¡Hola a todos! Hoy vengo con la reseña de El camino de los reyes, la primera parte de la obra magna de Brandon Sanderson, mi autor favorito. G se ha leído todos sus libros después de que yo se los recomendara, y aunque siempre ha alabado la inventiva del autor, todo lo demás eran quejas: que si la prosa es pobre, que si los personajes no tiene profundidad, que si el autor se explica demasiado, que si su humor es muy simple,... Yo ya le he dicho un millón de veces que si no le gusta deje de comerme la oreja con las mismas quejas leer sus libros, pero ni modo. Se ve que le gusta sufrir (y que el autor en el fondo le gusta y es todo fachada).
Entre que hacía un tiempo que no leía nada del autor, que quería encontrar un 5/5 y que quería ver qué pasaba si leía el libro con G, decidimos hacer LC. En realidad nos hemos propuesto leer toda la saga, pero poco a poco, que los libros son muy tocho. Iba con mucha ganas y por desgracia, aunque el libro ha estado bien, no ha sido la obra maestra que esperaba. Y no todo es culpa de G y sus quejas. Por si os interesa saberlo, a mí me ha gustado un poco más que a él. Os dejo con la reseña.
Nº de páginas: 1200
Saga: El archivo de las tormentas
Título: El camino de los reyes
Título original: The way of kings
Autor: Brandon Sanderson
Editorial: Ediciones B
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788466657662
Traductor: Rafael Martín Trechera
Sinopsis:
Anhelo los días previos a la Última Desolación.
Los días en que los Heraldos nos abandonaron y los Caballeros Radiantes se giraron en nuestra contra. Un tiempo en que aún había magia en el mundo y honor en el corazón de los hombres.
El mundo fue nuestro, pero lo perdimos. Probablemente no hay nada más estimulante para las almas de los hombres que la victoria.
¿O tal vez fue la victoria una ilusión durante todo ese tiempo? ¿Comprendieron nuestros enemigos que cuanto más duramente luchaban, más resistíamos nosotros? Quizá vieron que el fuego y el martillo tan solo producían mejores espadas. Pero ignoraron el acero durante el tiempo suficiente para oxidarse.
Hay cuatro personas a las que observamos. La primera es el médico, quien dejó de curar para convertirse en soldado durante la guerra más brutal de nuestro tiempo. La segunda es el asesino, un homicida que llora siempre que mata. La tercera es la mentirosa, una joven que viste un manto de erudita sobre un corazón de ladrona. Por último está el alto príncipe, un guerrero que mira al pasado mientras languidece su sed de guerra.
El mundo puede cambiar. La potenciación y el uso de las esquirlas pueden aparecer de nuevo, la magia de los días pasados puede volver a ser nuestra. Esas cuatro personas son la clave.
Opinión:
Empezaré con lo mejor: el worldbuilding. Me flipan los mundos que crea Sanderson, tan imaginativos y al mismo tiempo, tan consistentes. A diferencia de otras novelas suyas, aquí nos muestra un mundo mucho más amplio, y aunque se centra en una sociedad en concreto, nos deja entrever fragmentos de otras que parecen muy trabajadas. Me gusta mucho lo bien que integra los detalles culturales y cómo estos dotan a cada pueblo de una identidad propia. Para que podáis entender a qué me refiero, os voy a dejar diversos fragmentos a lo largo de toda la reseña con detallitos culturales.
«Hoy, eso incluía vestir de blanco. Pantalones blancos anchos atados a la cintura con una cuerda, y sobre ellos una fina camisa de mangas largas, abierta por delante. Las ropas blancas para los asesinos eran una tradición entre los parshendi. Aunque Szeth no lo había preguntado, sus amos le habían explicado el porqué.
Blanco para ser osado. Blanco para no mezclarse con la noche. Blanco para advertir.
Pues si ibas a asesinar a un hombre, tenía derecho a verte venir».
Por otra parte, Sanderson ha querido salirse de su esquema "protagonistas tienen que conseguir X". Ninguno de los personajes principales (Kaladin, Adolin, Shallan, Dalinar) tiene un objetivo claro. Shallan es la que lo tiene más definido, conseguir un fabrial, pero de todas formas no está muy segura de qué hará una vez lo consiga. Me parece muy bien que un autor cambie su esquema pero, tal y como ya le pasaba con Wax and Wayne, el resultado no es muy satisfactorio. Los personajes evolucionan y pasan por distintas etapas, sin duda, pero más allá de ese cambio interno, no avanzan sus tramas, como sucede en la segunda novela de Abercrombie.
