viernes, 8 de diciembre de 2023

Visto en las redes 62#

 Hola a todos!

¿Cómo va todo? Yo estoy algo ajetreada, porque con el final de año se me acumulan las entradas pendientes, tanto de reseñas, como especiales. ¡Espero encontrar tiempo para compartiros todo lo que me apetece escribir! En cuanto a lecturas, en las últimas semanas estoy acertando un poco más, pero me van a quedar pendientes varios libros con los que quería terminar el año y que seguramente serán las primeras lecturas del año que viene.

Pero dejémonos de rollos y empecemos con lo que de verdad os interesa: una entrada más de Visto en las redes. Para los que no lo sepa, esta sección me gusta mucho porque da pie a muchos debates, (aunque no os veo muy por la labor de debatir). Espero que la disfrutéis y que podamos comentar un montón de temas interesantes. ¡No os olvidéis de comentar todo aquello con lo que estéis o no de acuerdo!

Eso sí, antes de nada, empezaré explicando en qué consiste la sección para aquellos que aún no lo sepan. Ya sé que estos párrafos que vienen a continuación son muy repetitivos, pero siempre hay gente nueva que no sabe en qué consiste la sección y me gusta informar de ello. Visto en las redes es una recopilación de todos aquellos tweets que me han parecido interesantes (y a los que he dado retweet) publicados este último mes (noviembre) por diversas personas, y una selección de las reflexiones relacionadas con el mundo literario que he compartido por las diferentes redes sociales. Es decir que... ¡atención, porque podríais salir mencionados en esta entrada! 

Me decidí a crear esta sección como excusa para hacer debates porque sé que algunos de vosotros no me seguís en las redes sociales tranquilos, estáis en la lista negra (tanto porque no os interesa como porque no tenéis una cuenta) y pensé que os podría parecer interesante tener una recopilación de esta información. Así, todos los que no tenéis redes podrías estar al tanto y los que me seguís, pero estáis saturados, podríais tener un resumen. 

Como sabéis, el blog está en varias redes: en Twitter, en Facebook, en Instagram, en The Storygraph, en Goodreads y en Bloguers (podéis acceder a mi perfil de cada red social haciendo click en los enlaces), pero estoy especialmente activa en Twitter e Instagram, por lo que en esta sección me centraré en esas redes sociales.  

Repito, como en cada ocasión, que la idea de esta sección no es completamente mía (siempre hay que dar créditos). Me inspiré en una sección muy parecida en el blog de Deja volar tu imaginación llamada Citando a Twitter. En ella, Patt recopilaba algunos de sus retweets favoritos, aunque siempre están relacionados con reflexiones sobre el mundo en general, no centradas en el ámbito literario. 

Y sin más dilación, os dejo con la entrada:

Visto en Twitter

Estoy convencida, al igual que C. G. Drews, de que el acto de leer implica muchas otras cosas, como seleccionar el libro que vas a leer, reordenar las estanterías, descansar con el libro en las manos (yo "leo" mucho en el autobús a las 7 de la mañana) y, por su puesto, comprar libros.

Porque la autora es Mary Shelley y suena igual. Yo es que soy de humor literario fácil, así que este comentario de Darth Ravenous me ha hecho mucha gracia.

¿Qué responderíais vosotros a esta pregunta de Goodreads? En mi caso no lo hago, pese a que me gustaría leer libros con anotaciones, porque nunca tengo un lápiz a mano y tengo tendencia a perderlos. Tengo planeado leer algunos libros que G leerá más adelante, por lo que, para entonces, ya no recordaré para qué puse yo un marcador. Es por eso que me estoy planteando escribir en los márgenes. ¿Vosotros lo hacéis?

Pobre Belén Urcelay, quien ha tenido que corregir tal horror. Si los correctores cobraran por errores, los autores se lo pensarían dos veces antes de escribir según qué barbaridades (y también dejarían de corregir profesionalmente sus textos). Por experiencia, sé que hay autores que envían a corregir textos con errores que corrige el propio Word o con tal cantidad de fallos con los tiempos verbales que tienes que reescribirlo de nuevo. Me parece muy bien que tengas muchas cosas que decir y que quieras ponerlas por escrito, pero eso no te convierte en escritor. Y no hablemos solo de erratas ortográficas, sino también de la dosificación de la información o la construcción del ritmo y de los personajes. Hay que dominar tanto la gramática como las reglas de la narrativa.

