Autor: Howard Pyle
Traductor: Juan Manuel Ibeas
Editorial: Diario El País
Año: 2004
Número de páginas: 365
Sinopsis:
Narra la conocida historia de Robin Hood, o Robin de los Bosques, un forajido que huye con una banda de «ciento cuarenta granujas» por el bosque de Sherwood. Él había quedado como proscrito después de haber matado un ciervo del rey y a un hombre que se atrevió a poner en entredicho su virtuosismo como arquero. Se ofrecían por él doscientas libras. En el bosque, su espíritu inquieto y su habilidad de héroe le llevarán a buscar aventuras, de las que los más desfavorecidos saldrán siempre beneficiados.
Opinión:
Impresión: Qué título más acertado
Sí, esta soy yo siguiendo con los clásicos. Que conste que estos últimos años me estoy poniendo bastante con ellos, aunque sea a mi ritmo. No sé a vosotros, pero a mí la película de Disney de Robin Hood me maravillaba. Toda la trama, la acción, la bondad de Robin y el hecho de que con su astucia burlara al sheriff de Nottingham una y otra vez me maravillaba. Ahora lo leo con otros ojos.
Me he llevado un buen chasco con este libro, y es que esperaba otra cosa. Esperaba una historia similar a El príncipe y el mendigo: juvenil, pero en la que se retratara la sociedad. Error. Nos encontramos ante una recopilación de aventuras de Robin Hood y sus amigos, que siempre terminan bien para Robin, por lo que no hay ningún tipo de tensión, y el ingenio es muy básico.
En general la trama no me ha parecido gran cosa, pues la mayoría de las historias se aferran a una misma estructura y llega un punto en el que son repetitivas. O es Robin Hood burlando a los nobles o es Robin Hood reclutando bandidos, una de dos. Todo esto se sazona con una lucha en la que nadie muere y al final hay un banquete.
Lo segundo que me ha decepcionado es el idealismo que destila todo el libro. No hay grises, solo blancos y negros, y Robin Hood y sus bandidos son buenos. Nunca se pelean entre ellos, son buenas personas, siempre tienen comida y dinero, no pasan frío en invierno, nunca hacen nada malo, siempre se salen con la suya, no hay discusiones, son los más habilidosos del reino,... Nada de esto es realista. Para mí, la gracia de Robin Hood estaba en que, pese a las dificultades, ayudaba a los pobres. Pero es que no tiene ninguna dificultad. Tiene más valor ser generoso cuando eres pobre que cuando eres rico. La enseñanza que se extrae de esta novela es que vivir como bandido en un bosque es lo máximo a lo que puedes aspirar, el ideal a alcanzar. Me ponía de los nervios ver cómo gente honrada y con trabajo (y que no eran proscritos), prefería dejarlo todo para irse a vivir con Robin, como si eso fuera el paraíso.
"De este modo, al concluir el año, Robin había congregado a su alrededor a más de cien robustos campesinos, los cuales le eligieron como jefe y juraron que, así como ellos se habían visto robados, robarían a su vez a sus opresores, ya fueran nobles, abades, caballeros o terratenientes, y que a todos ellos les arrebatarían lo que ellos habían robado a los pobres por medio de impuestos injustos, rentas excesivas o multas arbitrarias; sin embargo, ayudarían a los pobres que se encontrasen en apuros o necesidad, y les devolverían lo que les habían quitado injustamente. Además de esto, juraron no hacer daño a ningún niño ni ofender jamás a una mujer, ya fuera doncella, casada o viuda"En cuanto a los personajes, poco tengo que decir, pues todos son muy planos y la mayoría de los bandidos son una copia de Robin, pero un poco menos hábiles. Oh, y está el Pequeño John y el fraile, que son de buen comer, pero ya. Una cosa que me ha sorprendido es el hecho de que Robin y los demás no fueran solo buenos con el arco, sino también con cualquier otro estilo de lucha.
