Título: El décimo círculo
Título original: The tenth circle
Autora: Jodi Picoult
Editorial: Zenith
Páginas: 448
Traductor: Manuel Manzano y Jordi Giménez Samanes
Sinopsis:
Trixie tiene catorce años. Es una estudiante sobresaliente, guapa y popular, y está enamorada por primera vez. Su novio es nada menos que Jason, la estrella del instituto. Además, es la niña de los ojos de su padre, Daniel Stone, a quien siempre ha considerado un héroe. Y así es hasta que un acto de violencia pone su mundo patas arriba.
Durante quince años, Daniel Stone ha sido un hombre tranquilo y cordial. Un marido que ha dejado a un lado su propia carrera como dibujante de cómics para apoyar la de su mujer. Sin embargo, años atrás era completamente diferente. Daniel canalizó su rabia en las páginas que dibujaba y enterró su pasado por completo... Hasta que descubre que Jason, el chico que había hecho resplandecer de alegría a su hija, ha acabado con la infancia de su pequeña para siempre.
Por qué este título...
«En aquel preciso instante, y a pesar de llevar diez años impartiendo esa asignatura, incluso esa lección sobre un tema clásico, Laura se dio cuenta de que había un pecado que Dante había omitido y que su lugar estaba en el pozo más profundo del infierno. Si el peor pecado de todos era el de traicionar a los demás, ¿qué pasaba entonces con las personas que se mentían a sí mismas?
Debería existir un décimo círculo, un lugar diminuto, del tamaño de la cabeza de un alfiler, con espacio para concentraciones infinitas. Estaría atestado de profesores que se escondían en sus torres de marfil en lugar de hacer frente a sus familias rotas. De chicas que se habían hecho mayores de la noche a la mañana. De maridos que, en lugar de hablar de su pasado, lo vertían en una página en blanco. De mujeres que fingían poder ser la esposa de un hombre y la amante de otro, manteniendo sus dos personalidades separadas. De cualquiera que se dijera a sí mismo que su vida era perfecta y maravillosa, a pesar de todas las pruebas en contra.»
Opinión:
No esperaba mucho de este libro. Lo había visto varias veces de segunda mano, pero no me había animado a cogerlo. De esta autora llevo leído varios libros (La decisión más difícil y Diecinueve minutos) y aunque ambos me parecieron muy interesantes por los temas polémicos que tratan, se me hicieron lentos y aburridos, en gran medida a causa de la cantidad de puntos de vista que había. Por eso, pese a que la temática del libro me llamaba, no tenía muchas expectativas. Y menuda sorpresa me he llevado.
Una de las primeras cosas a recalcar es la cantidad de temas que toca y lo bien que lo hace. El argumento empieza cuando Trixie le cuenta a su padre Daniel y a su madre Laura que su exnovio Jason la ha violado durante una fiesta en la que ella iba muy bebida. A partir de aquí empieza una investigación, pues Jason afirma que Trixie, quien estaba obsesionada con él, miente para perjudicarle. Pese a lo que parece en un principio, la investigación es lo de menos, pues lo que la novela trata con más profundidad es los lazos familiares, la relación entre padres e hijos. También toca el tema de la infidelidad, así como otros más secundarios como la xenofobia.
Si os da miedo acercaros a la novela por el tema central, la violación, no creo que debáis preocuparos, pues la autora lo trata con delicadeza, sin recrearse en el sufrimiento ajeno. Me ha parecido interesante ver los motivos legales por los que muchos casos como el de Trixie, en la vida real no llegan a buen puerto para la víctima. A diferencia de otros libros que tratan este tema, todos tratan a Trixie de mentirosa, por lo que no veremos tanto el hecho de superar la violación como las consecuencias que este suceso tienen en su relación con su entorno y su familia, así como sus sentimientos encontrados, pues su violador era alguien de quien estaba enamorada y no solo eso, sino de la que estaba muy obsesionada, cuando suele ser a la inversa. Trixie me ha parecido un personaje complejo y cautivador, con el que conectas, pero que te mantiene en constante indecisión acerca de su fiabilidad. Eso sí, cada vez que los autores muestran cómo son las fiestas de preadolescentes en Estados unidos, se me riza la piel, pues hacen cosas más propias de veinteañeros.