Hace un par de años hubiera respondido a esta pregunta de Isabel Veiga López con un rotundo no, pero últimamente me preocupo un poco más por seguir la trayectoria de los autores que me gustan y de la editorial que los publica. Como ya indico más arriba, algunas de las editoriales que sigo son Nova y Gamon Fantasy, pero otras que sigo con atención son Alianza Runas, Mai Més, Nocturna, Hidra y Fantascy. ¿Y en vuestro caso? ¿Hay alguna editorial cuyas novedades siempre os llamen la atención?

Solo os compartí las mejores partes de este hilo de Carlos di Urarte, pero os recomiendo mucho pasar por su cuenta porque sus explicaciones son muy buenas. En este caso en concreto, son tres ejes narrativos que nunca había visto como tales, pero es necesario ajustar para obtener una buena narración. Como autor, debes saber en qué momento potenciar uno u otro, pero sin olvidarte del resto. En una persecución, pese a la importancia de la acción, sigue habiendo descripción para saber cómo el personaje utiliza el escenario para huir y también pensamiento para saber cómo se siente. En un encierro habrá mucho pensamiento, pero también descripción que nos transmita la claustrofobia y acción, porque algo simple como ducharse puede ser lo que rompe la rutina. En un viaje a otro mundo predominará la descripción, pero también habrá pensamiento que nos permita ver la fascinación que siente el personaje y acción, para que no sea una enciclopedia. 
No me parece tan contradictorio como afirma Deborah Slow. Los lectores de sensibilidad me parecen necesarios hoy en día, no para evitar herir sensibilidades, sino para ofrecer una novela más fidedigna. Si escribo un romance ambientado en la Primera Guerra Mundial, siempre y cuando los personajes salgan de casa, me gustaría que un experto en ese conflicto me avisara si hay algún anacronismo. Si una novela tiene un personaje trans que sea medianamente importante, me gustaría que alguien del colectivo me avisara si he reflejado estereotipos que no son reales. Documentarse me parece esencial para no perpetuar ideas equivocadas y reflejar la realidad. Hacer esto muestra cómo somos hoy en día: sigue habiendo discriminación, pero hacemos todo lo posible por mejorar. Los clásicos no creo que deban censurarse por su contenido discriminatorio porque, como lectores, no asumimos que esas actitudes sean correctas, sino que se corresponden con la época. Si en una novela contemporánea todos los hombres son machistas en cierta medida, damos a entender que el mundo es así, cuando eso es mentira.  ¿Qué opináis vosotros?

Para empezar, está lo que digo, con la de buenos libros de literatura juvenil e infantil que hay hoy en día, ¿para qué adaptar clásicos a los estándares morales de ahora? No creo que los clásicos adaptados o no, deban ser lecturas obligatorias en el colegio porque normalmente los niños no están preparados para esas lecturas. Creo que es mejor fomentar su interés por leer y que lean los clásicos más adelante, cuando sean lo suficientemente maduros como para apreciarlos. Por otra parte, aunque coincido con Deborah Slow en que los niños no son capaces de darse de estos estereotipos subliminales, siempre que no aparezcan en todos los libros que leen y no sean la base de la novela, no es problemático. Si es algo importante, se puede comentar en clase o en familia y hacerle ver que esa idea no es moralmente aceptable. No hay que vetar hoy en día Charlie y la fábrica de chocolate porque la novela se burle del chico gordo. Yo no me quedé con la idea de que ser gordo sea gracioso, sino que la glotonería está mal. Yo leía de pequeña Los cinco y no creo que los gitanos y los negros sean malos porque siempre aparecían como villanos, porque la procedencia del villano no era relevante. En cambio, me quedé con la idea de que las chicas también pueden tener características masculinas, como Jorge, porque era la protagonista. Ya, lo de comentar las lecturas con la familia suena utópico, pero es lo que debería ser. ¿Qué opináis vosotros?