«El sagaz del rey no era un tonto bufón de la corte como uno podía encontrarse en otros reinos. Era una espada, una herramienta mantenida por el rey. Insultar a los demás estaba por debajo de la dignidad del rey, así que igual que uno usa guantes cuando se ve obligado a manejar algo sucio, el rey tenía un sagaz para no tener que rebajarse al nivel de la grosería o la ofensa.»
Otra cosa en la que difiere de sus otras novelas es que la magia no está explicada. Normalmente uno de los personajes entra en contacto por primera vez con la magia y esa es la excusa para explicarla al lector, pero en esta ocasión no es así, sino que en esta ocasión magia está de fondo y no se profundiza en ella. Esto me resultó interesante al principio, pues vemos su aplicación práctica aunque no la mecánica, pero tras mil páginas me molesta no tener muy claro el funcionamiento de los fabriales ni sus límites. Estoy segura de que es algo muy lógico y que explicará perfectamente en libros posteriores, pero me parece necesario conocer las bases en esta primera obra.
«El capitán supervisaba el trabajo mientras los hombres aseguraban las maromas. Tozbek era un hombre bajo que le llegaba a Shallan a la altura de los hombros, y mostraba sus largas cejas blancas thayleñas en un curioso patrón en punta. Era como si tuviera dos abanicos sobre los ojos, de un palmo de largo cada uno»
Pero mi principal problema con el libro no ha sido nada de esto, sino el ritmo. No solo he sentido que había muchos capítulos que se alargaban sin motivo, que no aportaban nada y que podían resumirse, sino que tanto el pasado de Kaladin, que podíamos haber ido conociendo poco a poco introduciéndolo naturalmente en los diálogos en lugar de mediante flashbacks, como los interludios, sobran. Estos últimos especialmente, pues lo único que aportan es información sobre el mundo. Que sí, que este es muy rico, pero si esta información no aporta nada a la trama general ni a los personajes, entonces su papel es irrelevante.
«Entró en el edificio, exponiendo las pantorrillas al aire. El suelo era lo bastante bajo para que unos cuantos centímetros de agua siguieran cubriéndolo: a los lagopureños les gustaba así. Era natural, aunque, si bajaba la marea, a veces los edificios se secaban.»
Con todo esto no quiero dar a entender que el libro sea denso ni que sea aburrido, simplemente que no te mantiene atrapada en sus páginas como sí sucedía con otras obras suyas. Además, pese a que el autor lo tiene todo pensado, me ha parecido que se apoya demasiadas veces en las casualidades como para que algunas situaciones me resulten creíbles.
«Navani había congregado a un puñado de importantes mujeres ojos claros en una mesa. Un criado les llevó comida. Parecía hecha también con el exótico pollo, pero lo habían mezclado con fruta methi y estaba cubierto de salsa marrón rojiza. De niño, Dalinar había probado en secreto la comida de las mujeres, por curiosidad. Le había parecido desagradablemente dulce.»
En cuanto a los temas que trata la obra, me ha parecido interesante cómo Dalinar nos muestra cómo la guerra en este mundo, para los poderosos, es más un juego que una lucha con un significado real. También me gustan las dudas de Shallan entre su afán de conocimiento y su lealtad hacia su familia, así como la perseverancia de Kaladin y su lucha interna entre su lado guerrero y su faceta de médico.
De los personajes secundarios, ninguno me parece demasiado relevante, especialmente si hacemos referencia a los interludios. Los más destacados son Szeth, que me parece muy interesante pero que necesita más páginas y Syl, una spren con consciencia que me ha parecido simpática y misteriosa, pero cuya presencia es, a cada página, más escasa. En cuanto a los principales ya os he hablado mínimamente, pero me gustaría profundizar en cada uno de ellos y sus tramas.
- Kaladin: A mí es que las tramas épicas me pueden, y eso es precisamente Puente Cuatro. Me ha parecido una trama fantástica a nivel de personaje, tanto por ver cómo Kaladin se esfuerza en ser un buen líder, cómo el hecho de que no consigue el amor de sus hombres a la primera de cambio y cómo trata de resurgir de sus cenizas una y otra vez. Su trama es la más interesante, si obviamos todo lo de su pasado, pues corta mucho el ritmo y no es especialmente relevante para dibujarnos al personaje. Tanto la lucha interior de Kaladin como la forma en que se alza una y otra vez, así como su ingenio, me tienen encandilada. Pese a todo, le he encontrado muchas semejanzas con Kelsier.
- Dalinar (padre) y Adolin (hijo): los pongo en un mismo saco porque casi son el mismo personaje. Lo siento mucho, pero la trama de Adolin sobra, pues no aporta absolutamente nada. Intenta ser un contraste con Dalinar pero al final terminan siendo bastante similares tanto en comportamiento como en mentalidad. Sus tramas están mucho más centradas en la parte política, pero se me han hecho algo aburridas por no ser tan ingeniosas como estamos acostumbrados. Por lo demás, todo lo de las visiones (excepto el giro) me ha parecido muy interesante, así como la perspectiva que ofrecen de la guerra desde una posición de poder y el tema de la lectura de El camino de los reyes como manual que debería seguir todo gobernante.
