Editorial: La factoría de Ideas
Año de edición: 2012
ISBN: 978-84-9800-819-7
Páginas: 320
Encuadernación: Tapa blanda
Autor: Christopher Moore
Título original: Fluke, Or, I Know Why the Winged Whale Sings
Año original de publicación: 2003
Traducción: Juan José Llanos Collado
Sinopsis:
¿Por qué cantan las ballenas jorobadas? Tal es la cuestión que motiva al biólogo marino y a su tripulación a documentar y fotografiar a esos grandes y húmedos mamíferos. Hasta el extraordinario día en que una ballena levanta la cola en el aire y muestra un mensaje escrito con gigantescas letras mayúsculas: "QUE TE DEN".
Claro, Nate se pregunta si no habrá pasado demasiado tiempo observando bajo un sol de justicia? ya que nadie más lo ha visto; ni su compañero de aventuras, ni su impertinente asistente científico, ni siquiera el rastafari fumeta de a bordo. Cuando llegan las copias de las fotografías, y falta esa en la cual la ballena levanta la cola, se convence de que sucede algo muy raro.
El estilo de un autor es algo que permea toda la obra. Tiene que ver con la narración (la tendencia a estructurar las oraciones de una forma determinada, el lenguaje más o menos formal, preferir la descripción al diálogo o viceversa, el tipo de humor, la construcción del drama o el misterio, dónde y cuando situar los giros si los hay, etc.), con los temas que trata, con la ideología del autor (que se filtra inevitablemente en el mensaje) y con los personajes, cuyos tipos se repiten una y otra vez con ligeras variaciones (al igual que algunos directores solo trabajan con determinados actores). Es necesario leer varias novelas de un mismo autor para captar su estilo, para descubrir si eso que te pareció un detalle curioso es algo casual y puntual o una constante. Algunos autores son camaleónicos y cambian por completo de un libro a otro, pero no es fácil deshacerse de tus manías, de tu identidad. Algunos autores (la mayoría) no lo intentan. ¿Para qué cambiar si así es como quieres ser, si eso es de lo que quieres hablar, si así te sientes cómodo, si es lo que le gusta a tu público? Me parece completamente lícito que, como autor, decidas aferrarte a un estilo que irás puliendo, a un mismo tema que observarás desde distintos ángulos, a unos mismos personajes que tropiezan con situaciones muy dispares. Ahora bien, no pienses que por ello ya tienes el camino allanado, porque corres el riesgo de resultar cargante y reiterativo.
Me gusta navegar entre la novedad. Me muevo en distintos géneros, probando un poco de aquí y un poco de allá, con la esperanza de sorprenderme con un estilo, un tema, un tipo de personaje, una ambientación, que no haya visto antes. Si me acerqué por primera vez a Christopher Moore fue porque sus tramas disparatadas me parecieron rompedoras; ahora, tras tres novelas con grandes similitudes, he empezado a aburrirme. ¡Quién hubiera dicho que novelas con tramas tan distintas (un científico que estudia el canto de las ballenas, un pringado que se enamora de una vampira y un viudo que ha sido reclutado por la Muerte) fueran tan similares!
Independientemente de si has leído algo más del autor o no, la novela es floja. Al principio, estaba muy metida en el misterio de por qué una ballena iba a tener un graffiti en la cola que pone "que te den" y la incredulidad de Nate era la misma que la mía. A la mitad se descubre el pastel y a partir de allí la novela va cuesta abajo hasta caer en picado en la recta final: los disparates se van apilando como una montaña de naipes hasta que, con la más ligera brisa, todo se derrumba.
La premisa absurda me ha encantado, así como descubrir todo el misterio relacionado con las ballenas, porque es muy imaginativo. A nivel superficial, tanto los balleneros como su entorno (un mundo muy orgánico que me recordó al Orgoscope de Guardianes de la galaxia 3) son originales. El problema es que el autor no pretende ir más allá, y descuida por completo cualquier fundamento sociopolítico y científico. Vengo de Cixin Liu, así que las explicaciones científicas vagas no me valen, por mucho que la novela sea de humor, y más si el protagonista es científico. Es cierto que se cuestiona muchas cosas, pero ante la ausencia de respuestas por parte del resto de personajes (que callan con la excusa de no tener conocimientos científicos), abraza el misterio.
« —Puede que sea en la barca, al final de una jornada... O en el laboratorio, a las cuatro de la mañana, después de haberte pasado cinco años analizado datos, pero llega un momento en el que descubres algo, ves algo, o de repente algo adquiere sentido y te das cuenta de que sabes algo que aún no sabe nadie más en el mundo entero. Solo tú. Nadie más. Y te das cuenta de que eso es lo único que importa y de que lo conservarás durante poco tiempo antes de que se lo cuentes a otra persona, pero durante ese tiempo te sientes más vivo que nunca. Ese es el motivo, Amy. Por eso hacemos esto, aguantamos los sueldos bajos y los riesgos altos, las condiciones indignas y las relaciones jodidas. Lo hacemos por ese momento»
Que una novela sea de humor no me parece justificación suficiente para simplificar temas complejos o restar importancia a la documentación. En la nota que hay al final, el autor menciona a toda la gente que le ha ayudado a documentarse y es cierto que ha investigado mucho sobre todo lo relacionado con las ballenas (he aprendido mucho sobre el tema), pero cojea en la parte de ficción especulativa y es aquí donde se nota que no tiene formación como biólogo. La novela se rinde al humor, sin darse cuenta de que si construyes una sociedad no puedes dejarla a medias. Un ejemplo: en varios momentos se burlan de Nate por mantener relaciones con una criatura de otra especie (pese a que no es cierto), pero en ningún momento desarrollan si eso es posible o no, si hay relaciones estables y si esas parejas pueden tener hijos.
A esto hay que añadirle que el punto fuerte de la novela, el humor, no ha sido de mi estilo. La mayoría de las bromas tienen que ver con el humor escatológico o sexual y a mí eso no me hace ninguna. Me parece un tipo de humor muy burdo y basto, así que no me he reído demasiado con la novela. Entiendo que hay gente a la que le puede hacer gracia, pero yo no soy el público objetivo.
Los personajes nunca han sido el punto fuerte del autor, así que esta novela no iba a ser menos. Hay alguno que me ha caído más en gracia que otros, como Kona, pero es solo por lo estrafalario que resulta y por su peculiar forma de hablar: usa una jerga rastafari que debe haber sido muy difícil traducir. Y aun así, es un personaje al que le ha faltado mucho trasfondo y no he llegado a comprender si fingía interés por la cultura rastafari (una cultura que tampoco se desarrolla, solo se utiliza para el humor) o no, porque cuando la situación era MUY seria y se lo pedían, hablaba normal.
«—Buen karma, broders —exclamó Kona—, con estos trajes de calabaza acabaremos con el sheriff John Brown, Jah. »
Como secundarios tenemos a la pareja formada por Clay y Clair, que no podrían tener nombres más parecidos. Me gusta su dinámica de pareja, pero no está desarrollada ni sabemos mucho de ellos, pese a protagonizar escenas individuales a partir de la mitad de la novela. Un poco lo mismo pasa con Amy, la joven ayudante de Nate, que se le insinúa constantemente.
No creáis que Nate, por ser el protagonista, va a estar mucho más trabajado que los secundarios. Al igual que ellos, es un personaje que no evoluciona y, pese a tener un poco más de profundidad, esta se debe a que participa más en la trama que el resto. Lo más decepcionante es que es exactamente el mismo protagonista que en las dos novelas que he leído del autor, con el plus de ser un científico: un hombre patético, pasivo, solitario, con problemas comunicativos, sensible y torpe. Se nota que el autor pretende dar visibilidad a hombres con una personalidad poco reflejada en la ficción, los machos beta, y eso me parece estupendo. El problema es que TODOS los hombres que aparecen en sus novelas son exactamente iguales y, aunque consiguen a la chica y su objetivo, son siempre motivo de burla porque resultan patéticos.
Me ha dado la impresión de que el autor trataba de romper con el esquema social al poner como protagonistas a hombres poco viriles y empoderando a las mujeres, porque siempre llevan la voz cantante en la relación. El problema es la sátira. Si esto se mostrara como una relación positiva y equilibrada, no habría ningún problema; en su lugar, aunque todas las parejas son felices, los hombres siempre me dan lástima porque son mangoneados por las mujeres: son sumisos y dependientes, controlados a nivel sexual, y una de sus metas siempre es encontrar una pareja. Si en este libro se invirtieran los papeles, cualquier feminista lo fulminaría. Quiero pensar que al autor se le ha ido la mano y al tratar de revertir los roles de género le ha salido el tiro por la culata. No creo que se deban justificar estas relaciones tóxicas porque jaja es gracioso que el hombre sea un inútil. La novela me estaba pareciendo regulera hasta que se desvela el misterio y no hay ninguna reflexión tras eso. El final es muy acelerado, todo acción, y los cabos sueltos no se hilan de forma consecuente. Hay momentos en los que los personajes cambian de parecer de un capítulo a otro, a veces actúan de forma irracional, se plantean conflictos éticos que se resuelven en un par de líneas y sucede todo tan rápido que me sentí confundida porque no me quedaba claro ni quienes eran los antagonistas.En conclusión, estamos ante una novela de la que esperaba mucho y con la que me he llevado una desilusión enorme. Quiero creer que, al ser de las primeras novelas del autor (se publicó en 2003, mientras que Un trabajo muy sucio, la única novela que ha escrito y me ha gustado, se publicó en 2006), aún le falta mucho por aprender y que todavía no se ha encontrado como autor. Solo por eso seguiré leyéndole (y porque tienes un buen puñado de libros suyos en la estantería), pero sin ninguna prisa.
Tampoco es que esta novela haya sido horrible: si te gusta el humor escatológico, quieres ver otro tipo de hombres en ficción, te gustan las tramas disparatadas y solo buscas entretenimiento, adelante, este es tu libro. Pero no ha sido para mí. El tema de las ballenas está bien documentado y la novela ayuda a dar visibilidad a una especie que sigue en vías de extinción, el problema es cuando el autor experimenta con la ficción especulativa, porque la obra pierde toda verosimilitud. El misterio está bien llevado, hasta que se resuelve a la mitad; a partir de ese momento, la trama va cuesta abajo porque no se profundiza en las explicaciones y el final es demasiado acelerado, hasta el punto de resultar confuso. Si el humor escatológico no es de tu estilo, olvídate, porque es la base de la novela. En cuanto a los personajes, planos, con ninguna profundidad y desarrollo. Las mujeres son las figuras dominantes, quizás demasiado, y los hombres son poco viriles y tienden al patetismo.
Cosas que he aprendido:
- La jerga rastafari es molongui.
- Las ballenas son incluso más grandes de lo que tiendo a imaginar.
Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:
PUNTUACIÓN...2/5!
Primeras Líneas...
Hola Laura!! No conocía este título y la temática me llama, ya que me apetecen lecturas de este tipo. Tomo buena nota de tus impresiones y me la apunto. ¡Genial reseña y gracias por el descubrimiento! Besos!!
ResponderEliminar¿Sí? Bueno, en ese caso, espero que te guste más que a mí ;)
EliminarPues no me sonaba de nada, pero por lo que cuentas, no me animo. Mis pendientes lo agradecen mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!
Haces bien^^
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