Por otra parte, destacar la ausencia de personajes femeninos. Las pocas mujeres que aparecen, es solo mencionadas, o no tienen una solo línea de diálogo. Ninguno de los bandidos está casado y nunca se acercan a una mujer, lo típico en los bandidos. Además, recordaba la historia de Robin y Marian, pero aquí Marian solo aparece mencionada dos veces y no se casa con ella. Todo esto, sumado al estilo de las descripciones (en las que frecuentemente se describen lo bellos que son los personajes, los fibrosos músculos que tienen y el cuerpo tan esbelto) y a detalles como que en un momento (en una posada y porque no hay más habitaciones disponibles [que se vea que el tópico de "solo nos queda una habitación con una cama" viene de muy atrás]) se mete en la cama de Robin mientras este duerme y ambos van desnudos, me hace pensar que la banda de Robin era algo así como una comuna homosexual. Pero en fin, eso son cosas mías.
Un detalle a destacar es el hecho de que el libro está plagado de baladas que van cantando los personajes (todas ellas sobre el bello amor y lo bonitas que son las flores del campo), que no sé, a mí no me han aportado nada.
Destacar el capítulo final, que me ha parecido el mejor con diferencia. Aquí vemos unos personajes más maduros, más reales, conscientes de que no viven en un cuento de hadas. Además, hay más sentimiento y me ha parecido la mejor manera de cerrarlo todo.
En conclusión, un libro con el que me he llevado una decepción enorme. Aquí encontrarás una recopilación de las alegres y felices aventuras de Robin Hood y su banda, un seguido de historietas entretenidas, con acción y algo de astucia. Los personajes son simpáticos, pero también demasiado ideales y perfectos, hasta el punto de perder toda credibilidad. Además, todas las aventuras siguen un mismo esquema y no buscan sorprender.
A mí no me ha gustado, pero aún así quiero mencionar que me parece un buen libro para niños. Creo que de pequeña hubiera disfrutado de que me lo contaran, pues a esa edad cosas como que todo sea demasiado ideal no se tienen en cuenta. Además, Robin Hood es buena gente y siempre ayuda a los necesitados, esos son buenos valores. No lo descarto como buena lectura infantil.
Curiosidad: Autoría
Cuando fui a buscar este libro a la biblioteca me encontré con un problema: había varios y de autores distintos. Cogí este porque tenía bastante renombre, pero me pudo la curiosidad y me detuve a investigar sobre el tema.
La figura de Robin Hood es de creación popular, y por tanto anónima. En el caso del libro de Howard Pyle, es una recopilación de aventuras conocidas de Robin Hood, que además se han adaptado para un público más joven. Por otra parte, tenemos Ivanhoe, de Walter Scott, donde Robin Hood es Robin de Locksley, un personaje secundario.
Finalmente, destacar El príncipe de los ladrones (Le Prince des voleurs) y Robin Hood el proscrito (Robin des Bois le proscrit), publicada el 1872 por Alejandro Dumas, las cuales son una continuación de Ivanhoe. En el primer libro se narra la juventud de Robin Hood y en el segundo se hace más referencia a sus hazañas. Son una traducción al francés de la novela de Pierce Egan, Robin Hood and little John. Dumas solo publicó una traducción hecha por su colaboradora Marie de Fernand, que trabajaba bajo el nombre de Víctor Perceval. Luego de la muerte de Dumas, la editorial Levy incluyó este libro en las Obras Completas de Dumas, junto a la traducción de Ivanhoe. Aún así en las ultimas ediciones de esta obra, ambos libros se han fusionado en Robin des Bois. Lo curioso es que en español el libro se vende como Robin Hood, de Walter Scott.
Cosas que he aprendido:
- Vivir como bandido en el bosque es lo mejor.
- En aquella época, la gente ya dejaba marcas en las puertas de los baños.
- El hábito hace al monje (?)
PUNTUACIÓN...2'5/5!
Primeras Líneas...
No me voy a animar esta vez. Quizás a regalarlo a los peques de la familia, sí.
ResponderEliminarBesotes!!!
Sí, me parece un libro entretenido para leer a los niños ;)
EliminarA pesar de que no te haya gustado es un clásico que me gustaría conocer, gracias por la reseña.
ResponderEliminarBesos
Bueno, como mínimo ya estás de sobre aviso. Espero que te guste más que a mí ;)
EliminarHola.
ResponderEliminarEs una pena porque la verdad es que es todo un clásico, yo no lo he leído pero sin duda coincido contigo en ese ideal de vivir en el bosque y que todos allí sean buenos y sea la vida ideal.
Muchos besos.
Pues sí, es que esperaba tanto de este libro...pero no solo ha sido demasiado infantil, sino también muy idealizado todo, por lo que no había emoción.
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