«Después de que Jason cortara con ella, Trixie perdió el control emocional. Rompía en sollozos cuando sonaba en la radio del coche determinada canción y entonces tenía que inventarse alguna excusa ante su padre. Pasaba junto a la taquilla de Jason con la esperanza de cruzarse con él por casualidad. Había buscado el único ordenador de la biblioteca cuya pantalla estaba orientada de tal forma que se reflejaba en ella la mesa situada a espaldas del usuario, de forma que había estado observando a Jason mientras fingía teclear. Se movía como si caminara sobre alquitrán fresco, cuando el resto del mundo, incluido Jason, parecía nadar con toda libertad, con un bañador sin costuras.» (La obsesión de Trixie)
Otro de los personajes principales y motor de la trama es Daniel, padre de Trixie y dibujante de cómics. Primero de todo, me gustaría declararle mejor padre del año, y os dejo un par de fragmentos para demostrároslo. Aunque Laura también quier mucho a su hija, el vínculo paterno-filial es muy estrecho y eso no suele ser habitual. Por otra parte, puede que Daniel no sea la mejor persona del mundo y que tenga un pasado violento que de tanto en tanto intenta salir a la luz, ¡pero vaya si intenta cambiar! Me ha gustado mucho conocer este personaje que está lleno de luces y sombras. Me ha parecido muy interesante ver cómo canaliza sus sentimientos mediante el arte, cómo se desvive por su familia y enfrentarme con él al hecho de que su niña ha ido creciendo sin que él quisiera darse cuenta.
«Trixie recordó cuando solía llevarla sobre los hombros, de pequeña. A ella, como a su madre, le producían mareos las alturas, pero su padre le sujetaba las piernas con las manos. «No dejaré que te caigas», le decía y, como él nunca había dejado que se cayera, el mundo visto desde aquella atalaya dejó de infundirle temor.
Pensó en eso y en otras mil cosas: en que durante todo un año él le había cortado los sándwiches para la comida en forma de letras, de modo que formaran una palabra diferente cada semana, «GUAPA, LISTA, DULCE», en que siempre disimulaba una caricatura suya en alguna página de sus libros de cómic, en las veces en que al buscar algo en la mochila había encontrado, en uno de los bolsillos, una bolsa de M&M’s de cacahuete que sabía que había escondido para ella». (Mejor padre ever)
Por último, tenemos a Laura, la madre de Trixie, profesora de literatura especializada en la Divina Comedia. Aunque ella también está preocupada por su hija, su trama se centrará más en su vacilante relación con Daniel, que cada vez está más abocada al fracaso. No es que él la maltrate, ni que la ignore, ni que ella haya encontrado al amor de su vida en otro, sino que han dejado de quererse porque la gente cambia. Me ha gustado mucho ver sus dudas y miedos, el reflejo de la situación de muchas parejas maduras en las que, con el tiempo, la llama del amor se ha ido apagando, así como su lucha por intentar que resurja el fuego. La principal pega que le puedo poner tanto a Laura como a Daniel y que les ha restado realismo es que ni el uno ni la otra parece que tengan amigos con los que charlar y con los que compartir todos los monólogos internos de los que nos hacen partícipes. Ambos son bastante sociables, por lo que me resulta muy extraño.
«—Tiene catorce años —le dijo Daniel, que intentó describir a Trixie, pero no supo qué decir. ¿Cómo podía su talla, su peso o el color de su pelo comunicar que cuando se reía se le entornaban los ojos hasta cerrarse? ¿Que había que extenderle la crema de cacahuete en la mitad de arriba del bocadillo y la mermelada en la de abajo? ¿Que a veces se levantaba en plena noche a escribir poemas que acababa de soñar?»
La novela está narrada en tercera persona enfocada en los puntos de vista que acabo de mencionar, aunque hay un par más que aparecen de forma esporádica, como es el caso del policía al cargo de la investigación o Jason, exnovio de Trixie. A diferencia de Diecinueve minutos, no se abruma al lector con la perspectiva general y la historia está bastante centrada. Estas perspectivas enriquecen la historia en lugar de entorpecerla.
«lo que nadie se molestaba en advertirte, era que la violación no era lo peor de lo que estaba pasando. En realidad, esa primera caída en el vacío no dolía ni mucho menos tanto como volver a levantarte luego.»
Es cierto que pese a todo es una novela algo lenta y más debido a lo largos que son los capítulos (la mayoría de más de cincuenta páginas), así como por lo mucho que se profundiza en los personajes. Sin duda, es una obra más de personajes que de trama, pero esta también tiene buenos giros que mantienen tu atención. Pensaba que la trama iba a estancarse en el tema de la violación y se centraría en el juicio posterior, pero no ha sido así, sino que la investigación se alarga y la obra trata otro tema entorno al cual gira toda la novela: el autoengaño, es decir, cómo nos mentimos a nosotros mismos. Magistral.
Como detallitos,
me ha gustado mucho que la novela estuviera relacionada con los círculos del infierno de Dante, y que
estos estuvieran mencionados e integrados muy bien tanto en la narración como en el desarrollo de los acontecimientos. "El décimo círculo" es también el título del cómic que está dibujando Daniel, donde relaciona un superhéroe de su creación, Garra salvaje, y sus aventuras con sus sentimientos y sus relaciones familiares.
Me ha sorprendido mucho encontrar entre las páginas de este libro, de corte serio y dramático, un cómic de superhéroes dibujado por la autora, y aún más la nota inicial de la autora donde dice que entre las páginas dibujadas hay un mensaje oculto. ¡Porque la mezcla de dibujo e imagen no es exclusiva de libros juveniles! Otra cosa que me ha gustado es
conocer más acerca de los esquimales yupiit. Daniel pasó entre ellos su infancia y hace constantes referencias al choque cultural, a sus vivencias y cómo parte de su forma de ver el mundo ha quedado en él.
Junto al hecho de que la novela es algo lenta, si tuviera que encontrarle otra pega a la obra sería que el final es algo precipitado. Todo está bien cerrado, pero me hubiera gustado que se le dedicara muchas más páginas, pues la resolución del conflicto principal y el final de los personajes se narra de forma apresurada.
En conclusión estamos ante una novela realista muy recomendable. Los capítulos son largos y peca por ser algo lenta, pero sus personajes tienen una gran profundidad y la trama tiene giros de guion interesantes. La obra trata temas muy variados como la xenofobia, las relaciones familiares, la infidelidad, el autoengaño y la violación, todo con gran delicadeza y sin faltar a la realidad. A los carismáticos personajes a la intriga hay que sumarle que la obra experimenta con la mezcolanza de entre narración y dibujo de forma muy madura. El final es coherente, pero apresurado, cosa que hace que no pueda ponerle a la obra el broche de oro. Pese a ello, estoy segura que será de mis mejores lecturas del año. Quedo con muchas ganas de leer algo más de la autora. ¿Alguna recomendación?
Cosas que he aprendido:
- No digas nada a la policía si no es en presencia de tus padres o de un abogado.
- En los casos de violación, la víctima no siempre tiene pruebas suficientes.
- Si eres la víctima, pueden coger cualquier prueba para usarla en tu contra y requisarte cualquier cosa.
- Los esquimales yupiit tienen una cultura muy interesante.
- Las novelas adultas también pueden combinar narración y dibujo.
Y ya para terminar, os dejo con mi avance en Goodreads:
PUNTUACIÓN...4/5!
Primeras Líneas...