Desde el momento en que abrimos un libro y nos sumergimos en sus páginas hasta que lo cerramos, quedamos encerrados en el mundo de ficción del que su autor es Dios. Durante ese breve tiempo, el mundo real desaparece y nosotros nos convertimos en súbditos que interpretan las palabras del autor. Puede que seamos fieles que aceptan la voluntad del escritor sin rechistar, o ateos que tratan de refutarla, pero de una forma u otra, durante la lectura, habitamos el mundo que ese autor ha creado.
Si el autor es realmente hábil con las palabras, logrará someternos a su voluntad, pero no es algo que consiga cualquiera. Primero tiene que atraparnos hasta el punto de hacernos olvidar la realidad. Después, tiene que convencernos de que el mundo es coherente, como por ejemplo, que una Madrid asaltada por zombies es posible.Y finalmente, hacernos compartir su ideología, por ejemplo, si razona y argumenta muy bien que, los zombies, pese a no tener ya consciencia, no son más que personas enfermas que tienen sentimientos aunque se dejen llevar por el instinto asesino, nosotros nos lo creeremos y coincidiremos con la ideología del autor.
Es más, puede que el pacto ficcional se rompa al terminar la lectura, pero el hecho de estar sometidos a la voluntad del escritor puede perdurar más que el libro. Quizás, tras terminar el maravilloso libro anterior, creamos, como el autor, que los enfermos mentales que están más allá de toda cura (como los zombies) también son humanos y tiene derecho a una vida digna.
¿Qué opináis vosotros? ¿Creéis que hay autores suficientemente hábiles como para someternos a su voluntad? ¿Hay alguna lectura que os haya afectado a vuestro comportamiento en el día a día?
hay libros que te hacen perder la nocion del tiempo. Quizas cambiar mi comportamiento como tal no pero afectarme a mi estado de animo si´
ResponderEliminarun beso
En mi caso no creo que un solo libro haya cambiado mi comportamiento, pero la suma de libros con el mismo mensaje quizás sí.
EliminarUn saludo,
Laura.