hacerlo muy personal. Espero convencerte...

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  6. En mi caso fue un chasco de lectura porque esperaba algo más.... no sé, con más sustancia y se me quedó en nada
    Besos

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  7. ¡Hola, Laura! Sí, es innegable que este libro gritaba tu nombre y parecía que tú lo habías mandado a escribir xD En mi caso, mi nombre ni lo susurra, sé que no es el tipo de lectura que a mí me gustaría y no me llama ni un poquitito.
    Lo del tono académico, dependiendo del tema, no me importaría y tal vez le daría una oportunidad, pero en este asunto en concreto es que me aburriría.
    No lo he leído y no puedo opinar con propiedad, pero... ¿por qué un lector ocasional no sería capaz de valorarlo?. Aquí podríamos empezar un debate, ya que no lo veo de ese modo, la percepción que me queda con esa frase es que hay lectores mejores que otros. Y luego das a entender que sí que podría ser para todos los amantes de la lectura, así que lo veo contradictorio :-/ No sé, creo que entiendo la esencia de lo que quieres decir, pero me suena raro.
    Que la autora te haya logrado convencer a ti de algo sí que es un gran logro, así que supongo que expone bien los distintos temas xD
    El gran punto positivo de esta obra es que la autora no quiera imponer su opinión, odio eso de querer exponer una idea y que solo se acepte un punto de vista.
    Me alegra que hayas disfrutado tanto de la lectura :-) Un 4/5 no está nada mal y se nota que realmente ha logrado dejarte muy satisfecha.
    ¡Saludos! ;-)

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    1. "En mi caso, mi nombre ni lo susurra, sé que no es el tipo de lectura que a mí me gustaría y no me llama ni un poquitito" (Laura llora a mares ante el fracaso de su campaña publicitaria)

      ¿Y sobre qué tema te interesaría un libro de tono académico?

      "¿por qué un lector ocasional no sería capaz de valorarlo?" No, no quiero dar a entender que haya lectores mejores que otros, creo que a un lector ocasional no le gustaría tanto el libro porque no se sentiría tan identificado con la protagonista/autora, pues constantemente habla de los problemas y ventajas de ser una lectora empedernida, además, los debates y reflexiones que se proponen en el libro, si eres un lector ocasional, no te lo has planteado nunca y no te suscitarían interés. Yo no soy aficionada al cine y un ensayo que debata sobre por qué el cine mudo es mejor que el cine normal ni me va ni me viene. Pues aquí lo mismo con libros.

      Pues sí, para ser el tipo de libro que es, ha estado muy bien ;)

      Saludos de,
      #LauraGenerandoDebate.

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    2. ¡Hola, Laura! Me he pasado por tu blog para intentar ponerme al día y sabía que tenía algo pendiente de responder y era esto :D
      Si te sirve de algo, algunas de mis campañas publicitarias también fracasan contigo xD
      No lo sé, Laura, sabré lo del libro en tono académico cuando lo encuentre, solo digo que no lo descarto.
      Sobre tu explicación sobre el lector ocasional, ahora sí entiendo bien lo que quieres decir, cuando leí tu entrada me sonaba de otro modo, tal vez me pilló en un día en el que no estaba muy interpretativa.
      ¡Saludos! ;-)

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  8. ¡Lauraaaa!

    ¿Pero cómo es posible que no leyera la reseña de este libro en su día? ¿CÓMO? NO ENTIENDO NADAAAAAA. En fin, ya puedo marcar esa tarea pendiente como completada. ¡Bien! Y por supuesto, me llevo este libro super mega apuntadísimo. ¡Por no hablar que es de Blackie Books! ¡Por favor! Voy a mirar en la biblio pero ya...

    Un saludo imaginativo...

    Patt

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    1. TOP TOP TOP
      Es que es totalmente tu tipo de libro. Me alegro de que lo hayas visto^^

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    2. ¡Y yoooo! ¿Y sabes quéee? ¡Puedo encargarlo en la biblio! ¡Podré leerlo prontooo!

      Un saludo imaginativo...

      Patt

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"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney