Título: Ronda de noche
Autor: Terry Pratchett
Nº de páginas: 400
Editorial: DEBOLSILLO
Idioma: Castellano
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788499089027
Año de edición: 2017
Traductor: Javier Calvo Perales
Sinopsis:
Sam Vimes, de la Guardia Nocturna de Ankh-Morpork, lo tenía todo. Pero ahora una tormenta lo ha enviado de regreso a su tumultuoso y violento pasado. Vivir en el pasado resulta duro, aunque morir allí sea increíblemente sencillo.
Vimes debe sobrevivir a toda costa, porque tiene trabajo por delante: calzarse unas botas de suelas desgastadas para seguir la pista a un asesino maníaco, enseñar a ser un buen poli al joven que el mismo fue y, sobre todo, cambiar el final de una revolución sangrienta. Solo hay un problema: si lo hace bien, puede perder a su esposa, al hijo que está por nacer y todo su futuro.
Opinión:
Impresión: Brillante
He de confesar que no llevaba una buena racha con este autor; eran ya varios los libros que había leído que, aunque estaban bien tampoco me habían supuesto una revelación. Este libro ha hecho girar las tornas y
no solo está a la altura del primero (
¡Guardias! ¿Guardias?), sino que diría incluso que lo supera. Quizás sea porque es muy parecido, pero con el extra que ofrece la madurez de los personajes (que sí, que Vimes en el primer libro ya era un madurito, pero no me refiero a eso).
«Pues claro que no iba a haber uno solo, se regañó a sí mismo Vimes. El trabajo de este no era más que vigilar hasta que hubieran llegado todos. Y después regresar tranquilamente y llamar a la artillería. Deben de ser una docena. Nos van a hacer potito.
Nota al pie: Que es como hacer papilla, pero durante mucho más tiempo»
Para empezar, rompe completamente con el esquema establecido al partir de
una premisa muy innovadora: Vimes viaja en el tiempo treinta años atrás. Es cierto que volvemos a estar encerrados en la ciudad y que Vimes está haciendo cosas, pero en esta ocasión
el hilo conductor de la trama es mucho más claro y no tenemos tanto escenas sueltas como una trama bien hilada. Además,
el protagonista absoluto es Vimes (aunque tengamos algunas escenas desde el punto de vista de otros personajes, pero son muy escasas), cosa que ha ayudado a centrar mucho más la obra. En el libro anterior, las tramas secundarias habían quedado muy de fondo y por suerte, aquí desaparecen por completo: si no eres capaz de mantener dos tramas, céntrate en una.
«Llevaba una ballesta de asedio que no podían levantar ni entre tres hombres, modificada para que disparara un grueso haz de flechas todas a la vez. La mayoría se hacían añicos en el aire debido a las fuerzas que entraban en acción, de manera que lo que llegaba al objetivo era una nube en expansión de astillas en llamas. Vimes le había prohibido que la usara contra personas, pero resultaba condenadamente útil para entrar en edificios. Con aquella arma se podía abrir la puerta principal y la de atrás al mismo tiempo.»
En parte
he echado de menos a Zanahoria y al resto de la guardia, pero creo que ha sido una decisión acertada. Además
, conocemos a la antigua Guardia, entre la que se cuentan muchos personajes ya conocidos, cosa que me parece excelente, pues
permite hacer el contraste de una forma espectacular. Los únicos personajes en concreto que me gustaría mencionar (más allá de Vimes, que merece un párrafo para él solito) son
Sybil, solo para hacer notar su ausencia y como aún no se ha hecho hincapié en su relación tóxica con Vimes, y
Vetinari, que sigue siendo un
personaje fascinante por el misterio y su inteligencia. Siempre me quedo con ganas de saber más, pero Pratchett solo nos da miguitas.
«—Una noticia bastante esperanzadora, señor —dijo Zanahoria, sonriente—. ¿Conoce a los Jumes? ¿La banda callejera?
—¿Qué pasa con ellos?
—Han iniciado a su primer miembro troll.
—¿Cómo? ¡Yo pensaba que se dedicaban a dar palizas a los trolls! ¡Creía que era su objetivo!
—Bueno, parece ser que al joven Calcita también le gusta dar palizas a los trolls.
—¿Y eso es bueno?
—En cierta manera, señor, yo supongo que es un paso adelante.»
Sobre
Vimes, poco tengo que añadir a lo ya mencionado en libros anteriores. Estamos ante un personaje de 10. Me gusta mucho
cómo va evolucionando en cada novela, de forma lógica y sin dejar de ser él mismo. En especial, lo que me gusta de él, es que
es el héroe, pero sin serlo. Nadie le reconoce el mérito de lo que hace (a excepción de Vetinari, que a este paso, en el siguiente libro le regalará un país entero), pero él se esfuerza por mejorar día a día. Además, quizás por el hecho de que en este libro mole tanto y sea admirado por ello, haya ganado a mis ojos. Y es que en este libro, Vimes es Dios (no literalmente).
Demuestra ser un gran estratega, inteligente, hábil, capaz de dominar a las masas y de hacer política. Y todo sin dejar de ser buena persona. El
libro básicamente se podría resumir en Vimes molando a cada página. No necesitas saber más para lanzarte a por el libro. De cabeza.
«—Ya lo he pillado —dijo el prisionero—. Poli bueno y poli malo, ¿eh?
—Si usted quiere —dijo Vimes—. Pero andamos un poco cortos de personal, así que si le doy un cigarrillo, ¿le importaría pegarse una patada a sí mismo en los dientes?»
En cuanto a las
reflexiones, en esta ocasión encontramos
una sátira a las revoluciones y guerras civiles. Vengo de leer
Hijo del hierro, donde no tienen ni idea, pero
Pratchett sí sabe cómo se mete y, aunque sea en clave de humor, sabe cómo se desarrolla una revolución a nivel social.
«De niño había leído libros sobre grandes campañas militares; había visitado los museos para contemplar con orgullo patriótico los cuadros de grandes cargas de caballería, heroicas defensas y victorias gloriosas. Cuando más adelante empezó a participar en alguna de aquellas cosas, le había dejado de piedra descubrir que los pintores se habían olvidado inexplicablemente de los intestinos.»
Por otra parte podemos encontrar
una fuerte crítica al sistema policial. Me ha gustado mucho ir comparando la antigua Guardia con la nueva. Os lo resumo: la diferencia es abismal.
Lo mejor es Vimes criticando los métodos antiguos y cómo los guardias lo hacen todo mal, aunque sea la forma de apresarle o golpearle. Como os dije, es Vimes másmolando.
«aquello era malo en un policía de alta graduación. Quería decir que acudía a la Autoridad en busca de órdenes y que las obedecía, mientras que a Vimes le parecía mejor mirar a la Autoridad en busca de órdenes y luego filtrar aquellas órdenes por una fina malla de sentido común, añadiendo una ración generosa de malentendidos creativos y tal vez incluso de sordera incipiente si las circunstancias lo exigían, porque la Autoridad casi nunca descendía a nivel de calle»
Pero lo bueno de estos libros, es que
sabe aunar muy bien temas serios con el humor. Aunque la segunda mitad se centra mucho más en la revolución y en los temas de cariz más grave, las pullas no se dejan de lado y
cualquier situación está bien sazonada con humor. La primera mitad sí que es mucho más distendida y graciosa, y lo cierto es que me lo he pasado pipa.
Como en libros anteriores, encontramos
numerosos juegos de palabras y bromas inteligentes, pero es que además,
el humor es más situacional que en escenas sueltas, cosa que hace que gane mucho y que no resulte tan artificial. Casi desde el primer libro no os compartía escenas que me habían parecido graciosas, pero ya veis que en esta ocasión plagan la reseña.
«—Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? Una daga muy fea. ¿Ve esto, guardia interino Vimes? ¡Un arma, no hay ninguna duda! Eso va contra la ley. ¡Y la lleva de noche, que aún va más contra la ley ! ¡Y es un arma oculta!
