«—Al contrario —aclaró Callie—, he disfrutado de cada segundo. Puede que no vuelva a beber whisky ni a fumar, pero siempre me sentiré orgullosa de haberlo hecho. No atreverte a vivir una aventura es peor que haber tenido una experiencia decepcionante.»
Ya sabéis que no leo novela romántica, y mucho menos histórica, pero creo necesario darle una oportunidad al género de vez en cuando. Hace un tiempo leí Nueve reglas que romper para conquistar a un granuja, de Sara MacLean y bueno, me sirvió para reafirmarme en mi rechazo por este género. La premisa inicial era interesante: Calpurnia decide olvidarse de su reputación y hacer todo eso lo que las normas sociales no le permiten, así que elabora una lista de aventuras y cosas que quiere experimentar. No está mal, porque lucha contra las normas impuestas por la sociedad de formas creíble, es decir, sin excederse de los límites ni parecer una mujer moderna que ha viajado en el tiempo, pero falta desarrollo en general, tanto por parte de la ambientación como de los secundarios. Además, en lo referente al romance, no vi química ni sé qué ven el uno en el otro, aunque puede que solo sea cosa mía y que a vosotros os guste; la novela es bastante popular. Por si queréis conocer mis argumentos con más profundidad, os dejo con mi reseña en el blog.
La cita resume a la perfección la lección que aprende la protagonista. Pese a que se lleva muchas decepciones, no se arrepiente de ninguna de las acciones alocadas que emprende. Me cuesta aplicarme el cuento, porque soy muy conformista y bastante cobarde, pero creo que es preferible atreverse a quedarse con las ganas. Si nunca nos lanzamos, seguiremos anhelando algo que quizás no merece tanto nuestra atención. Al conseguirlo, lo más probable es que nos llevemos una decepción porque tendemos a idealizar las cosas, pero como mínimo nos sentiremos orgullosos por haber tenido el valor de intentarlo.
Eso me pasa mucho con la comida. Soy muy tiquismiquis, pero poco me estoy abriendo a probar nuevas cosas y ahora ya acepto muchos alimentos a los que antes ni me acercaba. ¿Os podéis creer que cuando era pequeña no me gusta ni la pizza?
Este afán experimentador es la razón por la que, de tanto en tanto, leo clásicos o salgo de mi zona de confort con las lecturas. Normalmente, me llevo una decepción, como fue el caso con esta novela, pero cada vez que lo intento me acostumbro más a las formas del género y comprendo mejor por qué a otros les gusta.
Y eso es todo por hoy. ¿Qué os hace sentir orgullosos de haberos atrevido a probar? ¿Qué habéis probado y os ha decepcionado?
Hola he leído alguna de las historias de esta serie y me parecieron interesantes y entretenidas, tal vez las retome chao
ResponderEliminarSí, lo son, pero no es lo que busco. Entiendo que a otros les pueda gustar (Laura se encoge de hombros)
EliminarYo también me considero cobarde y no me lanzo a lo loco a probar cosas nuevas. Como mucho, antes investigo mucho antes de probar. Otra cosa es con los alimentos o con libros, que mucho riesgo no hay.
ResponderEliminarBesotes!!!
Huy, ya ves, yo soy cobarde con todo.
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