Ante la avalancha de respuestas a la pregunta de Café de tinta, sentí que no tenía nada que aportar y que ya lo habían dicho todo los demás, por lo que compartí los comentarios afines con lo que yo pienso. Es cierto que las reseñas negativas son para los lectores, no para los autores, pero leerlas, y más si son constructivas y están argumentadas, te pueden hacer mejorar como autor y percatarte de tus fallos, como dice, Alegra, R. G. Wittener o David Villahermosa. También coincido con Ariadna, porque ya sabéis que me gusta el debate, así que leo reseñas negativas de mis libros favoritos para verlos desde otro punto de vista. Además, como ella afirma, una reseña negativa te puede animar a leer un libro, porque lo que para uno son fallos, para otro son aciertos. A esto hay que añadirle lo que dice Nysna: cuando un libro no me gusta, enseguida quiero saber si el problema soy yo o el libro, así que encontrar a alguien que comparte mi opinión supone un alivio. Eso sí, en todos los casos, defiendo reseñas negativas bien argumentadas y respetuosas con el autor.

Menudo guirigay hay con el tema del lenguaje inclusivo. Entiendo que, en consecuencia, haya gente tan confundida como para que tengan lugar diálogos como este que comparte Javi Mallo. Pero vaya, este tipo de respuestas me parecen propias de gente que no razona. Es lógico que haya laístas, pero no comprender una corrección como esta y responder con tanta violencia me parece de energúmenos. 
Estoy de acuerdo con almaprendida, pero con matices. Hay muchas cosas subjetivas en una reseña, pero siempre se sostienen en una base de objetividad: hay mucha descripción, el ritmo es lento, el final es acelerado, es superficial, se olvida de los secundarios, es muy estereotípico, no da respuesta a las reflexiones morales, los personajes son perfectos, el romance es idealista, hay muchas explicaciones científicas,... Según la novela y nuestra percepción, todo lo que acabo de enumerar puede ser tanto bueno como malo; depende de cómo lo justifiques. Si no tiene una justificación relacionada con la obra, es que está objetivamente mal. Otros elementos objetivos que hacen que una novela sea mala son, por ejemplo, las incoherencias o los errores ortográficos. 

Bueno, bueno. Sin duda, la polémica del mes es esta que menciona Xavier Beltrán: Javier Castillo hizo una publicación quejándose de la pérdida de ventas que suponía que tu libro estuviera en la biblioteca. Lo estuve investigando y es verdad que, aunque cobran por cada préstamo, la cantidad es ínfima: 0'004€ por préstamo, es decir, 4 € cada mil préstamos. Lo siento, pero no me parece justo. Tampoco pido que la biblioteca pague el valor íntegro de la novela, pero, ¿cuántos autores consiguen mil préstamos en un año? Que sí, que las bibliotecas hacen un gran trabajo de difusión de la cultura, pero los autores no viven del aire. El Estado debería aumentar considerablemente la remuneración de los autores, así como el presupuesto de las bibliotecas. 


Supongo que como todos vosotros, yo también tomé decisiones incorrectas durante mi adolescencia que se debían a mi visión limitada del mundo y a ese algo que nos llevaba a creer que éramos invulnerables. Me preocupaba por cosas que ahora me parecen nimiedades y no me atrevía a expresar mis sentimientos. Como sonrisasss2, cuando encuentro personajes así en literatura juvenil, sonrío con comprensión, porque a esa edad cualquier cosa nos parece un mundo. El problema es cuando esta actitud la tienen personajes que superan la veintena, cuando las decisiones erróneas solo se justifican por conveniencias de guion o cuando un personaje toma una decisión que contradice todo lo que nos habían contado de él. Sí, es cierto que los humanos somos contradictorios y que, según las circunstancias, podemos dejar complemente de lado nuestras convicciones, pero tiene que ser en un contexto muy concreto y estar bien justificado.