—¿Cómo que oculta? —gritó el prisionero, retorciéndose—. ¡Qué mala sangre, si estaba en una puta vaina!
—Sangre, ¿eh? ¿Ya la ha usado entonces, señor? —dijo Vimes. Metió una mano en el bolsillo del abrigo negro—. Y… ¿qué es esto? Un rollito de terciopelo negro donde hay, me da a mí, un juego completo de ganzúas… Eso es Ir Equipado Para el Allanamiento, nada menos.
—¡No son mías y lo sabes muy bien! —gruñó el hombre.
—¿Está seguro, señor? —dijo Vimes.
—¡Sí! Porque las mías las llevo en el bolsillo interior, cabronazo.
—Eso es Usar Lenguaje susceptible de causar un Altercado —replicó Vimes.
—¿Eh? ¡Si habéis ahuy entado a todo el mundo, idiotas! ¿Quién se va a ofender?
—Bueno, puede que yo. Seguro que no le interesa que pase eso, señor.»
La única pega que le he encontrado al libro y que ayuda a bajarle ese medio punto (además de otros factores, como que en general podría ser mejorable un pelín más en todo) es que
me he perdido en la parte de explicación de los viajes en el tiempo. Que se nota que está pensado, pero es que todo lo de los guardianes del tiempo me ha parecido
confuso y complicado. Tampoco es exactamente culpa de la novela,
pues hay una anterior que no he leído (Ladrón del tiempo) que se centra precisamente en desarrollar todo esto, por lo que sería repetitivo, así que aquí se limitan a explicar lo básico. Es culpa mía por leerlo por arcos y no de forma cronológica (en realidad es culpa de G, mi guía pratchiano)
Ya para terminar me gustaría recordar lo maravillosa que es la narrativa de Pratchett, tanto porque
innova en el lenguaje, como por el hecho de
jugar con él para mostrar características del habla de los personajes o de las situaciones. Además,
no trata al lector de tonto y la obra está plagada de sutilezas que muestran en lugar de contarte lo que ocurre.
«No lo estáis haciendo bien. Si vais a detener a alguien, hay que hacerlo de inmediato. Lleváis una placa y un arma, ¿verdad? Y él tiene las manos en alto y la conciencia culpable. Todo el mundo tiene la conciencia culpable. Así que él se está preguntando qué sabéis de él y qué vais a hacer, y lo que vosotros hacéis es disparar preguntas una tras otra. No hay que soltar chistes tontos, porque eso te hace demasiado humano; tú le mantienes desorientado para que le cueste pensar una frase clara, y sobre todo no le dejas moverse así ni agarrarte el brazo y tirar hasta casi rompértelo y cogerte la espada y ponértela contra la garganta así. Di a tus hombres que bajen las espadas, ¿quieres? Si las siguen agitando así, le pueden hacer daño a alguien.»
En conclusión,
Ronda de noche es una obra soberbia. Con una trama innovadora que permite jugar con los contrastes esta obra plagada de humor inteligente, reflexiones y crítica social, resulta ser una de las mejores de la saga de la Guardia. Cuenta con un protagonista que evoluciona de forma coherente que brilla en todas las escenas y una trama bien hilada en la que el humor situacional te arranca carcajadas mientras hace que reflexiones sobre el sistema policial y el funcionamiento de las revoluciones sociales. Además, la narración está llena de sutilezas y en ningún momento se trata de tonto al lector. Poco más se le puede pedir para ser más redonda, sin duda una de mis mejores lecturas del año.
Cosas que he aprendido:
- Cómo crear personajes más listos que el hambre
- Cómo hacer barricadas
- El uso de abuelitas en la guerra
- Cómo desarrollar una buena guerra civil
- Choque entre seriedad y humor.
- Releer: está TODO bien.
- Los asesinos no tienen por qué ir siempre de negro
Y ya para terminar, os dejo con mi avance en
Goodreads:
PUNTUACIÓN...4'5/5!
Primeras Líneas...