«—Es hora de luchar —dijo, alzando la voz—. Y lo haremos no porque busquemos la gloria de los hombres, sino porque las otras opciones son peores. Seguimos los Códigos no porque produzcan ganancias, sino porque repudiamos aquello en lo que entonces nos convertiríamos si hiciéramos lo contrario. Nos encontramos solos en este campo de batalla por ser quienes somos. [...]
—¡La muerte es el final de todos los hombres! —gritó Dalinar—. ¿Cuál es su medida cuando ya no está? ¿Las riquezas que acumuló y dejó para que se pelearan sus herederos? ¿La gloria que obtuvo, solo para pasarla a aquellos que lo mataron? ¿Las elevadas posiciones que obtuvo por casualidad?
»No. Luchamos aquí porque comprendemos. El final es el mismo. Es el camino lo que separa a los hombres. Cuando saboreemos ese final, lo haremos con la cabeza bien alta, los ojos al sol.
Extendió una mano, invocando a Juramentada.
—No me avergüenza en lo que me he convertido —gritó, y descubrió que era cierto. Parecía tan extraño estar libre de culpa—. Otros hombres pueden envilecerse por destruirme. Que tengan su gloria. ¡Pues yo conservaré la mía!»
- Shallan: me parecen interesantes su ansia de conocimiento y su amor por el dibujo, así como su diatriba interna respecto al robo del fabrial, pero más allá de eso, no me parece que aporte nada a la trama ni que su personaje vaya a ninguna parte. Destacar que me ha gustado que no hubiera un romance con Kabsal, pues no era necesario, aunque confieso que me gustaría que tuviera una relación con Jasnah. Ambas son prácticamente las únicas representantes del género femenino en la novela, algo que me ha extrañado teniendo en cuenta el papel tan importante que ocupan las mujeres en esta sociedad, pues son las guardianas y transmisoras del conocimiento.
«Cuando dibujaba, no se sentía como si trabajara solo con carboncillo y papel. Al dibujar un retrato, su medio era el alma misma. Había plantas de las que podía quitarse un trocito (una hoja, o un peciolo), para luego plantarla y cultivar un duplicado. Cuando recopilaba la Memoria de una persona, liberaba un capullo de su alma, y lo cultivaba y lo hacía crecer en la página. Carboncillo para los tendones, pulpa de papel para el hueso, tinta para la sangre, la textura del papel para la piel. Se sumergió en un ritmo, una cadencia, el roce del lápiz como el sonido de la respiración de aquellos que representaba.»
En cuanto al final, no ha estado nada mal. La batalla final y sus consecuencias me han parecido increíbles, así como varios giros que se reservaba el autor. Pese a todo, me hubiera gustado que ese clímax no llegara tan tarde y que la parte más introductoria de la novela fuera algo más corta.
El último apunto que quiero hacer es en referencia a la edición, pues es una maravilla. Mapas a color, papel de calidad, ilustraciones que aporta información sobre el mundo y complementan los capítulos, así como pequeños detallitos a lo largo de los capítulos. Un libro tapa dura caro, eso no vamos a negarlo (35€), pero con mucho trabajo y cariño detrás de cada una de las páginas.
En conclusión, estamos ante una buena novela, pero no ante la obra magna del autor que me habían vendido. El mundo resulta muy interesante y cuenta con un worlbuilding muy ambicioso, pero no resulta relevante para la trama que articula la novela. Los temas que trata y la historia resultan interesantes, pero hay muchos problemas de ritmo, tanto por capítulos que sobran como por escenas que podrían resumirse, por no mencionar el caos estructural. Los personajes principales son en su mayoría interesantes y evolucionan, pero he sentido que no iban a ninguna parte respecto a la trama principal. Más que una obra completa como tal, me ha recordado a una primera parte de algo mucho más grande y que, pese al potencial, aún tiene mucho por pulir. Es interesante, pero no recomendaría empezar a leer al autor con este libro. Pese a todo, quedo con muchas ganas de seguir con esta historia y descubrir hasta donde quiere llevarnos el autor.
Cosas que he aprendido:
- Ediciones tan curradas como esta merecen la pena.
- La música, si es la adecuada, puede ayudarte a sentirte más inmerso en una obra.
- Cómo heroificar a un personaje con un buen arco.
- Consejos para ser un buen gobernante.
- Sociedades que molan.
- Los interludios son mala idea.
Y ya para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads:
PUNTUACIÓN...3/5!
Primeras Líneas...