Por desgracia, esta afirmación de Carlos di Urarte es cada vez más cierta. ¿Quién diríais que gana más en el proceso de publicación de un libro? Yo votaría por las librerías, en parte porque me parece que arriesgan menos. Tienen que elegir entre exponer un libro y otro, pero si una obra no se vende o incluso si se daña, la devuelven a la editorial sin ningún coste. Además, el porcentaje que se llevan es bastante elevado. ¿Qué opináis vosotros?

Siempre me gusta traer a este sección algún alegato en favor de la literatura juvenil. En este caso, me gustaría aplaudir los comentarios de AJ Writes y Patrick Ness. Todos los géneros tienen buenos y malos libros. Es cierto que los libros juveniles suelen ser más superficiales, pero eso no significa que no sean buenos libros, solo es una característica más. La capacidad de los buenos libros juveniles para crear lectores a mí me parece admirable. El último que he leído que entraría en esta categoría es Will Grayson, Will Grayson. ¿Cuál recomendáis vosotros?

Me parece que la decisión de Mientrasleo es acertada. Publicar diarios o cartas de alguien fallecido me parece una invasión de la intimidad de esa persona. Tampoco estoy de acuerdo en publicar textos inéditos, porque si el autor en vida decidió no publicarlos, por alguna razón sería. Ahora bien, Kafka pidió a un amigo que a su muerte destruyera gran parte de su obra... algo que el otro no cumplió. ¿Consideráis que hizo bien al no obedecer los designios del autor?

Visto en Facebook

Coincido con Máximo Huerta en que me parece ridículo que las editoriales escojan una misma imagen para distintos libros. Suele ser habitual con reproducciones de obras pictóricas que dan caché a la portada (y permiten ahorrar en gastos, porque no están sujetas a derechos de autor), pero también con imágenes libres de derechos. Como comento más arriba, esto no solo hace que la portada no me resulte memorable y que confunda la novela con otras, sino también que el libro pierda identidad. ¿Os habéis encontrado con algún caso similar a este?

Visto en Instagram

La primera imagen que os traigo es de Inquilinas_Netherfield. En realidad la publicó el 31 de octubre, no en noviembre, pero al parecer se me pasó en el último Visto en las redes. Tanto el libro como todos los objetos que lo rodean son perfectos para la fecha porque tienen un toque muy oscuro o adecuado para Halloween. Además, que el libro esté torcido te lleva a pensar que hay algo que no encaja.



Babelreader nos obsequia con dos fotos muy bonitas. La primera me gusta por los objetos que se relacionan con la novela, pero también por ese fondo con letras mecanografiadas. En la segunda nos enseña sus lecturas de octubre y aunque el fondo y la composición sean simples, enmarcan muy bien los libros. Además, el muñeco del esqueleto no podría encajar mejor con el mes.


Puede que la foto de Mirada_lectora sea simple, pero me gusta. Los corazones entrelazados y con ese toque verde que combina con la portada me parecen muy bonitos y tienen relación con el género de la novela. Me parece una fotografía muy limpia y me parece que tiene mérito que le haya quedado tan bien, pese a que el libro no sea en físico.




Este mes me atrae la sencillez. Eso es lo que también me gusta de la fotografía de Omairagtz. El ambiente, recuerda a un jardín, como el que alude el título, y las flores rosas encajan bien con las que aparecen en la portada.







Que unas imágenes sean más pequeñas que otras tiene más que ver con no saturar la entrada que porque prefiera unas por encima de otras. Las cuatro fotografías de Andresysusana_atrapada me encantan. Seguimos con la sencillez, porque la primera me encandila con esos cuatro elementos naturales relacionados en Egipto. En el segundo y cuarto casos, me parece que los fondos están muy bien elegidos porque encajan muy bien cromáticamente con las portadas. En el caso de la tercera foto, los mapas son perfectos, así como las medallas, que me gustaría saber de dónde las ha sacado.


Una vez más no podían faltar las fotografías de Sueños entre letras que contrastan con todas las otras que os he enseñado por lo recargadas que son. Es cierto que hay mucha cosa en cada imagen, pero también es verdad que cada elemento está bien medido para que no haya huecos y para que cromáticamente encaje. Todas tienen un tono muy otoñal con las calabazas y las hojas, así como por el predominio de los tonos ocres.

Y creo que esto va a ser todo por hoy. Espero que os hayan gustado tanto las reflexiones como las fotos. Por mi parte, me parece que ya he hablado suficiente, así que os cedo el turno de palabra. ¡Nos leemos en los comentarios!

6 comentarios:

  1. Madre mía que entrada más completa. Voy a hacer referencia a elegir tu lectura por la editorial y tengo que decir que en general no me importa, yo voy hacia aquél argumento que me tienta con independencia del género pero una época me dio por los zombies y Dolmen es especialista en ellos así que buscaba mucho ahí.

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    1. Sí, yo me suelo dejar tentar por el argumento y las buenas críticas... Pero es que me llaman la atención todos los libros de las editoriales que he mencionado.

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  2. Me pierdo con estas entradas. Son tantos temas. Yo a la hora de elegir libro no me fijo por la editorial, más bien por temática. Aunque reconozco que últimamente me inclino mucho por Acantilado o Alba. Y lo de adaptar los cuentos no lo entiendo. COn la de obras que hay hoy en día, ¿realmente hace falta? Como bien dices, mejor dejar los cuentos tal y como están, y cuando ya tengan edad para leerlos, que los disfruten.
    Besotes!!!

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    1. Hola, Margari!
      Ya, siempre me quedan muy extensas, y eso que ahora las hago mensuales, imagínate cuando eran cada dos meses. Yo también soy muy de fijarme en la temática... pero es que hay editoriales que se centran en una temática concreta y claro...
      Y sobre las adaptaciones de clásicos, no podría estar más de acuerdo contigo.

      Un saludo,
      Laura.

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  3. Hola, Laura! Quiero que sepas que siempre leo todas estas entradas aunque no me da el tiempo de dejar un comentario larguísimo. De esta entrada resaltaré:
    - creo que una de las cosas del primer tweet que cuentan más para mi como "leer" es lo de tener un libro junto a la cama o llevar el libro conmigo en el transporte público.
    - suelo escribir en los márgenes pero no tienden a ser cosas con importancia, principalmente terminan siendo cosas que pensé en el momento mientras leía algún fragmento.
    - hay errores de forma que se pueden corregir en el proceso editorial pero no dejo de pensar en que quizá la escritora de los puntos suspensivos no esta muy capacitada para ser publicada aún...
    - el único género en el que tengo en cuenta la editorial para comprar es cuando es algún clásico, siempre me voy con penguin random classics.
    - creo que en un futuro va a ser muy extraño leer libros de esta época y notar lo despojados de enfoque cultural que van a estar porque todos los autores y las editoriales sólo querían quedar bien con todos los lectores sensibles. y con el resto del hilo que compartes... creo que la gente realmente subestima la comprensión que podría tener un niño o una niña de una obra literaria.
    Y ya tengo que volver a trabajar jajajaja, pero me encantó! Disfruto mucho leyéndolos.

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    1. ¡Hola, Mary Blue!
      1. Jajaja, me lo creo. ¡Muchas gracias por leerme!
      2. Pues lo de escribir tus pensamientos en los márgenes me gusta. Por supuesto que no tienen que ser reflexiones profundas, solo reflejar lo que uno sentía durante la lectura.
      3. Lo de los puntos suspensivos... menudo dolor de cabeza.
      4. Lógico con los clásicos. Con estos libros conviene escoger la edición que tiene la traducción más cuidada.
      5. Cada niño es un mundo y pueden comprender una obra mucho mejor de lo que creemos por su edad. Por otra parte, quizás nuestra época no estará tan vacía, porque también se publican muchos libros que critican los problemas actuales, y allí es donde se puede observar la realidad.

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"Sabes que has leído un buen libro cuando al cerrar la tapa después de haber leído la última página te sientes como si hubieras perdido a un amigo." Paul Sweeney